Cap. 45 Cereal + Pasado.
—¡¿Por qué narices tienes MI taza de cereal?! —Nick se sobresaltó sorprendido antes de mover sus pestañas con falsa inocencia, porque de inocente no tiene nada.
Como sí tú la tuvieras...
Ignore esa voz en mi cabeza y me fijé en el castaño que tenía en frente, comiendo de nuevo el cereal con una expresión asustada pero aún así, mi amado cereal.
Ha pasado una semana y media desde que llegó y ya es la tercera vez que se acaba mi despensa de chocolate.
—¡Oye! —él me mostró una amplia sonrisa entrecerrando sus ojos volviendo a mover sus pestañas, pero esta vez no le funcionaría hacer o decir algo que le diera ese toque lindo.
No hoy, Nikito.
Un momento infantil pero eso es lo de menos ahora.
—¿Tú cereal?, pero querida Emy esto estaba... —el señaló la nevera donde se supondría que estaba sonriendo nervioso cambiando rápidamente la alacena.— justo ahí, yo me lo serví. —siguió batiendo las pestañas como sí fuera una niña que no ha roto ningún plato, añadiendo que hace voz melódica.
Pero de inocente no tiene nada, vuelvo a repetir.
Estoy viendo cómo se come mi delicioso cereal de chocolate, MI cereal.
Existiendo más de tres cajas en la alacena tiene que tomar justo esa que estaba en la nevera.
A menos que acabara con esas tres cajas...
Miró a su alrededor y sí, como lo sospeché, hay tres cajas vacías en el suelo.
—Lo diré una vez, no toques mi chocolate de reserva, ¿vale? —lo digo suavemente tratando de olvidar el incidente que acabo de presenciar, pero al ver que él asiente y se come mi cereal de un trago sin importarle un comino lo que digo y aparte toma mi Nutella, todo cambia.
Es cuestión de segundos cuando ya estoy corriendo detrás de él con una de mis sandalias en la mano.
—¡¡Ethan corre por tu vida!! —le chilla cuando pasa por el pasillo de la sala, mi hermano para de hacer twerking y se nos queda viendo asimilando la situación. Cuando lo nota abre los ojos como platos y sale detrás de su fiel compañero.
—¡Aquí valí! —chilla dejando su "madurez" de lado.
—Ethan y Nicolas vengan aquí y paguen por mi chocolate! —gruñí siguiendo en esa carrera por toda la casa, veo a Sky se asomarse por la puerta confundida por los gritos.
—¡Ocúltate mujer!, la cabra chocolatera esta suelta.—le chilla Ethan, recordándome de aquella vez qué salí corriendo del cementerio.
Logro escapar de ese trance recopilando todo, Nick comiéndose mi chocolate completamente en la cocina, fifth harmony sonando a todo volumen con worth it y mi hermano haciendo twerking, sumando a Sky con una camisa de mi hermano postizo cubriendo su cuerpo nada más.
¿Está todo bien en mi casa?
¿La madurez existe ahora?
La respuesta es no, para todo.
Volviendo a la carrera, los persigo por toda la casa, hasta que minutos después me encuentro con ellos de espaldas contra la piscina.
—Vale Em, yo lamento comerme tu pote de Nutella.—Mi hermano se echa para tras al ver como le amenazó en lanzarle la sandalia.
Espera, eso no lo sabía.
—Y yo lamento haberme comido ese delicioso digo feo cereal. —Nick alza las manos en son de paz pero, entrecierro los ojos al mirarlos a ambos cuando Ethan murmura "dos potes" y Nick dice "el chocolate ese de la nevera estaba delicioso".
Hago lo que una adulta responsable tanto como madura hace, dejarlo pasar y... olvídenlo.
—¡Los voy a matar, bobos! —chilló inevitablemente molesta y ellos se lanzan a la piscina después de haber murmurado un "Oh, oh".
En este momento soy el enemigo de Bart Simpson.
—El chocolate estaba bueno igual. —dicen ambos en unísono y me acerco al borde de la piscina preparándome para lanzarme.
Ellos me miran sonrientes y justo cuando voy a asesinarlos siento un empujón
Nado en el agua rápido hasta donde esta mi hermano y lo empiezo a salpicar, él ríe y me sigue el juego.
Tal cuál niños pequeños resolvemos el problema de esta manera inmadura pero divertida.
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Dana me observa totalmente concentrada comiendo helado escuchando el relato de cómo hice que Ethan y Nick me terminaran comprando un montón de chocolates, siendo ambos nuestros hermanos los "serios"
Ella sólo se dedica a reír con ganas aparte de felicitarme, pero cuando termino de contarle la caída épica de su hermano en la piscina simplemente sus risas aumentan.
—Su expresión era de revista cómica, te lo puedo asegurar. —me reí también con ella cerrando los ojos.— fue divertido.
—Em, hay algo que quiero preguntarte, pero no es en torno los chicos, es respecto a Logan... —su tono de voz deja de ser divertido y entonces sé que es algo de lo que debemos hablar con seriedad.
La conozco perfectamente para deducirlo con sólo su mirada.
Tomó el vaso de agua que tengo encima del escritorio y le doy un largo trago antes de asentir ignorando aquel cosquilleo en mi estómago por sólo escuchar su nombre, ella me mira esperando mi respuesta a esa pregunta no formulada, entonces le hago un ademán con mi mano asintiendo.
Ese tema fue muy repentino y lo que me quedaba de agua no calmaría la sed que sentía.
—Bien, puedes soltar lo que quieras.
—Quiero saber... qué paso exactamente entre ustedes.—me mira estudiando cada una de mis expresiones, siempre lo hace cuando quiere saber si le digo la verdad y queriendo comprobar que tan mal estoy en ese sentido.
—Yo... Mmm, bueno este... —de repente siento los nervios a flor de piel, mirar por el ventanal no me relaja mucho, ni el otro trago de agua, respiro profundamente y cuento hasta tres mentalmente.— Nada, sólo, pienso que es un poco egocéntrico, no creo que pase nada es más, no existe un "nosotros", sólo fue algo... ¿pasajero?
¿Dudar de algo que fue más allá de lo pasajero?, mal, muy mal.
—Oh, cariño, ¿estás segura que es eso? —sus perfectas delineadas cejas se arquean porque sabe qué hay algo más detrás de esas palabras incluso la misma duda en mi voz me delato. — ¿cómo te sientes realmente?
Me conoce tan bien.
Aparte de ser mi mejor amiga de toda la vida jamás podré ocultar algo igual, así que suspiro y trato de no mirarla, aunque fuese una videollamada.
—Algo así, pero... ¿podemos hablar de esto luego? —ella asiente cerrando los ojos, ya que sabe que no va a obtener ninguna respuesta sincera precisamente en este momento.
—Bueno. Mejor cuéntame, ¿Qué tal va todo por ahí? —Al instante me alivia que cambie el tema de los chicos y sonrió contándole todo sobre la empresa, las salidas y los días de trabajo en el sentido de apenas tocar la cama y dormirme.
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—¿Entonces?
Solté un largo suspiro y mirando mis manos en busca de una respuesta.
—Es qué... no lo sé, vale, siempre es tan...
—¿Distante?, ¿cortante?
—Sí... Últimamente lo ha sido y en cierta forma me siento mal, me duele, ¿sabes?, porque es todo tan extraño.
—Nena, yo sinceramente pienso que deberías hablarlo.
—Crees que soy yo la que me estoy imaginando estas cosas? —me atreví a preguntar dudosa, algo temerosa y ansiosa por su respuesta también.
—Pequeña, sinceramente no sé qué decirte respecto a ese tema, pero hablalo con él, aclara las inquietudes que tienes. Las parejas tratan sus problemas y buscan las maneras de superarlos. Pueden fingir que no pasa nada, pero la inquietud siempre seguirá ahí, por eso mejor háblalo.
—Eso haré. —le sonreí levemente después de asegurarle y me levanté, besando su mejilla cortamente tomando dirección hacía el centro comercial.
Necesitaba despejar mi mente, esto a veces me mata y no me gusta pensar en él todo el tiempo.
Todo es tan extraño.
Mientras camino de mi casa al centro comercial observó las aceras y algunos autos que pasan matando el tiempo fuera de mi propia mente, ya entrando al lugar busco la cafetería dónde siempre iba con él cuando salíamos.
Sonreí al notar que no hay casi gente y vuelvo a mirar algunas tiendas mientras me acerco hasta ese amplio local; doy un paso dentro y mi sonrisa se borra.
Justo en estos momentos no sé sí las cosas que había leído gracias a mi adicción con la lectura eran ciertas o aquellos rumores que me obligaba a ignorar siempre.
No sé sí simplemente estoy viendo fantasmas dónde nos los hay.
Pero tampoco puedo afirmar que me siento bien.
¿Él?, qué esta haciendo, él no puede, él prometió nunca... Oh, cielos.
Sus labios están juntos los de aquella chica, aquella desconocida para mi, pero no para él.
Entonces ahí es cuando cada uno de aquellos rumores toma fuerza ante mis propios ojos, él sigue en lo suyo sin notar mi presencia y el dolor en mi pecho me quema sin dudar.
¡Mentiroso!, ¡mentiroso!
Mi mente grita aquello con tanta fuerza que me siento aturdida y débil, mi corazón se rompe, estoy estupefacta con lo que veo, esa es la verdad.
Soy consciente de las lágrimas en mis mejillas cuando recuerdo cada una de esas promesas que hizo y yo ilusamente creí.
Especialmente esa melodiosa y falsa frase de "cuidaré tu corazón"
No puedo aguantarlo más, sólo quiero salir de este lugar, quemar cada uno de los recuerdos y borrar su nombre de mi mente que se filtró tal cual tatuaje.
—No... —ese susurro sale débilmente de mis labios antes de salir corriendo sin mirar atrás, con aquellas lágrimas aún bajando en cascada por mis mejillas ese dolor en el pecho y el nudo en la garganta.
¡Maldita sea mi ingenuidad!
El beso que tuvieron y estaban teniendo se repite con cada paso que doy a medida que voy caminando, me estoy asfixiando con el mismo aire.
Mentiras y más mentiras.
No me importa nada más que no sea salir de este horrible lugar.
Fue él quien la besó, no ella a él. Eso es lo peor.
La entrada del centro comercial es lo único que agradezco porque no me siento capaz de poder soportar otro segundo en este lugar plagado de recuerdos ahora mismo, estoy huyendo, corriendo sin parar por la acera, liberando mi ira de esa forma.
Sólo sé que cuando veo la entrada de mi casa, me alivio internamente antes de abrir la puerta y respirar profundamente, como si de esa forma sintiese menos de lo que ahora me recalca mi mente.
Por quinta vez en el día, estoy llorando en mi habitación recordando primero esas dos cartas que llegaron en la mañana, los mensajes de texto de números desconocidos, esas malditas fotografías y como cereza del pastel, la realidad.
La misma realidad que golpeó mis sentimientos.
Siempre tuve ese instinto sobre sus mentiras, que realmente no le importaba, en especial cada forma de cambiar todo con una sola palabra dulce, su estupido trofeo, incluso.
Pero caí como toda ingenua enamorada, me enredé en sus redes y la que perdió fui yo, porque ahora cada uno de esos rumores tenían sentido, la única ignorante era yo.
—Duele. —gruñí ahogando mis propios sollozos contra la almohada apegándome a que se llevaría mi dolor, todos aquellos sentimientos que quería descargar con cada lágrima.
Estaba enojada conmigo misma por contarle cosas de mí, confiar, cegarme a ese tonto sentimiento que no lo valía.
Pero tengo claro algo, no seguiré con este dolor, no quiero esto en mi vida, nunca, no de nuevo.
Porque al fin y al cabo supo destruirme.
Estando o no consciente.
Ya no importaba, sólo olvidar y seguir con mis nuevas reglas.
**************
¡Hola, aliens!
Lamento en serio descuidar tanto la historia, pero tuve algunos inconvenientes y pues bue...
En fin quiero avisar que me la pasare más por aquí, mi inspiración ha vuelto y siento mucha más energía y ganas de escribir.
Los quiero muchísimo y pues, espero les guste este desastre de cap. Hahaha ♥️
-E
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