Cap. 43 Día + Logan.
Ella no tardó mucho en despertarse lentamente, algo confundida hasta que sintió ese brazo en su cintura, ahora estaba desorientada con su alrededor.
¿Se había enrollado con alguien?, ¿dónde estaba?, sólo recordaba... el sonrojo que invadió sus mejillas fue único, pues recordó ese acto en específico.
—No es cierto... —susurró más que con vergüenza, confusión, cuando aquel rostro se pasó entre sus recuerdos.
Instintivamente levantó un poco la cabeza para ver quién la tenía presa de esa forma y así sus sospechas sólo fueran eso.
Pero no.
—¿Qué rayos? —Se sobresaltó, esos brazos a su alrededor la volvieron a apretar manteniéndola quieta así quedándose en una posición cómoda.
¿Qué hacía él allí?, ¿por qué estar entre sus brazos le daba tanta tranquilidad?
No se quejó por su agarre.
—Hola. —murmuró de forma adormilada con una sonrisa divertida.
Se había extrañado un poco el comportamiento de ella pero le era de suponer ya que estaban algo más que ebrios ayer, sí, también se había emborrachado, el dolor de cabeza era producto de ello.
Por suerte había tomado una pastilla para lidiar con aquello cuando se levantó temprano por la mañana.
—No f-fue un sueño, ¿cierto? —Su voz había sonado muy nerviosa al punto de que tartamudeó un poco.
—Eh, no. —le respondió de manera tranquila mirándola confundido, ella comenzó a reír a carcajadas.
¿Cuál era el chiste?
Él alzó una ceja sin entender su extraño comportamiento y la siguió viendo de la misma forma.
Confundido claramente.
—Sonaré cómo una loca... eso, pero vaya, fue mejor despertar contigo que con ese idiota. —aseguró totalmente divertida de la situación en la que estaba viviendo, el castaño frunció el ceño algo ofendido, ella se reía todavía y él no entendía cuál era la gracia de aquello.
No era divertido.
—¿Eso es bueno o malo?, porque usualmente jamás pensé en escuchar algo así. —exageró lo último y ella se dio cuenta de ese dramatismo, era mujeriego, claro que estaba acostumbrado a peores ejemplos, ambos lo sabían pero en ese momento se le había volteado la tortilla por venir de ella.
¿Por qué sonríes, pequeña?
—¿Por qué mejor no lo averiguas? —Cuando había pestañeado apenas, ella ya estaba corriendo fuera de la habitación, no sé había preocupado en qué ponerse puesto que tenía una camisa de él, la cual cubría su cuerpo hasta sus muslos.
—Oh no, claro que no. —gruñó levantándose de la cama sonriendo divertido, siguiendo ese juego que ahora recién iniciaban, saliendo a perseguirla, como sí fuese el lobo a punto de atrapar a su caperucita.—¡Emily, ven aquí!
Emily's POVS.
Correr debía ser mi deporte favorito, definitivamente.
Sonreí de lado ante esa ocurrencia mientras entraba a una especie de sala que encontré tomando asiento en la alfombra al lado de la chimenea, tratando de recuperar el aliento que se me había escapado en esa carrera.
Quise reír por pensar en ello, pero cubrí mi boca con una mano cuando los pasos se escucharon más cerca.
Me iba a levantar cuidadosamente pero él ya me tenía entre sus brazos de nuevo.
—Te tengo. —susurro contra mi cuello logrando que varios escalofríos se abrieran paso a través de mi cuerpo.
—Lo sé. —murmuré intentando no mostrarme afectada por su toque.—Lo había dicho en una buena forma.
—Me alegra saber eso. —sonrió tranquilo, añadiendo algo más.— Hubiese matado a ese idiota aún así. —concluyó haciéndome reír a carcajadas por su expresión.
—En serio que eres todo un caso, Hale. —murmuré con diversión viéndolo.— por cierto, quiero disculparme por lo de anoche, he de pensar que tienes un mala impresión de mi, ahora, cómo una... tú entiendes.
No sabía porque pero esas palabras salieron de mis labios sin previo aviso.
¿Por qué tenía que disculparme?, si para nada estaba incómoda con la situación.
¿Qué me sucede?
Su rostro negó todo.
—No tienes nada de que disculparte, no te hagas menos por hacer lo que deseas. Y por favor no te insultes así —pidió seriamente lo último.— Mira si quieres hacer algo que va en contra de tus reglas, hazlo, disfruta tu vida, Emily. No importa lo que digan los demás ni lo que piensen, sólo hazlo, si a ti gusta, ¿por qué tiene que importarle a los demás?, joder, eres hermosa, increíble y... —él mismo se calló mirándome, yo sonreía ampliamente, no conocía ese cursi y bueno de Logan Hale.—simplemente no pienses mal de ti misma cuando puedes lograr grandes cosas o tener tus gustos, sin importar lo que los demás digan.
Me ablando, sólo con esas palabras, lo confieso.
—Supongo que gracias. —le respondí con una sonrisa sintiéndome cómoda con su presencia.— sí te soy sincera, estaba algo alejada de toda este rollo desde que... —no sabía porqué aquellas palabras habían abandonado mis labios, de nuevo mis paredes se habían derrumbado, sentí el sonrojo en mis mejillas pero de la vergüenza.— olvida eso. —pedí pensando que se burlaría pero él no lo hizo.
—No te preocupes, no diré nada. —aseguró apoyando su mano contra mi mejilla suavemente, con su mirada totalmente intensificada en la mía.— parece que alguien tiene experiencia igualmente. —movió sus cejas de forma coqueta con esa sonrisa suya tan, sólo diré que me está matando.
Para evitar que se viera más que obvia mi vergüenza me carcajeé rodando los ojos.
—¡Oh, vamos!, los libros enseñan lo que, ¡olvida eso también! —cubrí su boca con mis manos mordiendo mi labio inferior con fuerza demasiado apenada.— ¿te vas a ahorrar los chistes? —él asintió entrecerrando sus ojos.— bien, ya está. —cuando asintió de nuevo quite mis manos de su boca.
—Sé perfectamente que clase de libros pueden ilustrarte en el campo, ¿no es así, fanática de la botánica?
¡Ay!, ay, no.
Me yo solita me delaté.
—¿De qué hablas? —mi risa nerviosa sólo termino de lanzarme por la plancha directo al mar.
—¿Te suena el nombre de "Eric"?
—Ahhh, ¿no es lo que parece?
—No preguntaré pero si quisiera probar lo que sabes y aprendiste.
Ay, virgencita.
Está haciendo mucho calor aquí.
—¿Vamos a la piscina?, la vi cuando estaba corriendo, ¿no crees que un chapuzón estaría más que genial para el cuerpo? —su sonrisa burlona y mis nervios no eran una buena combinación, pero se hacía lo que se podía.
—La timidez te toma después de...
—¡Shhhh!, ¡a la piscina he dicho!
Él rodó sus ojos divertidos dejando un beso cerca de mis labios lentamente.
—Leí ese que dejaste en la oficina el otro día por error y créeme que puedo cumplir cada una de tus expectativas. —murmuró lentamente lo último guiñándome un ojo alejándose de mí con esa estupida sonrisa que me mataba y su tono de voz que sólo había aumentado mi nerviosismo.
—¡Deja de decir babosadas, Logan! —no sé cómo pero me las ingenié escapando de sus brazos huyendo acalorada hasta la piscina que antes había visto y él se reía detrás de mi, siguiéndome.
[...]
—El agua está lo suficientemente fría para que te quites el calor. —dijo él con esa misma sonrisa divertida y los ojos un poco achinados sacando la mano del agua.— ¿no quieres probar?
—¿Quieres que te empuje?
—Eh, tranquila, pequeña fiera. —levantó las manos en forma de paz.— aunque en realidad no me gusta mucho el agua fría.
—En serio no puedo creer que el agua de piscina te de frío. —me burlé de él aceptando esa especie de tregua sin palabras ganándome una mala mirada de su parte, mi risa era la que escuchaba ahora.
—No me da frío, sólo no es de mi agrado. —respondió y cuándo me miró una sonrisa rara apareció en sus labios, ese escalofrío que sentí con cuando me dirigió esa mirada, indicaba que tenía que salir corriendo.
Sin pensarlo más, Logan se lanzó de un clavado en la piscina mojándome un poco a la vez que respingaba, manteniendo en mi mente aquella sonrisa que para nada debía significar algo bueno.
—Prefiero entrar yo solita. —murmuré bajando por las escaleras alejándome de dónde sabía que él se encontraba nadando. — está fenomenal. —respire tranquila al no verlo cerca relajándome por la frescura que el agua me otorgaba.
Chille asustada cuando sentí como unas manos rodeaban mis piernas y espalda repentinamente.
—Tramposo, tú sí alcanzas aquí. —bufé entrecerrando mis ojos básicamente porque me había tenido que mantener flotando antes que él apareciera de esa forma en esa zona que sí alcanzaba. —Espera, ¿qué haces? —fruncí el ceño algo divertida recibiendo sólo una sonrisa de su parte.
—Disfruta el momento, pequeña fiera.
Cerré mis ojos soltando un largo suspiro obedeciéndole sólo por ese momento y no lo voy a negar, estaba totalmente relajada entre sus brazos de nuevo disfrutando los suaves movimientos del agua cuando él caminaba.
—¿Mejor?
—Shh, sólo déjame disfrutar la tranquilidad.
—Eres increíble.
—Lo sé, querido, lo sé. —reí ignorando su tono irritado abriendo los ojos de nuevo para sonreírle.— bromeaba, no estás tan loco como pensaba.
—¿Ver para creer?
—Nah, sólo conocer y hablar después. —Logan negó suavemente sentándome en el borde de la piscina riendo divertido.—Hagamos algo, ya que mi curiosidad ha vuelto, ¿preguntas?
—Adelante. —él sonrió ladinamente apoyándose contra la pared de la misma piscina cerrando sus ojos.
—Así que... ¿vives solo? —le pregunté por fin ahogando esa pregunta fuera de mi mente, su mirada volvió a mi alzando una ceja.
Ahora su sonrisa tenía cierto toque especial.
—Así qué... ¿estás saliendo con Blake?
—Nop, somos amigos.
—Eso dije yo varias veces. —se burló él relamiéndose los labios.
—¿Es en serio, Hale? —lo dirigí una mirada seria con los ojos entrecerrados.— no es mi tipo, ¿bien?
—Supongo, si quieres algo salvaje en...
—Cállate. —reí negando por esa mirada divertida y luego vino otra pregunta a mi mente aunque decidí callarla.— tienes una familia muy agradable. —añadí moviendo mis pies dentro del agua.
—Son agradables. —confirmó sin añadir más.— ¿Vives sola?
Negué. —Aún no, se supone que después de que salga de todos los problemas de la empresa compraré mi propio apartamento.
Él asintió.—Es una buena meta. —asentí de acuerdo con él y mire el agua de la piscina. —¿tienes novio?
Negué, ¿debía contarle acerca de ese tema?, daba igual, Los Ángeles no eran Canadá.
Y la verdad, ya no importaba si lo decía o no.
Pero pensándolo bien, ¿me creía capaz de tener novio y meterme con él?
Que loca situación.
—Tenía un novio, pero como todas las posibilidades, me engaño, no funciono y todo acabo. —resumí sin dar más explicaciones.
—Estoy seguro de que no te supo valorar.—esas palabras captaron mi atención, él me estaba viendo directo a los ojos y el tono de su voz había cambiado totalmente, hasta la sinceridad de sus palabras.— eres única en sentidos que muy pocos pueden apreciar.
Le di una pequeña sonrisa y suspiré bajo.
¿Acaso ser lindo era un delito?, porque de ser así que le den condena perpetua.
Salió de la piscina sentándose a mi lado pasándome una de las toallas que teníamos cerca.
—¿Sabes?, una de mis principales reglas es no enamorarme. —Él se tensó un poco, pero no le presté mucha atención a su gesto.— Tú... ¿soltería o andas con rollos?
—Emily, estoy soltero, no, no tengo rollos, por ahora. —de despeinó el cabello atrapando mi atención nuevamente, su sonrisa forzada me llamó más la atención.— Hace un tiempo me comprometí con quién creía ser "el amor de mi vida" —Hizo comillas mientras sin dejar de mirarme, sentí una puntada en el pecho ajena al por qué, la ignoré y lo seguí escuchando.
>>El día del compromiso... bueno en la fiesta, la encontré en el baño con otro y ahí se acabó todo.—contó esa parte cómo sí hubiera sido lo más normal del mundo sonriendo sin humor.
Me sentí mal sin ser él, pero comprendía su forma de vivir.
¿Por qué confío en mi?
—A veces las personas se ciegan cuando no aman de verdad con quién están, esa es la verdad.
—Crudamente, pero sí. Olvidemos el tema, ¿sí?
De un segundo a otro mi cuerpo cobra vida propia y cuando me doy cuenta estoy sentada sobre su regazo rodeando su cuello con mis brazos sin decir ninguna palabra, sus ojos conectan con los míos y ese cosquilleo regresa en mi estómago, une nuestras frentes suspirando.
Es cierto que las palabras sobran ahora mismo.
El simple roce de sus caricias hace que mi piel se erice, veo sus ojos de nuevo, estos están un poco más oscuros que antes y sólo quiero dejar que las cosas fluyan.
—Voy a besarte. —me avisa esperando que me niegue pero no lo hago, estoy hipnotizada viéndolo, una sonrisa se posa en mis labios cuando salgo del trance antes que siquiera roce sus labios con los míos.
—Atrápame sí puedes. —ya estaba fuera de su regazo corriendo con el corazón latiéndome rápidamente y mis mejillas sonrojadas.
—Voy por ti, pequeña. —gritó antes de que yo me perdiera por los pasillos de la primera planta riéndome más nerviosa.
Entré en la cocina y lo escuché llegar, hice silencio para qué está vez no me encontrará tan pronto, así podría pensar un poco lo que había dicho.
Y calmar esos latidos desbocados así como el sonrojo en mis mejillas.
—¿Dónde estás? —escuché su voz en un tono divertido logrando que me acomodara en mi escondite estando algo más calmada, al no escucharlo me asomé un poco pero de pronto sentí cómo era acorralada contra la pared por el mismísimo culpable de mi sonrojo.
Él.
—Ya me tienes, mejor dicho, me encontraste. —me demostré divertida ignorando el tono oscuro de sus ojos revolviendo su cabello húmedo.
—Ten por seguro que siempre te tendré. Oh, y también... siempre te encontraré. —su voz hizo que mi piel volviera a erizarse así que lo tome de la nuca y lo bese.
Sus manos pararon en mi cintura, mientras que las mías iban a su cuello, salté rodeando su cadera con mis piernas mientras él me sostenía sonriendo contra mis labios, reí bajo y él mordió mi labio inferior.
—Sólo cállate y bésame. —exigí contra sus labios volviendo a besarlo, pero esta vez él tomaba el control y la temperatura simplemente subía poco a poco.
Estaba caminando sin despegar sus labios de los míos dejándome sobre la cama, sin pensar en cómo habíamos llegado tan rápido, enredando mis dedos por su sedoso cabello suspirando placenteramente.
Él se acomodó sobre mi manteniendo su peso con sus propios brazos.
El calor volvió a subir de nuevo, la poca ropa que tenía desapareció lentamente a medida de que las caricias seguían, en todo momento al igual que sus besos.
Y cuando recuperé la cordura perdida cuando nuestros cuerpos habían vuelto a ser uno solo, pero esta vez era diferente, porque esta vez los sentimientos no los manejábamos nosotros.
Él apretó su agarre en mi cadera intensificando el beso de nuevo antes de volvernos a perder nosotros mismos.
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Sólo digo que comienzo a shippear a Logem.
(Las escritoras siempre van a shippear a sus más bonitas creaciones. 🤷🏻♀️😂)
Nos vemos, aliens.
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