Capítulo 26
Antes de empezar Seungmin se dedicó a bañar a Changbin, estaba sudado y además algo ido, se le notaba en la cara, sobretodo su resistencia. Terminando eso, se dedicó a secar el cuerpo del hombre y el suyo para luego mirarlo.
—No tienes que contenerte, estaré bien, además llevo queriendo esto desde hace un tiempo. —Intento calmar a Changbin para llevarlo a la cama.
El hombre seguía callado y eso preocupaba a Seungmin.
—Al menos hablame.
—Me traicionaste, pensé que me querías. —murmuro.
—¿Traicionarte? Lo hice para que ese maldito no te matará, quería que al menos estuvieras cómodo, me arrodille para eso. Es más que obvio que te quiero, no sólo eso, te amo Bin. —Se acercó para besarlo rápidamente. —¿Lo entiendes? Jamás volvería a traicionarlos, es por eso que estoy aquí, voy a sacarte de aquí a como de lugar, pero ahora, deja de resistirte y termina con el sufrimiento que te causa esa cosa que te dió.
Changbin miro al menor, escaneando su cuerpo y luego su cara, era obvio que no mentía, suspiro y se acercó más al cuerpo de Seungmin.
—De antemano te pido perdón si soy brusco.
—No importa, se que todo esto es por esa cosa. —Volvió a besarlo, beso en el cual Changbin tomó el control, llevándolo a un nivel más intenso, caliente, a tal punto que Seungmin tuvo que separarse por la falta de oxígeno.
Pero una vez recuperado volvieron a besarse, mientras el cuerpo del chico era puesto en la cama con delicadeza, sin duda Seungmin tenía razón, Changbin es todo un caballero, incluso en su estado.
Los labios del mafioso abandonaron los de Seungmin para ir haciendo un camino de besos desde su cuello hasta su pecho, donde empezó a dejar marcas. El menor jadeaba por la sensación de las mordidas y besos que eran dejadas en su cuerpo.
Changbin regresó a su cuello para besarlo y dejar una marca que fuera lo suficientemente visible, era obvio para que.
Seungmin fue levantado de la cama para quedar sobre las piernas del mayor, el cual después de lamer sus dedos, los metió en su entrada para empezar a prepararlo.
Los quejidos del menor preocuparon a Changbin por lo que decidió relajarlo haciendo más marcas en su cuello, quería distraerlo un poco para cuando estuviera listo.
—No quiero lastimarte. —le susurro mientras pasaba su lengua por su clavícula.
—Está bien, es normal, además será menos doloroso que la primera vez. —le sonrió para tranquilizarlo, mientras pasaba sus dedos por su cabello y volver a juntar sus labios.
Los dedos de Changbin abandonaron la entrada del menor y con cuidado metió su entrepierna, las manos de Seungmin apretaron el cabello del hombre, pero luego lo soltó dejando sus uñas en la espalda del mafioso, rasguñando por el dolor y por sujetarse.
Las embestidas empezaron lentamente y los gemidos de Seungmin era callados por los besos de Changbin, pero cuando se separaban por oxígeno eran más sonoros, deleitando al mayor con el sonido.
—Bin...
—Dime... —Volvió a besarlo, pero esta vez se separó rápidamente, dejando una mordida en su labio inferior.
—Más... más, por favor...
Changbin aumentó la velocidad y las embestidas eran más profundas, haciendo gemir más fuerte a Seungmin, al mismo tiempo sus uñas se hundían aún más en la espalda del mayor, tanto placer lo hizo correrse más rápido de lo normal.
El mafioso estaba a punto de salir de él, pero no lo dejó.
—Sigue, puedo limpiarme después, necesito que te vengas, para que baje el efecto.
—Si tu lo dices, pero necesito que te pongas de espaldas. —Seungmin acató la orden con cuidado y Changbin pasó su brazo por delante de ambos cuerpos para evitar que el menor se cayera y volvió a meter su erección en la entrada del chico, haciéndolo gemir fuertemente.
Con su mano libre sostuvo la cara del menor para besarlo mientras seguía con las embestidas, al abandonar sus labios bajo a su hombro y dejar una mordida. Seungmin de nuevo se corrió.
Changbin al ver la cara del menor, cansada y excitado, pero al mismo tiempo todo el desastre que ya había hecho de el también se corrió, mientras se recuperaba repartió besos por la espalda de Seungmin y ambos dejaron caer sus cuerpos en el colchón.
—Deberías dormir un rato. —sugirió el menor mientras acariciaba la cara de su amado.
—Tu también.
—Si, solo voy a lavarme y regresó. —Se levantó a duras penas ya que sus piernas flaquearon por los espasmos que las sensaciones le habían dejado y además de su dolor de cadera.
Mientras se lavaba, vio todas las marcas que tenía y después de ducharse y mirarse en el espejo vio las del cuello y la mordida que ahora estaba en su hombro izquierdo, sonrió inconscientemente para luego ponerse la ropa e ir por un trapo húmedo para limpiar a Changbin.
Con mucha delicadeza lo paso por su cuerpo sudado, no quería que despertará, no sabía que excusa le iba a dar para poder irse. Cuando terminó le dio un beso en la mejilla y salió de la habitación con cautela.
—¿Lo disfrutaste? —le preguntó Jeongin que estaba recargado en la pared con los brazos cruzados.
—Si, tu droga no sirve, pudo resistirse muy bien, pero había que aprovechar la oportunidad, quien sabe cuando iba a poder hacerlo con el así. —sonrió después de relamerse los labios. —Debo decir que es mucho mejor que tu y procura mis sentimientos. Me voy, nos vemos.
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