Tiempos Difíciles
Media hora después, ambos salían del hospital. Levi ya un poco más tranquilo y de la mano de Erwin, pero aún sollozaba y limpiaba su carita empapada de las lágrimas que salían de sus hinchados ojos.
Se detuvieron en la salida del servicio de urgencias, y Erwin miró a su acompañante.
—Cuánto lo siento...— decía Erwin— lamento todo esto.
Se acercó sólo un poco al joven, pero sin abrazarlo, no quería invadir su espacio personal a menos que él se lo permitiera.
—Mi madre... era una buena mujer...— empezó a hablar el joven mientras se apartaba un poco de Erwin y se sentaba en la fría y dura escalera de concreto que había en la entrada del servicio d urgencias.
Erwin se apresuró a seguirlo y se sentó a su lado.
—Mi madre no le hacía daño a nadie y ella se ocupó de mi luego de que me encontraran tras haber sido secuestrado por mi padre, un maldito bastardo, y mi abuela por parte de mi padre...
Unas imágenes que hubiera querido olvidar regresaban a su mente. Aquellos recuerdos eran demasiado crueles como para contarlos.
—Todos en esa casa eran unos enfermos...— dijo y con la manga de su chaqueta volvía a quitar las persistentes lágrimas.
De pronto Erwin recordó el informe que Mike había hecho a petición suya sobre el muchacho. Y recordó que, en él mencionaba un secuestro de cuando era solamente un niño.
—No recuerdo mucho la verdad... pero si recuerdo que ese hombre era violento con mi madre...
Erwin continuaba mirándolo y decidió hacerle una pregunta que se formó en su cabeza tras sus palabras.
—Sé que antes le hice una pregunta, y quiero agradecerle pro contarme esto, es algo muy personal de su vida... sin embargo, debo preguntar ¿por qué me cuenta todo esto? — Levi volvió su mirada llorosa hacia Erwin —no tiene que responder si no desea hacerlo...— se apresuró a añadir.
—¿Mi madre jamás se lo dijo? — preguntó Levi a modo de respuesta.
Erwin negó silenciosamente. Aunque eran muy buenos amigos, estaba seguro que había cosas de Kuchel que él desconocía, y eso lo comprobó cuando se enteró de que Levi era su hijo. Sin duda Kuchel parecía una mujer de muchos secretos. Pero ¿quién era él para exigir saber todo sobre su amiga, si esta deseaba mantener en secreto parte de su vida?
—Mi madre y Kenny, fueron adoptados por la familia de mi padre, mis abuelos maternos murieron cuando ellos eran unos niños. Mi madre solía decirme que mis abuelos soñaban con que ella les diera un nieto... sin embargo, no tuvieron la oportunidad, ni yo la suerte de poder conocerlos... mi madre también decía que ellos los querían muchísimo a Kenny y a ella...
Levi sonrió levemente ante ese recuerdo de su madre hablándole de sus abuelos. Pero su rostro se ensombreció cuando continuó hablando.
—Pero un día...
Erwin al notar que Levi estaba hablando cosas que eran muy tristes y que a todas luces le afectaban, intervino.
—Entenderé perfectamente si no quiere continuar... ya respondió a mi pregunta, no es necesario que siga.
—Usted era su mejor amigo ¿no? No dudo que usted fue también de gran ayuda para ella como ella lo fue... o al menos eso dijo usted...— dijo Levi aun mirándolo.
—Por supuesto que fue una amiga increíble...— sonrió — no sería quién soy de no ser por su madre.
—Una noche...— retomó su narración el pelinegro — unos sujetos entraron a su casa, mi madre se había levantado a buscar a Kenny porque había escuchado ruidos. Mi madre me dijo, que ella y Kenny habían salido de sus habitaciones a averiguar qué sucedía, pero el ruido de disparos los detuvo en las escaleras...
La mente de Erwin formaba imágenes del relato del joven y estaba espantado.
—Kenny se llevó a mi madre de vuelta a su cuarto y la escondió en un cuartillo pequeño que Kenny tenía debajo de la cama, Kenny prácticamente le salvó la vida a mi madre con apenas diez años de edad...
"Mi madre me dijo que no sabía lo que ocurrió después, pues ella no había salido de ese cuartillo hasta unas horas después que Kenny fue a buscarla. Cuando llegaron al piso de abajo, vieron a mis abuelos muertos con impactos de bala en varias partes del cuerpo. Los ladrones pensaron que en casa de mis abuelos había pertenencias de valor, pero al no hallar nada, asesinaron a mis abuelos solo por frustración... y es en esta parte donde entran esos malditos que adoptaron a mi madre...
—Lamento interrumpirlo...— decía Erwin y Levi levantó la mirada para verlo. Erwin miraba al frente con el ceño fruncido y evidentemente muy molesto.
Allí ante ellos, estaba María y nile.
—¿Qué hacen aquí? — preguntó.
—Nos enteramos de la muerte de esa mujer... y sé que esa "mujer" era tu amiga... y quería saber cómo estabas... pero no esperaba que estuvieras con este muchachito...
El tono que empleó para referirse a Levi, fue un detalle que no pasó por alto ni para él ni para el pelinegro.
Erwin lo atrajo hasta su cuerpo, Levi no se hizo de rogar, y se dejó. En ese momento los brazos de Erwin eran su mejor refugio.
Ambos se levantaron del frío concreto sin dejar de mirar a ambos.
—No regrese a su apartamento, quédese conmigo, cuidaré de usted... se lo prometí a Kuchel...— Levi alzó la vista, Erwin no lo estaba mirándolo y le hablaba en susurros, y se abrazó a él aun con más ganas de llorar.
Levi ocultó su lloroso rostro en el pecho del mayor, y Erwin lo miró con un tierno brillo en sus azulinos ojos.
La mujer frente a ellos, parecía que estaba conteniendo su enojo.
—Tu madre preparó una exquisita cena, y quiere que comas con ella, dice que la tienes muy abandonada. Deberías de compartir más con ella, te extraña...
Era tan ilógico lo que decía esa mujer, que Erwin simplemente la ignoró y empezó a caminar con Levi aferrado a él, pasando junto a la pareja a la que dejaron allí sin decir una sola palabra.
—¿Quieres saber lo que le sucedió a tu madre, niño? — sonrió mientras de su cartera sacaba un cigarrillo y nile lo encendía.
No le hizo falta volverse de inmediato a mirar a Erwin y Levi, pues sabía que su pregunta los había hecho detenerse.
Levi quedó momentáneamente con la vista perdida y luego, reaccionó soltándose de Erwin y preguntándose como sabía esa mujer que Kuchel, era su madre.
—¿No me digas? ¿Nunca te lo dijo? — preguntó burlona y entonces se giró.
El enojo de Erwin iba en aumento.
—¿Qué sabes de mi madre? — susurró, y luego se volteó para ver a aquella mujer que seguía con esa sonrisa maliciosa en la cara.
La mujer dio un suave golpecito a la pipa que sostenía su cigarrillo, y la ceniza de este caía hasta el suelo.
—Pregúntale a tu padre, él sin duda sabe muy bien lo que ocurrió— luego, ignorando a Levi, la mujer se dirigió a Erwin — ¿y bien? ¿Vendrás? El coche nos espera un poco más allá—
Entonces Levi recordó el papelito que había hallado en la mano de su madre y metió su mano al bolsillo de su pantalón.
Allí había un número telefónico y una dirección. La letra era sin duda de su madre.
—Vámonos Levi— dijo Erwin, y se lo llevó con él de vuelta al coche.
Una vez dentro, Erwin tomó de sus manos.
—No le haga caso, dudo que María conociera a Kuchel, de ser así ella me lo habría dicho...— pero sus palabras sonaron un poco molestas, como si le molestara el hecho de que en algún momento ambas mujeres hubiesen tenido algún contacto. Pues si hubiese sido ese el caso, Erwin habría hecho todo a su alcance para alejarla de María. Él, mejor que nadie sabía qué clase de mujer era.
Arrancó el coche y regresaron al hotel. Una vez ahí, Erwin ordenó que no se le molestara, y si surgía algún problema con el hotel, que le informaran a Mike, él podía hacerse cargo de la situación junto con Hanji.
Levi fue informado de la autopsia de su madre, y que podía retirar el cuerpo a la mañana siguiente y proceder con el velatorio y finalmente, el entierro de su madre.
Erwin jugaba con el cabello del menor mientras miraban la televisión y las noticias sobre la muerte de Kuchel.
—Duerma un poco... sin duda estas horas han sido una pesadilla y no dudo que este agotado... han pasado muchas cosas...—
—Sí... — dijo y se echó en la cama. Sentía el cuerpo pesado, todo le dolía y no era precisamente por lo ocurrido la noche anterior entre él y su jefe, sino que había estado tan tenso desde que había recibido esa llamada...
Miró el reloj de la mesita al otro extremo de la cama. Eran ya las tres y media de la tarde, y aún quedaban muchas horas para que el día acabara.
Erwin entraba a la habitación con una bandeja, había pedido algo para comer, pues con todo lo que había sucedido, ambos necesitaban recuperar energías.
—¿Qué quiso decir esa mujer? — preguntó Levi acostado en la cama y de espaldas a Erwin y sin mirarlo—mi madre jamás mencionó a esa mujer, y una o dos veces mencionó al animal de mi padre... ¿Cómo es que esa mujer conoce a mi madre?
—María no es una mujer de fiar. No es honesta y es perversa, es capaz de inventar lo que sea solo para causar daño... se lo digo por experiencia propia— contestó Erwin y se sentó en la cama tras dejar la bandeja sobre la mesita de noche.
—¿Qué le hizo a usted? — dijo Levi girándose a la vez que se sentaba sobre la cama, finalmente gateó por la cama hasta llegar junto a Erwin.
—Me arrebató a la persona más importante para mí, me quitó a una de las personas a las que más he querido y confiado en la vida... — miró a Levi — aparte de Kuchel, había otra persona que es muy valiosa para mí. Mi padre—
—¿Qué le paso? — quiso saber Levi y se sentó junto a él, al borde de la cama y apoyando su cabeza en el brazo de Erwin y tomando su mano para entrelazar sus dedos.
—María dijo que mi padre le coqueteaba cuando ella era mi prometida, le dijo a mi madre y a mí, que él le ofrecía dinero para acostarse con ella. Pero yo no le creía nada a María... antes de que dijera esas cosas sobre mi padre, yo sabía muy bien que ella se acostaba con nile desde mucho antes. Así que inventó todo eso para chantajear a mi padre. Él se fue de casa cuando María lo denunció a la policía por un supuesto abuso sexual, sin embargo, no hallaron pruebas de dicho evento y mi padre quedó libre por falta de pruebas y entonces fue que decidió irse del país, hace años que no lo veo...
La jarra que había tomado mientras hablaba, colgaba de la mano de Erwin y este sirvió en los vasos un poco del contenido de la jarra. Jugo de manzana.
—Por otra parte, mi madre engañaba a mi padre, y aunque él lo sabía no le recriminaba nada, prefería eso a que fuéramos una familia disfuncional, pero ya lo éramos. Mi padre siempre fue mi principal apoyo, más que mi madre... más que cualquiera que conociera hasta ese entonces...
Guardó silencio por un momento.
—¿Recuerda que le pregunté si había recibido una extraña carpeta? — preguntó y dejó la jarra en la mesita tras servir el jugo y miró la coronilla de Levi.
Este alzó la mirada asintiendo, y soltando a Erwin cuando este se impulsó para levantarse de la cama.
Levi lo vio perderse por la puerta que daba a su despacho y unos minutos más tarde, regresaba con la carpeta en sus manos y luego ambos se acomodaron en la cama para ver juntos el contenido.
Tras ponerse guantes quirúrgicos, Erwin ponía sobre y la cama y entre ellos, el contenido de esa carpeta.
Allí estaba el celular, los talonarios de su padre, el sobre con las fotos, la copia del contrato de compra y venta del hotel.
—Ese hombre...— dijo Levi y tomó la fotografía del hombre de las gafas.
—Sí— confirmaba Erwin — es el hombre que lo acosaba anoche en aquel antro.
Erwin le enseñó el video en que aparecía teniendo sexo con su jefe, y también le enseñó el que aparecía él, con Kuchel.
Erwin al notar los anegados ojos en lágrimas de Levi, le sugirió la idea de enviarle ese video, y que pudiera tener al menos un recuerdo de ella, riendo y divirtiéndose. Esperaba que al menos con ese video, recordara a su madre como fue en vida, y no como la había hallado en aquel sucio lugar.
Erwin solo lo miraba, lucia como un niño indefenso al que acababan de arrebatarle a su madre, y aunque ya no era un niño, en ese momento Erwin lo percibía de esa forma.
Pasó un rato ahí, mirando una y otra vez ese video, hasta que otra vez sus ojos se posaron en la de aquel hombre.
—Aún siento su pestilencia a sudor, alcohol, y colonia barata...
—Nombre... zeke yeager... edad, 59 años, ocupación, tráfico de menores...
La lectura de Erwin se vio interrumpida por Levi, al que repentinamente, unas imágenes que habían estado en lo más profundo de su mente, y hacia gestos como si de pronto le hubiese dado una punzada en el hombro.
Esa no era la primera vez que Levi veía a ese hombre, los recientes eventos, más el estrés ocasionado por todo lo ocurrido, había hecho de algún modo, que los recuerdos que había olvidado por completo del periodo en que estuvo secuestrado, regresaban con fuerza.
—No es la primera vez que veo a ese hombre... — soló de pronto, mientras un intenso dolor de cabeza lo acosaba.
—He visto a ese hombre antes...
Entonces fue como si su cerebro desbloqueara aquellos recuerdos de la parte mas profunda de su memoria.
Erwin, se puso nervioso, Levi se tomaba la cabeza con ambas manos, y sacudía su cabello queriendo espantar ese mal estar.
—Ese hombre... me visitaba cuando era un niño... en realidad no era una visita, ese tipo iba a...
Sintió que se le apretaba el estómago, y unas intensas ganas de vomitar lo invadieron, razón por la que segundos después, el pelinegro corría en dirección al baño.
Erwin se levantó también de la cama, y siguió al menor hasta el baño, donde espero por él, delante de la puerta cerrada.
—¡Levi! ¿Está usted bien?
El informe de Mike regresaba a su mente.
"El menor de siente año, fue hallado en condiciones de desnutrición grave, golpes por todo su cuerpo, y claros signos de haber sido abusado en reiteradas ocasiones"
Erwin, cubrió su rostro, conteniendo las ganas de azotar la puerta con su puño. Esa información la había conseguido sin saber con lo que se encontraría, y ahora que había conocido parte de la vida de ese hombre, y la peor parte, además se sentía impotente de no poder ser de ayuda para Levi.
—Por favor perdóneme... soy el responsable de que esté en este estado... no debí preguntar nada sobre su vida pasada, y usted no estaba obligado a...
La puerta se abrió y Levi estaba ahí, pálido, ojeroso y casi quedándose dormido, con una mano en su estómago y la otra y apoyándose en el umbral de la puerta del baño.
—Señor Smith... gracias— dijo y finalmente terminó por caer dormido en los brazos de Erwin.
Este lo llevó a la cama, donde lo dejó descansar.
Volvió a guardar el contenido de la carpeta en su lugar, y se quedó junto a Levi, a quien besaba de vez en cuando, o acariciaba su dormido rostro o jugaba con su sedoso y negro cabello.
Horas más tarde, y ya de noche, Erwin hacía unas llamadas para finalmente abandonar el hotel tras asegurarse que Levi no despertaría hasta un buen rato después.
Al llegar al all de entrada, ordenó que dos guardias se apostaran en la puerta del ascensor que daba hasta el penhouse.
—No permitan que nadie entre a esa habitación.
El paseo, y la celebración, más la noche anterior con el joven, eran un momento que ahora se habían desvanecido con una facilidad ridícula. Pero había cosas que apremiaban aún más.
En su maletín llevaba la carpeta con todas esas cosas. Iría con Hanji para que las analizara antes de que las posibles huellas de quien la había enviado, desaparecieran.
El frío aire de la noche, calaba hasta los huesos aún estando abrigado. Conectó sus auriculares a tu teléfono móvil y volvió a marcar al número más reciente.
Esperó mientras en su oído, escuchaba el pitido que emitía el teléfono celular al realizar llamadas.
Hanji le contestaba segundos más tarde.
—Voy en camino, necesitaré de su ayuda para averiguar quien envió estas carpetas y quién es el asesino de Kuchel. Pídele a tu gente que consiga información de como María conoció a Kuchel, las palabras que hoy dijo, la hacen mi primera sospecha, y que también averigüen la dirección, y número de teléfono del hombre de la fotografía... Levi, lo reconoció, algo hay en común entre bellos, y quiero saber que es.
La voz de Hanji, sonaba firme y decidida al momento de contestar.
—Entendido.
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