Declaración de Guerra
Aquí les dejo un nuevo capítulo de este fic, ya pueden lincharme, porque tardaré en publicar otra vez, de momento y mientras huyo de la turba que me sigue en mi imaginación, disfruten de este cap.
—¡Señor Smith! — llamó Levi —¡señor Smith! —
Erwin detuvo sus pasos, pero no se volvió a verlo. Levi pudo notar que Erwin acomodaba su abrigo y luego llevaba una de sus manos al cuello, acomodando su corbata.
Cuando, al fin Erwin se dio la vuelta, pudo ver que Levi le mostraba una expresión que parecía ser tristeza.
—¿Qué ocurre señor Ackerman? — la expresión que tenía Erwin en ese momento, no era ni la sombra de lo que momentos antes había sido. Era sería y hasta un poco molesta.
—Lo siento... no debí haberme marchado de esa manera... fui muy grosero... además que se ha tomado la molestia de querer celeb...—
De pronto una enorme mano enguantada, se posaba suavemente en su rostro y apartaba un poco el cabello negro que cubría el rostro de Levi, interrumpiéndolo.
Al escuchar esas palabras, el rostro de Erwin se suavizó para mostrar otra vez esa expresión amable que solía llevar.
—También me disculpo por haberlo asustado de esa manera al ser tan... directo... de verdad lo siento....
Quizás solo era una mueca, pero en el rostro de Levi se formó una sonrisa o algo parecido.
Su rostro se sonrojó al sentir aquel contacto sobre su rostro frío, y con algo de pena agachó la mirada hasta sus lustrosos zapatos.
—Si... si aún quiere celebrar mi cumpleaños conmigo... —dijo, pero luego cambio sus palabras — pero si no... no hay problema, entenderé...—
—Entonces volvamos al lugar de nuestra cita— aquella sonrisa, transmitía una calidez indescriptible.
Tomó una de las pequeñas manos de Levi y lo jaló hasta su cuerpo.
—Le ruego me perdone, pero necesitaba hacer esto...—
El intenso olor del caro perfume que usaba Erwin, inundó la nariz del joven por completo.
Respiró más profundo, al mismo tiempo que escondía aún más su rostro en el pecho del mayor. Era un aroma embriagador y a la vez intenso.
En su mente, volvía a replantarse la pregunta que le había hecho a Erwin.
Solo habían pasado unos días, pero ese hombre estaba metiéndose poco a poco en su corazón, pero no negaba que, desde aquel día, cuando le preguntaba por la dirección del hotel, ese apuesto hombre lo había cautivado, solo que ahora ese hombre estaba planeando coquetearle y seguramente tenía la intención de llegar a algo más que la relación de jefe y secretario.
—Si...— susurró Levi con su rostro hundido en el pecho de Erwin — sus brazos se sienten muy bien.
Luego de un almuerzo increíble, le siguió un café con el que platicaron bastante para conocerse lo suficiente.
La noche, no tardó en llegar, la nieve otra vez empezaba a caer, las luces de las farolas hacían que la noche luciera más alegre, los adornos navideños hacían lo propio, y a pesar de ser un día festivo, muchas familias paseaban por los parque y calles de la ciudad, haciendo compras de última hora, aprovechando que aún había comercio abierto.
La mayoría de ellos, eran niños que disfrutaban de los regalos que sus padres le habían hecho, y correteaban por las aceras y por los blancos parques.
Levi se quedó observando un momento a una familia que miraban alegres a su pequeño hijo, jugando con algunos de sus regalos. Unas imágenes de una infancia cruel y dura, aparecieron en su mente.
Hasta antes de que Kenny lo encontrara y regresara con su madre, nunca había tenido la experiencia de tener un juguete, o un cálido abrazo, un hermoso "te quiero" y aunque su madre no pudo darle regalos, Levi fue feliz al sentir todo el amor que su madre le había dado todo el tiempo incluso en la actualidad. Su madre era sin duda, todo en su vida.
—¿Sucede algo señor Ackerman? —
La voz de Erwin lo sacó de sus pensamientos, pestañeó un par de veces hasta que volvió a la realidad, y notó que su mano aún era presa de la del mayor.
—¿Puedo hacerle una pregunta señor Smith? — dijo de pronto, y Erwin lo observó un poco sorprendido al principio, pero luego sonrió.
—Por supuesto— le contestó él con una radiante sonrisa y sin soltar al menor.
Levi se puso frente a Erwin y alzó la mirada a esos ojos azules, obligando a Erwin a detenerse.
—¿Es posible... querer a alguien en tan poco tiempo? —
La pregunta tomó por sorpresa al rubio, y este lo miró un poco confundido.
—¿De qué habla señor Ackerman? —
—¿Se puede alguien enamorar en tan solo unos días? —
Erwin lo miró perplejo un momento, pero luego una sonrisa se dibujó en su rostro.
—¿Lo dice por mí? Por qué no me había enamorado de nadie en tan pocos días y usted lo consiguió, usted me enamoró en el primer momento en que lo vi—
Levi se quedó un poco desconcertado ante esas palabras, pero Erwin luego se acercó a su oído.
—¿O lo es por usted que está diciendo que está enamorándose de mí? —
"Enamorarse, era una palabra demasiado amplia, no era posible. No es posible enamorarse en solo unos días" se decía el pelinegro, mirando a Erwin "no niego que este hombre es muy apuesto... pero ¿de verdad me estoy sintiendo atraído por él?"
—Señor Ackerman—
Erwin le hablaba y sacaba de sus pensamientos, y lo miraba con algo de preocupación. Pero cuando Levi estaba por responder al llamado de Erwin, notó que este miraba detrás de él.
Levi apenas giró su cabeza, pues la voz que hablaba la reconoció, y su semblante cambio.
—Vaya, al fin te encuentro Erwin...—
"¿Qué hace esta mujer aquí?"
—María ¿Qué quieres? — preguntó el rubio secamente —Estas interrumpiendo—
Levi volvió a mirar a Erwin, y notó que este se había acercado más a él.
—Iré directo al asunto. Oí que encontraste un nuevo juguete, quería conocerlo— su voz sonaba burlesca y con desagrado, pero no se inmutó en mirar con algo de asco a Levi.
—¿Oíste o mi madre te lo dijo? — respondió Erwin con otra pregunta y se acercó tanto a Levi, que sus cuerpos se rozaban levemente.
Levi, sintió que la cara le ardía y se giró para quedar de espaldas a Erwin, ahora ambos hombres estaban de frente a la mujer.
Sin embargo, no contó con lo que Erwin hizo a continuación.
De pronto todo se oscureció. Y una mano se introducía en el interior de su saco.
Su cuerpo se tensó, pero al mismo tiempo esa caricia se sentía increíble.
Levi llevó una de sus manos hasta su rostro y descubrió la razón de toda aquella oscuridad.
Erwin había cubierto sus ojos, y cuando su mano tocaba la del mayor, Erwin le susurraba al oído:
—Por favor haga todo lo que le diga, no durará mucho esta situación—
Levi separó levemente sus labios al sentir un placentero escalofrío en su cuerpo tras las palabras del mayor y asintió también de manera casi imperceptible.
—Por favor levante su cabeza— susurró mientras que, al mismo tiempo, descubría los ojos de Levi y levantaba su mirada hacia él, tomando el mentón del joven.
—Entonces seré directo y responderé a tu duda—
Sus labios una vez más se posaban sobre los de Levi. Por una milésima de segundo, Levi volvió a quedarse un shock, pero no tardó en responderlo.
Y no solo respondía al beso, sino que también, se atrevió a jalar de la corbata de Erwin para profundizar el beso.
Tras varios segundos, ambos hombres se separaron para poder respirar otra vez.
Sus miradas eran intensas, y también algo apenadas. "Por favor haga todo lo que le diga, no durará mucho"
Habían olvidado por completo a María. Pero Levi ahora tomaba el control de la situación. Y de reojo miraba a la mujer.
Levi besó una vez más a Erwin de manera rápida y corta.
—Por la expresión de su rostro, puedo entender que usted ha obtenido una respuesta desagradable, y en lo personal me importa una mierda— dijo, dejando de lado los modales ante las mujeres —el hombre que alguna vez fue suyo, es ahora mi prometido—
Levi soltó a Erwin y avanzó hasta María.
—Así que le diré esto solo una vez— la mirada de Levi pasó de apenada molesta —si intenta entrometerse en nuestra relación, lo lamentara. Y una cosa más — añadió cuando la mujer intentó interrumpirlo — no es la única con influencias, como intente algo en mi contra o la Erwin, lo lamentara. No lo vea como una amenaza, sino más bien un aviso. Ya sabe, en avisar no hay engaño—
Entonces Erwin se acercó y abrazó a Levi desde atrás, y besó su cuello.
—Ya tienes lo que buscabas, vete por favor— dijo Erwin.
—Lo lamentarás— dijo María en susurros y señalando a Levi — vas a arrepentirte de esto—
Levi, encarnó sus cejas y una vez más avanzó hasta la mujer que lo señalaba, y agarrando el dedo de esta, contestó:
—Inténtelo, veremos quién sale perdiendo—
La mujer se alejó de ellos tropezando con sus propios vestidos, y la vieron unos metros más allá meterse en el coche que esperaba por ella.
Levi temblaba. Había sido imprudente de su parte, el haber hecho tal amenaza.
—Yo no podría haberlo hecho mejor— susurró Erwin en su oído, y Levi se volvió a mirarlo y se encontró con aquel rostro frente al suyo, que lo miraba con una sonrosa amable y agradecida — gracias—
Erwin recobró la postura otra vez y se acomodó la corbata y la camisa, pues en el momento en que el pelinegro lo había jalado de ella para besarlo, había desordenado también la camisa.
—¿En qué lio me metí? — dijo luego y su voz sonó un poco atemorizada.
—No tiene nada de qué preocuparse, me haré responsable si esto causa repercusiones, no voy a dejar que mi familia desquite su enojo en usted—
El parque poco a poco era abandonado por los transeúntes, pues ya había oscurecido y hacía frío.
Levi se abrazó a sí mismo, cuando el frío comenzaba a calar. Pies solo vestía casual. Tennis, jeans, playera y sudadera.
Erwin se quitó su abrigo y lo puso sobre los hombros del menor. Levi lo miró y tímidamente, con sus manitos, apretó la prenda con sus dedos.
—Lamento que esto haya terminado así señor Ackerman. Pediré que lo lleven hasta su apartamento. Hay algunos asuntos que debo tratar—
Luego, se acercó a Levi y le dijo:
—Le queda bien ese estilo de vestimenta señor Ackerman, en serio me gusta como luce con esa ropa—
Levi, abrió el abrigo, y se miró desde la punta de sus pies hasta su torso, y volvió a cubrirse con el abrigo, sonrojado.
Mirando a cualquier parte menos a Erwin, Levi levantó un poco sus brazos para cubrir su rostro que ardía y parecía que echaría vapor al tener contacto con la nieve que caía.
—Gracias— murmuró Levi mientras cubría su rostro con el abrigo.
—Soy yo quien esta agradecido con usted señor Ackerman, gracias por permitirme compartir con usted este día... —agregó Erwin mientras sacaba su teléfono móvil de su saco.
Luego se apartó de nuevo para realizar unas llamadas.
Cuando lo vio colgar su celular, Levi preguntó:
—¿Por qué hace esto? —
Los ojos de Erwin se clavaron en los de Levi y éste volvió con él.
—¿No lo ha entendido aún señor Ackerman? Voy a coquetearle, y voy a enamorarlo—
Cinco minutos después, llegaba Petra conduciendo el lujoso coche de Erwin.
—Buenas noches señor— saludó ella.
—Buenas noches Petra— saludó Erwin adoptando nuevamente su rol de empleador — necesito que lleve al señor Ackerman a su departamento por favor, la espero dentro de media hora en la dirección que le dije por teléfono anteriormente—
—Enseguida señor— dijo ella y abrió la puerta del coche para que Levi subiera.
Antes de que se metiera al interior del coche, Erwin detuvo a Levi:
—Lo que le mencione antes, es verdad. No me rendiré y lograré que se enamore de mi—
Su cara estaba al rojo vivo.
Se quitó el abrigo con la intención de devolvérselo, pero Erwin apretó suavemente sus manos sobre las de Levi.
—No. Puede quedárselo, hace frío y seguro usted lo necesita más que yo— dijo Erwin.
Resignándose a que Erwin le recibiera de vuelta el abrigo, subió al coche que lo llevaría de vuelta a su apartamento.
Una vez que el coche arrancó, Levi llevó el abrigo hasta su nariz aspirando el olor del perfume del rubio.
—Gracias— murmuró.
Mientras tanto María echa una furia iba en su coche maldiciendo a Levi.
—¡Maldito mugroso! ¿Cómo se atreve a desafiarme! —
—Te lo dije, ese sujeto engatusó a Erwin, no va a creerse el supuesto divorcio entre nosotros—
—¡Ya cállate nile! ¡Todo es tu culpa! —
—¿Mi culpa? — chilló el otro.
—¡Tú culpa! — gruñó la mujer y el cabello bien arreglado de la mujer caía por su rostro —¡Sabes de sobra que nunca existió tal matrimonio y mucho menos ese supuesto divorcio! Te dejé el camino libre para engatusarlo, ¿y qué pasó? ¡Un muerto de hambre te quito el lugar que tú debías ocupar! —
—¿Y cuándo querías que lo hiciera? Me tenías ocupado alterando el contrato de compra de la cadena de hoteles— se quejaba el otro.
—No sirvió de nada porque ese maldito muerto de hambre, se dio cuenta y es cosa de tiempo de que tu cabeza ruede—
—No creas que caeré solo en esto, si se descubre que yo alteré esos documentos, tú también caerás—
Erwin, se dirigía a un bar, donde se encontraría con Mike, quien le tenía información sobre el contrato y sobre otras cosas más.
Al entrar al bar, pidió un wiski mientras esperaba a Mike.
En su mente, rondaba Levi, había sido un día increíble, había podido probar una vez más esa boquita...
—Erwin— oyó una voz tras él, que lo sacó de sus fantasías con su secretario personal.
Un hombre un poco más alto que él, caminaba presuroso hasta la barra.
Iba vestido de traje y corbata, y sus ojos estaban cubiertos por su melena, tenía una barbita bajo la nariz y un maletín colgaba de su mano.
—Mike... ¿Cómo estás? — decía Erwin, mientras Mike le extendía la mano para estrechar la suya.
Erwin la estrechó al tiempo que le daba una palmadita en el hombro de Mike, mientras sonreía.
—¿Y esa sonrisa? ¿Pasó algo bueno? — decía Mike.
—¿Algo bueno? Yo diría que hoy ha sido un día realmente bueno—
—¿Y eso por qué? — preguntó Mike, mientras dejaba el maletín sobre la barra.
—Celebré el cumpleaños del señor Ackerman, y lo invité a salir hoy, y pasamos casi toda la tarde juntos— dijo mientras hacía una seña al barman para que se acercara.
—Parece que de verdad quieres ir con todo para conquistarlo—
—Me tiene loco Mike, no sé qué tiene ese hombre que me tiene completamente loco—
Mike se quedó mirando a su amigo que se sonreía solo.
—Bueno, no sé si estaré matando tu felicidad o no, pero tengo buenas y malas noticias—
La sonrisa de Erwin desapareció.
—Estuve haciendo algunas averiguaciones sobre la vida de Levi, y sobre María y nile. Y lamento decirte que las cosas no están muy bien—
Erwin dejó su vaso sobre la barra, justo cuando llegaba el barman.
—Sírvame lo mismo que el señor por favor— pidió Mike antes de continuar.
El hombre sacó una botella de la estantería detrás de él y sirvió lo que Mike había pedido.
—Hay dos asuntos que descubrí y que me preocupan, pues te involucran y puede que termine todo muy mal—
El barman dejó el vaso frente a Mike para luego retirarse.
—¿Qué ocurre Mike? — dijo Erwin serio y dando un golpe a la barra.
Mike bebió un trago antes de empezar a exponer lo que había investigado.
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