O7 !

Hao esta muy feliz, y no es por menos. La persona que hace latir su corazón lo invitó al cine.

Tal vez no debería hacerse ilusiones, estuvo pensando en sus propios sentimientos. Si, estaba seguro de que estaba enamorado de Hanbin.

Pero por otro lado, estaba la posibilidad de que él solo lo viese como un amigo, algo que le provocaba un malestar en el pecho.

Sabía que lo quería, ¿pero lo hacía de la misma forma?

Hao era sensible, por eso no pudo evitar hacerse ilusiones al escuchar la invitación de parte de su mayor. Una pequeña (no tanta) parte de él imaginaba que se trataba de una cita.

─ ¿Porqué sonríes así?

─ Es que estoy muy feliz ─ respondió sin dejar su sonrisa.

Caminaba al lado de Hanbin dando pequeños saltitos, no mentía cuando dijo que estaba muy feliz.

─ Vamos, llegaremos tarde ─ el pelinegro tomó la mano del más bajo para apurar el paso sin darse cuenta del sonrojo que le provocó.

Después de ver la película, ambos chicos fueron por unos helados mientras paseaban por el centro comercial.

En ocasiones entraban a tiendas sin comprar nada. Bueno...

Tal vez Hanbin compró algo mientras Hao estaba en el baño. Pero ese un secreto que aún no piensa revelar.

Pudo haber sido una salida simple pero para Hao había sido especial ya que compartió ese momento con su enamorado.

Como buen Hyung, Hanbin lo invitó a quedarse en su casa. Una pijamada donde podían comer todo tipo de dulces y hablar, solo hablar.

No era la primera vez que de quedaba en casa de los Sung, de hecho se llevaba bien con los padres de Hanbin.

Cuando llegaron Hao no pudo evitar soltar un bostezo.

─ ¿Estas cansado, bebé? ─ preguntó Hanbin pasando su mano por su oscuro cabello en una suave caricia.

El menor se sonrojo y sonrió levemente. Sentía cosquillas en su estómago por la forma en la que lo llamó, pero también confusión.

¿Soy yo o Hanbin Hyung esta más atento que antes? ─ pensó.

No es que le desagradaba, simplemente le pareció curioso.

─ No es nada ─ le restó importancia. Mejor vamos por esas golosinas.

Hanbin asintió sonriendo. Después de atacar la cocina, ambos subieron a la habitación del mayor donde se sentaron en la cama y Hao encendió la televisión.

─ ¡Oh Hyung! Están dando una maratón de La Ley y el Orden ─ dijo con emoción puesto a que esa era una de sus series favoritas.

─ Genial, entonces vamos a verla. ─ El pelinegro se acercó para sentarse cerca del menor.

Últimamente siempre estaba buscando su cercanía, además de que se había vuelto algo consentidor. Su actitud emocionaba y confundía a Hao por partes iguales, sabía que algo había pasado para que Hanbin cambiara, aunque no estaba seguro de que.

¿Qué diría si se enteraba de que Hanbin se estaba dando cuenta de sus propios sentimientos? ¿Cuál sería su reacción al saber lo que provocaba en su mayor? Hanbin lo entendió después de pasar una noche completa pensando, prácticamente no durmió dándole vueltas a sus sentimientos. De lo bien que se sentía al imaginar la tierna sonrisa de Hao, en su suave cabello, en su linda personalidad, en sus ocurrencias. Estuvo toda la noche haciendo una lista de todas las cosas que le gustaban de él, porque era cierto, le gustaba su mejor amigo.

Pero no sabía si era correspondido, si, tal vez Hao se comportaba de forma dulce con él. Pero así era con todos, siempre fue alguien amable.

Pero jamás lo sabría si no se lo preguntaba ¿cierto?

Bajó la vista a su regazo mientras buscaba la forma de empezar.

─ Oye Hao-ah... ¿Podría hacerte una pregunta?

Pero no obtuvo respuesta. Ladeó la cabeza en dirección del menor pero lo encontró totalmente dormido. Aún tenía una bolsa de papas en sus manos y roncaba levemente.

Sonrió y acarició su mejilla, Hao se removió pero no despertó.

─ ¿Qué haré contigo? ─ suspiró sin alejar su mano. ─ A veces enserio eres un bebé.

No sabía de donde vino aquel impulso, solo supo que se acercó y dejó un beso en su frente, otro en su mejilla y otro en su nariz.

─ Yo... Estoy enamorado de ti Hao.

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