Aquella tarde no había conseguido su beso. Hanbin había cambiado el tema y terminaron saliendo a la tienda por algunos dulces.

¡Pero no se iba a rendir! Como que se llamaba Zhang Hao.

Ahora mismo se encontraban en la biblioteca estudiando, más bien se trataba de Hanbin ayudando a Zhang con algunos ejercicios.

─ ¡Es muy difícil Hyung! ─ se quejó de nuevo.

─ Ay Hao, no es tan complicado, además aquí estoy para explicarte ─ tranquilizó Hanbin con una sonrisa.

─ ¿Pero de que me va a servir aprender ecuaciones? ─ puchereó. ─ Jiwoong Hyung me dijo que no era necesario aprender matemáticas cuando existía la calculadora.

Sung hizo una mueca.

─ No se si ese consejo sea muy bueno para ti ─ dijo.

─ Ya~, no quiero estudiar más ─ se dejó caer sobre su cuaderno.

─ ¿Qué puedo hacer para que estudies ─ preguntó Hanbin sin detenerse a pensar en sus palabras.

Hao se levantó con una sonrisa pícara, un plan formándose en su cabecilla.

─ Deme un beso Hyung ─ pidió.

─ ¿Otra vez con eso? Hao, nosotros somos amigos y los amigos no se dan besos.

El mencionado solo pensaba en lo terco que era Hanbin, pero había un detalle, él lo era más.

─ ¡Te pagaré, doscientos wones! ─ exclamó.

Una reprimenda vino de parte de la bibliotecaria debido al escándalo, el menor se encongió en su sitio un poco avergonzado.

─ Ya te lo dije, las personas no pagan por besos.

Hao lo vio con confusión, preguntó lo que se hacía en su lugar para que su Hyung pudiese aclarar su duda.

─ Generalmente los roban ─ contestó simple.

¿Robar? A Hao le desagradaba la idea. Prefería pagar por ello. Robar estaba mal ¿cierto?