Lucía:

Estoy sentada en la parte trasera del coche viendo a mi hermano dormir. Nunca he entendido como puede dormir de esa manera. Como si estuviera relajado y todos sus problemas desaparecieran al hacerlo. Yo no puedo hacer eso. Ni siquiera recuerdo la última vez que dormí tranquila. Siempre aparece en mi mente esa maldita pesadilla. Siempre es la misma, siempre. Con los años he aprendido a vivir con ella, pero sigue siendo muy traumática. Me recuerda ese día en qué murió ma........... Pero bueno. No es hora de pensar en mi atormentada vida nocturna. Dentro de pocos minutos estaré en la universidad. Seré toda una universitaria

Mi nombre es Lucía Castillo. Tengo 18 años. Podría describirme a mi misma como una chica estudiosa y responsable. Siempre me ha gustado todo lo relacionado con la escuela. Dar clases, hacer trabajos y ese tipo de cosas. Mis notas están prácticamente tocando la perfección, lo que ha hecho que mi padre esté muy orgulloso de mi. Estoy segura de que mi madre también lo estaría
Físicamente no me considero nada del otro mundo. Mi pelo es castaño claro, largo y lacio, siempre lo tengo recogido en una coleta alta. Mis ojos son de un color verde intenso y son mi único y verdadero orgullo. Tengo unos pechos un poco más pequeños de lo normal, lo que me incomoda bastante. Puede que sea una nerd, pero también tengo ese deseo de tener las bubies grandes. Soy más o menos alta, aproximadamente 1.72 o 1.75,  sinceramente no lo recuerdo muy bien, pero va por ahí. Pocas curvas y un abdomen plano. Como ya dije antes, nada fuera de lo ordinario.
A mi hermano le encanta molestarme diciéndome cosas como gorda, enana o ballena. Aunque ahora soy delgada tuve algunos problemas de obesidad y enanismo en el pasado, que prefiero que se queden en el pasado, enterrados y quemados en el jardín delantero de casa, junto con todas mis fotos de esa época.

Tengo la maldita fortuna de ser una de las pocas personas en el mundo en tener un hermano gemelo. Que maravilla. Mi hermano Lucas es muy parecido a mi en lo que respecta de apariencia. La única diferencia es que él tiene el pelo corto, rasgos masculinos, un órgano genital diferente y un cuerpo de nadador, que probablemente se deba a que estuvo en el equipo de natación de todas las escuelas en donde hemos estado. Es realmente bueno, pero dejó la natación hace unos años. No debería ser yo quien lo diga pero mi hermano está realmente muy bueno. Y lo peor de todo es que lo sabe perfectamente.

Luke sigue durmiendo. Es un maldito perezoso. Ni siquiera se cómo logró entrar en la universidad. Aunque seamos gemelos no nos parecemos mucho. Yo soy la inteligente y prudente, y él el loco irresponsable. Mientras que yo prefiero quedarme en casa viendo una peli y tomando un juguito de naranja, el está en la fiesta más loca de la ciudad, consumiendo mucho alcohol y drogas hasta que su cuerpo no aguanta más y se desmaya. Ya ha tenido muchos problemas con la policía y también sobredosis por culpa de sus jodidos vicios. De hecho esa fue la causa de que dejara la natación. Siempre estaba, o drogado, o borracho. Los últimos años han sido muy duros para él. Tuvo que permanecer limpio e ir a rehabilitación, además de ponerse al día con todas las materias perdidas para no tener que repetir curso, pero poco a poco a vuelto a ser el mismo chico alegre y divertido que era antes de caer en la tentación de la cocaína.

Papá ha estado muy callado durante todo el viaje. Aunque no se de que me quejo. Al menos nos ha traído él y no uno de sus chóferes. Desde que nuestra madre murió cuando teníamos 11 años papá dejo de ser ese hombre risueño y cariñoso y se empezó a refugiar todo el tiempo en el trabajo como un cobarde. Mientras crecíamos pocas veces le veíamos el pelo. Jamás le perdonaré el no haber estado cuando más lo necesitábamos. No fue a nuestros cumpleaños, ni a nuestras graduaciones. Cuando mamá se fue la pasamos muy mal y él nunca estuvo ahí para nosotros, para consolarnos y decirnos que todo iba a estar bien. Siempre le guardaré rencor por eso y se que lo sabe.

Lucas sigue durmiendo y creo que ya fue suficiente, está empezando a roncar. Agarro mi pomo de agua fría, congelada y con la menor delicadeza del mundo le hecho un chorro en la cara.

- Ah!! ¿¡Que demonios!? ¡¡¡¡ANA LUCÍA!!! - salta gritando como un loco.

- Ay hermanito no grites tanto - Se que está enfadado. Lo veo en sus ojos y además nunca me llama por mi nombre completo a no ser que lo esté. Y a mi me encanta provocarlo😇.

- ¿¡ Por qué demonios hiciste eso!? Podría haberme dado un ataque cardíaco por culpa de tus jueguesitos - Que dramático es.

- Estas muy "saludable". Así que es técnicamente imposible que te de un ataque por un poquito de agua.

- No me toques las pelotas que sabes que lo odio.

- Y tu no seas tan dramático que no fue para tanto.

- ¿¡Quieren callarse ya los dos de un buena vez?! - Y Don papaito entra en escena. Ya era hora.

- Pero papi empezó ella - Dice mi hermano con sarcasmo y haciendo pucheritos, como cuando éramos pequeños y él quería salirse con la suya, o más bien con el mejor juguete. Recuerdo que mamá siempre lo consentía en todo. No puedo evitar sonreír ante la situación.
Papá deja escapar un largo suspiro.

- Miren niños, tengo que decirles que me siento muy orgulloso de vosotros dos, sobre todo de ti, hijo. Se que estos últimos años han sido duros para ti, pero has salido adelante como el campeón que eres. Mírense. Ya sois adultos y estáis en la universidad. No podría pedir nada más para mis gemelitos. Se que lograrán grandes cosas y vais a conseguir todo lo que os propongais. Estoy seguro de que vuestra madre piensa lo mismo que yo desde allá arriba.

Apostaría cualquier cosa a que el esperaba una respuesta. Tal vez un "Gracias papi" o un "te quiero", pero nos quedamos callados, analizando sus palabras. Ambos sabemos que es mentira. No está orgulloso de Lucas. De hecho lo único que siente hacia él es una gran decepción y desprecio. Puede que sean palabras rudas pero se que Luke también lo sabe. Y no parece importarle demasiado.
De repente vemos a lo lejos el campus.
Cuando papá estaciona el auto nos bajamos todos y él nos ayuda con el equipaje. Después de darnos una aburrida charla que parecía ensayada nos da un fuerte abrazo y se va. Ya estamos aquí y la aventura comienza.