Capítulo 12

Empuje con cuidado a los niños para que pudieran resbalar por la pequeña colina de nieve, los escuché reír mientras bajaban y gire para ayudar también a los hijos de Faddei a resbalar por la colina. Desde mi lugar saludé al señor Serkin quien me miraba por la ventana, nunca pensé que tendría que insistirle como una niña pequeña para poder salir a jugar con los niños, y es que me sentí mal cuando supe que no los dejaban salir debido a que no había nadie que los cuidara ya que la niñera se había enfermado, en verdad que no podía con las costumbres de los ricos, incluso ellos tenían que comer en otro lugar aparte para que no escuchen las conversaciones de los adultos como si fueramos a decir algo inapropiado frente de ellos aunque bueno ayer molesto mucho al abuelo Gregori así que creo que estaba bien, aún así sabía que se sentían solos aunque todos estuviéramos en la misma casa, así que cuando me volvieron a rodear mientras señalaba la puerta supe que querían salir a jugar y fue algo que el señor Serkin me confirmó, no tuve problemas en querer salir con ellos pero aún así él dijo que no ya que podia enfermarme, no se que piensa ese hombre de mi pero no soy tan debil, en verdad que tuve que insistir mucho para que me dejara salir y al final acepto con la condición de que saliera muy abrigada y en un lugar donde el pudiera verme a lo lejos, que demonios piensa, ¿que tengo cinco años? En fin, al final salí y la verdad es que si me estoy divirtiendo.
Los gemelos regresaron nuevamente con su trineo, tomaron mi mano para llevarme un poco más arriba, los ví hacer una seña en su trineo.

—¿Quieren bajar conmigo? —pregunte y ellos insistieron en que me sentarán, bueno la verdad es que si tenía la tentación de hacerlo, tome asiento y mire a los gemelos en espera a que se sentarán conmigo sin embargo estos me empujaron, ni siquiera tuve tiempo de reaccionar cuando yo ya estaba cayendo por la colina, el frio aire golpeaba mi rostro sin embargo no pude evitar reír, en verdad que era divertido —¡Aún lado! ¡Quítate!

Le grite a Alexey cuando su figura apareció tan de repente, él solo giro y lo ví hacer un gesto de horror antes de que yo lo tumbara con él trineo, caí sobre la nieve y quise reír debido a la situación sin embargo no lo hice debido a que escuché a Alexey quejarse, me levanté para ir hasta donde se encontraba él en el suelo.

—Como lo siento, no fue mi intención, es que no se girar esa cosa y... Perdón, en verdad perdón —comencé a quitar la nieve de su rostro y yo solo lo escuché reír.

—Está bien, la verdad fue divertido.

—Más para mí que para ti.

Lo escuché reír se sentó y me miró, lo ví abrir la boca sin embargo guardo silencio debido a que uno de los niños cayó encima de él, no pude evitar burlarme de él pero calle cuando una bola de nieve cayó en mi rostro, ví a los hijos de Faddei reír, yo tome una bola de nieve para lanzarla, me incline para tomar más nieve pero sentí como alguien me lanzó nieve gire para ver a Alexey quien me lanzo una bola de nieve.

—Traición y yo que te estoy defendiendo.

—Me arrollaste con el trineo.

—Dijiste que estas bien.

—Lo estoy pero aún así quiero venganza.

Los niños comenzaron a gritar mientras lanzaban bolas de nieve, esto era una guerra de todos contra todos dónde no había aliados, aún así en algún momento todos los pusimos de acuerdo para atacar a Alexey.

—Me rindo... Me rin...—Alexey cayó de espaldas cuando una bola de nieve cayó en su rostro, lo ví levantar sus manos mientras les decía algo a sus sobrinos que los hizo gritar con alegría, pense que seria todo pero cuando Alexey me señalo y todos me miraron supe que ahora seria en contra mía.

—¿Que? No, está prohibido atacar tierras extranjeras—dije mientras trataba de huir de los niños y Alexey quienes me lanzaban nieves, me caí en la nieve mientras trataba de huir, vi a Alexey levantar su mano con la intención de lanzarme una bola de nieve pero esta cayo de su mano debido a que una bola de nieve cayo en su rostro, los gemelos se rieron pero callaron cuando nieve cayó sobre su rostro mientras que los demás lanzaron su bola de nieve al suelo para luego levantar sus manos como signo de rendición, gire para ver al señor Serkin acercarse con una bola de nieve la cual lanzó hacia Alexey.

—Oye, ya nos rendimos—se quejo Alexey mientras sacudía la bola de nieve de su rostro.

—Es por qué te atreviste a atacar a mi esposa. ¿Estás bien?—pregunto mientras se acercaba para ayudarme a levantarme, no pude evitar sonreír, no entendia como podía ser tan amable con ese rostro tan serio.

—Si, tuve un héroe que me salvó.

Lo ví arquear sus cejas sin embargo no dijo nada solo comenzó a sacudir la nieve de mi cabeza con cuidado. Giro a ver a los niños para decirles algo que los hizo sonreír y los ví correr con emoción dentro de la casa.

—Prepararon chocolate y galletas, andando.

—Ahora entiendo por qué los niños corrieron con tanta emoción—tomé la mano del señor Serkin para poder dirigirme dentro de la casa junto con él ya se había vuelto costumbre el tomar su mano para evitar el caer,sin embargo me detuve cuando alguien tomo mi otra mano, gire para ver a Alexey—¿Sucede algo?

—Yo necesito hablar con Mark.

—Oh, entiendo—dije y solté la mano del señor Serkin sin embargo no pude avanzar pues Alexey aún sostenia mi mano—Ah, Alexey, ya puedes soltarme.

Me miró con pena, sentí como apretó un poco mi mano antes de soltarme lentamente, soltó un suspiro y yo solo me aleje un poco, últimamente lo sentía algo extraño, ya no era el alegre Alexey que bromeaba con su hermano y de alguna forma sentía que era debido al abuelo Gregori, aún recuerdo que ayer después de la cena él lo regaño o al menos esa impresión de dió pues le miraba con más amargura de lo normal. Con cuidado entre a la casa, deje mi abrigo en el perchero y pensé en dirigirme a la cocina pero mi vista se cruzo con la del abuelo Gregori, este se acomodo sus anteojos.

—¿Dónde está tu esposo?

—Afuera conversando con Alexey—respondí y él solo respondió en su idioma natal.

—Realmente sabes causar problemas.

—¿Quien? ¿Yo? Pero no he hecho nada.

—Vaya en verdad eres más tonta de lo que creí.

—Le diré a la abuela Nadia que está siendo bastante grosero conmigo.

—Es una verdad no una grosería. Eres una tonta si no te has dado cuenta de la situación.

—No se de que habla pero,no voy a quedarme aquí a escucharlo insultarme—dije dándome la vuelta para irme.

—Te ofrezco el doble de lo que él te da.

—¿Que?—pregunte confusa mientras me detenía para girar a verlo.

—Niña, yo no soy ningún estúpido. Cuando me dijeron que Mark se había casado mandé a alguien a investigar, una alumna en la ruina y un hombre rico que necesita una esposa, sinceramente fue fácil reducir todo.

—No se de que me habla—asegure mientras volvía a darme la vuelta.

—¿Y por qué no viven juntos? Por mis informes se que no viven juntos es más ni siquiera se a dado conocer a los medios su matrimonio.

—Nos justa mantener todo en privado y su informante le dió mal la noticia, si vivimos juntos.

—Puedes engañar a quien tú quieras pero, no a mí niña extranjera. Es obvio que esto es un matrimonio por contrato, él no puede ofrecer nada más que dinero así que dime, ¿por cuánto te vendiste? ¿Que te ofreció además de dinero? ¿Prestigio? ¿Fama? Sinceramente no me importa, te doy el doble de la cantidad, te presentaré a quien sea necesario para llevarte a la cima pero, divorciate y desaparece.

—¿Cómo puede pensar de una manera tan cínica?—gire para encararlo.

—¿Es realmente así? Si no es así, entonces, ¿realmente lo amas? ¿Estás locamente enamorada de un hombre que no tiene futuro?

—De mi esposo no...

—Estoy seguro que ni siquiera eres consiente de que está enfermo—confesó el abuelo Gregori y eso me dejó helada, lo escuché reír con burla—Tu rostro veo que no sabes a lo que me refiero. Así que vuelvo a preguntar niña, ¿realmente vas a estar para un hombre que ya no tiene futuro? Estoy seguro que ya no le queda mucho tiempo, sinceramente será un milagro si solo vive un par de meses más... Cómo sea, ya vivió lo que tenía que vivir al menos que muera dignamente, así que solo di tu precio y vete.

Él abuelo Gregori se dió la vuelta para marcharse y yo solo traté de asimilar sus palabras, ¿Estaba enfermo? ¿De que? No parecía ser alguien enfermo, nunca lo había visto tomar ningún medicamento, ¿Solo un par de meses de vida? ¿Por eso el contrato de matrimonio solo dura un año? ¿Que es eso de morir dignamente? ¿Por eso quería una esposa para estar alejado de su familia en sus últimos días?

—Shenna, ¿estás bien?—pregunto Dasha preocupada mientras se acercaba a mi, la ví mirar alrededor y su semblante cambio por enojo—¿Que te dijo el abuelo Gregori? ¿Te insulto otra vez? No le hagas caso, ese hombre...

—¿Que sucede?—Dasha guardo silencio cuando la voz del señor Serkin se hizo presente, la escuché decir algo en su idioma natal y entonces sentí como el señor Serkin limpio una de mis lágrimas, yo me aleje ni siquiera supe en qué momento las lágrimas brotaron, para empezar, ¿por qué estoy llorando?—Shenna , ¿Que sucedió? ¿Que te dijo ese hombre?

Limpie mi rostro con rapidez y solo negué.

—No dijo nada, yo solo estoy cansada, creo que jugar en la nieve me hizo mal, iré a descansar.

Con prisa me dirigí en dirección hacia la habitación, subí por unos escalones con prisa mientras caminaba con rapidez en busca de la habitación sin embargo se que termine perdida debido a que termine en un pasillo con escaleras arriba, me di la vuelta para encontrarme con el señor Serkin.

—Shenna, ¿Que te dijo?—pregunto con autoridad y yo solo le ví con atención. No parecía ser alguien enfermo, se veía muy sano incluso mucho más sano que yo.

—Él lo sabe—solté en un susurró y solo lo vi acercarse a mi.

—Shenna.

—El lo sabe—dije más alto y note la confusión en él —Tu abuelo lo sabe, que esto es un matrimonio por contrato, dijo que contrato personas para espiar, sabe que no vivimos juntos, él parece saberlo todo,incluso me ofreció triplicar el dinero para divorciarme de ti y dejarte.

—¿Que le dijiste?

—Fingi que no sabía de lo que hablaba, trate de negarlo todo sin embargo... Él está muy seguro de todo esto y me dijo que pensara lo del dinero, me ofreció el doble de lo que me das.

—Te doy el triple—dijo con seguridad y yo le mire quería reír pero al mismo tiempo me sentía algo ofendida, golpe su pecho.

—¿Acaso crees que me vendo por dinero? Yo acepte ser tu esposa por tu rostro no por tu dinero.

Bromee con seguridad, el arqueo sus cejas soltó una pequeña risa y por un momento olvide todo cuando lo ví sonreír por un segundo mientras negaba, peino su cabello mientras desviaba la mirada, yo seguí su rostro pero habia vuelto ese gesto amargo.

—No importa si tratas de ocultarlo, yo te vi sonreir incluso te reíste.

—¿Por qué llorabas entonces?

—No trates de cambiar el tema.

—Dime, ¿por qué llorabas?—insistió y yo dude en contarle la verdad pues ni yo misma estaba segura.

—Fue debido al enojo, tu abuelo me saca de mis casillas.

—¿Por qué lloraste Shenna?—insistió pues no parecía creer en mi mentira.

—¿Ya no soy señorita Persson?—pregunte evitando su pregunta.

—No quieres que te llame así y además hay muchas señoras Serkin aquí. Ahora ya que conteste tu duda, ¿ya vas a responderme por qué estabas llorando?

—¿Por qué te casaste conmigo?—pregunte y note cierta sorpresa ante mi pregunta.

—Shenna, no evites mi pregunta.

—Es que mi respuesta también está en la tuya, ¿por qué te casaste conmigo?

Lo ví alejarse, ahora se veía bastante molesto.

—¿Que fue lo que te dijo?

Hubo un silencio, note como no aparto su mirada de mi en busca de mi respuesta. Yo respire hondo pues no estaba segura como se iba a tomar el hecho de que yo fuese consiente de eso.

—Dijo que estás enfermo y que no te queda mucho tiempo de vida—confesé y ví como arrugó su frente, negó y solo soltó un largo suspiro.

—Ese hombre se inventa cada tontería... Y por eso lloraste, ¿Por qué pensaste que me iba a morir?

—No quiero ser viuda, soy muy joven.

—¿Y lloraste por eso o por mi?

—Obviamente por mi, dime, ¿Que va a pensar la gente de mi? Dirán que soy una casa fortuna que mata a sus maridos por su dinero.

Y entonces nuevamente una pequeña sonrisa tome sus mejillas entre mis manos cuando note que iba a desviar la mirada y está vez fui yo quien sonrió.

—Lo sabía, sonreiste... Quien diría que ese rostro si puede sonreír.

— Quién diría que ese rostro si puede llorar por mi... No lo vuelvas a hacer, no llores por mi causa.

—Pero que presumido, ya te dije que no fue por eso.

Solté lentamente su rostro sin embargo el volvió a sostener mis manos con delicadeza para volver a colocarlas sobre su mejillas lo ví inclinarse y yo sentí mi corazón latir con fuerza, me sentía bastante nerviosa por lo que sospechaba que iba a ocurrir así que cerré mis ojos.
La voz de alguien me sobresalto, me aleje con rapidez para ver al abuelo Gregori junto con la abuela Nadia quien golpeaba su pecho.

—Oh por favor, como si nosotros no nos hubiéramos besuqueado aquí... Continúen.

—No frente a mi habitación por algo tienen la suya—el abuelo Gregori se encamino y note como su mejilla izquierda estaba bastante roja, lo vi subir los escalones y despues un gran azote se escucho.

—Bueno, una vez que terminen baje a tomar algo—dijo la abuela Nadia sin más y yo solo ví al señor Serkin algo nerviosa.

—Creo que alguien golpeado a tu abuelo.

—Lo más seguro es que fue la abuela Nadia—dijo y lo ví acercarse nuevamente, me quedé paralizada no pensé que él realmente quisiera continuar lo que íbamos a hacer pero solo sentí como jalo un mechón de mi cabello, le mire confusa para luego mostrarme lonque parecia ser una calcomanía— No dejes que los niños se acerquen a tu cabello, la proxima vez te pueden cortar un mechón de tu cabello.

—Ah, si, está bien—dije con cierta decepción mientras tomaba la calcomanía, ví al señor Serkin alejarse y yo solo le miré, ¿en qué demonios pensaba? ¿Desde cuándo quiero que él me bese? No,no,no solo son ilusiones mías, una confusión, claro que solo iba a quitarme la estampilla.

✨✨✨

Deje el pincel de lado cuando comencé a sentir algo de dolor en mi muñeca, es que cuando el señor Serkin dijo que me iba a enseñar su técnica de realismo no quise desaprovechar la oportunidad, mire el cuadro y quise soltar un quejido pues no pareciera que hubiera un gran avance sin embargo era consiente de que debia practicar la paciencia para este tipo de cuadros, es decir apenas empece y se que él va a regañarme si le digo que ya no quiero.

—¿Te duele?—gire para ver a Mark entrar en la habitación con una taza la cual me extendió y yo tome gustosa para beber el chocolate caliente.

—Solo me cansé un poco, no estoy tan acostumbrada a este tipo de técnicas.

—Eres impulsiva, es un hecho de que marcas demasiado los trazos en tus pinturas.

—¿No dijiste ayer que estabas encantado por mis cuadros? Ahora resulta que soy una impulsiva.

—Lo eres, es parte de tu y se ve reflejado en tus cuadros.

—Tu otro lado eres muy paciente —dije mirando alrededor observando sus cuadros, muchos de los que estaban aquí eran mejor que sus cuadros en los museos, no se porque los mantenia aquí.

—¿Que sucedió aquí?—pregunto mirando hacia el cuadro.

—¿De que hablas?—pregunte mientras me acercaba para ver el cuadro.

—Te dije que fueras sutil, puedo notar desde aquí donde te fuiste cansando.

—Soy sutil tal como me dijiste además, estoy haciendo mi máximo esfuerzo.

—Quiero ver cómo lo haces.

Tome el pincel para comenzar a realizar los pequeños trazos como él me había indicado gire a verlo y lo observé negar, se colocó detrás de mi y colocó su mano sobre la mía donde sostenía el pincel, pude sentir la firmeza de sus dedos mientras me indicaba como hacerlo.

—Es con más cuidado, como si trataras de acariciar el pétalo de una flor.

Yo asentí mientras trataba de seguir sus instrucciones, sentí como alejo su mano y yo gire la cabeza quedando frente a frente con su mirada.

—Shenna, concéntrate.

—Estoy concentrada—asegure pero la verdad estaba bastante nerviosa.

—Sinceramente no lo parece—dijo volviendo a tomar mi mano y nuevamente ese nerviosismo apareció, desde lo sucedió en ese pasillo no dejo de estar nerviosa, es como si me volviera mas consciente de él—Creo que debes tomarte un descando, tu mano tiembla mucho, te enseñare unos ejercicios para relajar los músculos.

Sentí como alejaba su mano sin embargo yo tome sus dedos, escuché el sonido del pincel caer y gire la cabeza para verlo, el se inclino un poco y yo sentia el nerviosismo crecer sin embargo él se alejo, se solto de mi agarre y lo ví tomar el pincel del suelo para levantarlo.

—Continuemos mañana, tus manos ya tiemblan, debes descansar mejor.

Yo le mire en silencio y es que ni siquiera yo sabía que había sido eso, ¿por qué sostuve su mano de esa forma? ¿Que demonios quería hacer? Me aclare la garganta un tanto incomoda y solo asentí en concordancia. El sonido de la puerta captó mi atención, ví al señor Serkin marcharse y aproveche ese momento sola para golpearme a mi misma, ¿en qué demonios estaba pensando? Salí del estudio para ver a Dasha conversar con el señor Serkin, ambos giraron a verme.

—Shenna, linda, iremos a la ciudad, ¿te gustaría acompañarnos? Será un momento de solo chicas.

Miré al señor Serkin quien asintió con la cabeza y yo también imite su gesto.

—Si, suena bien.

—Perfecto, entonces te esperamos abajo.

Dasha se despidió y el señor Serkin cerró la puerta se acercó a mi y yo le mire, acercó su mano a mi rostro y sentí como acaricio mi mejilla, este hombre últimamente me ponía bastante nerviosa, le mire y note como observo su mano.

—Limpia bien tu rostro, tienes pintura.

Dijo mostrando su mano para ver un pequeño rastro de pintura blanca en su pulgar, yo llevé mi mano a mi rostro avergonzada, ¿Desde cuándo tengo eso ahí? Que importa, debo apresurarme.

—Antes que te marches, ten—me detuve de ir al baño para ver al señor Serkin quien me extendió una tarjeta negra ls cual tome confusa—Mil quinientos diez es la clave.

—¿Por qué me la das?

—Mi esposa no puede ir de compras sin dinero, solo utilizarla.

Sentencio y se marchó de regreso al estudio, sonreí como una tonta y fui al baño para lavar mi rostro y tras verificar que no tenía más pintura fui a la habitación para cambiarme de blusa aprovechando que el señor Serkin se encontraba en su estudio, una vez lista baje para poder irme con todas las señoras Serkin a la ciudad, me dirigí a la camioneta algo entusiasmado sin embargo mi sonrisa se borró cuando ví al abuelo Gregori.

—Pensé que sería un momento de chicas—me atreví a decir y la abuela Nadia no pudo evitar reír.

—No te preocupes, lo iremos a tirar por ahí—dijo bromista la abuela Nadia.

—A diferencia de tu esposo yo si tengo un trabajo de verdad y tengo asuntos que ver en mi compañía.

—Mi esposo si tiene un trabajo de verdad.

—Si claro.

—Si cree que no es la gran cosa entonces, ¿Por qué no lo hace usted?—note como me miró molesto—El trabajo de mi esposo es tan importante como el suyo.

—Como si pintar figuritas fuese un trabajo importante.

—Lo es, no cualquiera logra lo que mi esposo ha hecho. Es más una vez pinto un cuadro sin ningún tipo de esfuerzo, solo tomo el pincel e hizo tres horribles líneas para luego presentarlo ante las personas porque no dejaban de molestarlo que hiciera algo y sabe algo ese simple cuadro está evaluado en millones por el simple hecho de que él lo hizo... Ya quiero ver qué usted intento lo mismo que él, estoy segura que ni siquiera sabe cómo tomar un pincel correctamente.

—Un cuadro no es la gran cosa, ya verás como hago lo mismo, niña.

—Bien, lo espero con ansias.

La abuela Nadia comenzó a reír con burla, le dijo a su esposo quien solo se quejo la ví negar para luego palmear mi cabeza.

—Entonces, ¿tres líneas horribles?—interrogó la abuela.

—No me haga recordar ese cuadro, le dije que fue horrible y lo peor es que es consciente de ello sin embargo no le importa pues de todos modos fue comprado por cincuenta millones.

—¿Cincuenta millones?—solo Sanya sorprendida y sinceramente no la culpa yo también tuve reacción cuando Alexey me contó lo que pasó con ese cuadro cuando yo le pregunté al respecto. En verdad que si reputación vale más que lo que hace.

—Creo que me case con el Serkin equivocado —dijo Ágatha y todos giramos a verla—Solo es un chiste, solo Shenna es tan osada como para casarce con un hombre con ese tipo de rostro.

—Es como yo —dijo la abuela pero luego negó cuando su esposo le dijo algo—Aunque ella corrió con más suerte, tan siquiera Mark si la consciente todo el tiempo, mi esposo solo es romántico cuando quiere algo a cambio.

Todas evitamos el decir algo, yo me aclare la garganta para evitar el reír con burla y cierta incomodidad, eso sí que había sido mucha información, ahora se cómo se sintieron cuando yo también insinue esas cosas aunque en mi caso con mentira.
Tras llegar a la ciudad fue al abuelo Gregori quien bajo primero frente a un gran edificio,ni siquiera se despidió de la abuela Nadia cuando bajo del auto, vaya que este hombre es tan malo sigo sin saber cómo la abuela Nadia se casó con él.

—Hemos llegado—dijo Dasha emocionada mientras bajaba del auto, fui detrás de ella para entrar a una tienda de vestidos, mire alrededor un poco confundida pues solo había vestidos de un tipo. Note como todas se dirigieron hacia una habitación y yo fui detrás de ellas algo confundidas, una empleada del lugar se acercó a mi y me guío hasta un probador y entonces me sentí algo abrumada cuando lo ví, el vestido blanco frente a mi, dos señoritas entraron al probador conmigo y comenzaron a acercarme el vestido, con cierta vergüenza me quite la blusa para que me ayudarán a colocarme el gran vestido pomposo, vaya que era pesado, soltaron mi cabello y comenzaron a acomodarlo para luego colocarme una corona, me mire con atención psra ver el partido de novia, me siento algo abrumada. Abrieron las cortinas detrás de mi y yo salí, note como Dasha sonrió de oreja a oreja para luego limpiar sus lágrimas mientras que las otras señoras Serkin me halagaban.

—Les dije que se vería hermosa, mira nomás que bella...

—Yo, estoy algo confundida —confesé y Dasha se acercó para peinar mi cabello, mire una sonrisa llena de ternura.

—No iba a permitir que mi lindísima nuera no tuviera una boda apropiada, no será muy extravagante pero al menos será alrededor de tu familia... Sinceramente quería que fuese una sorpresa pero, una novia debe escoger su vestido de novia.

—No tenía por qué molestarse, es decir esa pequeña cena que tuvimos estuvo bien.

—No,no, mi pequeña hija merece lo mejor.

Miré a Dasha y no pude evitar llorar, es que esas palabras realmente calaron en mi interior, ¿Cómo podía querer tanto si no era nada de ella? Sentí como limpio mis lágrimas para luego peinar mi cabello para finalmente abrazarme yo en verdad no sabía que decir o hacer, me sentía tan pequeña en este instante, me sentía como ese pequeña de cinco años que anhelaba a su familia y ahora que tenía una me sentía tan mal por la situación, sentía que no me merecía nada de esto por engañarlos... Yo necesitaba hablar con el señor Serkin.

—Oh linda, ya no llores, ahora este vestido, ¿Te gusta?—pregunto la abuela Nadia y yo asentí.

—Me siento una princesa pero, es muy pesado—dije mientras me limpiaba las lágrimas, todas empezaron a reír.

—No te preocupes, podemos buscar otro—dijo Ágatha mientras se levantaba.

—¿Algún diseño en especial?—pregunto Sanya y yo negué.

—Bien, entonces nos vamos a esmerar a buscar algún otro y tú también puedes ver mi pequeña —dijo Dasha y yo asentí, me fui nuevamente a los probadores dónde está vez estaba sola, me puse la bata que me ofrecieron y salí del probador para ver a todas en la habitación que nos habian seleccionado con varios vestidos, yo mire alrededor para contemplar los que estaban en un estante y entonces me detuve al ver uno.

—¿Te gusta?—pregunto Dasha y yo asentí.

—Oh, conozco esa mirada—dijo Ágatha mientras se acercaba.

—Yo también, aún recuerdo cuando me abrace a mi vestido de novia—comentó Sonya.

—Estoy segura que te verás bellísima —aseguro la abuela y yo solo pude observar ese vestido que me tenía tan fascinada.

Estaba realmente agotada, no podía creer todo lo que habíamos hecho en la tarde aunque era de esperarse después de todo teníamos el tiempo encima, mire a la abuela Nadie quien conversaba con mucho entusiasmo, no podía creer que esa mujer de la tercera edad tuviera más energía que yo.
Al llegar me apresure a bajar para correr hasta mi habitación seleccionada, necesitaba hablar con el señor Serkin lo más rápido posible antes de caer agotada, en cuanto abrí la puerta lo ví en la cama sentado dibujando algo, levantó la mirada cerró su cuaderno y lo hizo a un lado para verme.

—¿Cómo te fue?—pregunto mientras me veía, yo me tumbe en mi lugar de la cama y lo ví.

—Fue agotador.

—¿Compraste algo?—pregunto y negué.

—Pero tu abuela y tu mamá si me compraron muchas cosas, incluso tus cuñadas.

—Parece que ellas también te quieren mimar.

—Me compraron un vestido de novia—confesé y el me miró con cierta sorpresa—Decidieron usar el dia familiar para hacernos una ceremonia de boda, se supone que sería una sorpresa pero tú mamá ya no aguantaba la emoción,eso y quería que yo misma escogiera el vestido.

—Sinceramente no me sorprende, debí suponer que mi madre haría algo así.

—El vestido es hermoso, es justo lo que yo quería de niña, me compraron todo lo que yo quería y tú madre incluso me llamo su pequeña hija—sentí como las lágrimas comenzaron a brotar y yo solo le pude dar la espalda para evitar que me viera—Su familia es todo lo wue alguna vez soñe y me duele mentirles de esa forma, no merezco que me traten con tanto cariño, soy una persona horrible.

Deje que las lágrimas cayeran sin parar mientras cubria mi rostro para evitar que me viera llorar lo cual era tonto porque me estaba escuchando, sentí como comenzó a palmear mi cabeza.

—Ambos somos personas horribles.

—Eso no me hace sentir mejor—le reclamé y sentí como me dió pequeñas palmaditas.

—No importa si esto es por contrato, legalmente eres mi esposa, eres una Serkin por lo cual mi familia también es tuya.

Yo negué.

—Esto en algún momento va a terminar y me duele la idea de lastimar los por mi culpa.

—Créame que al que van a culpar será a mi no a usted.

—Es pésimo dando consuelo.

—Shenna una familia es más que un papel o compartir sangre, una familia es la que se preocupa a pesar de todo. Dicen que naces con una y la otra la elijes... Bueno Shenna, yo te elijo.

Sus palabras callaron mi llanto, gire para verlo, él acercó su mano para limpiar mis lágrimas.

—Tal vez no nos amamos pero, si te respeto y estimó... Shenna, recuerda que te elegí a ti, tal vez por un sentimiento diferente al de ahora pero, quiero que te quedes.

—Eso so fue lindo de tu parte—dije mientras limpiaba mis lagrimas—no eres tan malo como creía.

Él arqueo sus cejas me dió un asentimiento como respuesta y se acomodo mejor en la cama.

—Y dime, ¿cómo es tu vestido?

—La abuela dijo que sería de mala suerte así que no te lo diré.

—Es mala suerte si lo veo además, ya estamos casados.

—Las palabras de la abuela son la ley, no voy a desobedecer, tendrás que esperar a verme.

—De acuerdo—dijo sin más mientras se acomodaba en la cama.

—Pero sabes algo, te puedo decir como son mis zapatos.

—¿Cómo son?—pregunto siguiéndome el juego.

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