Capítulo 04
Al final el premio fue declarado desierto pues en toda la institución no hubo nadie que fuese merecedor de ser llamado discípulo del señor Mark Serkin, pero aunque no hubo ganadores los alumnos se sentían satisfechos pues aquel hombre les dio varios consejos para mejorar respecto a sus pinturas mientras que yo por otro lado fui la burla de ese hombre, ya ni siquiera me sentía molesta, la verdad ya no tenía ningún sentimiento hacia ese hombre por querer comprobar algo, más bien me sentía vacía conmigo misma, me sentía tan decepcionada por no ser lo suficiente como para demostrar lo contrario.
Giré la cabeza cuando observé la nota que Cameron escribió, pero la hice a un lado, lo escuché soltar un quejido para luego sentir como movía mi banca sin parar, volví a verlo y él señaló la nota, la tomé para abrir y observar una carita triste la cual se convertía en una carita feliz tras comer un helado, giré a verlo tenía una mirada triste la cual cambió a felicidad para mostrarme el dibujo de un helado.
—Compraremos tu favorito.
—No estoy de humor.
—Shenna, en verdad lamento lo que pasó, pero no puedes seguir así… No me gusta verte triste, sabes tu sonrisa es una de mis grandes inspiraciones y no puedo realizar nada si no sonríes.
Le miré para darle una breve sonrisa.
—No es divertido, sabes a lo que me refiero.
—No te preocupes, tan solo no es un buen día… Además, no fue tu culpa, incluso con la pintura correcta estoy segura que el resultado hubiera sido el mismo, no le agrado a ese hombre, aunque pensándolo un poco dudo mucho que algo le agrade, por algo el premio fue declarado desierto.
—Es un imbécil, un tirano, alguien que ya no tiene un buen gusto… No importa lo que diga para mi tu siempre serás la mejor.
—Lo dices solo para hacerme sentir mejor porque soy tu amiga.
—Tienes razón, lo digo para hacerte sentir mejor pero no porque seas mi amiga, lo digo porque en verdad eres talentosa.
Le miré nuevamente notando su sinceridad en su mirada, le sonreí enternecida, no puedo seguir así y preocuparlo así que deje por un momento mis tristezas.
—¿Aún está de pie la oferta del helado?
—Iremos por ese atroz sabor de choco menta.
Fingi indignación mientras llevaba mi mano a mi pecho, pensé en responderle con sarcasmo pero, la voz del profesor Bracco captó mi atención.
—Persson, parece que el director solicita de su presencia.
Miré al profesor que se encontraba en la puerta hablando con la secretaria, asentí con la cabeza como respuesta al no saber que responder, observé a Cameron quien también se veía bastante confundido solo que el solo se encogió de hombros como respuesta. Salí del aula para acompañar a la secretaria por los largos pasillos de la universidad, nunca pensé que hubiera tanto silencio en este lugar, era tan agobiante. Durante el camino comencé a repasar cada uno de mis recuerdos en busca de algo que valiera un pase gratis a la oficina del director, pero no tenía ninguno, solo amargos recuerdos de un cuadro tras otros siendo un completo fiasco, por mi parte no había nada aunque también estaba la posibilidad de ir a ese lugar por culpa de Cameron, posiblemente volvió a pintar alguna de las paredes y firmó en mi nombre, esta vez no me iba a echar la culpa, ahora entiendo porque quería comprarme ese helado de choco menta, cuando vuelva le daré una paliza. Al entrar a la oficina del director mi mirada se cruzo con la de ese hombre que tanto detestaba, sus ojos grises me miraban con atención, sentí un gran escalofrío recorrer mi espalda, pude sentir como mi rostro perdió su color, las piernas me temblaban mientras me acercaba, nuestras miradas aún están fijas una a la otra, traté de verme lo más tranquila posible pero sabía que era en vano pues me temblaban las manos, tomé asiento en la silla que se encontraba a su lado y quise ignorar su presencia manteniendo mi mirada ahora en el director, pero aún así su presencia era tan fuerte, me levanté un poco tratando de disimular el hecho de que me alejaba más de su lado.
—Señorita Persson —hablo el director rompiendo el enorme silencio incomodo que se había formado —muchas felicidades.
—¿Qué? ¿Por qué? —ahora me sentía confundida, esa felicitación con esa sonrisa era escalofriante, tengo un terrible presentimiento.
—Por haber sido la ganadora del concurso del señor Mark Serkin —lo señaló brevemente aún con esa sonrisa en su mirada, observé al señor Serkin aún más confundida que antes miré nuevamente al director y no pude evitar fruncir la cara como signo de una absoluta confusión.
¿Que demonios está pasando?
—¿Es algún tipo de broma? —pregunté en voz alta y ambos varones me miraron confundidos— Es decir, el premio fue declarado desierto.
—Comprendo su confusión señorita Persson, pero no es ningún tipo de broma —habló por fin el señor Serkin — la razón de esa declaración fue debido a que había varios reporteros en la universidad, no quería que la elección se convirtiera en algún tipo de chisme, suele distorsionar la verdad y no quería ningún mal entendido por lo cual opte por mantenerlo en secreto.
—Ah, ya veo— trato de sonar segura por su respuesta, pero aún así tenía muchas dudas, es decir este maldito soltó una risa de burla y ahora resulta que si fui seleccionada como su discípula. Aún así, con toda la confusión estaba realmente feliz, mordi mis labios por un momento para evitar el sonreír.
—La razón para llamarla aquí no solo fue para notificarle respecto a este tema, queremos que entienda que es algo que debe llevarse en secreto, no queremos que nuestra universidad sea un tema de chisme ni que los alumnos traten de aprovecharse de usted para llegar al señor Serkin.
—Comprendo, esto jamás pasó —contesté ahora más comprensiva, la verdad es que si podía verme como un señuelo u objeto de ruta.
—Sí, recuerda no debes decírselo a nadie —enfatizó el director a lo cual asentí.
—Lo entiendo.
—Si alguien te pregunta, que hacías aquí contestaras que fue una equivocación.
—Sí señor—le respondí al director mientras me levantaba de mi lugar.
—Puede volver a clases señorita Persson.
—Me retiro, señor director, señor Serkin —salí con prisa de la oficina, aún estoy tratando de asimilar la situación, me detuve para pellizcar mi mejilla, eso había dolido no era un sueño, es real, yo lo logré, salté de alegría para luego dar un par de vuelta, me sentía como una niña pequeña pero que más daba —No es un sueño, es real. ¡Lo logré!
Grité emocionada para bailar ahora en el pasillo,no podía contener ni emoción , salte sin parar aprovechando la soledad de los pasillos, giré y me quedé petrificada al observar al señor Serkin en la entrada de la oficina del director me miraba con tanta seriedad, arqueo sus cejas y yo solo volví a girar bastante avergonzada para salir corriendo de ese lugar, si no lo veía no había pasado. Solo espero que no comente nada al respecto.
Al llegar de regreso al aula el profesor Bracco solo me dijo que tomara mis materiales para empezar a practicar lo que había hecho en el pizarrón, me apresure a tomar asiento y mire a Cameron.
—Quiero un helado doble de choco menta.
—Vaya que te vez feliz, ¿que sucedió en la dirección?
—Nada, solo una confusión.
—¿Segura?
—Si, aunque casi confieso que la persona que pintó los baños fuiste tu.
—¿Que?—pregunto con pánico a lo cual le sonreí.
—Tranquilo, dije casi, para tu suerte nos dimos cuenta de la confusión.
Lo ví sus suspirar con alivio antes de comenzar a explicarme más claramente lo que él profesor Bracco indico que hiciéramos y yo solo podía pensar sin parar que había logrado mi cometido, en verdad que estaba muy feliz.
¡Lo logré!
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Aunque la felicidad inundaba todo mi ser no podía estar por ahí contando lo ocurrido ni siquiera a Cameron quien era un vil chismoso, aunque es mi mejor amigo y lo aprecio mucho en verdad que es pésimo ocultando secretos y no es que el quisiera ser una lengua suelta solo no se le daba, los nervios lo traicionaban y no quería que por un pequeño error todo se fuera al demonio, iba a dar lo mejor, ya tenía un plan para darle su merecido a aquel hombre, yo iba a superarlo y acabar con su arrogancia. Subí a mi bicicleta para dirigirme al trabajo, nada iba a detenerme o al menos eso pensaba, frene con prisa cuando un auto casi me arrolla, voltee a ver ese maldito auto negro lujoso que reconocí por ese brillo tan reluciente, era el mismo que hace meses atrás casi me arrolla, ahora si saco boleto, baje de mi bicicleta con calma para acercarme y patear el auto, si pelea quería este hombre eso era lo que iba a tener.
—Es un área escolar, ¿por qué no te fijas grandísimo idi… señor Serkin —guarde silencio al verlo bajar de ese maldito auto, incluso mordí mi lengua, el miro su auto luego a mi. Maldición, maldición, maldición, ¡MALDITA SEA! Me aclaré la garganta bastante nerviosa tratando de alejarme, mire el auto y luego al señor Serkin quien seguía mirándome desde su lugar—Señor Serkin, debería tener más cuidado, es un área escolar y podría ser peligroso.
—Pensé que volverías a gritarme idiota.
Respondió mirando su auto y luego a mí, ¡oh vamos! por favor tierra trágame. Ahora entendía porque tanto odio hacia mi persona, le había gritado idiota desde aquella vez que nos "conocimos” o más bien cuando yo conocí su lindo auto del año, sabía que aquella molestia tenía un origen, ahora sabía que me había tomado como su pupila como venganza por todo o simplemente estaba exagerando, tal vez lo estoy juzgando mal… a quien engaño ese hombre tiene toda la mirada de ser un rencoroso.
Sólo atiné a sonreírle nerviosa mientras me acercaba al auto para limpiar la marca de pie.
—Está universidad es conocida como una de las mejores no sólo por su nivel académico si no también por sus estrictas reglas, entre ellas el de tener empleos —me miró y yo solo me sentí cada vez más nerviosa, ahora estoy más segura de que soy su discípula por venganza, recargo su brazo en la puerta de su automóvil y me miró , no podía dejar de maldecir sin parar, él sabía que también trabajo, por supuesto que lo sabía, fue él maldito que compró el estúpido yogurt especial del menú de niños.
—Debe estar arrepentido de escogerme como su alumna — declaré en voz alta esperando una respuesta afirmativa para terminar de una vez la conversación.
—Suba al auto, hablaremos —Aquello había sido una orden, no una sugerencia y mucho menos un consejo, observé mi bicicleta y la aseguré contra el poste más cercano, solo esperaba volver a ver mi bicicleta de nuevo cuando regresará. Miré al señor Serkin quien abrió la puerta por mi, quería huir de esta situación y de ser posible no volver a verlo nunca más pero no tenía ninguna excusa para rechazarlo o al menos no alguna que a él le importara, subí al auto un tanto inquieta, lo ví cerrar la puerta con cuidado y aproveche ese pequeño momento donde el rodeaba el auto para enviarle un mensaje a mi jefe que faltaría al trabajo por un pequeño inconveniente, mire al señor Serkin quien en silencio puso el auto en marcha, no decía nada solo conducía y no parecía tener la intención de iniciar la conversación en su auto por lo cual le envié un mensaje a Cameron.
“Necesito que me vayas a cubrir al trabajo se me atravesó un gran inconveniente. No hagas preguntas, sólo ve. Te llamo después”
Podría jurar que ese fue el mensaje más rápido que escribí en toda mi vida, observe al señor Serkin quien seguía conduciendo tranquilamente sin prestarme atención o al menos eso pensaba.
—Parece que tiene un gran sentido de la responsabilidad — comentó el señor Serkin haciéndome ver que si había sido descubierta escribiendo el mensaje. Evite hacer algún comentario innecesario, enserio quería evitar meter la pata.
—Gracias— dije al no saber que más decir con exactitud. Ya estoy comenzando a sudar, ay no.
Después de un largo viaje que me resultó tan eterno y demasiado alejado de la ciudad a mi parecer, llegamos a un lujoso restaurante de dos pisos y aunque aún no entraba podía jurar que hasta respirar en ese lugar era demasiado costoso, mire mi ropa la cual no era nada indicada para este tipo de lugar ya que las demás personas iban de traje y elegantes vestidos, ahora me siento avergonzada, solo quiero terminar con esto, ¿no podría convencerlo de tener la conversación aquí en el auto? Miré el asiento del piloto pero el señor Serkin ya se había bajado del auto, la puerta fue abierta y fue entonces cuando lo observé, me extendió su mano para bajar del auto pero yo fingí no verlo y solo salí del auto, se que posiblemente sea una costumbre suya pero aún así esa acción me hizo sentir algo tímida e incómoda, esta situación me está volviendo loca. El señor Serkin no dijo nada ante mi grosería solo me pidió que lo siguiera y eso hice, fui detrás de él a un par de pasos detrás de él, pero en algún momento se detuvo y yo también lo hice, lo vi retroceder para quedar a mi lado y sentí como coloco su mano sobre mi espalda para guiarme para estar a la par y por fin soltarme, creo que no le gustaba tener a nadie detrás de él siguiéndolo como si fuese un cachorro, aunque más que parecer un cachorro parecía una acosadora, creo que eso sí es muy mal visto.
Nos sentamos en un lugar privado o al menos eso escuche decir al mesero y yo solo me sentí muy nerviosa, me encontraba en un restaurante que estaba en quien sabe donde, con pocos clientes, en un área privada que parecía perfecto para un asesinato… Muy poco se sabe de este hombre y, ¿ si en realidad es un asesino?, después de todo los callados tienen la peor reputación, ¿será una venganza por lo de su auto o al tal vez por llamarlo idiota? ¿Qué si quiere vender mis órganos? Casi nadie miraba para acá, bien enserio estoy considerando el hecho de que el señor Serkin sea un asesino, primero me tratara bien y cuando menos me lo espere, boom, Shenna Persson saldrá en primera plana del periódico de mañana.
—¿Le gustaría ordenar primero, señorita Persson?—interrogó el señor Serkin tomando el menú, pero yo negué.
—Dijo que necesitabs hablar conmigo, creo que lo mejor será conversar.
Dije pues ni siquiera quería ver el menú estaba segura que los precios serían inalcanzables o al menos para alguien como yo.
—Iré al punto señorita Persson.
Dijo dejando el menú de lado para verme, podía sentir el sudor recorrer mi frente, ese hombre me miraba fijamente con esa cara tan amenazante pero aunque estaba aterrada no me iba a dejar intimidar, no importa si quiere atacarme o amenazar me por que en realidad es un asesino o algún tipo de vendedor de órganos yo estaba preparada para salir corriendo pero por si acaso tome el tenedor, estaba lista para huir.
—Necesito que se casé conmigo señorita Persson.
Al escuchar esas palabras levante mi mano que sostenía el tenedor, pero… Espera un momento, ¿Qué cosa dijo?... ¿Matrimonio? ¿Casarse conmigo?... ¡¿Qué?!... Bien esto no me lo esperaba.
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