Capítulo 02
Se qué aseguré que ese hombre tendría graves consecuencias por lo que dijo, pero no tenía nada, no sabía que hacer para que se retractara de sus palabras, es más ni siquiera se en dónde encontrarlo como para solo maldecir su estúpida cara rusa o por lo menos enviar un mensaje para insultar todo su ser.
"Es basura"
Esas palabras no dejaban de resonar en mi cabeza sin parar, había vuelto esa inseguridad que creía oculta, ese sentimiento de sentirme tan insignificante estaba tan latente que era un fastidio y es que esos viejos recuerdos volvieron para golpearme con fuerza. Y aunque se que lo mejor era dejarlo en el olvido no podía, estaba tan enojada conmigo misma por permitir que las palabras de un desconocido tuvieran tanto efecto en mi que era aún más irritante, aunque bueno tomando en cuenta que en realidad ese desconocido es un prodigio reconocido mundialmente por sus pinturas que tiene millones es bueno… no, no es ningún consuelo el tratar de conseguir otra perspectiva, ese hombre me había humillado con tan solo dos palabras y ahora mismo el tratar de creer en mi misma no estaba funcionando. Desde ese día yo no deje de pintar, intentaba de todo, óleo, acuarela, acrílico, gouache, aerografía, témpera hasta fresco, pero no había nada que hiciera desaparecer está tristeza mezclada con frustración, no había nada para apaciguar toda la tormenta en mi interior y lo peor era ser consciente de que no podía seguir de esta manera.
Solté un largo suspiro mientras observaba el cuadro, quería que fuese un lindo paisaje con hermosos colores, pero de algún momento a otro comencé a utilizar colores oscuros era como ver la oscuridad consumiendo toda la luz, era notorio mis sentimientos reflejados aquí, miré con más atención aquellos sentimientos de vergüenza reflejados, dejé el pincel de lado para comenzar a guardar todo, simplemente no tenia sentido yo lo sabía pero seguía dándole vueltas al mismo asunto sin parar y volvía a donde siempre, estaba llegando a mi propio límite.
Tomé el cuadro pues ya era hora de irme, creía que lo mejor sería dejar de esto de una buena vez sin embargo el observar esto solo me era más frustrante.
—¡Esto es un fiasco!—grité furiosa mientras lanzaba el cuadro, solté un quejido nuevamente frustrada debido a la situación, se que no era correcto dejar ese pobre cuadro ahí, pero no tenía los ánimos para seguir con esto así que me fui sin más, esperaba que el trabajo me fuese una distracción— Ese ruso idiota.
Me quejé sin parar a cada paso que daba, en verdad que el tan solo recordar su nombre me llenaba de irá, si lo volvía a ver le daría una golpiza o al menos lo intentaría.
En el trayecto al trabajo traté de tranquilizarme, no quería sumergirme en esos sentimientos y actuar grosera con algún cliente, lo último que necesitaba eran problemas en el trabajo. Incluso aunque iba a toda prisa sentía de este día una completa eternidad, creo que me había agobiado más de la cuenta.
Entré por la puerta trasera de la cafetería para ir directamente a los vestidores, me coloqué el uniforme y no fue hasta que intenté arreglar mi cabello que note los pequeños rastros de pintura al igual que ese ceño fruncido, los gestos no mienten seguía furiosa incluso aunque quería olvidarlo. Vamos Shenna, respira hondo y con tranquilidad, debes concentrarte en el trabajo, miré en mi casillero para tomar una toalla húmeda para así borrar los pequeños rastros de pintura.
—Vaya gesto, ¿aún sigues molesta por lo que dijo ese pintor?— giré al escuchar la voz de Bonnie, ella me miró de pies a cabeza antes de abrir su casillero para sacar algo de ahí.
—No estoy molesta—mentí. Cerré mi casillero y escuché como Bonnie soltó una risa mientras también cerraba su casillero, la vi negar para luego tocar mi frente.
—Tus gestos demuestran lo contrario.
—Estoy bien—me alejé mientras me miraba en el espejo que se encontraba en la pared para asegurarme que no hubiera ningún rastro de pintura en mi—Además, ¿cómo sabes acerca de lo sucedido con el señor Serkin?
—Cameron.
Se limitó a responder y yo solo pude pensar en que ese hombre es más chismoso que una mujer de mercado, vaya que no se guarda nada para él. Yo negué un tanto molesta, genial ahora también estaba molesta con él.
—Escucha Shenna, se que puede ser frustrante que alguien con más experiencia te de una mala crítica, sin embargo eso no te define como artista además a todos nos encantan tus cuadros. Mejor escucha mis palabras y mándalo al demonio.
—Yo opino que le demos una lección. Se que podemos encontrar su dirección para tener una pequeña "charla"
Escuchar la voz de Megan me sobresaltó en especial al verla frente a mí con un cuchillo de la cocina, ni siquiera me di cuenta en que momento hizo su aparición, miré a ambas chicas mientras me hacía a un lado para poder salir de los vestidores e irme a mi lugar asignado.
—No se que tipo de "charlas" quieras tener con él, pero no quiero ser participe aún soy muy joven como para ir a prisión.
—Vamos Shenna, será divertido —dijo Megan aún con el cuchillo en mano—además nadie tiene por qué darse cuenta.
—Si, como sea—Bonnie tomó el cuchillo para alejarlo de Megan, incluso ella era consciente de lo peligrosa que podía ser con ese utensilio—la opinión de ese hombre no es importante.
—Claro, la opinión de un prodigio reconocido mundialmente el cual es también considerado como el mejor del siglo, no es para nada importante.
—Vaya, si lo pones desde esa perspectiva pues si suena mal, insisto hay que darle una lección, que si está celoso de tu arte.
—Lo dudo mucho.
—Al demonio ese pintor y también ese horrible pesimismo tuyo. Shenna eres grandiosa y no somos las únicas que lo creemos, hablo enserio cuando digo que todos aman tus pinturas.
Miré a Bonnie con cierta confusión, en cuanto salí de la cocina para llegar hasta la barra me encontré con un escenario que me dejó perpleja, me acerqué un poco más para observar todos mis cuadros en las paredes de la cafetería, pero no solo eso también había algunas personas que las miraban con una gran sonrisa, incluso había quienes tomaban fotografías y entonces después de tantos días aquel sentimiento tan amargo desapareció.
—¿Cómo es esto posible? Es decir, yo siempre las desechaba.
—Cameron —se limitó a responder Bonnie y ese enojo que también le tenía a mi amigo desapareció.
—Tienes un buen amigo—dijo Megan mientras palmeaba mi hombro—uno que se preocupa por ti y por supuesto que aprecia tu arte, asegúrate de agradecerle y muy bien.
Comentó lo último con un toque pícaro, miré a Megan quien bailaba sus cejas y yo solo negué.
—Admito que es un gesto hermoso y que si debería agradecerle, pero será a mi modo.
—Yo no he dicho nada—dijo Megan fingiendo inocencia mientras levantaba sus manos—tu eres la de los pensamientos perversos.
—Si bueno, no puedo evitar pensar que hablas de una manera perversa si me miras de esa forma.
—Sigo sin saber de que me hablas—Megan me guiño su ojo y yo solté una pequeña risa, su manera de hablar es un tanto confusa a veces tomando en cuenta sus gestos.
Miré los cuadros con una sonrisa que se fue disipando a medida que mis pensamientos me invaden, seguía sin encontrar del todo la paz en mi interior, incluso aunque muchas otras personas les encanta. El sonido de la campana anunciando un cliente captó mi atención me dirigí a la barra para tomar su pedido, sonreí como siempre, pero antes de poder decir algo Bonnie hablo primero.
—Joven caballero, ¿que opina de los cuadros?
El cliente miró a Bonnie confuso, miró los cuadros y volvió su mirada a nosotros.
—Son encantadores.
—¿Solo eso?—insistió Megan. Yo mire a ambas femeninas confundidas, no podía creer que estuvieran haciendo esto.
—Me encantan, todos y cada uno de ellos son fantásticos, creo que deberían estar en un museo.
—-Vez, te lo dije—dijo Bonnie con orgullo —tus cuadros son fantásticos.
—¿Tu los pintaste?—preguntó curioso el cliente a lo cual asentí un poco avergonzada —Vaya que tienes talento, me encantan. Son totalmente maravillosos y hermosos.
Dijo mientras me miraba con una sonrisa, sentí como Megan palmeo mi espalda sin parar y yo la miré para ver una sonrisa burlona en su rostro.
—Usted señor cliente, merece unas galletas de cortesía. Este tipo si que sabe de arte no como ese pintor idiota.
—Megan—hablé con regaño pues no quería que siguiera involucrando a los clientes.
—¿Una mala crítica?—interrogó el hombre.
—Más bien una pésima opinión de un idiota que se cree la gran cosa solo por tener algo de prestigio, vaya que me encantaría darle una golpiza a ese inútil y ...
—Bonnie, ya basta—pedí al ser consiente de que no iba a parar de hablar y sentía que ya le habíamos quitado demasiado tiempo al cliente.
—¿Por qué? Escuche señor cliente, ese pintor en verdad que es...
—Hablo enserio, basta las dos —interrumpí a Megan para darme la vuelta y empujar a ambas femeninas indicando que de marcharán —tenemos clientes que atender al igual que pedidos que realizar así que vuelvan a la cocina.
Ambas se quejaron sin embargo hicieron caso a mi pedido pues tenía algo de verdad en mis palabras, me di la vuelta para sonreír al cliente algo avergonzada, acomodé mi cabello y me aclare la garganta.
—Una disculpa, mis amigas son algo... Bueno, no importa —traté de restarle importancia mientras le miraba aun con algo de vergüenza —¿Que le gustaría ordenar?
—Está bien, no te preocupes, es bueno tener amigos que te quieren y se preocupan por ti. En cuanto a mi orden, un café americano doble, por favor.
—Por supuesto—dije mientras me daba la vuelta para realizar su orden.
—Y ese pintor idiota, ¿que fue lo que te dijo?
—¿Que?—pregunté confusa mientras giraba a verlo—Ah, realmente nada importante.
—Tus amigas parecen odiarlo, sin mencionar que trataban de animarte para demostrar lo contrario de las palabras de aquel hombre.
—Solo dijo que era basura—confesé avergonzada —realmente nada importante, es decir, creo que, bueno, solo debo ignorar sus palabras.
—Vaya, tus amigas tienen razón suena a un idiota es más creo que lo es—miré al cliente quien miró mis pinturas para luego sonreír —veo tus cuadros y realmente son maravillosos, no es para nada basura... Tienes talento.
—Gracias —dije apenada para volver a mi labor con respecto al café se lo entregué y el me miró con una sonrisa.
—Por cierto, tu última recomendación me fue algo realmente delicioso, dime, ¿hay algo más que deba probar?
—Brazo de gitano, el de mermelada es mi favorito.
—Entonces, creo que llevaré un poco.
Me dirigí a la vitrina para envolverle un par de piezas, le indiqué el precio y él pagó con una sonrisa, tomo sus cosas para marcharse, pero volvió hasta donde yo me encontraba.
—Por cierto, ¿has pensado en vender tus cuadros?
—¿Venderlos?—pregunto confusa mirando mis cuadros, una cosa era exhibirlos sin embargo nunca pensé en ir más allá de eso—Ah, no—respondí poco convencida.
—Bueno, deberías considerar esa opción, a mí me encantaría tener uno de tus cuadros, son realmente maravillosos.
Yo asentí y él hombre de traje sonrió para marcharse, lo vi alejarse para luego subir a un auto negro, ese modelo me resultaba algo conocido, pensé en acercarme, pero la voz de Megan captó mi atención.
—Deberías considerar esa opción a mí me encantaría tener uno de tus cuadros —dijo Megan tratando de imitar la voz de aquel hombre.
—Son realmente maravillosos —continuo Bonnie siguiéndole la corriente.
—Ustedes dos, ya basta.
Ambas femeninas comenzaron a reír con burla, se miraron entre si para después negar.
—Últimamente ese hombre de traje viene seguido—comentó Bonnie y yo mire hacia la ventana sin embargo el auto ya no se encontraba.
—Pensé que era la única que lo había notado, al igual que solo viene en los horarios donde Shenna se encuentra —continuó Megan a lo cual negué.
—Ustedes dos se hacen de ideas locas tan solo para molestarme.
—Normalmente si —admitió Megan —pero no en esta ocasión, ese hombre se está convirtiendo en cliente regular.
—El café aquí es rico.
—Vaya que nuestra pequeña es inocente, ¿no lo crees, Megan?
—Totalmente Bonnie —soltó un suspiro para luego negar —ese hombre tiene toda una lucha por delante.
—Ya basta de sus conspiraciones locas y vuelvan a trabajar. Solo porque el señor Quivera sea bueno con nosotras y nos deje hablar un poco en el trabajo no significa que vamos a ser holgazanes.
—Te dejamos por ahora por tener un punto válido, pero en el descanso volvemos —advirtió Bonnie para irse de vuelta a la cocina con Megan quien soltó una risa malvada, a veces me preguntó porque este par son tan extraños. Pero que más daba, gracias a eso por fin había tenido algo de paz, miré mis cuadros y sonreí, solo por esta ocasión dejaría de lado esos horribles pensamientos.
🖌️ 🖌️🖌️
—¡TÚ! —grité a todo pulmón cuando visualicé a Cameron en el pasillo el miró alrededor preocupado a medida que me acercaba—Tu, Cameron eres sin duda uno de los mejores amigos que e tenido.
Lo escuché soltar un suspiro con alivio cuando lo envolví entre mis brazos un gesto que él correspondió.
—Por supuesto que lo soy, es más deberías darme un premio a mejor amigo del mundo.
—Lo voy a considerar —dije mientras lo soltaba.
—¿Que? ¿Cómo que lo vas a considerar? —preguntó fingiendo ofensa.
—Bueno, no quiero que te vuelvas más presumido de lo que ya eres por mi culpa.
—Con o sin premio claro que me volveré más presumido —dijo peinando su cabello hacia atrás, gesto que me hizo reír.
—Debes estar más que agradecida por tenerme en tu vida, no todos cuenta con el privilegio de un amigo como yo.
—Si, totalmente —solté con sarcasmo —es más te haré un altar.
—Y que sea uno grande, recuerda que debe reflejar mi gloria.
—Pero ya hablando enserio, muchas gracias. Tu gesto fue realmente tierno.
—Insisto, soy el mejor y por eso tengo a lo mejor de lo mejor a mi lado. Shenna, valórate que nunca antes nadie te diga lo contrario, ni siquiera ese pintor idiota.
—De acuerdo.
—Y, ¿entonces? —preguntó con una sonrisa que me hizo sentir confundida.
—¿Entonces, que?—pregunté sin ocultar mi confusión.
—Quiero verlo.
—¿Ver qué cosa?
—Tu cuadro, ayer vine a recoger otro cuadro que posiblemente fue botado a la basura, pero no vi nada.
—Oh—solté mientras miraba a mi amigo con un gesto con algo de vergüenza, como decirle que este fue botado a medio pasillo con más que frustración y enojo—. Si bueno, es que no hay cuadro.
—¿Cómo que no hay cuadro? Si cuando me fui estabas pintando, ¿Que hiciste que no me quieres mostrar?
—La verdad es que...
—Muevan el paso par de tortolitos, hay un anuncio importante —habló el profesor Bracco con su singular acento italiano mientras pasaba a nuestro lado, ambos nos apresuramos para llegar al aula antes que él para así poder tomar asiento sin escuchar sus regaños —Bien alumnos escuchen con atención porque solo lo diré una vez.
—No queremos volver a modelar desnudos —hablo un estudiante a lo cual el profesor Bracco hizo un ademán con la mano para restarle importancia.
—No interrumpas niñato. Cómo decía antes de que un impertinente hablara, un anuncio importante. Habrá un concurso donde se seleccionará al nuevo discípulo del señor Mark Serkin.
Todos guardaron silencio, se miraron entre si pues ese hombre en verdad que era intimidante, no parecía a ver mucha emoción o al menos no en todos.
—Les recuerdo que ese hombre millonario tiene muchos contactos en museos importantes y es considerado el genio de nuestro siglo.
Aquello si llamo más la atención de los alumnos por lo que podrían obtener a cambio de él sin embargo en mi mente aún seguía aquellas primeras palabras del profesor Bracco.
—Ser su discípula —dije en voz baja como si aquello fuese una brillante idea.
—¿Que tanto murmuras?—preguntó Cameron al notar que no dejaba de idear mi plan entre murmuros.
—Hablo del hecho de ser la discípula del señor Serkin.
Lo vi hacer un gesto de horror para luego negar.
—No creo que sea buena idea, ambos parecen odiarse y si no mal recuerdo estos últimos días te la pasaste mal por su culpa.
—¿Que no ves que está es una gran oportunidad?
—¿Vas a matarlo?—preguntó con horror a lo cual golpee su hombro con disimuló.
—Hablo enserio, si me convierto en su discípula entonces tendré la oportunidad de demostrarle que tengo talento.
—No creo que valga la pena, además si tienes talento y no necesitas demostrarlo a nadie, en especial a él.
—No lo entiendes, esto en verdad es una oportunidad.
—Si bueno, digamos que lo es, pero aún debes hacer que él te seleccione como su discípula, ¿dime cómo harás eso?
Detestaba cuando Cameron tenía un punto a su favor, medite un poco y es que aunque ese hombre idiota fuese algo estricto se que podría doblegar un poco su interés ante un buen cuadro, creo que tengo mucho que hacer.
—Lo voy a sorprender.
—Espero que si, pero insisto, ¿Cómo lo harás?
—Ya lo verás voy a crear la mejor obra de arte jamás vista en la historia.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top