Nueva Vida

"Sino recuerdas la más ligera locura en que el amor te hizo caer, no has amado"
William Shakespeare

Londres, Inglaterra

Luego de que Larcade desaparcierá de la presencia de la rubia, ella se acerco a contemplar a Natsu pero un pensamiento cortó la felicidad que sentía en ese momento. Acarició su vientre y sus ojos se llenarón de lágrimas al pensar que ella no podría darle un hijo.

Contempló de nuevo su rostro, ella lo amaba desde lo más profundo de su corazón pero entendería si él la rechazaba por no poder darle un heredero. Miró sus labios, con su dedo indice los acarició y luego lo besó. Le encantaba sentir la calidez de sus labios contra los de ella.

Los rayos del sol anunciaban la llegada del alba y con eso, el encantamiento de Larcade se deshacía. El pelirosa sintió el pequeño cuerpo sobre él, sintiendo unos dulces labios que ya había probado antes y en su mente pensaba que estaba loco. Ya no distinguía que era sueño y que era realidad.

Abrió sus ojos jades y la miró a ella con sus ojos cerrados, entregandolé todo su amor en un beso; luego recordó lo sucedido, rompiendo el beso.

Natsu: ¿¡Lucy? ¿¡Realmente eres tú!?

Lucy: Lo siento... Yo...

El extendió su mano y acarició las rojas mejillas de la rubia. Ella empezó a temblar, tenía miedo pero él no daba crédito a lo que miraba, si hace unas horas tenía su cuerpo sin vida en brazos.

Natsu: Dime que no es un sueño...

Ella se abrazó a él con fuerza, quería escuchar sus látidos..

Natsu: Si yo... tú... estabas en mis brazos...

La rubia colocó su dedo índice en sus labios para callarlo.

Lucy: Tuve una segunda oportunidad, Larcade llegó con mi cuerpo en el barco en que estabamos y me dijó que mi misión aún no había sido terminada en vid y me devolvió aquí y mi padre me dio esta pulsera para recordarlo.

Mostró su muñeca y el pelirosa pudo notar algo, ya no habían marcas en sus brazos por los rituales. Él le tomó la cintura y la atrajó para sí, hundió su rostro en su blanco cuello y aspiró su escencia, en ese momento él sentía paz, comenzando a llorar.

Lucy: ¿Estas bien?

Aunque ella intentará safarse del abrazo para ver que tenía Natsu, él no se lo permitió. Lloraba como un niño, no podía creer que la vida le había devuelto a su amor, a su único amor.

Natsu: ¿Sabes cuánto te amo?

Ella se sorprendió, no quedándole otra opción que corresponder al abrazo y llorar juntó a él.

Lucy: ¿Te imaginas cuánto te amo yo?

Al pelirosa le sorprendio la pregunta, pensando todo lo que ella había hecho por él. En ese momento se sintió insignificante, ella había sacrificado tanto por salvarlo muchas veces.

Natsu: ¡Por Dios, Lucy, yo no te merezco!

Él se incorporó e hizo que ella lo mirará a los ojos; ambos estaban llorando.

Lucy: ¡No digas eso!

Ella se acercó de nuevo a sus labios.

Lucy: Yo te amo...

Sin mediar palabras, él apresó los labios de la rubia con demanda. Puede que él no la merezca pero si debía pasar el resto de su vida haciendo lo necesario para ganarse el derecho de sus besos, no le importaba. Incluso, no le importaba el hecho de no poder ser padres.

Natsu: Y yo a tí más... ¿Me permites estar a tu lado siempre?

La pregunta derritió el corazón de la rubia pero ella sabía que sin su útero estaba incompleta y la tristeza ensombreció su mirada.

Lucy: Pero yo no puedo darte un hijo...

Ella estaba a punto de romper en llanto pero él no se lo permitió, la abrazó con fuerza de nuevo.

Natsu: Eso no me importa... No es que no me hubiera encantado tener un bebé contigo pero yo quiero estar a tu lado, hacerte feliz y compensar lo que has sufrido. Dejaré mi vida de pirata e iremos a vivir a Orkney, prometo que te haré feliz a pesar de todo.

Lucy: ¿En serio dejarás tu barco por mí?

Natsu: Si, lo decidí aún antes de llegar a Londres. Me había prometido liberarte de la maldición y si me tomaba toda la vida hacerlo no me iba a importar e incluso si jamás podría estar contigo en un ámbito intimo, no me iba a importar, te amo lo suficiente para que eso no me importe.

Ella deshizo el abrazo y se abalanzo sobre él en un beso tierno, entre lágrimas, risas y felicidad.

En ese momento los rayos del sol iluminaban con todo su esplendor sobre la ciudad semi-destruída de Londres, anunciando la llegada de un nuevo día, una nueva esperanza y una nueva vida para todos, especialmente para ellos que se encontrarón sin andarse buscando y que sacrificarón mucho uno por el otro sin importar el precio.

Se amaban y ese amor había sido predestinado desde hace mucho tiempo atrás, por que si la maldición nunca hubiese existido, Lucy se hubiese desposado desde antes, Jeral hubiese muerto por no existir la sanadora ni la protectora de la sanadora y Natsu jamás hubiera viajado a Orkney. Hay cosas que obran para bien.

Los nuevos enamorados estaban entre besos y caricias cuando alguien abrió la puerta de golpe.

Levy: ¡Prometiste cuidarla, pedazo de adefecio humano, dijiste que la cuidarías y confie en tí!

La peliazul estaba devastada con la noticia de la muerte de su amiga, que lo único que quería era matar a mano propia al capitán Dragneel.

Gajeel: ¡Espera Levy, él probablemente sigue bajo el encanto de Larc...!

La peliazul y el pelinegro se quedarón sin palabras al ver a la pareja sobre la cama, afortunadamente aún vestidos.

Lucy: ¡Levy!

La rubia se puso de pie, en ese momento ni siquiera le importaba andar con poco ropa, ya que en la batalla se deshizo del vestido.

Levy: ¡Lu...cy! ¿¡Estás viva!? Pero ¿cómo?

Ambas se abrazarón y la escena enternecio a Gajeel y Natsu. Ellas lloraban mientrás Natsu explicaba como Lucy había regresado.

Luego de la conmosión matutina, en los escombros del castillo Jeral contemplaba con tristeza el panórama pero al ver que su esposa y su bebé que viene en camino estaban perfectos, lo material no le importaba.

Erza: Bueno... Creo que lo importante ahora es restaurar a los civiles y luego podemos ver por nuestro hogar, ¿no crees?

Jeral: Así será querida, lo importante aquí es que nos levantaremos de esta situación como sea.

Freed: Majestad, ellos ya están aquí.

El peliazul dirigió su mirada hacia la dirección que Freed les indicó pero Jeral no daba crédito al ver a Lucy junto a ellos. Recordaba las atrocidades de la noche anterior pero de seguro ella explicaría todo.

Ambos, Jeral y Erza les agradecierón por todo lo que hicierón para defender el reino; además, Lucy les explico la manera en que regreso. Mientrás Levy, Erza y Lucy platicaban sobre el bebé, Gajeel, Jeral y Natsu estaban observandolas en la distancia.

Jeral: ¿Así que piensas renunciar a todo, Natsu?

Natsu: Si, cuando el Fairy Tail este reparado del todo, zarparemos hacia Orkney.

Jeral: Espero no te olvides de visitarnos de vez en cuando.

Natsu: Claro que no.

Gajeel: Natsu, espero no te moleste acompañarnos de vez en cuando en el Fairy Tail, estaríamos muy complacidos de tenerlos a bordo.

Natsu: Claro Gajeel, nos encantará hacer una temporada en el Fairy Tail.

La vida del pelirosa estaba tomando un nuevo rumbo, ya no sentía la necesidad de venganza, por primera vez en mucho tiempo, él sentía paz en su corazón.

Zeref ofreció su casa para hospedar a la tripulación del Fairy Tail; además de mandar a reparar el navío. Ha pasado una semana desde lo ocurrido y la ciudad esta poco a poco restaurandose.

Pero lo que si estaba matando al pelirosa era las tontas reglas de sociedad que no le permitían pasar mucho tiempo a solas con Lucy. Mavis, la esposa de Zeref, era la que custodiaba a Lucy y Levy.

Natsu: ¿¡Puedo aunque sea verla a solas unos minutos!?

Mavis: ¡No en mi casa, hasta que se casen!

Natsu: ¿Pero solo quiero hablar con ella?

Mavis: Ah si me lo demostraste en el desayuno que solo querías hablar, cuando tu mano estaba vergonzosamente sobre su espalda baja.

Natsu: ¡La estaba abrazando nada más! ¡Por todos lo demonios, si tú sabes que no la he desposado aún por que queremos que su madre y hermana esten presentes en la ceremonia!

Mavis: Entonces, respeta las reglas Natsu, yo no iré a Escocia a entregar a una chica con la honra arruinada.

Natsu: ¡Eres imposible!

El pelirosa salió furioso de la sala principal de la casa pero en cuanto llegó a su habitación ahí estaba ella.

Lucy: No puedes pasar un día sin enojarte con Mavis, ¿no?

Natsu: ¡Lucy, ¿qué haces...?!

La rubia no lo dejo terminar, ella tambien deseaba hablar con él y es que sus pláticas se resumían en besos y caricias.

Lucy: ¡También quiero hablar contigo!

Natsu: ¿Sabes que si Mavis se entera que estás aquí nos mata?

Lucy: No te preocupes según ella estoy con Levy en la ciudad. Además, ya mañana zarpamos a Orkney y pronto me convertiré en tu esposa.

Esa idea siempre le sacaba una sonrisa al pelirosa. Además, Mavis tenía todo planeado para la boda que se realizaría en un par de semanas en Orkney y el barco de Zeref ya estaba cargado hasta con el vestido de novia.

Pasarón entre besos y poemas al menos por una hora, ocultandose de Mavis y sus regaños pero desgraciadamente Zeref debía detallar unas cosas con su hermano antes de la cena de gala que tendrían como despedida.

Durante esas dos horas de preparación, Mavis se encargo de que su cuñada y Levy estubierán listas para la cena. Ambas vestidas con unos vestidos muy pomposos color blanco, para representar que estaban disponibles para matrimonio.

Llegada la noche, el gran salón estaba adornado con velas y flores de la época, las parejas bailaban emocionadas al ritmo de la orquesta. Especialmente una, Natsu estaba embobado por la manera en que habían arreglado a Lucy y por más que quisiera evitarlo, él sentía que debían casarse esa noche.

Lucy: ¡Natsu, si Mavis nos mirá nos va a regañar y aunque su aspecto es dulce puede ser estricta a veces!

Natsu: Ella tiene la culpa por decidirse por ese vestido para tí.

Se acercó a su oído y con una voz seductora le dedico otro poema, la rubia hasta había pérdido la cuenta de cuátos habían sido en lo que iba de la velada. De pronto, la anfitriona se acercó al piano.

Mavis: ¡Agradezco a todos por atender nuestra invitación, como familia Dragneel estamos muy felices por el regreso de nuestro hermano Natsu Dragneel a la familia y por agregar a otro miembro más, Lucy Heartfilia, ya  que en unas semanas estarán contrayendo santo matrimonio en las tierras de la Isla de Orkney, Escocia!

Los presentes aplaudierón a la pareja y ambos se sentían apenados con tanta atención.

Mavis: ¡Esta noche quiero dedicarles una pieza de mi composición a los futuros esposos!

La esposa de Zeref comenzó a interpretar "Black Cat Ballad" deleitando a los presentes y haciendo que todos se incorporarán al vals.

Mientrás las notas del piano sonaban, Natsu y Lucy se dispusierón a desaparecer del baile, ya que como no podía esperar a casarse en dos semanas, fuerón hacia otra fiesta que se celebraba en honor a ambos en la embarcación del Fairy Tail.

Gajeel: ¡Ya decía yo que se estaban tardando!

Natsu: ¡Demasiado protócolo para mi gusto!

El pelirosa se quitó el saco del traje, mientrás Lucy y Levy se cambiaban los vestidos por algo menos pesado.

Todos los tripulantes estaban felices por lo que harían esa noche, ya que jamás se imaginarón que celebrarían una boda a bordo. Y la idea surgió de Gajeel, que como nuevo capitán del Fairy Tail, había sugerido en estrenar su cargo uniendo en matrimonio a Natsu y Lucy.

Los hombres del Fairy Tail se habían esforzado para decorar el barco con flores y velas e incluso arreglarón la habitación del capitán para esa noche especial.

Natsu: ¡Zarpemos antes de que Mavis se de cuenta de nuestra ausencia!

Cuando elevarón anclas e izarón las velas, la corte real estaba procediendo a la busqueda de la pareja acompañados de Mavis, que desde el puerto grito.

Mavis: ¡Espera que llegue a la isla, maldito cuñado!

Zeref: Pero querida, el matrimonio puede ser oficiado por el capitán de un barco; así que no te molestes, ellos están enamorados y no pueden resistir más.

Mavis: Más le vale a tu hermano que cuando lleguemos a Orkney celebremos una boda con un clérico. Tengo más confianza en ellos que en el capitán de un barco pirata.

Zeref: Celebrarán dos bodas, a eso llamo doble bendición de parte del cielo.

En el Fairy Tail, Natsu miraba caminar a su futura esposa hacia él, ella iba acompañada de Levy y el sonido del mar era su marcha nupcial y bajo la luz de la luna llena, Gajeel unió dos vidas para siempre. Luego de los votos el pelinegro desenvainó su espada.

Gajeel: ¿¡Hay alguién aquí que se oponga a este matrimonio!? ¡Que hable ahora y procuraré sersenarlo lentamente para convertirlo en alimento para las criaturas del mar!

Algunos rierón y otros aún seguían llorando de la emoción.

Gajeel: ¡Más les vale sabandijas! Muy bien, por el poder que se me confieré como capitán de este navío, yo los declaro marido y mujer. ¡Natsu puedes besar a la novia!

La pareja se dio un tierno beso frente a sus testigos, que explotarón en una gran celebración por la alegría que sentían de ver a su ex-capitán feliz, iniciando así la fiesta en conmemoración a la nueva vida que iniciaban.

Natsu: ¡Por fín esta noche serás mía del todo y yo seré tuyo por siempre, mi querida esposa!

Lucy: Te amo...

Natsu: Y yo más a tí... Lucy Dragneel.

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Black Cat Ballad, es un vals para un comercial de paquetería de envíos en Japón, es interpretada por un tipo vestido de gato pero su melodía es suave al principio pero con un final de notas que alegran al espíritu (al menos al mío)

Aún falta un capítulo de esta historia, les agradezco mucho su apoyo y sus comentarios. Un abrazo enorme de parte de esta NALU shiper! ❤❤❤

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