Epílogo
"Por que donde esta vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón"
Libro de San Mateo 6:21
La Biblia
Año 1,822
Isla de Orkney, Escocia
El atardecer adornaba con sus destellos dorados la orilla de la playa. Una rubia contemplaba el paisaje con nostalgia, ya que desde hace un mes su amado había sálido con rumbo a Londres para tratar un asunto urgente en el parlamento con respecto a Orkney y otros asuntos.
Layla: Lucy, vén que ambas deben descansar.
La rubia miró con ternura el fruto de su amor con el capitán Dragneel. Era una pequeña pelirosa de diez años de edad. Lucy sonrió y le dio un beso en la frente a su hija.
Lucy: Pronto papá estará en casa.
La pequeñita se había quedado dormida por esperar a su padre. La noche cayó y Lucy preparaba todo para la llegada de su esposo, quizas no sea la gran cosa pero sabía que le gustaría.
Layla: ¿En serio?
Lucy: Así es mamá.
Layla: Veremos que cara pone Natsu al ver esto.
Lucy: ¿Crees que se enoje?
Layla: No, cariño pero entiende ya paso mucho tiempo, es algo inesperado.
Lucy: Lo sé, solo espero le agrade la sorpresa.
Londres, Inglaterra
Jeral: ¡Necesito que lleguemos a un acuerdo en cuanto al tema de Irlanda!
El murmullo de las personas en aquella reunión llenaba el salón del parlamento. Lo tiempos de guerra habían pasado pero aún había mucho por hacer por el Reino Unido, por lo que el trabajo de Jeral no era nada fácil.
Natsu: Te he dicho multiplés veces que debes reforzar más la seguridad marítima en Irlanda pero se interesan más en levantar un edificio nuevo para el parlamento que en la seguridad de un aliado de Inglaterra.
Todos los presentes aún no aceptaban que un "ex-pirata" fuera parte del parlamento pero no podían negar de que Natsu realizaba un gran papel como representante de la familia Dragneel.
August: ¡Yo apoyo a Dragneel! Creo que deberíamos posponer la construcción del edificio para enfocarnos en la seguridad de Irlanda.
En los últimos años, Irlanda ha sido victima de los piratas y saqueadores. La economía de ese país esta decayendo, al punto que los inversionistas ya no desean exportar mercancía hacia dicho lugar.
Jeral: Muy bien, haremos la votación. Los que estén a favor de reforzar las fuerzas marítimas en Irlanda levanten la mano.
Fue un voto unanime, todos estaba de acuerdo debido a que la mayoría erán comerciantes y empresarios, por lo que no les convenía ser saqueados por unos malhechores.
Jeral: ¡Muy bien, enviaré al capitán Fullbuster hacia Irlanda para que analize la situación de más cerca y descubra en que puntos necesitamos reforzar la seguridad!
Con dicha votación se dio por concluída la reunión. El pelirosa estaba ya cansado de esas engorrosas reuniones, lo único que deseaba era estar junto a su familia y dormir junto a su amada esposa.
Las extrañaba muchisimo pero dado a que su hermano se encuentra en Estados Unidos por motivos de negocios, él debía asumir su papel en representación de la familia Dragneel.
Jeral: ¿Te vas esta noche?
Natsu: Tú sabes mejor que nadie que ya no aguanto esto, necesito verlas.
Jeral: Te entiendo, yo que estoy aquí mismo en Londres me desespero por ver a Erza y a las niñas, me imagino tú que aún debes de viajar una semana hacia Orkney.
Natsu: Es por eso que quiero partir esta misma noche.
Jeral: Bueno no me queda más que desearte feliz viaje, viejo amigo.
Ambos se despidierón y esa misma noche Natsu partió hacia su hogar, no sin antes enviar una carta a España dirigida a Gajeel y Levy.
Isla Orkney, Escocia
Al cabo de una semana, el capitán Dragneel estaba llegando a su hogar. Contempló aquella isla, la cual estaba siendo iluminada por los rayos del sol.
Él no se aguantaba por ver a Lucy y a Nashi, había sido duro estar más de un mes sin sus dos tesoros. Las amaba muchisimo y no podría imaginarse la vida sin ellas.
A lo lejos observo dos figuras, sabiendo muy bien de quienes se trataba. Sus ojos se llenarón de lágrimas al reconocerlas y su corazón latía muy rápido por la emoción.
Mientrás más se acercaba podía distinguir mejor a Lucy y Nashi. La pequeña pelirosa saltaba de emoción alrededor de su madre, ya que sabía que su padre le traía un presente de Londres. Cuando por fín toco tierra, su hija corrió a abrazarlo. Él la tomó entre sus brazos alzándola muy alto.
Nashi: ¡Papá te extrañe mucho!
Natsu: Tambien yo las extrañe muchisimo.
Él colocó a su hija en el suelo y se acerco a su esposa, la abrazó con fuerzas.
Natsu: Por fín estoy en casa, te extrañe.
Le dio un beso en los labios.
Lucy: Nos hiciste mucha falta, ¿cómo estubo el viaje?
Natsu: Bien, ya sabes cosas con el parlamento sobre Irlanda. Además, conseguí que nos apoyarán con la clínica, así la gente de Orkney contará con mejores condiciones.
Lucy: ¡Eres el mejor!
La familia se dirigio hacia su hogar, en donde Layla les esperaba con la comida y luego de compartir un momento todos juntos, Natsu descanso entre los brazos de su amada esposa.
La rubia le acariciaba el cabello, mientrás taradeaba aquella canción pirata con la cual Natsu la escucho por primera vez en aquel río, que por cierto ella tenía pensado darle la sorpresa en ese lugar.
Nashi estaba muy feliz con su juego de té londinese, le encantaba todo lo relacionado con la alta sociedad. La pequeña representaba dignamente a Meredy en el carácter, siempre siguiendo el protócolo de las cosas.
Natsu desperto de su siesta y la rubia le pidio que salierán a dar un paseo, erán ya alrededor de las 11 de la noche por lo que Nashi ya estaba dormida. La pareja estaba caminando por el aquel pueblo que solo estaba iluminado por las estrellas.
Lucy: Es una linda noche, ¿verdad?
Natsu: En verdas, las estrellas y la luna están muy brillantes hoy.
Lucy: Amor, te tengo una sorpresa pero debemos ir al río para que lo veas.
Natsu: ¿Una sorpresa?
Lucy: Si, vamos.
La rubia sentía su corazón acelerado, era algo repentino, pues no se esperaba que pasara por segunda vez. Llegarón al lugar y la luna se reflejaba en aquel cristalino río, era una hermosa vista.
Lucy: Bueno... pues quiero darte esto.
De un escondide que ella tenía entre unos arbustos sacó una caja.
Natsu: No debiste hacerme un presente, solo me ausente un mes.
Lucy: ¡Ábrelo!
El pelirosa obediente abrió la caja y al observar el contenido se quedo sin palabras. Tomó las cosas entre sus manos, su rostro reflejaba asombro y una lágrima cayó por su mejilla.
Natsu: ¿En serio?
Lucy: Si, en serio.
Rápidamente el pelirosa tomó entre sus brazos a su esposa y la besaba desesperado por todo el rostro. Él estaba feliz ante tal notica y no podía creer que 10 años después, ellos volverían a ser padres.
Él observo de nuevo el pequeño traje y las pequeñas botitas de lana que Lucy había confeccionado para su nuevo retoño.
Natsu: ¡Ustedes son mis más grande tesoro, te amo Lucy!
Lucy: Te amo, Natsu.
El anhelo de un pirata es hacer su tesoro grande y valioso; es por eso que pelean para siempre obtener lo mejor pero Natsu había entendido que las cosas materiales no erán nada comparados al amor.
Él dejó su vieja vida para iniciar una hermosa aventura junto a su rubia, siendo bendecido primero con Nashi y ahora otro fruto de su amor. No podía pedirle más a la vida y estaba dispuesto a dar lo que fuera por salvaguardar su mayor tesoro, su familia.
Se viene la segunda parte de esta historia y se llamará "Mi Tesoro"
¡Muchas Gracias por Leer!
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