08
SCOTT
No puedo dormir. A pesar de que estoy agotado de ir de un lado al otro y que viajar siempre me deja hecho polvo, el sueño no llega.
Nick duerme profundamente en la cama de al lado.
Mis pensamientos van inevitablemente hacia la hermosa chica que he conocido hoy.
Adoro que sea más bajita que yo, de este modo podría pasarle el brazo por los hombros y atraerla hacia mí.
También me gusta eso porque al abrazarla mi mentón se apoyaría sobre su cabeza.
Y apuesto todo lo que tengo a que podría llevarla en brazos de un lado al otro sin cansarme.
Tampoco puedo evitar recordar lo que dijo en el taxi.
Una parte de mí temía que la cicatriz fuese un problema y que de algún modo ella me rechazara y por ese preciso motivo no quise ser tan lanzado como lo ha sido mi hermano. Pero, ¿ahora? Dios, estaba deseando verla de nuevo.
Giré la cabeza hacia la mesita de noche donde había dejado cargando mi teléfono.
Ella no había llamado ni escrito. Realmente esperaba que lo hiciera, pero quizá la había asustado cuando nos despedimos.
Maldita sea.
—¿Qué ocurre? Es más de medianoche.
Nick enciende la luz de la mesita de noche y se incorpora. Pensé que estaba dormido. Al parecer he sido más ruidoso de lo que suponía en mi insomnio. No he dejado de moverme.
—Estaba pensando en Heira.
—Yo también pensaba en mi chica.
—¿Tu chica? La conociste hoy, Nick.
—Bueno, cuando se sabe, se sabe.
—¿Y ella está de acuerdo?
Le veo sonreír al techo mientras pone los brazos bajo su cabeza y se acomoda.
—Nunca me he sentido así, Scott. Por primera vez quiero algo más que la clínica. ¿Tiene sentido?
Sí. Lo tiene. Porque me siento exactamente igual.
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HEIRA
Me pasé toda la tarde de ayer pensando en si debía o no enviarle un mensaje a Scott.
Al principio, con el recibimiento de nuestros padres y la pequeña, en realidad grande, bronca que nos cayó encima por hacernos un tatuaje en nuestro viaje de mamá, no tuve tiempo de darle vueltas, pero luego, mientras deshacía la maleta y después mientras trataba de dormir, mi mente revivió todo lo ocurrido desde que nos conocimos mientras esperábamos un taxi.
Ahora, mientras me visto frente al espejo de mi cuarto, Scott es en todo lo que puedo pensar.
Unos golpes en la puerta me hacen volverme hacia ella cuando Enith entra con una enorme sonrisa en el rostro.
Ya está vestida y me muestra su teléfono prácticamente golpeando mi rostro con él.
Aparto sus manos de mi cara y enfoco la vista en la pantalla.
Hay un mensaje reciente de un número que no tiene registrado.
HOLA HERMOSA. SOY NICK. NOS CONOCIMOS AYER PERO SE SIENTE COMO SI FUERA MUCHO MÁS TIEMPO. COMO VAMOS A ESTAR AQUÍ UNOS DÍAS ME GUSTARÍA VERTE. ¿CREES QUE A TU HERMANA Y A TI OS GUSTARÍA REUNIROS CON NOSOTROS EN ALGÚN LUGAR?
Mi corazón se acelera al leer sus palabras. Scott también estará allí. No es solo un mensaje para tener una cita a solas entre Nick y Enith.
—¿Le has contestado ya?
—Todavía no. Quería preguntarte primero.
La verdad es que quiero verle más de lo que quiero admitir y quiero verme bien.
Descarto de inmediato la ropa que tenía pensado ponerme y corro hacia mi armario.
Oigo a mi hermana salir de mi habitación mientras teclea rápidamente una respuesta. Supongo que no hace falta que le diga que acepto. Ella me conoce mejor que nadie.
Con un vestido sencillo blanco con algo de vuelo, unas sandalias y una chaqueta vaquera me siento bonita.
Recojo mi cabello en una cola alta, coloco unos pequeños aros en mis orejas y pongo un poco de perfume detrás de ellas y en las muñecas.
Me reúno con Enith fuera de su habitación. Ella se ha cambiado de ropa al parecer, puesto que antes llevaba algo cómodo e informal y ahora luce unos vaqueros cortos, un top de mezclilla y una camisa de cuadros que aunque le queda grande, complementa perfectamente su vestuario.
A diferencia de mí, ha dejado su cabello suelto, sin embargo, se ve absolutamente preciosa.
—¿Lista?
—Sí. ¿Te ha dicho algo más?
—Sí. —Veo como se sonroja y no puedo evitar sonreír. Si Nick tiene el mismo efecto en ella que Scott tiene en mí, la comprendo muy bien.
—Entonces no les hagamos esperar.
Cuando salimos de casa, tomo una decisión. No quiero seguir pensando. Quiero dejarme llevar. Esta podría ser la aventura más importante de nuestras vidas y si solo tenemos un tiempo para disfrutarla, no quiero perderme nada.
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