05

HEIRA

Estupendo. Ni siquiera habíamos salido del instituto y ya estábamos en boca de todos.

Miré de nuevo la imagen que había llegado a mi teléfono.

Algún idiota se había dedicado a colgar en el tablón de anuncios una foto nuestra con un mensaje subido de tono para atraer atención no deseada. Y  solo era nuestro primer día.

—¿Cómo consiguieron tu número?

Me encogí de hombros. Lo más probable es que hubiesen accedido de alguna manera a nuestro informe escolar.

—Mejor vámonos. Quiero arrancar ese maldito cartel antes de que mamá llegue.

Apresuramos el paso cuando los teléfonos de las dos empezaron a sonar de forma descontrolada, notificación tras notificación de números que no teníamos registrados.

Un breve vistazo al inicio de algunos de ellos y quería vomitar. Enith estaba igual de disgustada que yo.

Para cuando llegamos al tablón de anuncios, el cartel no estaba. Joder.

-------------------

Fingir no se me daba bien, lo intentaba a menudo para hacer feliz sobre todo a mamá, pero después de la quinta patada bajo la mesa de mi hermana para hacerme reaccionar ante la mirada preocupada de nuestros padres, no me quedó más remedio.

Ellos ya estaban preocupados por si habían cometido un error, no iba a decirles nada.

—¿De que querías hablarnos papá? — pregunté tratando de distraer su atención.

—Bueno, quería hablar con vosotras acerca de un cambio importante. La oficina que tenemos en Nueva York ha sido remodelada pero necesitan a alguien para que maneje las cosas por allí durante un tiempo hasta que se establezca del mismo modo que la que tenemos aquí.

—¿Y vas a ir tú? ¿Durante cuanto tiempo? —asentí ante la preocupación de Enith. Papá ya viajaba mucho, pero lo que decía implicaba que tendría que mudarse de forma temporal.

—Bueno, eso es de lo que realmente quería hablar con vosotras. Sé que hoy ha sido vuestro primer día en este nuevo instituto, pero me han pedido que vaya durante un mínimo de seis meses. Por supuesto puedo viajar y podéis venir a verme, pero realmente os quiero allí a las tres, conmigo.

Joder. No sabía que decir. ¿Mudarnos ahora?

Miré a Enith que tenía la mirada fija en mamá. 

Para ella no era fácil que papá viajase tanto porque lo extrañaba mucho. Nosotras nos teníamos la una a la otra, y aunque ella nos amaba con todo su corazón, comprendía que durante esos períodos de tiempo, se sintiera sola.

—Supongo que podemos ir allí a la aventura. Nueva York, ¡allá vamos!

-----------------

CINCO AÑOS DESPUÉS

NICK

Lo habíamos  conseguido. Finalmente teníamos nuestro título, y habíamos ahorrado durante todo ese tiempo para poder abrir nuestra clínica.

Las prácticas habían sido lo mejor, y ayudó también visitar cada vez que podíamos a Aurora y a Jackson para ampliar nuestros conocimientos.

—¿Estás listo?

Habíamos volado a casa de nuestra hermana para ver a nuestros tres sobrinos, si, tres, y pasar un tiempo con ellos antes de regresar a Italia y empezar con todos los trámites para poder tener aquello que tanto habíamos soñado.

—Más que listo. Iremos a ver a mamá y papá y luego directos a casa.

Tres años antes, habíamos estado hablando con nuestros padres acerca de independizarnos. Vivíamos con ellos mientras asistíamos a la Universidad, y eso tenía que cambiar.

Ambos insistieron en ayudarnos con la entrada del apartamento, lo que para ser sincero, fue estupendo, ya que utilizamos parte de nuestros ahorros en amueblarlo y queríamos intentar no tocar demasiado de ese dinero para poder utilizar el capital en el futuro.

Si las cosas iban bien con la clínica, podríamos devolverles el dinero, incluso cuando se negaban completamente a ello.

Ambos tenían sus propios negocios y además, mamá era una reconocida escritora, de modo que no estaban preocupados por recuperar ese préstamo.

Durante este tiempo, tuvimos algunas citas, unas buenas y otras no tanto, pero ninguna fue relevante o quisimos formalizar la relación. Todavía estábamos centrados en nuestra meta.

—Necesito ir al baño. ¿Puedes coger un par de cafés? Me muero por uno.

Asentí de acuerdo y me dirigí hacia el Starbucks que había dentro del mismo aeropuerto. Todavía teníamos media hora antes de coger nuestro vuelo.

Después de esperar por casi diez minutos, hice mi orden y esperé a un lado mientras atendían a otros clientes.

—Ay, joder. Quema, quema, quema.

Levanté la vista de mi teléfono en el que estaba centrado mientras esperaba y mis ojos se fijaron de inmediato con la belleza que había hablado.

—La próxima vez vienes tu a por ellos, Heira. —Dijo al teléfono que tenía pegado al oído.

Escuché mi nombre a lo lejos, pero lo ignoré.

Ella se estaba marchando. No podía quedarme allí parado sin al menos saber su nombre, así que la seguí.

-----------------

SCOTT

—Nick.

Era la segunda vez que escuchaba el nombre de mi hermano, pero no había ni rastro de él. ¿Dónde se había metido?

Me acerqué al mostrador y le sonreí a la dependienta. 

Pude ver el momento en que se dio cuenta de que yo no era Nick, sin embargo, tomé los cafés y me alejé.

Toda nuestra vida la gente nos había confundido. Era difícil cuando éramos como dos gotas de agua. Eso ya no era así.

Dos años atrás, durante una de nuestras prácticas, cometí el error de asustar a un potrillo. Había estado tan ensimismado mirando a la madre, que no me percaté que de que estaba a mi espalda y lo golpeé sin querer. La madre vino de inmediato y al apartarme para que no me golpease fuerte, me fui contra la valla de protección, cortándome la ceja en la caída. La cicatriz no era grande, pero si visible.

Iba a sacar mi teléfono del bolsillo para llamar a mi hermano cuando alguien chocó conmigo, haciendo volar ambos vasos y vaciando el contenido sobre los dos.

—Ay, Dios. Enith va a matarme. Es la segunda blusa que le mancho.

Me quedé paralizado. Mis ojos estaban sobre ella, asimilando su color de pelo, ojos y la rojez de sus labios. Sentí el momento exacto en que mi corazón se detuvo antes de volver a latir, esta vez, de forma apresurada.

—Lo siento —sentí mi voz ronca y traté de aclararla.

—La culpa es mía. Ay, Dios, te manché. Lo siento mucho. Deja que te compre otra bebida.

Eso no podría importarme menos en ese momento. Incluso si sentía mi piel ardiendo.

—¡Heira!

La chica frente a mi se volvió para mirar a una completamente igualita a ella acercarse, y para mi sorpresa, con mi hermano siguiéndola.

¿Qué demonios?

-------------------------------------

Hola! Aquí estoy de nuevo, medio año después de la última actualización ( en realidad no es tanto, pero lo parece).

Pido perdón por el retraso, pero espero compensarlo pronto. Un fuerte abrazo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top