Mexico justo ahora estaba sentado en el sillón. Argentina vino un poco después.

— ¿Qué te trae por aquí?— pregunto Argentina mientras se sentaba.

Mexico se lo quedó viendo. De repente ya no se sentía fuerte, era extraño: Había sido fuerte cuando se lo dijo España, cuando sus hermanastros le preguntaron que había pasado, cuando llamó a FBI... pero ahora. Ahora estaba llorando.

— ¿Mexico Que...? — preguntó Argentina mientras le sobaba la espalda.

— Guatemala...— Musito entre lágrimas. — Él... f-fue s-se- secues-secuestrado.

— ¿Que...?— preguntó después del shock. — ¿Que Fue...?

— Lo siento... — murmuro abrazando a Argi.

Y ambos lloraron mucho esa mañana.