Capitulo 13
Me la he pasado toda la mañana arreglando mis últimas cosas, realmente no lo había notado antes, pero tengo demasiada ropa... Algunas de ellas terminarán en caridad. Además de mis ropas he estado ayudando a Rapunzel ya que ha estado un tanto ocupada con su trabajo últimamente. Tomando mi gorro y mi mochila salgo hacia la cocina donde mi madre me recibe con una sonrisa y yo le doy un beso en la mejilla.
—Que tengas un buen día hijo.
— ¡Claro!
— ¡Ah! Antes de que te vayas —Se limpia las manos.
— ¿Pasa algo?
—Sobre el chico ¿Que tal vas?
Río avergonzado —Creo... Creo que siente algo por mi, pero... —sujetando mi brazo exhaló un suspiro —tambien creo que es buena idea darle un tiempo.
Ella sonríe —Es bueno escuchar eso, oye ¡Esfuérzate hoy!
Luego de darle un abrazo salgo de mi hogar rumbo a mi trabajo, apenas salgo del vecindario cuando mi celular comienza a sonar, ante mi prisa solo contesto sin mirar quien llama.
—Si, diga...
— ¡Por fin! ¿Donde estás? Necesito hablar con Rapunzel.
— ¿Merida?
—No, la princesa de España ¡Claro que soy yo idiota! —suspira molesta —Rapunzel ¿Donde esta ella?
— ¿Para que la quieres? Está trabajando.
—Bueno no importa... Últimamente he tenido sueños raros...
— ¿En qué sentido? ¿Es posible que te vuelvas más loca? —bromeo divertido.
— ¡Necesito verla hombre! —exhala un suspiro vencida.
—Mmm... —menciono sin importancia.
— ¿Has encontrado al chico que tan desesperadamente buscabas?
—Si... Pero aún no sabe muy bien de lo que voy...
—Joder... ¡Pues así como tú desesperadamente lo buscas yo necesito hablar con ella!
— ¿Que tienes pelirroja? —menciono al aire sin prestar tanta atención.
—Me he dejado con Macin, ya no somos pareja —suspira al aire —él es tan arrogante y solo se preocupa por si mismo ¡No entiendo cómo me fui a fijar en él!
— ¿Y?... ¿Buscas que Rapunzel te consuele?
— ¿De que?... Oye —se silencia bajando el tono de su vos —Solo quiero a mi amiga de regreso.
—Solo... Sabes... —sonrio molesto mirando al cielo —Estan a un buen tramo de distancia... Y tú! ¡Tú sabes muy bien que ella está tan demente como para tomar un avión e ir ahora mismo para ayudarte!... —reteniendo el aire suspiro inconforme —Pero no pienso permitirlo, ella está cansada de esperar, y yo la necesito aquí...
—Espera... ¿Que has dicho?
—Solo piénsalo, si te veo aquí pronto sabré que lo has entendido... Pero si no es así, será mejor que no regreses porque Rapunzel y yo hemos conseguido un apartamento aquí... Y estamos bien así.
La línea se queda en silencio — ¡Oye Jack déjate de tonterías! —dudosa la escucho pronunciar palabras a lo bajo — ¿Se ha descompuesto su celular o algo?
—Creo que algo se rompió... Pero definitivamente no fue su celular... Oye, si no te contesta debe tener sus razones.
Antes de que se siguiera quejando cuelgo guardando mi celular para seguir mi camino, solo me falta una cuadra para llegar a mi trabajo. Rapunzel tuvo algo de suerte al comienzo, Merida llegó aquí por si sola, parece que no importa la época la pelirroja sigue siendo un alma libre, y en esta nueva época sus padres por igual lo eran, un día la pelirroja se perdió en su camino a casa, Rapunzel la encontró, fue a los doce años, y yo ya voy para los dieciocho y apenas he podido abrazarlo.
Al entrar a mi trabajo le comenté al jefe sobre la mejora en mi salud, él asintió permitiéndome volver con mi trabajo normal, poniéndome mi traje relevo con prisa a mi compañero, la campanilla de la puerta suena y yo enseguida les doy la bienvenida mientras tomo el menú para dárselo a... Me detengo con prisa.
—Yo... —Dice por lo bajo apenado.
— ¿Mesa para uno? —cuestiono con calma y felicidad.
—No, dos...
—Bien, tome asiento donde guste por favor.
Lo sigo hasta su mesa mientras él sostiene nervioso su brazo, apenas toma asiento le dejó la carta sobre la mesa, me mira de reojo y enseguida comienza a revisarla.
—Cuando escoja lo que quiera puede llamarme.
— ¡Yo... —aprieta los labios bajando la mirada — ¿Porque me abrazas te ayer?
Río asintiendo —Bueno... Me las tenía que cobrar de aquella vez... En la cafetería —lo miro sonrojarse — ¿Tú porque lo hiciste?
—Yo...
De pronto una mano me jala bruscamente por el hombro haciéndome casi caer, la rubia pasa directo tomando la mano de Hiccup.
Se dirige a él —Nos vamos de este lugar —me mira —Disculpa la molestia.
— ¿He? Pero Astrid yo...
—Vamonos Hiccup —lo levanta de su asiento —Esto es una tontería.
Ella lo levanta a jalones y su mirada de él me hace comprender que no desea irse... Mi jefe llega ante el ruido de la rubia quien se detiene al verlo salir, Hiccup me mira inquieto y dudoso.
— ¿Pasa algo señorita? —cuestiona mi jefe con total gentileza.
—No —Dice enfadada sin soltar a Hiccup y girandose hacia mi jefe —Mire, solo déjenos, sacaré a mi amigo de aquí y dejaremos este alboroto de una vez.
—Señorita —la detiene sujetando con delicadeza su brazo —el joven no parece querer ir con usted.
Ella molesta frunce el ceño mientras continua peleando y jalando la muñeca de Hiccup, pero él se mueve poco y no aparta su mirada de mi, sonríendo levemente rasco mi nuca.
—Deberias de salir de aquí Hiccup, de verdad ella me va a causar problemas en el trabajo.
— ¡Cállate con un demonio! —se regresa empujándome por el pecho — ¡Te dije que ya no te acercaras a él!
Ella lo suelta y molesta avanza hacia mi, sin poder hacer nada retrocedo mientras Hiccup y mi jefe la detiene por los brazos sacándola del local, una vez fuera ella lo sujeta del brazo nuevamente y se aleja aún molesta, agachó la cabeza apenas mi jefe entra esperando su regaño.
—Jack... Los problemas personales son fuera de la tienda —sujeta mi hombro —Vuelve a tu trabajo.
Volví a lo de siempre, pero una vez mi hora de salida llegó mis piernas me guiaron hacia la biblioteca haciéndome encontrar a Hiccup que nerviosamente espera en la entrada, sonriendo observo los alrededores en espera de no encontrar problemas de cabello color trigo, al no verla avanzó hacia él.
— ¿Y bien? Puedes decirlo... Hay algo que me quieres preguntar ¿Que es? —observo alrededor entre un suspiro —mientras tu amiga no esté cerca puedes hacerlo con calma.
—Jack...
Al escuchar mi nombre salir de su boca un escalofrío llena mi cuerpo, siento como si mi vida se fuera... Apretando los puños me retengo de avanzar y tomarlo en brazos.
—Tu historia desde un inicio me causo algo... —Dice pensativo —Pero con lo que pasó y el tema con Astrid... —Duda mirándome de reojo —... A decir verdad
... Estoy confundido sobre ti —se sujeta el pecho — ¿Quien eres y porque causas esto en mi? Es decir... Yo... —baja la mirada inquieto —Aunque parezca un total psicópata... —me mira directo mientras sus labios dudan — ¡Yo, a veces tengo unas increíbles ganas de besarte que me están volviendo completamente loco! —sus manos van a su cabello mientras desesperado busca respuestas — ¡Y es que...
Él no para de hablar... Mi corazón late como loco y mientras él da mil vueltas a sus dudas yo avanzo sujetando su mejilla y deteniendolo por el brazo... Entre un suspiro lo veo cerrar sus ojos verdes, mis labios rozando los suyos, está sensacion electrizante, y su respiración relajándose... Sus toque se relaja mientras su mano sube con delicadeza a mi cuello rozando mi piel con la yema de sus dedos, mi mano avanza a su cintura... Nuestro toque se acerca mientras nuestros labios siguen uniéndose... Por favor recuerda, recuerda lo que sentimos... Recuerda que te amo, no quiero estar lejos de tí por más tiempo Hiccup... Recuérdame... Con un suspiro me alejo, sus ojos verdes llorosos me miran incrédulo de lo pasado, sonrío al sentirlo aún cerca mío, pero entonces me siento caer... Él avanza deteniendo a la rubia que se queja contra él y tratando de calmarla no para de mirarme.
— ¡Jodido pedazo de mierda! —avanza empujándome con toda su fuerza y haciéndome caer — ¡Piérdete! —avanza tratando de alejarme — ¡Piérdete! —la detiene abrazándola — ¡Aléjate de él maldita sea! ¿¡Que parte de eso no entiendes!?
Él la detiene con todo su cuerpo y la aleja lo mejor posible de mi, pero entonces ella le da una bofetada y se aleja muy enfadada, el señor Russel y los niños salen a cerciorarse del escándalo y solo puedo verlo dudar con a mirada para enseguida alejarse yendo tras ella... Tomo la mano del señor Russel para ponerme de pie y aún atontado sujeto mis labios.
— ¿Estás bien hermano mayor? —pregunta preocupada.
—Creo... Que lo estoy Sofi —acaricio su cabello —Vayamos dentro, tenemos que avanzar con esa historia.
Al entrar la vista de la gente viene directo a mi, después del espectáculo de afuera es muy de esperarse, una vez tomo mi lugar sonrío para mis adentros y los miro poniendo toda la magia de la historia en mis expresiones.
—La carta al padre de Hiccup fue entregada al día siguiente, los pequeños sirvientes del príncipe estaban felices con su estadía en el palacio pues amo era verdaderamente bueno con ellos y normalmente se la pasaban jugando casi siempre...
Entrando en la historia.
(Arpas de entrada)
Realmente comienza a ser difícil para mí sacar a Hiccup de mis ideas, cuando la hora de sus estudios privados llegaba no podía evitar asistir y mirarlos de lejos... Bueno, mirarlo a él, los días han pasado algo rápido y cada vez Hiccup me tiene más confianza, hablamos mucho mas... Entre los papales que mi padre me hace revisar puedo ver un sobre y una alegría me llena al ver el nombre de Hiccup en ella, subo la mirada animado y lo veo seguir regando las plantas mientras ojea un libro con su otra mano.
—Hiccup, ven aquí... —le muestro la carta —Tu padre te ha respondido.
Sorprendido deja la regadera y el libro de lado para entrar del balcón y tomar asiento a mi lado, él toma la carta y la comienza a abrir muy entusiasmado.
Me mira agradecido —Lo comprendo hijo —comienza a leer —Es un trabajo importante así que solo te puedo pedir que seas cuidadoso, tu madre y yo estaremos esperando más cartas... Sobre chimuelo ¿Que haremos con él? —su voz disminuye y entrecierra sus ojos con preocupación —Sabes que no podemos cuidarlo más tiempo, los guardias dan sus vueltas de rutina y él cada vez se pone más... Inquieto... —su mirada baja con completa preocupación.
Dudoso sujeto su mano — ¿Todo bien?
—Si —sonrie negando levemente —Estoy bien ¿Me permites usar tu escritorio?
—Si, claro que sí.
Con una sonrisa me pongo de pie y me dirijo a la ventana tomando asiento con un libro en manos mientras lo observo escribir. Con el paso de los días el palacio se vuelve un caos, la médicos que me tratan piensan que dentro de poco mi corazón podría fallar, hace poco se lanzó una búsqueda para el furia nocturna y cada vez mi padre pone más de su tiempo y gente en buscarlo, en buscar una cura... Aunque a decir verdad me siento bien, y feliz, en especial por el hecho de estar viviendo un romance secreto con el chico de ojos verdes que ahora está en mi habitación.
Hiccup pasa gran parte del tiempo en mi habitación, pero claro que no solo estamos tonteando, él toma su papel como sirviente muy enserio y puede estar ayudándome con mis lecciones o bien sirviendo mis comidas... Además de regar mis plantas y acomodar mi ropa, aunque... De vez en cuando entrelazamos nuestras manos, vemos el atardecer entre un abrazo y sus locas historias... Y eso realmente me hace feliz, mi curiosidad por el mundo desapareció cuando lo conocí, solo deseo estar con él, pero los días de calma cada vez eran menos, en especial por mi padre que cada vez se encuentra más exhausto y molesto ante la poca información y hallazgos sobre el furia nocturna, se porque está tan desesperado por la cura, pero se estaba excediendo.
— ¡Expandan la noticia! ¡Más allá del reino, pueblos chicos y grandes! ¡¡Todos deben de saber que ofrezco una gran suma de dinero por esos dragones!!
—Si... ¡Si mi rey!
—Carlos, se que lo necesitas, pero sabes que están casi extintos... Hace años que no ven a uno de esa especie... Me preocupa Jack, pero si no hay más remedio solo... Deberíamos iniciar con la búsqueda de una esposa, tratar de darle los últimos buenos momentos de su vida.
— ¡lo sé! Lose... Encárgate de buscar a la indicada para él.
Esas fueron las palabras que uno de los hermanos escucho al llevar unos papeles al salón de mi padre, ambos chicos conocen mi relación con Jack por lo que no se quedaron callados, ambos sienten mucho respeto a ambos y por eso ellos vinieron con prisa... Interrumpiendo un beso sin querer.
Saliendo de la historia.
(Arpas de salida)
—Entonces... —menciona dudoso el hermano de la pequeña — ¿En ese tiempo no estaba... Ya sabes... Prohibido salir con alguien de su mismo sexo?
Sonriendo ante su interés doy un asentimiento —Lo estaba, pero si era antes del matrimonio y con los sirvientes estaba bien visto, así fuera hombre o mujer podías estar con un esclavo sin problemas, pero llegada la edad debían contraer matrimonio con la mujer elegida por su padre, para así tener una buena descendencia.
—Eso es tonto —menciona una de las muchachas que escuchan — ¿Que pasaba si ellos se enamoraban de un esclavo?
—Normalmente llevaban al esclavo a la cárcel por comportamiento indecente, en los peores casos los mataban... Así era en ese entonces.
Ella asiente no muy feliz con la respuesta, es extraño, es la primera vez que ellas preguntan algo... Pero no importa, estoy realmente feliz... Lo bese ¡Y él confesó que quería besarme! Eso significa que sus recuerdos están volviendo poco a poco, que quizá pronto me recuerde.
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