capítulo 10

Por alguna razón hoy tengo más sueño de lo normal, ahora mismo me encuentro en ropa casual sirviendo mi café de pie para casi domirme, mis clases comienzan en unas horas y luego de eso viene mi cita con el psicólogo, y luego debemos ir a la biblioteca antes de que se me haga más tarde... Me preguntó si mi vida siempre ha Sido así de agetreada o es por mi olvido que todo ha Sido un desastre total... Tomando mi taza me giro hacia la mesa mirando como Rapunzel llega con su brillo natural, esa enorme sonrisa y sus ánimos al cien por ciento, siento la mano de mi padre sobre mi hombro y un abrazo de mi madre que me hace tomar asiento para desayunar. 

Por fin salgo de casa en dirección a la escuela y con un suspiro me relajo entre mi caminar hasta que el rechinar de una bicicleta llama mi atención, sus ojos se abren temerosos y grandes, esos enormes ojos verdes, tragando saliva comprobó con la mirada no haberme golpeado y sin importarle que los autos siguieran pasando pedaleo con rapidez.

— ¡Cuidado! —Grito aterrado.

Un auto frena con rapidez causando el golpe del conductor y yo solo puedo tragar saliva plantandome en la acera, pero él ha pasado... Cuando mire sus ojos mi corazón comenzó a latir con fuerza... Ni siquiera me dió el tiempo de mirar su cara por completo, solo huyó rápidamente de mi. Rascando mi nuca continúo con mi camino sin poder sacar de mi mente aquella mirada. Al llegar a la escuela tome mis clases con normalidad, hace un tiempo que las cosas me parecen normales, tal vez... Tal vez no necesite tanto recordar lo que había pasado, así puedo... Iniciar de nuevo, sin problemas... Pronto voy a mudarme a aquel apartamento que vimos la otra vez con Rapunzel, si... Comenzar de nuevo no suena tan mal.

Seguí escribiendo algunas cosas y apenas la hora de salir llegó me dirijo al consultorio del Psicólogo, llegó de costumbre con la recepcionista.

—Hola Jack, de nuevo a tiempo —sonrie —Ya te esperan.

—Si Shanon, es que no tengo mucho que hacer por las mañanas —le sonrío —Nos vemos cuando salga.

—Si claro, nos vemos...

Le dedicó una sonrisa como de costumbre y entro a la oficina donde tomo el asiento de costumbre, el doctor termina de servir el café y me da una taza para luego tomar asiento en su sofá mientras cruza sus piernas.

—Y bien Jack ¿Que tal tu día?

—Bueno... Casi me atropella un chico en su bicicleta —rio animado.

— ¿He? ¿Qué pasó, estás bien?

—Si, si, perfecto... Simplemente salí de casa como de costumbre y llegando al cruce una bici freno de repente, solo pude ver los ojos verdes del chico, pero...

— ¿Pero? —cuestiona muy interesado.

—A... Realmente no es nada, por alguna razon se sintió raro... Mi corazón comenzó a latir y era como si... era raro, él huyo de mi enseguida...

—Como si lo conocieras —sonrie por lo bajo — ¿De qué color eran sus ojos?

—Verdes... Eran verdes e inmensos... Eran gigantes y tenían un resplandor...

Un nuevo dolores llena mi cabeza haciéndome encorvar del dolor, la mano del doctor se posa en mi espalda y en mi mente una lluvia de lanzas hacen llover sangre a montones, con la respiración agitada siento al doctor sujetarme con firmeza.

—Intenta calmarte ¿Que es lo que viste?

—Lanzas, sangre... En mi pecho... Había lanzas y mucha sangre adornaba el suelo.

— ¿Lanzas, sangre? ¿Será que...

El doctor parecía pensativo y mientras buscaba cosas en sus cajones yo sobo un poco mi cabeza dolida, lo observo revisar sus papeles y abrir los ojos de gran manera.

—Segundas oportunidades —sonrie encantado.

— ¿He? ¿Usted también? 

— ¿Cómo que también? —dudoso mantiene su sonrisa.

—Si, Rapunzel y la mujer del parque...

—Te dijeron lo mismo —me apunta con total seguridad tomando asiento —Entonces si es eso, bien, ahora sabemos lo que te ocurre, tu meta es descubrir tu anterior vida Jack —dandole una ojeada a sus expedientes no para de sonreír —Si estamos hablando de segundas oportunidades aquel chico con el que sueñas fue tu pareja en la vida pasada y su relación no termino bien, si logras recordarlo, seguramente tu memoria volverá.

—Y... ¿Cómo sabe eso?

— ¡Ha! No eres el único que ha venido aquí por casos así... Hay personas de segundas oportunidades que no creen que todo eso sea cierto, se han ajustado perfectamente a su nueva realidad en la mayoría de las veces, así que ellos vienen por una consulta normal para verificar ya sabes —gira su dedo al lado de su cabeza —Que no estén locos, hay algunos que se van sin creerlo, pero hubieron aquellos que si lo creyeron, que si me contaron todo de sus vidas pasadas y su presente encontrando a su persona del pasado, no eres solo tú —sonriendo deja los archivos de lado —Hay Miles de personas que pasan por lo mismo, tal vez... No Miles, pero las hay... En fin, hace tiempo se presentó un caso como el tuyo, fue difícil, pero logré descubrirlo, la cura para memoria desaparecía no está en el presente Jack, tu pasado es lo que importa aquí, tu vida pasada, y sobre todo él, que lo recuerdes.

— ¿Y es solo así? ¿Realmente alguien con estudios como tú puede creer ese tipo de cosas? ¿Es siquiera posible?

—Sabes, la vez pasada vino una chica que tenía sueños sobre su vida pasada, vino porque pensó que se estaba volviendo loca, pero... Un día llego muy sorprendida, me comenzó a comentar cómo había encontrado esa mañana a una persona como la que cada noche aparecía en sus sueño, y cuando por fin estuvieron juntos fue que ella me lo contó todo... Ella y ese chico me contaron sus recuerdos, la vida antes de esta, dime... ¿No crees que ese chico de ojos verdes...

—La verdad, aunque toda esta locura sea cierta, ni siquiera me dió tiempo de mirar su cara... Pero si por alguna extraña y muy loca razón es lo que usted dice... Posiblemente sea él.

— ¡Genial! Estamos progresando Jack, y eso es bueno.

Una pequeña burla escapa de mi boca —Y yo que pensaba dar así mi vida.

— ¿Porqué? ¿Te has cansado de buscar respuestas?

—Simplemente... Se está haciendo muy normal, y la razón por la que olvide todo no fue un accidente grave... Si hubiera caído de las escaleras mi pierna estaría lesionada, las marcas de mis manos me llevan a pensar que tuve una pelea o golpee algo... Me inclino más por la segunda opción pues a menos que sea un buen peleador mi cara debería haber estado un poco magullada si quiera, pero termina siendo imposible lo de la pelea porque realmente no tengo ningún enemigo aquí... Ésto me lo provoque yo mismo.

— ¿Lo deduciste solo?

—Es simple lógica, me lo hice yo mismo.

— ¿Y cuál piensas que fue la razón para herirte así? ¿Y dónde fue que lo hiciste?

—Al regresar a casa mi madre fue directo al cuarto de baño, ella limpiaba con desespero una mancha en la pared... Yo supongo que ahí fue donde lo hice, golpee la pared del baño hasta romper y dañar mis manos... Ellos debieron detenerme, pero... La verdad es que aún no entiendo el porqué, no se que me pudo molestar tanto como para... Casi quebrar una de mis manos.

—Existen... Eventos que pueden resultar extremadamente traumáticos para algunas personas, tu cerebro pudo estar concentrado en lo que te hizo enfadar y al momento de desmayarte tu cerebro hizo que olvidaras aquello que tanto... Te molesto, debió ser algo realmente malo lo que pasó para que tu cuerpo logrará tal reacción, la única forma de recuperar tu memoria es recordar aquello que te llevo a tal furia, en un caso normal sería prácticamente recordar cualquier cosa de tu vida diaria, pero con las segundas oportunidades... Debes tratar de recordarlo cuanto antes.

— ¿He? ¿Porqué?

—Paso una vez con un paciente, sin ningún evento traumante, un día simplemente fue olvidando de poco a poco la cara de quién buscaba, él vino en busca de ayuda para saber por qué pasaba eso ya que él no quería olvidarla... Pero simplemente paso, y perdió su oportunidad... —suspirando se inclina hacia mi —Pienso... Que si la vida te da la oportunidad, deberías tomarla... Después de todo no ha todos se les da.

Al salir del consultorio Sharon me despide con una sonrisa, con un suspiro salgo a la calle escondiendo mis manos en los bolsillos, mi mirada se mantiene en el suelo mientras avanzo, ahora tengo que dirigirme a la biblioteca y mi mente no deja de buscar una respuesta... Sobre todo, sobre mi pasado, mi presente, las segundas oportunidades y él... Sobre Hiccup ¿Quien era? ¿Cómo luce? ¿Cómo me enamoré de él? ¿Porqué? ... El recuerdo de aquella historia hace detener mi caminar, la historia que escucharé hoy, cuando escuché aquella historia por primera vez mi corazón dió un vuelco, mi corazón palpitaba con desespero, pero... No logré comprender del todo aquel sentimiento, era necesidad, lo necesitaba a mi lado, pero...

— ¡Jack! ¡Ey! ¡Ey! ¡Vamos, vamos!

Ella brinca con ánimos al otro lado de la acera, siento la mirada de la gente sobre mi y avergonzado cubro mi rostro cruzando con prisa para tomarla del brazo y hacerla calmar.

— ¿Porque siempre estás tan animada?

— ¡Siempre es un buen día para estar feliz! —Dice con completos ánimos dando un último brinco.

—No lo creo, pero bueno... ¿Entramos? —señalo la biblioteca con la cabeza.

— ¡Ajá! —me sujeta por el abrazo jalandome — ¡Hoy espero que te encante la historia!

Al entrar puedo ver a mucha gente leyendo y apenas nos notan en el mostrador puedo ver como algunas señoras y chicas de mi edad se hacen señas mientras se acercan sonriente hacia donde nos dirigimos, los niños están en el suelo leyendo libros... Parecen un tanto aburridos, aunque sus cara se iluminan al verme y con prisa todos corren hacia mi abrazandome.

— ¡Hermano Jack! —la menor se lanza a mis brazos a lo que la recibo con cuidado.

— ¡Jack! 

— ¡Jack! —el par de gemelos se sostiene a mi cintura.

— ¡Por fin vuelves! —se aparta del abrazo sonriendo.

Los pequeños comienzan a jalar mi ropa guiandome, sonreí divertido, pero me aparte al ver a Rapunzel tomar el asiento que yo debería tomar... Ella sonríe dispuesta a iniciar cuando la rubia del café se presentó agitada en la entrada.

— ¡Un momento! —pedia exhausta —Me dijeron que hoy... Contarás la historia —exhala quitando el sudor de su frente — ¿Ya empezaste? —me cuestiona sonriente.

—Um... No, yo —rasco mi mejilla incómodo —Yo no contaré la historia...

Poniéndose en cuclillas me mira —Oye chico espera, entonces ¿Ya no la seguirás?

— ¡No! No es eso... Tengo ciertos problemas para recordarlo por lo que... —miro a Rapunzel —Mi amiga seguirá con ella.

—Bueno... —se encoge de hombros tomando asiento a mi lado mientras busca algo en su móvil —Entonces comienza, y —sujeta mi hombro —espero que todo esté bien contigo pronto —sonriente se aleja —me tomo mi hora de almuerzo para escuchar tu historia.

—Bueno... Lo siento, Rapunzel ¿Puedes seguir?

Ella asiente con una sonrisa, las mujeres detrás de los niños dejan sus libros de lado muy entusiasmadas, observo a Astrid darle play a la grabadora de su celular...

—Cuando el carruaje en el cual viajaban llegó al coliseo de los dragones, Jack fingió seriedad con prisa, él hombre con el cual viajaban no estaba para nada convencido, pero de igual forma lo acompañaba... El hombre hablo con el encargado y aviso que el hijo del emperador buscaba esclavos nuevos, rápidamente les atendieron...

Entrando en la historia.
(Arpas de entrada)

Una vez dentro todos los guardias hicieron salir a todos los esclavos de las celdas ordenando les ponerse en fila, todos los guardias vigilaban con fiereza y así se movieran poco los azotaban.

—Bueno, aquí tienen a todos nuestros esclavos de baja categoría, los menos peligrosos que usted será capaz de domar... Con un poco de ayuda.

Negando hacia el acompañante los observo nuevamente, el hombre a mi lado asiente sabiendo mi pensar.

—Hagamos esto más fácil caballero... Necesitamos a alguien casi de la edad del príncipe.

— ¡Mucho mejor! —con un aplauso los mira orgulloso — ¡Entren los que sean mayores! Mis gladiadores seguirán firmes en lucha.

Muchos comenzaron a entrar por el pasillo hacia sus celdas, el hombre a cargo nos comenzó a guiar hacia la celda principal pasando el pasillo por el cual me escabulli anteriormente, en la celda solo había tres chicos y uno de ellos le causaba un enorme sonrisa que intentaba ocultar, el de ojos verdes y los menores se vieron sorprendidos y con prisa se levantaron haciendo una fila agachando la mirada.

—Bien ¡Hoy tendrán suerte enanos! El hijo del emperador ha venido para elegir a... ¿alguno de ustedes? —cuestiona hacia mi acompañante.

Se inclina hacia mi — ¿Cuántos se llevará joven? No —avanza sujetando la cara de cada uno de ellos —Primeramente ¿Cuáles han Sido sus crímenes?

—Bueno —sonrie —El de ojos verdes fue acusado de robar un dragón bebé a su dueño, usted sabe que hay muchos que necesitan ese dinero... Mientras estos dos renacuajos estaban incitando un levantamiento de gente.

Con una sonrisa en cara los miro entusiasmado, tengo la oportunidad de salvar a más de uno.

—No son crímenes muy grandes, pero —rie engreído —al de ojos verdes ya le han dado un buen castigo, sugiero que tome a este chico —aprieta su hombro —Puede ser menor peligroso, ya que los otros estoy seguro que odian al rey.

Con una sonrisa pequeña lo veo sonrojarse y bajar más la mirada, a su lado aquellos dos chicos de menor edad parecen darse por perdidos mientras tiemblan de miedo, posiblemente dentro de poco tiempo pasarian por lo que Hiccup paso... Con paso firme me acerco a los más pequeños, parecen tener entre diez y siete años más o menos.

—Ustedes dos... ¿Quisieran ser mis ayudantes? —la mirada verde del Hiccup fue de terror —Mi nombre es Jack, y solo deseo alguien con quien hablar.

Ambos chicos se miraron con esperanza en el rostro, el mayor sujeto a su hermano por el hombro con entusiasmo mientras el pequeño casi lloraba de emoción, la mirada del joven de diez se dirige a Hiccup quien aún parece transtornado por mi decisión, pero ambos hermanos no dudan en ponerse de rodillas ante mi.

— ¡Por favor! —Dicen al unisono.

—Bien —sonrio dirigiendo mi mirada a Hiccup —Quisiera llevarme a los tres ¿Hay algún problema?

—El mínimo príncipe —se inclina el guardia —No son de mucha ayuda en este lugar, solo comida de dragon y —rie hacia Hiccup —Descanso para guerreros.

—Bien —Dice con algo de repulsión —Suelte sus esposas y hagan los subir a la carroza, vayamos príncipe.

El guardia hizo sonar las llaves y por última vez nuestras miradas se encontraron cómplices, he cumplido mi promesa... Hiccup está por ser liberado mientras una sonrisa se dibuja en su cara y su mirada me grita "gracias". Al estar por fin en la carroza no puedo quitar mi mirada de él como él no puede quitarla de mi mientras mi acompañante viene revisando pergaminos.

—Entonces —Dirijo la mirada a los menores — ¿Cómo se llaman?

—Soy Otis, y mi hermano menor es Altie —Dice con algo de prisa y temor.

—Mi nombre es Hiccup —me dedica una sonrisa tranquila.

—Un gusto, yo soy Jack.

—Ahora que se presentaron —Dice sin verlos —Al llegar al reino se les dará una habitación para los tres en el palacio, se les brindará ropa, comida y un buen baño —los mira con severidad —Su deber es obedecer lo que el príncipe les mandé, se les enseñará entre otras cosas a preparar el baño correctamente, la preparación de una  comida decente, lavar, planchar y cocer ropa, todo lo necesario para que sirvan correctamente al príncipe... —baja la mirada a sus papeles —Ademas, debido a su condición el príncipe requiere tomar sus remedios en horas específicas, si no fuera así y él tuviera un nuevo ataque... Ustedes rápidamente serían condenados a la orca o algo peor y más lento...

—Basta, no necesita amenazarlos de esa forma, estare bien y ellos aprenderán rápido ¿Cierto chicos?

Los menores me dan la razón bajando la cabeza en señal de respeto, sonrío y entonces dirijo mi mirada a Hiccup.

— ¿Que me dices tú?

—Aprendere rápidamente —Y de igual forma agacha la cabeza.

Siguimos nuestro viaje hasta el reino, al llegar el príncipe me encarge de mostrarles su habitación designada y de comprobar que estuvieran cómodos, poco paso para que llegaran los otros sirvientes y comenzarán a guiarlos en sus quehaceres diarios y las reglas del lugar... Hacia tanto que no me sentía tan feliz.

Saliendo de la historia
(Arpas de salida)

—Él era como un ave enjaulada, miraba todo desde esos barrotes que eran sus ventanas, hacia más nada que sobrevivir comiendo lo que le daban... Aunque fuera una buena vida él deseaba conocer mucho más, y con esos tres chicos nuevos por primera vez se sintió libre... Bien, feliz.

Con la enorme sonrisa en cara ella suelta un suspiro mientras limpia una pequeña lágrima de su mejilla, tragando saliva por igual limpio mis lágrimas volviendo mi mirada a la gente detrás mío, algunas derraman lágrimas mientras otras se suenan con sus pañuelos... Mi vida fue muy triste ¿Verdad? Y... Sé que aún falta más...

— ¡Bien! —respira con ánimos —Dejemoslo aquí por hoy... Mañana les contaré lo demás.

Observo como mucha se comienzan a ir y levantandome recibo los abrazos de despedida de los niños,

— ¡Ha! —me sujeta por los hombros mirando mis lágrimas — ¿Y que tal Jack? ¿Algo?

— ¡Oye chica! —la sostiene por el hombro —me llamo Astrid, realmente me encanta esta historia ¿Tú se la contaste a Jack?

Ella ríe — ¡Nhaa, para nada! Es su historia, me la contó hace tiempo y aun la recuerdo a la perfección.

Incómoda nos sonríe —Cool... Entonces Jack —me mira sin gusto —Nos vemos luego.

—Si, luego Astrid... —menciono algo confundido.

Ella sale y enseguida siento el brazo de Rapunzel abrazándome por el hombro sacándome de la biblioteca.

— ¿Que sentiste? ¿O llegaste a recordar algo?

—Fue... Me sentí feliz y triste a la vez... Pero pude mirar...

Una sonrisa se expande por mi rostro, Rapunzel se detiene con prisa sacudiendome por los hombros.

Riendo trato de detenerla —Pude mirar esa habitación... Donde él se iba a quedar... Mire la espalda de él y la de los niños, su sonrisa... Era hermosa... La felicidad no está sola, el sentimiento de tristeza llena mi pecho cada tanto... Quiero verlo, quiero ver a Hiccup.

Ella sonríe de gran manera y solo comienza a jalarme hacia la casa, ella parece feliz de que yo recupere mi memoria poco a poco.

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