4. PREGUNTA AL BARTENDER



Era la mujer más ardiente que había visto y le acababa de robar un beso. Mis amigos y yo éramos ingenieros de una petrolera en la selva del Perú. Estábamos contratados por la modalidad 21x7, eso quiere decir, 21 días laborales y 7 de descanso. En los siete días de descanso salíamos del campamento y nos íbamos de juerga a la ciudad. Una vez ahí, fuimos al Club más salvaje para conocer chicas. Éramos un grupo grande de 8 ingenieros cargados con toda la paga del mes. Ya dentro del Club, había un grupo de cuatro chicas solitarias bebiendo tranquilamente. Nadie se atrevía a sacarlas a bailar, era extraño. Mis compañeros me mandaron para abordarlas.

Fue así que me quedé con la más sexy del grupo. Bailamos pegadito, conversamos,  reímos, éramos el uno para el otro. Le robé un beso y ella me correspondió, fue amor al primer beso. No quiso acompañarme al hotel ni tampoco quiso que la acompañe a su casa, quedamos con encontrarnos al día siguiente e intercambiamos teléfonos. Antes de dormir me dije: "Ahora puedo morir en paz."

Al día siguiente trate de llamarla en la tarde para salir, pero su teléfono estaba apagado. No me pareció raro, "en la noche la llamaré otra vez"―pensé.

Cuando regresé a mi hotel el chico de la recepción me dijo que unos hombres habían llegado preguntando por alguien con mis características. Eso me puso en alerta. Lo que hizo el tipo de la recepción fue darme mis maletas, porque ya me habían empacado mis cosas (prácticamente me echaron del hotel). Luego me dijo que no quería problemas, ya que esos tipos eran conocidos por ser los guardaespaldas de un narcotraficante de la zona. La única manera de que se meta con alguien ajeno a su negocio era por una razón muy simple: Nadie se mete con la chica de un narco.

Ese mismo día salí volando al campamento. Aún me quedaban dos días para que pudiera regresar, no me importó en lo absoluto. Los siguientes 21 días pasaron muy rápido, los 7 de franco que me tocaban eran mi pesadilla, no salí del campamento. Me quedé en cuarentena. En los siguientes 21 días hice todos los trámites para cambiarme de área ya que la empresa tenía proyectos en todo el Perú. Incluso soborné a algunos para que me agilizaran el cambio para un proyecto secundario de construcción de carreteras. No importa cualquier cosa está bien. Salí del campamento directo al avión. Regresé a Lima y respiré profundamente. Había olvidado un detalle grueso que no se puede pasar de lado cuando estás en zonas alejadas donde la ley se puede comprar. Cuando se trata de ligar en cualquiera de los Club exóticos de la selva, pregúntale al Bartender sobre las personas que están presentes, ellos lo saben todo.

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