―Hola buenos días... Un expreso por favor. ―Hoy era el día, no podía aplazarlo más, tenía que dejar las cosas claras.

― Carlos, viniste temprano.

―Cómo no voy a llegar temprano, eres lo más importante del mundo para mí, siempre lo has sido y siempre lo serás. Respecto a lo que pasó, no fue culpa de nadie, las cosas se dieron así y ya, lo siento mucho; con el tiempo lo vamos a superar, quiero que vuelvas a nuestra casa. Te prometo que voy a cambiar, me conoces... Te amo y amo a mi hijo.

―No es la primera vez que lo haces, cuántas veces debo seguir aguantando.

―Voy a cambiar, todos merecen una oportunidad.

―Mi madre no quiere que regrese contigo, lo intuye pero yo...

―Lo siento ternura, lo siento tanto. Te amo tan locamente que no puedo controlar mis celos. Por ahora eres mi reina y te daré todo lo que pidas, cualquier cosa que esté dentro de mi presupuesto será para ti, porque yo trabajo para ti y para mi Kevin.

―Está bien, todo sea por nuestro hijo, necesita un padre y aunque no eres perfecto él te necesita. 

―¡Yo te amo!, te lo dije en el altar, Dios es testigo de nuestro amor. Podemos salir adelante como una familia.

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(Una semana después, en el mismo Café)

―Hola buenos días... Un expreso por favor. ―Hoy era el día, no podía aplazarlo más, tenía que dejar las cosas claras.

―Hola Sofía, tengo algo importante que decirte.

―Ya no hagas drama, seguro vas a decir que estás enamorado de mí.

―No, yo solo quería invitarte a la boda de mi hermano ―musité.

―Uhm lo siento, es que yo no salgo con los compañeros del trabajo. Lleva a Claudia, ella ama las bodas.

Menos mal que no se lo dije, su carácter dominante me salvó esta vez, definitivamente ella está fuera de mi alcance.

―Señor disculpe la molestia, podría apagar el televisor o poner otra cosa, lo último que quiero saber al empezar el día, es sobre un repugnante feminicidio por celos.