Capítulo 12: Papá

Espero que les guste el cap :3

_______________

LORENZO

Paloma se despide de su madre, dubitativa. La señora Macrina se quedará con mis padres y su nueva enfermera estos tres días que nosotros estemos en Magdalena. Mi mamá insistió.

La noche del cumpleaños de mi papá, hace dos semanas, mamá ya tenía todo preparado, le había hecho cita médica con el psicólogo y la tuvo ayer pese a que Paloma intentó decirle que no hacía falta que ella se encargara de eso. Hasta se asustó cuando le sugirió que pasara el fin de semana con ellos. Paloma se habría negado de no ser por su madre que logró formular un "estaré bien" que la dejó un poco tranquila.

—No puedo creer que aceptó quedarse, apenas la semana pasada no quería ni salir, fue a remilgones a la fiesta de tu padre —dice, cuando comienzo a conducir—. Tu madre en serio es una gran persona, siento que jamás me va a alcanzar la vida para agradecerle todo lo que ha hecho por nosotras.

Toma una gran bocanada de aire y decide zanjar el tema porque Mariano va durmiendo.

—¿De verdad nos quedaremos todo el fin de semana? —pregunta, pero no parece reproche, más bien aún parece tener dudas. Lo planeé por impulso, incluso reservé el penthouse esta mañana, tuvimos estas dos semanas algo ocupadas con esto de que Tania no está y apenas volverá el lunes a la empresa.

—Ya te dije, Piraña, la reunión es en la tarde y soy todo tuyo todo el fin de semana, te dije que tendríamos citas, planeo aprovechar muy bien estos días que finalmente estaremos libres. —Le giño un ojo y me sonríe, aprobando lo que digo.

Llegamos al penthouse, aún faltan unas dos horas para la junta, por lo que tomamos ese tiempo para comer y alistarnos.

—Ya llamé a tu mamá —comenta Paloma, mientras se acomoda en la mesa, recién salida de bañarse. Trae una bata de baño y tengo que aguantar la sorpresa cuando me sonríe, viendo cómo comienzo a darle su biberón a Mariano—. Mi mamá está en su sesión, se la llevará a cenar después dijo.

Noto aun la gran preocupación que lleva por ella y estiro mi mano para tomar la suya.

—Pronto volverá a ser la de antes, vas a ver que en unas semanas me estará diciendo que te cuide mucho para que yo le responda que se lo prometo —mi comentario la hace sonreír de nuevo—. No te preocupes tanto, estará bien, mamá la cuidará bien, también tiene a Rosalía, ellas se encargarán estos días.

—Siento que mi mamá es tan frágil y pequeña sin mí, estos años en serio he procurado que nadie la lastime de ningún modo. —Se mete a la boca un pinchazo de pollo que pedimos y suspira—. ¿Estoy siendo muy sobreprotectora?

—Estás siendo una mujer preocupada por su madre, es todo.

Le halo la mano y se la beso, pero la acción provoca que Mariano me empuje de algún modo, comienza a mover sus piecitos a mi dirección. Creo que me está alejando de su mamá o eso parece porque lo que empuja es mi brazo a su al rededor y, cuando se da cuenta que lo veo, suelta el biberón, me mira y sonríe.

—Eh, pequeño, vamos a compartir a tu mami de ahora en adelante, ¿no puedo tocarla?

Paloma se ríe y Mariano también parece burlarse.

—Hay que comer, aun me tengo que cambiar. —Ella vuelve a pinchar su comida.

—¿Por qué? Te ves bien así.

Tan pronto como salen las palabras de mi boca, ella me mira, sonrojada.

—Lorenzo. —Se toca la cara y, como si esta estuviera abierta, se acomoda la bata para que no vea nada—. Aun no pasamos ese nivel de confianza, ni siquiera estoy desnuda bajo la bata.

Decir eso la hace ponerse más roja.

—No te avergüences, Piraña, somos adultos. —Le doy un beso en la mejilla y decido cambiar el tema—. Espero que la reunión de hoy salga bien.

—Saldrá, eres un gran empresario, simplemente vas a demostrarle al señor Roberto que estás haciendo todo bien. Además tienes buen poder de convencimiento.

—Tener ese poder no me ha servido mucho contigo, Piraña, aun no puedo convencerte de que seas mi novia.

—Pasará algún día, eventualmente. —Se recarga en mi hombro, evitando contacto visual conmigo. Luego suelta una risita—. Cuando estábamos en preparatoria y tú enfermaste una vez, me preocupé mucho y Lidia me preguntó si ya éramos novios, porque yo parecía una novia desesperada por su novio. Yo le respondí que sería tu novia solo si me besabas los pies. Qué infantil era.

Nos reímos, incluso Mariano que no sabe de qué hablamos.

—¿Entonces aceptarás ser mi novia si te beso los pies?

—No —alarga un suspiro—. Aceptaré ser tu novia si me besas el alma.

Sonrío como todo un idiota.

—Ya lo hiciste de todos modos —agrega y se acomoda recta para encararme—. Solo estoy algo asustada, pero me encantaría ser tu novia... no es un sí en toda regla, pero es la verdad.

De nuevo se pone roja pero trata de ser valiente y seguir viéndome. Yo pego mi nariz a la de ella y después le doy un beso en la boca.

¿Entonces somos novios? Me da miedo preguntárselo, porque si lo hago siento que se sentirá presionada. Estas semanas no he mencionado el tema hasta hoy, y nuestras familias creen que somos novios desde hace rato. Yo le conté a mamá la mañana de la boda de Tania, le mentí porque descubrió la foto de Mariano que tengo de pantalla. Una donde él aparece riendo mientras la mano de Paloma le toca la cara. La consideré mi favorita y por eso la puse ahí para verla cada que tomara mi teléfono. Ella me empezó a hacer preguntas y yo apunté a decir que era el hijo de mi novia. Mamá exigió conocerles y yo le dije que los conocería esa noche, no tenía idea que Paloma ya tratara tan bien con mi mamá.

—Bien, hay que terminar de comer —dice, separándose de mi boca, agitada—. Recuerda que aún debes planear a dónde me llevarás en nuestra segunda cita.

Nuestra primera cita fue el domingo, después de la boda de Tania, la llevé a un restaurante por la noche, aunque, para variar, ya llevábamos todo el día juntos, más bien esa cena fue cerrar con broche de oro nuestro primer día como una aparente nueva pareja.

Suspiro, contento. No sé qué ha hecho conmigo esta mujer que de cualquier modo sí le besaría los pies, el alma y el cuerpo si me deja.

Ya ni siquiera recuerdo por qué se supone que creía odiarla en preparatoria.

***

El señor Roberto se encuentra en la mesa cuando llegamos los tres al restaurante. Paloma es la primera en saludarlo y presentarse.

—Un gusto verlo, señor Roberto. —Le extiendo la mano—. ¿Cómo se encuentra su familia?

La reunión no dura mucho. Eso es lo que me agrada de hacer negocios con este hombre, siempre se va al tema. No como Johan, a ese hombre le encanta alargarse en la conversación.

—Bien, ¿ahora a dónde vamos? —pregunta Paloma cuando el señor Roberto finalmente sale del restaurante. Nos mantenemos un momento sentados—. Hay que aprovechar que Mariano está despierto y tranquilo.

Pido la cuenta mientras nos preparamos para irnos, Paloma me dedica a la sonrisa que ha cargado desde que llegamos, no obstante, esta misma desaparece cuando mira sobre mi hombro.

Entro en alerta tan rápido como me doy la vuelta. Veo cómo un hombre rubio de traje elegante entra junto a una mujer bajita al restaurante y se van a una mesa, lejos de nosotros.

Paloma se levanta de un salto.

—Me adelantaré. —Cubre el rostro de Mariano y se sale sin, aparentemente, ser vista por ese sujeto.

¿Quién es ese tipo?

Pago la cuenta y la sigo. Está junto al auto, temblando e hiperventilando. Me pide que abra.

—¿Qué pasa? —pregunto mientras la ayudo a subirse. Cuando no dice nada, decido rodear el auto para subirme yo también—. ¿Quién es él?

—El padre de Mariano —suelta e intenta no ponerse a llorar de lo aterrada que se siente. Incluso se ve más aterrada que cuando nos encontramos con su padre en la tienda de regalos.

Aunque no sepa en realidad qué pasó, sé que el tema es algo terrible para ella y que probablemente sea difícil de contar. Tomando en cuenta todo lo que me dijo sobre que yo sería su primer novio, me he apañado de teorías horrendas que involucran a ella siendo engañada por ese hombre al que ahora finalmente le he puesto cara, y juro no podría tenerle más odio que el que le tengo desde que supe que Paloma era madre soltera.

Mi Paloma trata de respirar con normalidad y, despacio, se gira a verme, ahora preocupada, como si yo fuera a decirle algo malo, como si esperara que yo no tenga una reacción mala.

—Si el papá de Mariano soy yo, ¿qué te pasa? ¿De qué me hablas, amor mío? —Le sonrío cuando suelto lo primero que se me ocurre. Aunque al instante de decirlo mi corazón comienza a sentir como si alguien hubiera encendido fuegos artificiales ahí mismo.

No obstante, ella levanta una ceja y parece tranquilizarse porque me dedica una sonrisa y sus bellas mejillas sonrojadas.

—Amor, apenas acepté ser tu novia, se supone que vamos con calma, además, mi bebé también tiene que decidir si en algún punto de nuestras vidas te dirá "papá".

—Papá —balbucea fuerte y claro Mariano de repente, provocando que Paloma se cubra la boca y que los fuegos artificiales se conviertan en explosiones brutales y llenas de ardiente fuego que comienza a recorrer todo mi cuerpo.

La sonrisa que seguramente se ha formado en mi cara, me hace soltar una risa inesperada de lo emocionado que me siento, es que este momento no ha empezado bien del todo y todo ha pasado tan rápido en un instante, pero, definitivamente, escuchar a Paloma decir que es mi novia y a Mariano decir "Papá", aparentemente, me hacen incluso más feliz que cuando ella dijo que correspondía a mis sentimientos.

—Reafirmo mi promesa de ser el novio que mereces, mi piraña. —Me inclino para darle un beso en la frente a Mariano y luego la tomo a ella del hombro, para atraerla y darle un beso en su cien—. Y, Paloma Lagos, también te prometo que, el único padre que Mariano va a conocer, seré yo, a ti y a él los trataré con el amor que los dos merecen, amor bueno.

Cuando ella aprueba lo que digo, regalándome un beso en los labios, también me prometo a mí mismo que así será.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top