Capítulo 1: Desconocido.

Otro día cualquiera en el trabajo, lo único que estaban haciendo en aquél precinto era observar la pantalla de sus monitores. Todo iba absolutamente normal, claro los policías de ahí lo único que hacían era incubrir a la mafia, aquellas dos chicas suspiraron mientras terminaban de rellenar el papeleo que tenían pendiente de sus casos menores, solo era de unos cuantos disturbios en la calle sobre gritos y peleas.

—Créeme que saliendo de este lugar iré al bar cerca de aquí, pediré una hamburguesa y al menos una buena cerveza. —sonrió de lado mientras seguía tecleando.

—Me gustaría acompañarte _____, porque también tengo ganas de quitarme todo este estrés. —suspiro mientras señalaba el papeleo. —Pero tengo que quedarme además que hoy me toca guardia. —se recargo en el respaldo de su silla.

—Lo siento por ti, prometo disfrutar la hamburguesa y la cerveza por ti. —suspiro y su amiga empezó a reír al escucharla.

—Te odio, no entiendo como es que todos están tan tranquilos, cada vez me da más miedo la familia Uchiha. —la miro con desdén. _____ suspiro, también tenía miedo y la policía no hacía nada, ni siquiera los de rango más arriba.

—Ni siquiera yo lo entiendo, a decir verdad lo único que pienso es que solo se servirán por el dinero del jefe de esa familia. —sonrió de lado y tiro una bola de papel hacia el basurero.

—El tal Madara Uchiha, jamás lo he visto, ni siquiera hay fotos de él, tampoco de sus familiares, solo de sus trabajadores, es muy sospechoso. —frunció el ceño.

—No, son criminales, mientras menos te vea la cámara, mucho mejor, además que la policía los cubre, también se dice que si te topas con él es como estar frente al diablo y que morirás, nadie debe de verlo a los ojos. —respondió ____ y su amiga empezó a reír.

—Leyendas urbanas, deberías dejar de ver esos programas de televisión, están haciendo que tu mente alusine. —siguió riendo con mucha diversión.

—No me parece un chiste, yo sigo pensando que todo ese embrollo de que él es un sádico es real, joder, ¿haz visto los cuerpos que se han encontrado? —sonrió de lado y suspiro, su amiga negó con la cabeza.

—____, no creo que se trate de Madara Uchiha, quizás su familia es la que esta haciendo las cosas mal, pero suponer que Madara es la cabeza de la familia?, es muy irreal. Si yo fuera el padre, me gustaría que me llamarán a mi la cabeza de la familia y decir mi nombre. —dijo sin más y la contraria sonrió de lado, ella seguía pensando que Madara era un desalmado, y que él era la cabeza de aquellas operaciones sobre drogas y varios asesinatos hacía la gente que intentaba robarle su negocio, resoplo un poco abrumada.

Igual la ciudad no dejaba de ser corrupta al igual que los gobernantes, era asqueroso, pero tampoco era su mundo, sólo archivar cosas, hacerse cargo de casos menores y gozar de su paga, la cual no era muy buena, pero tampoco muy mala. Con ese dinero arrendaba un cómodo y pequeño departamento, no era el más lujoso, pero era suficiente para ella y eso le encantaba.

Por otro lado, la amiga de _____ tenía razón, Madara no era del todo el que planeaba cada cosa. Sus hermanos estaban detrás, Obito, Itachi, Izuna y Shisui, todos tenían poder y vaya que la leyenda era cierta. Nada de verlos a los ojos, no vivías para contarlo.

—Me encanta que la policía de Narcóticos siga pensando que nos sigue el paso. —empezó a burlarse Obito mientras miraba cientos de archivos en su escritorio, Madara estaba fumando un puro y elevó una ceja al ver a su hermano tan sonriente.

—¿Por qué lo dices? —cuestionó el más alto y Obito amplio más su sonrisa al tener la atención de su hermano mayor.

—Izuna y yo les hicimos creer a la policía de Narcóticos que ellos tenían un informante, pero lo único que hacemos es desviarlos de nuestro camino y resulta demasiado sencillo, además que si cometemos algún delito menor o grande, los detectives están de nuestro lado para limpiar nuestro archivo. —respondió con total tranquilidad y Izuna sonrió.

—Solamente que el jefe de narcóticos no quiere ceder en nada y lo hemos intentado sobornar, pero el jodido idiota no da su brazo a torcer. —gruño por lo bajo y Shisui entró a la conversación para dejar los papeles de lado y una sádica sonrisa apareció en sus labios.

—Matenlo. —lo dijo con tanta tranquilidad y Madara negó con la cabeza.

—Tenemos un trato con la policía, no nos acercamos a sus empleados, ni los asesinamos, así ellos no se meten del todo en nuestras operaciones. —replicó Madara, Shisui sólo se encogió de hombros y después miró a Itachi el cuál estaba tan callado al igual que Sasuke.

—Shisui al parecer no sabe respetar los tratos con la gente porque ayer que hicimos una apuesta y gané, no he visto mi dinero. —alzó una ceja Itachi mientras tomaba uno de los puros que había en medio de la mesa. Obito y Izuna se carcajearon y Shisui frunció el ceño al escuchar a su hermano.

—Te dije que esa apuesta era estúpida y que no cumpliría con darte el jodido dinero. —reprochó Shisui y Sasuke alzó una ceja confundido.

—¿De qué era la apuesta? —preguntó con cautela, Itachi miró a Shisui y después se recargo en el respaldo de su silla mientras sonreía.

—Era de quién lograría acostarse más rápido con una chica en un bar, a Shisui no le fue bien, le derramaron el vodka en la cara. —todos los presentes empezaron a reír. —Apostamos 300 dólares y no me quiere pagar, yo fui el primero en salir con una chica linda. —sonrió con calma.

—¡Te dije que no dijeras nada! —gruño molesto Shisui y sus mejillas se pusieron coloradas por la vergüenza Izuna sonrió ampliamente.

—Yo también quiero jugar ese juego, sería divertido que todos apostaramos. —sonrió ampliamente Izuna y Madara negó con la cabeza.

—No, yo no quiero jugar si Madara juega, todos sabemos que es el primero en llevarse a una chica linda. —sonrió de lado Obito y todos volvieron a reír.

—Anda hermano, te pareces a mí, también eres guapo, así que quizás consigas a una mujer hermosa. —le palmeo la espalda con diversión.

—Izuna se parece más a ti, yo tengo estas cicatrices en la cara si mal no recuerdas. —bufo por lo bajo y las sonrisas se borraron. Había pasado un incidente hace algunos años, Madara aún no se perdonaba lo que había sucedido, una mala entrega y un trato mal hecho habían llevado a que Obito pagará las consecuencias, Madara sólo soltó un suspiro y negó con la cabeza. —Anda que era un chiste, no quería sacar ese tema, lo siento. —sonrió de lado y todos negaron con la cabeza.

—Vayamos al bar, será divertido, hace mucho que no salimos todos juntos a beber algo. —sonrió Itachi tratando de aligerar la situación y que Madara dejara de pensar en aquello.

—Me parece una idea excelente, yo también quiero beber algo. —sonrió con tranquilidad Sasuke mientras a sentía con la cabeza Obito también asintió.

—Anda Madara, hemos hecho todas nuestras entregas muy bien, además que un descanso no viene mal. —sonrió y palmeo la espalda de su hermano mayor tratando de calmarlo.

—Vale, eh. —llamo la atención de todos los presentes y pusieron cara de confusión. —Nada de apuestas por favor. —pidió y todos asintieron con diversión para ponerse de pie.

Sería divertido, al menos tenía eso en la cabeza mientras caminaba y se dirigía a su auto, y Obito subía con él.

—Ni creas que te prestare mi auto para que vayas a follar con alguna tia
—le dijo serio y Obito frunció el ceño para solo cruzarse de brazos.

—Yo sé, respeto al Madamovil. —se encogió de hombros, Madara rodó los ojos ante el patético apodo y empezó a conducir hacia su bar favorito. Quedaba un poco lejos, pero sabía que vendían el mejor coñac y le gustaba beberlo con sus hermanos de acompañantes.

Ser poderoso, ser alguien con una inmensa cantidad de dinero, jamás había pensado llegar tan lejos, tampoco creía que fuera posible, su padre lo había introducido a ese negocio y cuando menos se lo había esperado ya era demasiado tarde para hecharse para atrás y dejar todo de lado, sin querer ya había arrastrado a sus hermanos.

Y fue sin querer porque no quería que ellos estuvieran en ese lugar, no quería que sufrieran y en un descuido, Obito había pagado las consecuencias, suspiro y era demasiado cuidadoso y cauteloso. Vendía su producto, vendía en casi todos lados, la mitad de la ciudad era suya, la otra mitad le pertenecía a una familia enemiga, bueno, no enemiga. Madara había hablado con él jefe y cabeza de la familia y se llevaban bien, habían ido a la preparatoria juntos y por eso habían llegado al acuerdo de no molestarse los unos a los otros. También cuando ocurrió el problema con Obito, la otra familia había intervenido y lo habían ayudado, estaba agradecido con ellos, se respetaban y no se metían con ellos, un paso en falso y todo se acababa.

—¿En qué tanto piensas? —preguntó Obito mientras lo miraba de reojo y después desviaba su atención hacia la ventana, Madara sonrió de lado.

—Nada, solo que quiero unas papas con mucho queso y tocino. —respondió tratando de que su mente dejara de divagar en sus recuerdos.

—¡Oh! ¡Yo también quiero unas! —respondió con una enorme sonrisa. —A veces creo que eres un genio, siempre sabes que decir. —Madara sonrió, sus hermanos lo eran todo para él, por supuesto que sí, los cuidaba lo más que podía y no dudaría en recibir una bala por ellos.

La lealtad lo era todo, la confianza y el apoyo que se daban los unos a los otros.

—Mmm, deberías regañar a Shisui, no está bien que piense matar a un policía, creí que ya había quedado claro que no nos metiamos con ellos. —le aconsejo Obito mientras observaba como sus hermanos bajaban del auto, Madara asintió, lo tenía en su lista de prioridades, no quería problemas, tampoco quería que los atraparan. Además que nadie sabía cómo eran ellos, mataban a los testigos y siempre que conocían a alguien no decían sus nombres.

—Cuenta con ello. —respondió Madara mientras bajaba del auto y observó una ducatti negra entrar al estacionamiento, era una mujer, llevaba casco, y cuando lo quito una melena larga de hizo presente. Observó la cazadora de cuero y la playera blanca, llevaba un collar, era como una placa que le daban a los militares, alzó una ceja mientras la miraba, jamás la había visto por ahí, ¿era nueva? Parecía desconocido todo aquello de ella, pero le picaba la curiosidad, observó cómo bajaba de aquella moto y empezaba a caminar a la entrada del bar, su cuerpo alto, sus caderas moviéndose conforme caminaba, se sentía perdido en ese vaivén.

—¡Madara! —le golpeó Obito la cabeza al verlo de aquella manera. —Tierra llamando a Madara, joder reacciona idiota. —bufo y Madara sacudió la cabeza, ni siquiera había escuchado que lo llamaban, todo había ocurrido en cámara lenta.

Entraron al bar ellos también y varios de los bartenders sabían quiénes eran, algunos trabajaban para ellos distribuyendo droga en los bares, lo típico de aquél negocio, Madara apartó una mesa para ellos seis. Y busco con la mirada a aquella chica, la cuál le sonreía a uno de sus trabajadores.

—____, que placer verte por aquí. —le dijo aquel señor, algo pasado de edad, quizás tendría unos 40 años o más. La chica le sonrió y se quito la cazadora de cuero. —¿Lo mismo de siempre?

—Claro Larry, quiero una hamburguesa con papas y también quiero una cerveza en tu mejor tarro. —sonrió ampliamente, Madara no escuchaba lo que sucedía pero era bellísima, otra perfecta excusa para frecuentar el bar, ¿no es así?

—A la orden señorita. —sonrió para preparar lo que ella había ordenado, Obito observaba como Madara se perdía en aquella chica, lo había visto en el estacionamiento y ahora en el bar, ni siquiera estaba prestando atención a lo que ocurría en la mesa.

—¡Hey!, ¡presta atención joder! —le pegó en el hombro Izuna a Madara y este negó, para ponerse de pie, iría a hablar con ella sí o sí, sus hermanos observaron sorprendidos la escena, ¿de verdad se iba a atrever a hablarle a una chica? Madara jamás hacia eso cada que salían, observaron sorprendidos y confundidos la situación, ¿le conocía?

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¡CHAN CHAN CHAAAANNN! primer cap de esta novelita q me a encantado la ideaaaa, aclararé todo aki ok?

Madara tiene 28
Obito tiene 26
Itachi tiene 24
Shisui 22
Izuna 20
Sasuke 18

ESPERO QUE DISFRUTEN EL CAP, QUE ESTA NOVELA ME ENCANTA LA IDEA SE LOS JUROOOOO, AMENLO COMO YO LO AMO OK? L@S AMOOOOOOOOOO💗💗💗💗

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