parte uno.
tw || homofobia, abuso sexual, manipulación, palabras algo fuertes. el sexo debe ser consensuado sino, no es sexo, es abuso.
...
lunes por la mañana.
8:12 a.m.
sanji.
¿por qué tiene que ser tan estúpido?
mejor dicho, ¿por qué tuve que serlo yo?
me levanté a duras penas de la cama quitándome la sábana que me cubría, adolorido busqué mi ropa y la levante del suelo junto con la poca dignidad que me quedaba, ¿en qué estaba pensando?
más bien era eso, no estaba pensando cuando ocurrió.
me vestí torpemente sin importarme hacer ruido, el idiota estaba demasiado tomado como para levantarse de aquí hasta el próximo fin de semana. una vez vestido y tras acostumbrarme al dolor en mi culo tomé mi billetera, mi teléfono y las llaves del idiota, sin mirar ni una sola vez la cama salí de esa habitación.
llegué al vestíbulo en un par de minutos, rengueaba como si me faltara una pierna y sé que más de uno lo notó, pero en parte no era mi culpa.
cuando salí a la calle aspiré el olor de la ciudad, no me había dado cuenta de lo mucho que apestaba a alcohol esa habitación hasta estar fuera, bendito sea el smog de la ciudad por quitar ese aroma de mi nariz.
entré al auto y con cuidado me senté, ya estaba bastante humillado como para siquiera quejarme del dolor, arranqué y me dirigí a mi casa.
la radio pasaba música antigua, música de la que él escuchaba, cambié rápidamente la estación y me concentré en el camino.
por él me refiero al peli-verde más odioso de todos, roronoa zoro, del cual yo llevo enamorado varios años.
tras lo de anoche ya no sabía cómo iba a mirarlo a la cara, rezaba para que no recordara nada al despertar, aunque posiblemente no quiera volver a verlo ni él a mí, no después de todas las tonterías que le solté ayer.
la cosa estuvo algo difícil, y hasta me da vergüenza pensar en ello, quién diría que terminaría siendo el uke en una relación de una noche con un hombre supuestamente heterosexual.
ese hombre es mi mejor amigo desde la preparatoria. de hecho, en la preparatoria fue cuando acepté por fin que las mujeres no eran lo mío, y también fue cuando caí enamorado por primera vez, todo gracias a la misma persona.
hace unas horas.
lunes en la madrugada.
1:49 a.m.
—se está haciendo tarde, zoro, larguémonos ya. —pedí por enésima vez, cuando zoro se ponía ebrio las cosas no terminaban bien, siempre despertaba al día siguiente de mal humor y le gritaba a todo el que le pasara por enfrente.
—tú no me mandas. —no me hizo caso y siguió bebiendo, suspiré y me senté de nuevo a su lado, ¿qué podría hacerle yo? ¿arrastrarlo hasta el auto?
—tienes que trabajar en unas horas, hombre, no puedes...
— ¿no puedo qué? —me quedé callado al instante, zoro no era un hombre débil, fácilmente podía dejarme tirado en el suelo si quisiese, estaba seguro de que él no me dañaría ni mucho menos, pero no quería terminar mal con él.
—tu jefa se molestará y...
— ¿mi jefa? —rió. —esa bruja es lo último que me importa ahora y en lo que menos quiero pensar, ¿qué diablos te preocupa tanto? —pasó su brazo alrededor de mis hombros, poniéndome muy nervioso.
—b-bueno...t-tú nunca terminas bien después de una borrachera. —él enarcó una ceja y se acercó más a mí.
— ¿a qué te refieres? —tragué en seco y me separé de él simulando que me estiraba para alcanzar mi vaso lleno alcohol.
—ya sabes. —bebí en lo más mínimo y lo dejé donde antes. —siempre terminas acostándote con cualquier mujer, podrías contagiarte de algo y...
—no te preocupes, sanji, ¿acaso no conoces los preservativos? —me sonrojé inevitablemente. —claro, se me olvidaba que sigues siendo virgen.
—no te burles, quieres. —moví mi cuerpo hacia la barra de nuevo.
—siempre me he preguntado lo mismo, no has tenido novia desde hace ya... ¿hace cuánto nos conocemos? —se le salió una risita estúpida y volvió a beber, el alcohol cambiaba totalmente su personalidad, pasar de ser serio y centrado a parecer un idiota que solo busca pleito y una mujer caliente para pasar la noche.
—bueno, puedes largarte cuando quieras, yo no quiero que me despidan del trabajo por tu culpa. —dejé un par de billetes sobre la barra y me levanté, poco me importó dejar mi vaso lleno ahí y sin más me di la vuelta.
caminé dos pasos cuando sentí una fuerza moviéndome hacia atrás de nuevo; zoro me había tomado de la mano y me había jalado hacia él. caí torpemente sentado sobre sus piernas, mi sonrojo se hizo considerablemente más notorio mientras trataba de alejarme de él.
—z-zoro, suéltame, ¿qué haces? hay gente mirando... —mi voz temblaba, el peli-verde se acercó a mí y susurró en mi oído.
— ¿por qué quieres irte tan pronto? ¿qué acaso no nos divertíamos? —su grave voz erizó mi piel y causó un escalofrío recorrer por mi nuca, me separé de él poniéndome de pie y sin poder mirarlo a los ojos contesté.
—voy al baño.
corrí como un vil nenito asustado hacia el sanitario, entré y me recargué en el lavabo, miré mi rostro que ardía completamente y estaba más rojo que un grano, gran comparación.
arrisqué las mangas de mi traje y me lavé las manos, luego de eso simplemente mojé mi cara. cuando estaba agachado tirando agua sobre mi rostro sentí que alguien entró al sanitario, no le tomé importancia sino hasta que sentí como me tomaban de las caderas y me pegaban al cuerpo de alguien más.
quise gritar pero al ver por el espejo de quién se trataba me quedé sin voz. zoro estaba actuando extraño, bastante más extraño que en cualquier otra borrachera. quise separarme pero él me apegó aún más a su cuerpo, y así cada vez que quería alejarme.
— ¿q-q-qué sucede contigo? —me di la vuelta pero él volvió a tomarme, créanme que si fuera cualquier otra persona lo habría pateado justo en sus bolas de oro, pero se trataba de zoro, ¿cómo se supone que reaccione a esto?
—hueles muy bien. —aspiró mi cuello de una manera delicada, el pánico recorría mis venas, bueno, el pánico y una ligera excitación.
su pelvis estaba justamente a la altura del mío, haciendo pequeños roces entre nuestros miembros, me sentía sucio, pero de una manera satisfactoria.
—zoro, ya basta. —tras un par de falsas súplicas para que se separara de mí, hizo todo lo contrario.
me levantó con suma facilidad y me sentó sobre el lavabo, sin despegarse de mi cuello y sin dejar de aspirar pasó sus grandes y toscas —pero habilidosas— manos al borde del saco y jaló de él atrayéndome aún más cerca de su cuerpo, como si eso fuera posible...
sus dedos no vacilaron al entrar bajo el saco y la camisa, levantándolos dejando mi abdomen al descubierto, ¿qué acaso no era más fácil sacarlos?
—esto no está bien. —susurró él, abrí mis ojos, los cuales apenas me había dado cuenta de que estaban cerrados, y mi cerebro hizo un clic automático.
—t-te dije que te detuvieras, idio... —sorpresivamente me calló...con un beso.
no fueron más de diez segundos pero para mí fue algo infinito, sus cálidos labios pasaron sobre los míos, el sabor a alcohol parecía ser desagradable pero al contrario en esta ocasión lo disfruté mejor que nunca.
se separó de mí y sonrió relamiéndose el labio inferior, acomodó mi camisa y mi saco con sus propias manos y se alejó de mí.
—tu primera vez no puede ser en el baño de un bar. —me haló de la corbata e hizo que me bajara del lavabo.
— ¿mi primera vez?
él simplemente sonrió, tragué en seco cuando lo miré, me tomó del brazo y me sacó del baño.
***
— ¿por qué estás tan nervioso? —cuestionó el peli-verde mirándome de reojo en el auto.
—pero cómo no estarlo, después de lo que acabamos de pasar en aquel baño, mi pene comienza a crecer más que cuando vi aquella película porno que me recomendaste, acaba de besarme la persona de la que he estado enamorado y por tus insinuaciones creo que me llevarás a tener sexo a un motel.
—no estoy nervioso. —él rió un poco.
—seré suave, relájate. —suave, ¿zoro siendo suave? ¡me romperá el culo si no lo detengo ahora!
—e-enserio es muy tarde, estás borracho y ambos tenemos que trabajar mañana, tomaré un taxi y regresaré a mi casa... —ni cuenta me di cuando zoro ya había estacionado delante de su edificio.
—puede que no lo notes, sanji, pero estoy bastante excitado de tan solo un par de roces y no puedo quedarme así.
— ¡pues no es mi culpa! —exclamé enojado. — ¡búscate a alguien que te baje la...! —él me tomó de la barbilla y en un movimiento rápido me pegó a sus labios de nuevo.
no sé cómo fue pero luego de un par de minutos en los que perdí la razón y me dejé llevar, ya estaba sentado sobre el regazo de zoro, en una posición no muy cómoda pero sí prometedora, reaccioné al momento de que mi trasero chocó contra el claxon del auto y emitió ese fuerte sonido.
me golpeé la cabeza contra el techo del auto gracias a que salté del susto, escuché la risa de zoro y como me preguntaba si me encontraba bien. como si nada hubiese pasado, zoro abrió la puerta del auto y salió invitándome a salir tras él.
extrañamente zoro no parecía ser el mismo, sí, todas las copas que había bebido le habían afectado, pero jamás había visto esta fase suya, entrelazó sus dedos con los míos y tras cerrar el auto caminó arrastrándome tras él directo a su departamento.
(1/?)
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