parte tres.
tw || homofobia, abuso sexual, manipulación, palabras algo fuertes.
lado de zoro.
el teléfono sonó nuevamente cuando me dirigía de regreso a mi departamento, no quería hablar con nadie, de verdad que no, pero esa maldita cosa no se había detenido en todo el día.
— ¿qué quieres? —la voz femenina al otro lado del altavoz sonó melosamente indignada tras mi intento de saludo, me irritaba. —te he dicho que no hay ni habrá nada entre nosotros, deja de llamarme o te bloquearé.
no estaba de ánimos como para discutir con ella así que cuando comenzó a alegar colgué la llamada y bloqueé el número.
tampoco estaba de ánimos como para ponerme a pelear contra el oficial de tránsito que me detuvo por estar utilizando el celular.
me hallaba furioso, sí, conmigo mismo.
siempre me he considerado directo y conciso cuando requiero algo, pero sobre mis sentimientos es otro cuento, será por todos los traumas de la infancia que aún cargo conmigo, de igual manera me rehúso a pagar tantos billetes a una extraña por escucharme a hablar sobre mí y mis problemas una hora a la semana, no soy tan narcisista.
llegué a mi friolenta casa sintiendo tiritar mi cuerpo entero debido a lo empapado que me encontraba, la mala suerte estaba en esta ocasión de mi lado y además de la costosa multa la lluvia me alcanzó justo luego de estacionar el auto frente al edificio, por una ocasión que me niego a dejarlo en el estacionamiento y justo debe caerse el cielo sobre mí.
supongo que es una señal del universo para decirme que me odia.
luego de una ducha y tomar tres cervezas que encontré en el refrigerador me tiré sobre la cama, ni siquiera me molesté en tenderla esta mañana entonces las sábanas seguían revueltas, mi ropa aún estaba tirada en el piso y el olor a sanji seguía semi-impregnado en la almohada.
me sentía extraño y eso me molestaba, había un hueco en mi estómago y por más que intentaba echarle la culpa al hambre sabía que no era así, los ojos rojos y llorosos de sanji seguían dando vuelta en mi cabeza y por más idiota que sé que puedo ser sabía que había una relación directa entre mi malestar físico y lo ocurrido con él hace un rato.
la puerta sonó un par de veces y a pesar de no estar de humor para ver a nadie me contradije al abrir la puerta, esperando que quien sea que esté del otro lado logre distraerme un poco, la narizota de usopp se mostró frente a mí.
—te ves más deplorable que de costumbre, ¿todo va bien?
—si vienes solamente a decirme eso puedes irte de una vez.
él rió y me rodeó para adentrarse en mi departamento, fue directamente a la cocina y un segundo después salió con una cerveza en la mano.
—la noche de ayer vi que sanji y tú salieron antes del bar pero justo hoy tuve que traer tu auto que misteriosamente lo tenía sanji, a pesar de que anoche que dejamos a luffy en su edificio no vimos tu auto en ningún lado por lo que sanji no fue a dormir a casa. —sonrió de lado para luego darle un sorbo a la cerveza como si hubiera dicho algo sumamente ingenioso.
— ¿estás jugando al detective o esperas que te felicite por decir algo obvio? idiota, sanji durmió aquí. —él se atragantó con la bebida. —sabes que odio que me interrogues, te diré lo que quieres saber de una sola vez para que me dejes en la miseria nuevamente.
—vaya, sí que andas insoportable hoy, ya entiendo porque sanji no te quería ver. —él palideció de pronto. —no pongas esa cara, me asustas, creí que pelearon o algo así, de seguro la cagaste otra vez.
—tuvimos sexo anoche.
el silencio aplastó el ambiente, usopp se había quedado con la mandíbula topando el piso y por poco se le cae la cerveza de la mano. le metí un buen golpe en la nuca para que dijera algo y cuando por fin pudo hablar solo tartamudeaba.
— ¡eres gay! —alcé la mano buscando darle otro golpe pero él corrió rápidamente hasta atrás del sofá. — ¡espera, es que estoy muy sorprendido! aunque en realidad te siguen gustando las mujeres, ¿eres bisexual? —tomé asiento en la mesita de centro para encarar nuevamente a usopp quien había vuelto a su sitio.
— ¿te sorprende que me haya acostado con un varón pero no que ese varón sea sanji?
—me hubiera sorprendido más si ese varón no hubiera sido sanji. — ¿cómo?
— ¿qué quieres decir? —él se encogió en hombros.
—creí que era obvia la tensión entre ustedes, ya se habían tardado en acostarse. —solté un fuerte suspiro con el propósito de calmar el fuego que sentía crecer en mi interior. —no me mires así, hombre, no solo yo lo noté.
—ya, ya. me da igual.
—entonces... ¿cuál fue el problema? —le miré fijamente intentando formular una lista de todos los problemas que había con esa situación.
—no deberías haber ido con sanji a hablar de esto y dejarme en paz a mí, él es el que tomó a mal la situación. —usopp negó.
—claro que iré con sanji, solo que tú quedas más cerca. —este idiota literalmente vive arriba de mi departamento. —si no quieres hablar del tema te dejaré en paz, aunque en realidad pareces querer hablarlo, solo que quizás no conmigo.
—vete, usopp.
— ¡qué grosero!
el narizón se fue unos minutos después dejándome con aún más pensamientos rondando alrededor, ¿tanto se notaba que ya le traía ganas a sanji? y aún así el idiota ceja rizada se hizo el sorprendido; a pesar de todo hay algo que no me queda claro, ¿por qué está molesto?
quizás porque fui muy brusco, aunque él parecía disfrutarlo.
sé que le gusto, debería estar aquí contento de lo que pasó. yo lo estaría si tuviera sexo con alguien que me gustara.
aunque nunca me ha gustado alguien, en realidad, ya no sé ni que estoy diciendo.
nunca fui muy social, luffy y sanji eran las únicas personas que me soportaban en la universidad, usopp se agregó a esa lista poco después de conocerlo, sumando esto a que sanji es mucho más agradable como ser humano que yo no he sido capaz de entender porqué le gusto, ¿por qué no buscó a alguien más?
olvídenlo, no puedo imaginarme a sanji con nadie más.
aún recuerdo cuando luffy nos llevó a un bar gay sin saber que era un bar gay, un bastardo intentó ligar con sanji y el virginal ceja rizada por más duro y apático que pueda mostrarse terminó huyendo a esconderse tras mi espalda dejándome a mí encarando al tipo al que obviamente le di la golpiza de su vida.
sanji parecía asexual puesto que huía de toda persona que le mostrara el mínimo signo de atracción, siempre observaba con admiración a las mujeres y las trataba demasiado bien, incluso antes de que saliera del clóset abiertamente me imaginé que sería un mujeriego; resultó siendo gay y terminé por gustarle yo.
qué vueltas que da la vida.
el timbre sonó nuevamente y pensando en que no hacía más de un minuto que usopp se había ido fui a abrirle de mala gana, lástima que no era usopp, hubiera preferido tener a la mismísima bruja nami enfrente antes que a esta narcisista mujer.
—tashigi se la ha pasado triste porque la trataste mal desde su último encuentro. —fue lo primero que dijo luego de rodearme para adentrarse en mi apartamento sin invitación, suspiré sonoramente molesto y cerré la puerta.
—no creo tener cara de que me importe. —ella dejó su abrigo en el perchero y se encaminó a la cocina, la seguí de cerca viendo como sacaba una botella de agua helada del refrigerador.
—ella cree que ha hecho algo mal. —le alcé una ceja una vez se giró a mirarme, ella bebió un sorbo del agua y tomó asiento en una de las sillas de la isleta de la cocina, resignado la acompañé. —por lo que veo el problema no es ella.
—lo que piense o no esa mujer sobre mí o sobre sí misma no me importa.
—no te conozco hace dos días, zoro, y a tashigi tampoco. sé que ella no ha actuado mal y que el mal trato que tienes con ella es por algo externo a su extraña relación-
—no tenemos una relación.
—me refiero...a que deberías tener algo de responsabilidad afectiva y hablar con ella sobre lo que sea que esté pasando para que deje de culparse sobre algo que no es su culpa.
—solo nos acostábamos de vez en cuando, no hay más, no le debo nada. —vi la cara de robin quedarse completamente seria, parece que no estaba conforme con mi respuesta. —le dejaré un puto mensaje si eso te hace feliz, ahora largo.
— ¿qué ocurrió contigo?
—no estoy de humor, estúpida mujer.
—a mí no puedes ocultarme nada bajo ese semblante rudo que aparentas siempre. —le rodé los ojos con toda la intención de que lo notara, ella se acercó más hacia mí colocando ambos codos sobre la mesa. — ¿tienes mucho trabajo?
—sí, algo así. —ella sonrió de lado.
—sabes que soy muy entrometida en la vida personal ajena, ¿problemas emocionales? —no le respondí pero por alguna razón su sonrisa se ensanchó. — ¿es algo tan malo acaso como para que tenga tan estresado?
—tsk, no sé que les ocurre a todos hoy que están tan entrometidos en mi vida sexual.
—no mencioné nada de tu vida sexual.
buena esa, la volviste a cagar, marimo de mierda, diría sanji (y solo por esta ocasión le daría la razón). robin solía ser inexpresiva la mayor parte del tiempo pero ahora el brillo en sus ojos y esa sonrisa de dientes perfectos no se la quitaba ni el mismísimo demonio.
— ¿quién es la afortunada o desafortunada? —ni siquiera abrí la boca cuando ella misma se respondió. —...o desafortunado.
ella sabe cosas.
— ¿crees que me gustan los hombres? ¿todas esas veces que te cogí no demuestran lo contrario? —eso salió con más agresividad de la que imaginaba, igual no me retracté.
—si eso te preocupa más que responder a mí pregunta, ya me hiciste dudar. —la dejé ahí sola, me levanté con brusquedad y salí de la cocina a buscar mis llaves, necesitaba otro trago. los sonidos de tacones retumbando en mi piso me siguieron. — ¿jugaremos a las adivinanzas ahora?
—me voy, robin, no tengo ganas de seguir con esta estúpida conversación.
—es sanji, ¿verdad?
definitivamente, ella sabe cosas.
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