XXXII

—Puede besar al novio.

Avergonzado y con las mejillas ardiendo miro a su ahora esposo a los ojos, tomando la iniciativas de acercarse y darle un corto beso, que aún que fue momentáneo, Norman no protesto ya que sabía que para Ray aún le daba pena mostrar afecto en público, aún así, eso no evito que el amor no se sintiera.

La mayoría de las chicas eran las que estaban llorando a moco suelto, les había tomado tanto tiempo pero por fin habían visto a sus mejores amigos darse ese paso importante en sus vidas, un paso que los uniría para siempre el resto de sus vidas.

Elizabeth e Isabella no podía estar más orgullosas de sus hijos y no solo por los logros que han conseguido en su corta vida, sino que también, por el valor y esfuerzo que han dado para conseguir estar juntos, sin restricciones o más desgracias de amoríos como con Oliver.

Todos merecen un final de cuento de hadas.

^^^


Tras terminal el acto nupcial, todos se dispusieron ir a celebrar a la casa de la familia Ratri, dónde se llevaría acabo la celebración junto el resto de amigos y familia y por supuesto, dónde todos le darían la despedida a la pareja de casados. Claro la despedida solo sería de unos meses hasta que concluya la luna de miel.


—Ray~

—Nooooo.

—Ray.

—¡Nooooo!

—¡RAY!

—¡QUE NO!

—¡Lo prometiste!

—Pero no me lo tengo que poner aquí y ahora.

—¡Agh! Bien, te lo pondras en cuanto lleguen a tierra firme ¿Entendido? No por nada la pobre de Gilda no durmió por semanas para confeccionarlo.— Regaño Gillian, entregandole a Ray la caja con el "Regalo sopresa".

—Contiene un regalo extra.—Agrega Gilda.

—¡Que tengan un lindo viaje!—Se despedía Anna.

—¡Nosostros celebraremos por ustedes!—Dijo el moreno, despidiéndose del azabache desde lejos y este le daba una ligera sonrisa.

—Los estaremos esperando.— Se despide Isabella.

Mientras tanto con Norman, había algo muy sospechoso, pues Elizabeth, Emma y él estaban teniendo un mini reunión, a quien se les unió Ayshe—Amiga del albino que conoció en la universidad y que por ciertos en un principio se llevaban horrible—  con una pequeña maleta.

—Y recuerda, no seas agresivo.—Advirte Emma.

—Usalos con sabiduría—Dice Ayshe, entregandole a Norman la maleta.

Curioso abre apenas la maleta, al observar el contenido de inmediato la cierra. No podía estar más sonrojado.

—¿Dónde demonios consigues esto?

—No reveló mis contactos.—Le giña un ojo.—Aproposito, si quieres esa clase de "regalos" no dudes en llamarme y te los conseguiré.

—Probablemente no te lo pida pronto.

—¡Norman!—El trío de chicas lo llaman, haciendo señas para que se apuren o llegarían tarde al aeropuerto.

—Es hora.

—¡Vayanse con cuidado! ¡Ray, quiero nietos!— El aludido no pudo evitar sonrojarse ante el comentario de su suegra.

Oh, si supiera señora.

^^^

El viaje duro unas cuantas horas pero habían llegado a su destinó. La verdad Ray estaba curioso, unos días antes de la boda Norman pidió encargarse de los preparativos sobre el destino de su viaje, prácticamente él había escogido el lugar y en dónde se quedarían, Ray estaba en ceros. No sabía nada del viaje.

Para cuando llegaron se dio cuenta que estaban en las costas y que por cierto estaban en una isla casi deshabitada.

—Vaya lugar.—Comenta el azabache, asomándose por el balcón la vista que daba el extenso océano.

—¿Te sorprende?—Pregunta el albino, llegando por detrás y abrazar por las caderas a su pareja.

—Un poco, creí que escogerías alguna gran ciudad.

—El propósito era alejarnos de la ciudad, en esta época del año no hay tanto turismo así que tenemos toda la isla para nosotros.

—¿Qué hiciste? ¿La rentaste?— Soltó unas risas con burla, evidentemente con mucho sarcasmo.

—La compré.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

—¿Qué?

—Pfff... Es chiste Ray.

Norman no pudo contener sus risas, Ray estaba enfadado por la broma que la verdad no le dió ni una pizca de gracia, al contrario se había espantado ya que claro que sabía de lo que era capaz ese tipo que ahora es su esposo.

—¿Eres idiota o qué?

—Al que amas.

—No lo discutiremos.

Unieron sus labios en un tierno beso, no había necesidad se ir tan rápido, tenían 2 meses enteros de descanso en la que solo serían ellos dos y una isla entera para hacer lo que se les plazca.

De la nada Ray se puso a pensar en un infinidades de cosas, entre ellas estaba algo que quería cumplir antes del accidente con Oliver. Aún le daba vueltas al asunto pero es que aún no sabía cómo platicarlo con su pareja. Ya habrá tiempo para hablarlo.

—Vayamos adentró, quiero... Mmh... Hacerte una petición.—Se notaba nervioso, demasiado nervioso, aún que intente sonreír tranquilo y parecer normal, su ligero sonrojo lo delata.

—¿Qué clase de petición?

—Te lo diré solo si vamos adentro.

—Oh, pero antes, quiero mostrarte algo.

—¿De que se trata?

—Dame 20 minutos.

^^^

Estas de broma.—Tiene un tic en el ojo izquierdo, su cabeza y orgullo le repiten una y otra vez un sonoro "No"

—¡No es ninguna broma!—Exclama Gillian.

—Llevamos planeando y esperando esto desde que iniciaste tu relación con Norman.—Dice Anna.

—Anna y Gillian me hicieron está petición, y dejame decirte que es uno de los mejores vestidos de novia que he diseñado.—Menciona Gilda.

—¿Pero que tal si no le gusta?—Busca excusas baratas, sabe que Norman siempre lo vería como la perfección pura sin importar lo que usará.

—Estas completamente equivocado mi amado amigo.—Menciona Emma, entrando a la habitación con aires de grandeza y orgullo.—Esto es traición, pero Norman tiene un fetiche contigo en vestido de novia.

—¡¿Y tú cómo sabes eso?!

—Soy su amiga, duh. A alguien le tiene que contar de vez en cuando sus fetiches impuros.

—Amistades chidas así es.—Comenta Gillian.

—Bien, el vestido ya está hecho. ¿Que tal si te lo pruebas?—Menciona Gilda orgullosa, mostrando el vestido.

—Esto lo quiero ver.—Comenta Zack.

—¿En qué momento entraste?

—Llegue con Emma.

—¡No me pondré eso!

—¿En verdad? ¿Estás seguro que no te lo vas a poner?—El aura amenazante de sus amigas le hizo sentir un escalofrío horrible, sobre todo cuando vio a Zack esconderse detrás de unas cajas.

Sabía perfectamente que no tendría escapatoria ni ayuda.

^^^

Termino de colocarse las medias que tenían en el contorno de arriba bordado con encaje blanco, cosa que hacía resaltar sus piernas. El vestido le ajustaba perfectamente a su cuerpo, resaltando sus caderas y cintura, dejando expuesta parte de su clavícula gracias al escote en corazón. El vestidor era pomposo, similar al de una de esas princesas de Disney, que por cierto era muy sencillo de quitar, sumando el velo le hacía ver cómo el ser más perfecto del universo, dándole aires de dulzura que para colmo sus sonrojo incluído le beneficiaba.

Se miró al espejo por última vez, estaba avergonzado, la lencería por debajo de todo eso le hacía sentir incómodo, pero no se va a arrepentir de usarlo, sus amigas se esforzaron en todo eso y no va a dejar que toda sus esfuerzos sean en vano.

No supo ni como le hizo para bajar esos dos simples escalones que lo llevaban a la sala, dónde Norman estaba de espaldas por petición del mismo Ray.

Le tomo unos segundos para meditarlo y ver si era capaz de regresar corriendo a la habitación sin caerse y quitarse todo eso, pero ya estaba ahí y no se va acobardar.

—Y-ya puedes mirar.—Su intento de voz despreocupado no le salio tambien como se esperaba.

Estaba mirando el suelo, no quería ver a Norma estaba muy avergonzado, sus inseguridades en ese momento le llegaron a pensar si de verdad había hecho bien en usar eso, que si en realidad Norman estaba pensando que se veía ridículo y horrendo.

No aguanto más la tensión de que su pareja no soltará ni una palabra y se dispuso a hablar.

—S-se qu-que se ve ridículo, pero Emma y las demás insistieron en que me lo pusiera. No quería que el trabajo de ellas fuera en vano así que-

Los sollozos de su esposo hicieron que dejara de hablar, alzando la vista y encontrandose a Norman de rodillas en el suelo y llorando.

—N-Norman. Lo siento, si hice algo mal, lo siento mucho.—Estaba nerviosos, no sabía que había hecho pero estaba muy nervioso, se arrodilló, quedando justo enfrente de Norman y acariciar la mejilla de este mismo para calmarlo.

—Gracias.—Dijo el albino, entrelazando sus dedos con los del azabache y dejar un beso en dónde habitaba su anillo de bodas.—Gracias. Gracias por elegirme, Ray.

El azabache igual ya estaba llorando, el sentimiento le había entrado y ahora ya hacía sonriendo como un idiota. Se abalanzo a los brazos de su esposo, escondiendo su rostro en el hueco entre su hombro y cuello, dejando que sus lágrimas saliera. Estaba feliz.

—No seas idiota, te escogería en esta y en otra vida, y en la otra, y la otra y todas en las que se me permita. Te amo.

—Te amo muchísimo, más de lo que te puedes imaginar.

—De eso no tengo ni una sola duda.





















Si sigo publicando tanto, para mañana al medio día o en la tarde se termina la fic :^


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top