XXIX
Cabe agregar que Isabella solo accedió a qué Ray se siguiera quedando con Norman solo porque le quedaba más cerca de la escuela y estaria llegando más tarde a casa por sus clases extra por haber faltado y lo del jurado y blah, blah, blah no quería estresar tanto a su hijo. Además, Norman fue y es el encargado de la seguridad de Ray, aún que ese debería de ser su trabajo no puede hacerlo por estar trabajando todo el día y eso se lo agradece mucho al nuevo heredero Ratri —que al final siguió conservando el apellido—.
Ya lo ha dicho y lo ha dado a demostrar más de una vez, no es tonta y ella tarde o temprano Siempre se dará cuenta cuando mienten y cuando le ocultan algo ¿Será un instinto? ¿O un super poder que tienen las mamás? No lo sabe, quizás él estuvo a punto de descubrir ese "superpoder" pero de una u otra forma su madre lo sabe todo. Según por relatos de su abuela —que por cierto tiene un carácter del horror—, su madre siempre fue así de lista, estratégica, fría y calculadora, pero amorosa en su debido momento. Y con eso de los nuevos instintos maternales que llegaron tras su nacimiento, técnicamente ella ya era una deidad suprema.
Se juro, se prometió superar a su madre algún día —o más bien dejarle de tener tanto miedo—, pero eso parece casi misión imposible.
Trata de mantener la calma mientras espera a Norman que fue por jarra de agua de frutas, por otro lado Ray y su madre se matan con la mirada. Isabella no deja de sonreír endulzada y Ray por primera vez si tiene ganas de afrontar a su madre como sea. Quizás sea la adrenalina del momento pero ese día en específico tiene ganas de estar de hablador.
Norman regresa y al notar el ambiente tan tenso solo se quiere esconder debajo de las cobijas y rogar para que las metiches de sus amigas o de su madre lleguen a romper toda esa aura escalofriante que hay entre madre e hijo.
Deja la jarra en el centro evitando hacer tanto escándalo, para cuando termina la acción de sienta en su lugar y sonrie de manera tranquila, aun que por dentro igual le tiene miedo a su suegra —tal vez demasiado miedo—.
Pasan uno segundos interminables en el que él claxon de los coches de afuera sea el único sonido que escuchan, Ray mantiene su vista sobre su madre, como si estuviesen teniendo una batalla mental que parece que no tiene fin.
Carraspea, sacando de aquel vil duelo a muerte a su novio y suegra, quienes al verse interrumpidos miran a Norman que ha comenzado servir la lasaña. No mencionan nada, y al tener la comida en sus platos, simplemente agradecen y comienzan a cenar.
Y así son los próximos minutos, sonrisas que parecen falsas y nerviosas, gruñidos incómodos y el choque de los cubiertos contra la cerámica de los platos.
—Me gustaría disculparme.
Norman ha dejado a medio camino su trozo de comida, Ray está casi ahogándose después de beber el jugo y escuchar las palabras de su madre. Ok, eso no se lo esperaba.
—Lamento no haber estado al tanto de tí, se supone que soy tu madre y a pesar de estar trabajando todo el día debería tener tiempo para prestarte atención. También lamento que no hayas tenido la confianza suficiente para decirme sobre tu embarazo, después de todo se que mi carácter debió de haberte puesto a pensar en si decirme o no.
—Sobre eso... No tienes la culpa, después de que papá se fuera...—Agacha la cabeza, tratando de no recordar ese dabastador momento, en dónde el único legado y recuerdo permanente es la canción que compuso para él y su madre.
—Lo se. Quiero aclarar que no estoy enfadada por eso, entiendo tu relación con Norman. Eran algo obvios.—Al decir esto, mira al albino que ahora tiene una sonrisa incómoda y muy delatadora.— Pero regresando a lo importante, no me interesa tu orientación sexual, sigues siendo hijo mío y de Leslie y siempre estaremos orgullosos de tí. De todo los pecados que existen el amar no es uno. Lamentó lo del bebé, entiendo la ilusión, pero no pierdas la esperanza, después de todo tienes a un chico que me ha demostrado que haría todo por tí. Te quiero mucho, Ray, y eres mi hijo sin importar que.
Claro que está llorando, es la primera vez que escucha a su madre decirle todo eso y en la que por primera vez siente todo ese cobijo maternal después del fallecimiento de su padre. Se levanta a igual que Isabella, quien recibe en brazos a su hijo y dándole consuelo a sus lágrimas mientras sonríe tan linda como una hermosa mañana de primavera. Norman se siente ajeno, pero aún así no le quita que sienta un peso menos al ver a Ray llorar por fin despojandose de todo ese peso que conlleva a Isabella.
Siente el tacto de una mano sobre la suya, es Isabella quien lo mira sonriente y un Ray que parece irradiar felicidad.
—Bienvenido a la familia, Norman.
Y con esto, sabían que ya no había a quien más esconderle su amor.
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—Bueno, fue mejor de lo que esperábamos.—Comenta Gillian bebiendo de una malteada que comparte con Anna.
—Muucho mejor.—Agrega Gilda devorando una amburguesa.
—Como que Emma y Ray ya se tardaron.—Dice Anna.
—Dijeron que ya habían salido de hablar con el abogado, por lo cual estarían aquí en diez minutos.—Explica Norman.
—Por dios, esto de llevar a proceso a alguien es muuuuy tardado y eso de ir al juzgado igual cansa.
—Pero si tu solo fuiste una vez a testificar por haber invadido privacidad Gillian.—Dice Gilda.
—Sí, pero eso de salir temprano de la casa y vestir de traje si cansa, sobre todo ir con tacones. Malditos tacones, por su culpa hice la vergüenza del día al doblarme el pie y caer sobre un puesto de churros.
—Dejando a un lado eso, los churros estaban muy buenos.—Dice Anna con un aura rosa con flores.
—Siempre viéndole el lado positivo a las cosas, Anna.
—¡Chicas, Norman!
No sé tenía que ser un genio para saber quién era la jovencita que hacía tanto escándalo al entrar al establecimiento.
—Emma puedes guardar silenció una sola vez.
—¡Nunca!
Los recién llegados van a dónde el grupo los estaba esperando, para proceder a pedir sus pedidos y contarles lo que había pasado al ir a hablar con el abogado.
—¿Y? ¿Qué pasó?—Cuestiona Gillian.
—Pues, Oliver será llevado a un centro psiquiátrico y no a prisión como se tenía planeado en un principio.⁶Explica Emma ya mas tranquila.
—Accedimos a esa petición al analizar bien la situación, pero estarás siendo vigilado las 24 horas del día hasta su recuperación y después de eso irá a prisión originalmente.—Explica Ray.
—¿Cuánto fue su condena?
—Mas de media vida eso es seguro.—Agrega Ray.
—Lo importante es que ya se terminó.—Menciona Norman, removiendo ligeramente el mechon que cubre el ojo de su novio.
—Exacto.— Tras decir esto deja un beso corto en los labios de Norman.
—No coman pan enfrente de los pobres.—Les dice Emma.
—Dilo por ti, yo tengo a mi amorcito— Gillian abraza por los hombros a Anna, dejándole un beso en la mejilla y esta sonrojarse.
La campanilla del establecimiento suena y por inercia todos giran a ver quien ha llegado, encontrandose con la sopresa de que aquella persona era nada más y nada menos que el mismisimo Don. Todos lo miran con sed de venganza, a excepción de Gilda y Ray. La de anteojos se levanta se su lugar al igual que Ray, pero este es detenido por Norman y el resto de las chicas.
—Tranquilo, te estaré apoyando.—Anima Gilda.
El moreno asiente y junto con la chica se acercan a la mesa en dónde estaban las demás.
—¿Qué está haciendo el aquí?—Es Norman quien se ha levantado de manera brusca, mirando con bastante resentimiento al recién llegado.
Gilda se ha puesto en medio para evitar una pelea en el lugar.
—Por favor, solo escuchenlo.— Ruega la de antojos.
Las demás no está convencidas, pero solo asienten sin apartar la vista del moreno.
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