XVI

Ok, ahora. ¿Cómo explicarle a tu novio que estas desheredado, te van a quitar tu apellido y que tambien estabas comprometido, agregando que lo amas tanto que lo elegiste a él por encima de todo?

Quizás lo último le parezca romántico a su querido Ray y se evite ser mandado a la bañera con tan solo una sábana en pleno frío. Y eso sí tiene suerte.

—En primer lugar no quiero que te alteres. Es algo para nada insignificante.—Minimizar su caso era demasiado para lo enorme del problema.

—Si me dices eso solo lograrás que me altere más.

—Bien. Mi padre me odia por no haberme casado con Barbara y me término desheredando por no aceptar dichoso compromiso y quedarme contigo.

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El silencio solo logro hacer que Norman se pusiera más nervioso. Listo, su cuerpo iba a sufrir por culpa de la bañera.

—¿Qué demonios acabas de decir?—Escuchar a Ray molesto por alguien ajeno era una cosa, pero otra muy diferente era para Norman que lo miraba buscándole un cinco al dos más dos.—Respondeme Minerva ¡¿Cuando mierda pensabas decírmelo?!

Ok. Lo  llamo por su segundo nombre otra vez y le había gritado. Esto no terminara bien.

—Deja te explique.

—¿Explicarme? ¡¿Explicarme que?! Me acabo de enterar de que por mi culpa mi novio acaba de quedar desheredado y posiblemente su padre lo odie. Oh, y agregando que tambien rompi un compromiso que iba a beneficiarle posiblemente en un futuro.—Se estaba hiperventilando, tomaba bocanadas de aire tratando de calmarse! recordando que tambien lleva una vida dentro suyo y no tenía que hacer demasiado esfuerzo como tener aquellas explosiones de emociones. Pero Norman no cooperaba muy bien que digamos. — ¡Me lleva un carajo le quite a alguien su prometido! —Su expresión ahora era de horror, iba a llorar en cualquier momento.

Muy mal momento para que los cambios emocionales del embarazo se hicieran presente.

—Ahí te equívocas.—Le interrumpio Norman.

—¿De que hablas? ¡Soy un quita maridos!— Se quedó unos segundos mirando la planta marchita que tenían en la entrada de la casa para darse cuenta de la tontería que había dicho.

Norman era suyo, no de la vieja loca con la que lo habían comprometido. ¿Qué pensaba James al comprometer a Norman? No están como hace dos siglos atrás.

Genial, ahora no solo tienea hormona alborotada sino que también los pensamientos.

—Ray.— Se acerco, tomándolo de los hombros y remover las lágrimas que ya estaban recurriendo por las mejillas de su novio. Quizás Ray no se había dado cuenta de su llanto, debido a que soltó un respingo al sentir a Norman limpiar su rostro.—Mi compromiso esta terminado, yo no me casare con alguien a quien ni si quiera amó. Además ella quiere a otro.

—Pero, tu padre. Norman ¿lo entiendes? Tu padre te desheredó, te hizo a un lado y posiblemente te odie por mi culpa. Es un imbécil pero es tu familia y solo por eso-

Fue interrumpido por los labios de Norman, los cuales lo besaban lentamente, intentando hacer que Ray guardara silencio y que olvidará ese tema. Norman sabía que tarde o temprano se debía enterar pero también deseaba que no se culpara, porque eso es lo que inconscientemente Ray estaba haciendo. Culparse.

Lo cargo sin cortar el beso, pasando sus manos por debajo del trasero del más bajo.  Los chasquidos de ambos besándose comenzaron a ser más constantes y rápidos debido a que aquel dulce beso que había sido de un principio paso a ser una necesidad por parte de ambos, para sentir que no estaban separados uno del otro, no físicamente, sino de aquel lazo que los única de varias formas que serían imposibles de explicar.  

Mientras Ray enredaba sus piernas al rededor del cintura de su novio y este lo dejaba sentado sobre la mesa en donde recién habían cenado y el colocarse en medio de sus piernas sin dejar de saborear la boca del otro, enredaron sus lenguas de manera deseosa y desesperada, casi de una forma exagerada en la que la vibrante sensación de placer se hacía más fuerte. Solamente lejándose para apreciar la expresión del otro y recuperar oxígeno.

—Te lo dije una vez ¿no? Dejaría todo solo por estar contigo.

Norman siguió tomamdo la iniciativa y volvió a besar a Ray mientras se deshacía de aquella sudadera gris que traía su novio, arrojándola a cualquier parte del comedor y proceder a desabotonar la camisa blanca que aún cubría la nívea piel de su amado, sin perder el tiempo para besar el cuello y el contrario soltara suspiros y pequeños gemidos.

—Lo se. Y tengo miedo de eso.

Los besos del albino siguieron en el cuello de su amado, lugar en el que no dudo ni dos segundos en remarcara las casi invisibles marcas de su último encuentro. Ray paseaba sus manos por los hombros de Norman, apretando de vez en cuando estos mismo y arrugando la camisa que el albino traía puesta; dejándose llevar por la rica sensación y amabilidad de su novio casa vez que tenían sus encuentros. 

—Nor-man Mmmh— El pequeño ronroneo le hizo hacer una pequeña sonrisita al mencionado.

Lo que le gustaba a Norman de cada encuentro era lo desesperados y tranquilos que podrian ser al mismo tiempo, Ray seguía siendo puro ante sus ojos incluso después de varias veces de tener sexo—Aunque eso nunca define a una persona— ambos eran atrevido sin llegar a ser tan posesivos pero al mismo tiempoatcavan territorio. Simplemente perfecto.

Escuchar los pequeños gemidos de zray solo insitaban a Norman a seguir, abandonado el cuello de Ray no sin antes dejar unos cuentos besos sin dejar marca y bajar aun más a sus tetillas, las cuales chupo, lamió y estiró, causando gemidos doloroso de la garganta de Ray, lo cual Norman no se arrepentía de escuchar.

Tuvo cuidado, no sabía porque pero tenia que tener cuidado. Después de entretenerse un rato y tomar de forma posesiva la sintiera de Ray y volver a besarle lo giro, haciendo que la parte superior de su cuerpo quedara acostado en la mesa, claro, removiendo algunas cosas de ahí y tirarlas al suelo, mientras que la parte inferior del azabache apenas y se podía mantener de pie, soltando jadeos y apenas mirando de reojo lo que el albino tenia planeado.

Norman de estaba recargado en la espalda de su amado azabache, repartiendo unos cuantos besos húmedos por su nuca y parte de su espalda desnuda, causándole un cosquilleo al azabache. Ray sintió la intromisión a su persona cuando Norman metió una de sus manos por los pantalones negros que traía, llegando a su entrada e introducir dos dedos de un solo golpe y comenzar a hacer movimientos de tijera, mientras que Ray solo se aferraba al mantel sin contener sus gemidos y haciendo que algunos platos se cayeran al piso. Ya luego comprarían una vajilla nueva.

—¡Aahh! ¡Sigue!

Debido a que sus encuentros eran casi constantes, la preparación hacía Ray era poca pero aún así era necesario.

—Por favor... Norman.

Su nombre era dicho entre gemidos ya que tan solo a eso atinaba, a gemir, sus palabras se borraban en cuanto intentaba decir algo o alguna frase, llegando a sonar incoherente o simplemente tan sólo escuchar aquellos sonidos lascivos desgarrar su garganta.

La intromisión de un tercer dedo llego, causando que al pobre chico de hebras negras le llegara una ola de calor mas intensa que la anterior. Y olvidando su vergüenza como lo ha sido en cada encuentro, se atrevió a pedir más.

—Ray, ¿Qué es-?

—No pregun-tes. So-lo Ahh, entra.

—Vaya forma de pedir las cosas.— Sonó
burlón, estaba dispuesto a jugar con el aun que sea un rato y tratar de ignorar la erección que ya le estaba lastimando en los pantalones.

Lo escucho gruñir y de paso maldecir, aun aferrándose al mantel y con las mejillas rojas y los aguados en placer.

—¡Ahh! Por-favor Nor-man Mgh entra ya. 

Su suplico sonó tan desesperado e inocente que no iba a hacer caso omiso a esa forma tan lasciva de pedirlo. Ray lo escuchó quitarse el cinturón y desabrocharse el pantalón, seguido de el aquel sonido de la cremallera siendo bajada. Sonriendo de manera traviesa y satisfecha, que el mismo se atrevió a bajarse por si solo los pantalones y dejar expuesta su entrada y solo dejando como única prenda la camisa que ya estaba mas abajo de sus hombros. La escena perfecta y caliente que pueda apreciarse, cargada inocencia y al mismo de travesuras. Oh dios, va a perder por completo la cordura.

—Ray ¿seras capas de aguantar?— Preguntó, rozando sus manos contra los glúteos su amado azabache.

—Compruebalo.— Reto.

Y otra vez volvió a encender aquel punto del albino. Este entro por completo en el interior del azabache, comenzado con las embestidas para nada lentas como lo habían hecho la ultima vez. Va admitir que si le dolió, pero le gustaba, le encantaba ese salvajismo que estaba apreciando de su adorado novio, llegando a pensar que tan solo por él si seria masoquista y se dejaría penetrar de esa forma sin piedad.

Las embestidas siguieron, haciendo que la mesa se moviera ante el acto morboso que se estaba cometiendo y que posiblemente los vecinos irían a reclamar ante el ruido de los gemidos y el choque que sus cuerpos estaban haciendo, pero eso no les importaba, sólo seguían con aquel acto.

Norman tomo el miembro de su amado, masturbando y listo para que de igual formar ayudar a su pareja a llegar al clímax. Al encontrar su punto G sonrió mas que satisfecho, dando severas estocadas a este punto que harían al azabache doler la garganta por los gritos que daba.

Estuvieron así un buen rato, hasta que el clímax llego para ambos, Norman corriéndose en el interior del azabache y este en la mano del albino.

Con ayuda de Norman se giro, aun teniendo al albino en su interior y este le ayudara a incorporándose, quedando su frente recargada en el pecho de su amado, jadeando y recuperando el aliento por la acción ocurrida en esa misma mesa donde se sirve el pan de cada día.

—No podre ver a esta mesa como antes.— confesó burlón.

Norman tan solo río ante ese comentario, pasando su mano por las mejillas rojas del azabache, removiendo aquel mechón de cabellos que cubria su ojo izquierdo para después besarlo.

—Vamos, te tienes que dar una ducha.— Beso la frente de Ray, saliendo de su interior mientras este soltaba un leve gemido al sentirse vacío.

Se acomodo de amanera rápida lo pantalones para después cargar al azabache y llevarlo al baño.

—Te acabas de dar cuenta que tu solo-

Ray no lo dejo terminar ya sabiendo para donde iba su comentario.

—Callate, una palabra sobre esto a las locas de nuestras amigas y te corto lo que te hace hombre y sabes que si cumplo lo que digo. Ademas, sigo molesto por qué no haberme dicho de tu compromiso. No me busques que me vas a encontrar—Amenazó.

Norman no se iba a arriesgar a nada porque más vale prevenir que lamentar, así que rendido se guardó su cometario y siguió con su travesía al baño.























Ya actualice así que bajen las armas xd

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