XII

Norman terminaba de abotonarse el chaleco gris para proceder a salir de la habitación y ver a Ray haciendo el almuerzo centrado en su tarea.

—¿Seguro que no quieres que vaya contigo?—Preguntó, entrando a la cocina y abrazar a Ray por la espalda y dejando unos besos en el hombro de este.

—Estaré bien, solo iré por los resultados y regresare a casa.— Se giro, tomando a Norman de las mejillas y sonreír ligeramente.—Pero si tanto quieres que no vaya solo le diré a Anna y Gillian que me acompañen.

—No se si sentirme más preocupado o mas tranquilo.— Dijo a modo de burla. Ray rodó los ojos y le planto un beso a su novio.

—Es hora de que vayas se te hará tarde.

—Bien.— Beso por última vez al azabache- te amo, llego en la tarde.

Ray asintió, dejando que Norman saliera de la habitación hasta que escuchó la puerta cerrarse. Suspiro. Eso de los suspiros ya le estaba pasando muy a menudo.

—Mmmh... Si, muchos "te amo".

—Parecen una pareja de recién casados.

Ray se giro asustado, viendo a ambas rubias recargadas en la barra comiendo se los aperitivos que se suponía eran suyos.

—¿¿Cómo carajos entraron?!—Es obvio que debería estar asustado, no escucho ni cundo habían entrado o algún sonido que las delatara.

—E un secreto.— Susurro Gillian.

—Norman nos dejo entrar en la mañana.— Explico Anna.

Gillian le dio un golpe en la cabeza a la rubia sin llegar a ser brusca, ya que había arruinado su plan de asustar a Ray solo para pasar el rato.

—¡Auch!— Se quejó Anna, sobandose en la zona del golpe.

—Te amó rubia, pero en serio, hay veces en las que me dan ganas de dejarte en una silla de ruedas por dos meses enteros.

—¿Ok? Supongo que ya están enteradas del tema ¿No?

—Si.— Ambas rubias respondieron.

—¿Porqué no nos avisas cuando estas mal?¿Sabes lo difícil que fue controlar a Gillian cuando no te vio llegar ayer para nuestra noche?— Anna era la mas preocupada, casi al par de Norman.

—No era nada del otro mundo.— Comento Ray de lo mas calmado.

—¡Por eso mismo debes avisar!— Se quejo Gillian.—Que tal si Ray es un omega y esta embarazado y Norman es su alfa destinado.— Dijo con burla, cubriéndose la boca con ambas manos.

—¡¿Que tonterías dices?! Deja de leer eso o tú única neurona dejara de funcionar.

—Eso sería muy lindo.— Anna se dejó llevar por su imaginación al imaginar un bebé con los rasgos de Ray y Norman.

—Ustedes me perturban.

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Mientras tanto Norman quien recién llegaba a la casa de su padre se encontró con su madre de igual forma recién llegando, después de todo ella igual tenia que ir a trabajar siendo líder y dueña de una de las empresas de ropa más reconocida, en la que ella se especializaba en la ropa Sin género.

—No debiste de haber faltado a la cena. —Decia Elizabeth recibiendo a su hijo de un abrazo.

—Dije que no aceptaría.

—Aun así debiste venir.— Beso una de las mejillas de Norman, procediendo a entrar a la casa junto con él.— Tu padre quiere hablar contigo.

—Si era así ¿Porqué estas aquí?

—Por que alguien tiene que evitar que se maten.

Subieron al segundo piso, encontrándose a Vicent, el secretario y ayudante del Magnate, quien al ver a estos dos les abrió la puerta dejando ver a James que estaba muy concentrado mirando unos papeles en su escritorio.

—Por fin haces caso a mis llamadas, si no venías hoy te iba a obligar a venir.—Se escuchaba enojado, pero no del enojado normal, no, este era mucho peor.

Norman se quedo parado. Había otra cosa extraña, su madre no se había ido a uno de los sillones como es común, esta vez ella se había quedado a su lado, teniendo el seño ligeramente fruncido y mostrando una gran determinación. Oh, no.

James le lanzo una folder color crema a Norman. Ya sabia para donde iba la situación y no va a negar tener miedo por eso. Recibió la carpeta, al abrirla se encontró con fotografías de Barbara, la heredera de los Will, no puedo evitar sentir una gran alivio pero era demasiado pronto para estar tranquilo.

—¿Esto qué?

—La Will esta saliendo con alguien, rompiendo los términos y faltandole el respeto a su familia y a la nuestra ¿Y tu haces como si nada?—Se escuchaba irritado y sobre todo muy indignado.

Norman suspiro, así que se trataba de eso.

—Estaba enterado de esto, ella misma me lo dijo.

La cara de James en ese momento podría ser llevada a subasta y pagarían muy bien por ella. La ofensa en su rostros era bastante clara, casi indignante al ver qué su hijo le valía menos cero lo que Bárbara hiciera.

—Yo no tengo motivos para enojarme, es más, si ella sale con alguien por mi mucho mejor, jamas acepte el compromiso y ella tampoco. Seguiré al pie con eso.—Le devolvió el folder a su padre restándole importancia al asunto.

—Norman.— Se puso de pie, esta vez no dejaría a su hijo hacer lo que le plazca.— Tienes dos opciones muy certeras, la primera, aceptar tu compromiso con Barbara, o la segunda, te olvidas de ser mi hijo y serás desheredado.

Elizabeth iba a protestar, no le gustaba para nada la situación, es mas considera que el compromiso ya no importa, le podían pagar a la familia por el dinero invertido. Fue interrumpida por Norman.

—Lo que estas diciendo es ridículo, si prefieres un maldito acuerdo de hace años que a mí que soy tu hijo entonces está bien. Prefiero ser un desconocido para ti que digan que alguna vez me deje llevar por caprichos tuyos. Si solo me das esas dos opciones eligió la segunda. Con permiso.

Norman salio de la habitación, dejando a su padre con la palabra en la boca. Esta consternado, quería mucho a su hijo pero creyó que aceptaría su compromiso, pero el es un hombre de palabra y cumpliría lo que dijo. Elizabeth lo miro enojada, demasiado, casi llegando al odio por decirle tantas cosas a su único hijo. Negó, saliendo de la habitación y alcanzar a Norman, ella igual tenia que hablar con su hijo.

El albino ya estaba saliendo, pero se detuvo al escuchar a su madre llamarle. No podía estar enojado con ella.

—Norman.

—Mamá, estaré bien, papá es así y si cumple con lo que dijo-

—No me interesa lo que haya dicho tu padre, y si el no te quiere como su hijo pues yo si, por que yo te tuve en mi vientre nueve meses y fuiste una de las mejores cosas que hice en mi vida.— Tomo las mejillas de Norman entre sus manos, derramando lágrimas y pensando en el momento que su esposo cambio tanto, olvidando del verdadero hombre del que se enamoró, tambien pensando en el momento justo que le dijeron que ella nunca tendría hijos, y miren ahora, tiene a un niño de hermosos al cual ama tanto y acepta tal y como es.

—Mamá, yo-

—No lo digas, se lo de Ray.

Eso lo desconcertó, derramando de igual forma lágrimas y agradecido de que su madre lo entendiera. Por eso la amaba tanto.

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Ray, Gillian y Anna salían del hospital aun en su viaje astral, perdidos en la única palabra que rondaba en su cabeza entre las cientas de palabras que mencionó Zack.  Ray casi se desmaya cuando le dijeron lo que le pasaba, de no ser por ambas rubias le ayudaron a mantener la calma.

Ahora lo complicado seria, ¿Cómo explicárselo a Norman? No espera, ¿Cómo se lo contaría a su mamá?

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