XI
Ok, era raro.
Habían pasado dos semanas y medía desde que inicio una relación oficial con Norman.
La nueva pareja andaba la mayor parte del tiempo juntos, Norman siempre se mostraba cariñoso ante el azabache sin llegar a asfixiarlo tanto, era detallista y todo un romántico, llegando de vez en cuando al punto de avergonzar a Ray pero no en el mal sentido.
Casi toda la preparatoria— Para no decir que toda— sabían de su relación al cometer un descuido y ser atrapados besándose en uno de los jardines. Obviamente algunos se lo tomaron a mal, otro bien y otros simplemente no le dieron importancia. Mientras que con las chicas de igual forma paseaban con sus corazones rotos ya que tanto Norman como Ray estaban en el top 10 de los chicos más guapos de todo el plantel, teniendo a estos dos compartiendo el primer lugar, por otro lado sus verdaderas "fans" aceptaban la relación.
Tambien estaba el problemas con la madre del azabache y los padres de Norman, lo cuales aun no estaban enterados de su relación y de su orientación sexual, agradeciendo en que los rumores de la escuela aun no llegaran con sus progenitores.
A Ray se le hacia muy lindo cada vez que Norman le decía que dejaría todo solo por él cada vez que tocaban ese tema, causándole un sonrojo y una enorme felicidad que oculta muy bien. Pero por otro lado le seguía preocupando.
Mientras que por el lado Norman, este había estado faltando a cada una de sus citas arregladas con la hija de los Will con el pretexto de que la escuela lo tenia muy ocupado por sus exámenes para ingresar a la universidad, recibiendo una infinidad de llamadas de su padre del motivo por el cual evadía su compromiso, pero lo bueno de todo es que la heredera Will y tras tener una charla con ella y ser sincero, ella decia no querer tener nada que ver con él y tampoco asistía a las citas. Aun no se lo había dicho a Ray porque aun no es momento para cantar victoria, existen motivos y situaciones que necesita solucionar antes que todo.
Aun seguían viviendo juntos en su departamento, teniendo cada fin de semana su típica noche de películas o series en Netflix, disfrutando de la compañía mutua con unos cuantos bocadillos y bebidas.
Pero a veces la vida llega con cada sorpresa que puede hacer que todo la calma de un mundo se vaya de cabeza.
Dejo caer el recipiente donde se suponía que estaban las palomitas, haciendo que se estrellara contra el piso y él cayese de rodillas, sintiendo como todo a su alrededor giraba como en un carrusel. Norman se posición detrás de él tomándolo de los hombros, mientras el azabache se acurrucaba más en el albino.
—No estas bien.— Su preocupación era obvio.
Esa era la cuarta vez en el día que le pasaba.
—Estoy bien.— Susurro, recargando su cabeza en el hombro del albino—Es el estrés.
—Dudo que sea solo estrés.—Suspiro.— Ven, tienes que descansar.
Ray asintió, dejándose cargar por Norman quien lo llevo a su habitación donde compartían cuarto, recostándolo y dejando que este se relajara.
—Duerme. Se que odias los doctores pero sino mejoras para mañana iremos, aun que te lleve a rastras.
—A veces te odio.— Susurro, cerrando sus ojos y dejando que el sueño le ganara.
—Yo igual te amó.— Beso la frente de su pareja, tapándolo con una cobija y salir de la habitación. Le haría compañía más al rato, primero tenia que limpiar el desastre de la cocina.
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Estaba soñando tan bonito, pensando en una vida feliz terminando la universidad y posiblemente incendiando una tal y como lo había soñado algunas veces.
Sintió algo extraño en su estomago seguido de una horrible sabor de boca. Abrió los ojos de golpe, levantándose de la cama como alma que lleva el diablo y entrar al baño, recargando su cabeza en el inodoro devolviendo hasta sus pecados. Odiaba vomitar, sobre todo porque a veces se me salía por la nariz y eso lo hacía aún más asqueroso.
Norman quien entro a la habitación por el ruido fue directo al baño, viendo a Ray recargado ahora en la pared soltando ligeros jadeos y limpiándose la comisura de sus labios con la manga de su pijama.
—Iremos al medico.— Ordeno, ayudando a su novio a levantarse y llevarlo directo a la cama.
Norma abrió la puerta del armario, sacando una muda de ropa para el azabache que solo lo veía con un ligero dolor de cabeza. Aun quería vomitar.
—Ire a preparar algo de té. Te lavas los dientes, te cambias y te esperó afuera.
Rat asintió, haciendo exactamente lo que su novio le había dicho. Se dio una ducha rápida y salio del cuarto vestido y arreglado, llegando así a la cocina en donde Norman terminaba de picar fruta y las metía aun pequeño recipiente para después poner el té en un vaso, sellándolo con una tapa y ponerle un popote. Al notar si presencia el albino procedió a quitarse el mandil azul y darse vuelta entregándole cada cosa a Ray.
—
Te lo comerás y beberás durante el camino.
—Creo que te estas preocupando demasiado-
—Ray— Le interrumpio.—, tu salud la que este en juego, y como se trata de ti es obvio que me preocupe.— Rodeó la barra, tomando de la cintura al azabache, dándole unos cuantos besos en las mejillas.— Vamos ya esta hecha la cita.
El azabache asintió, siguiendo al albino y llegar al estacionamiento y subirse al auto. Tardaron unos 30 minutos en llegar por el tráfico y en ese tiempo Ray ya se había acabado la fruta, ahora se encontraba caminando por los pasillos de un hospital con Norman de la mano mientras lo guiaba y bebía tranquilo de su té hasta detenerse en el consultorio. Norman toco un par de veces hasta escuchando un "adelante", abrió la puerta y Ray casi se ahoga con su té ¿Porque esa maña de sorprenderlo cada vez que bebé algo?
—Llegan justo a tiempo, haremos esto rápido ya que tengo que ir a desayunar.— Dijo Zack sonriendo.
Zack es un amigo de la pareja que ya hacia mucho que no lo veían después de que este se fuera al extranjero a estudiar la universidad.
—¿Zack?.— Después de no morir ahogado hablo Ray, terminando de sentir las palmaditas en su espalda que habían sido provocadas por Norman.
—Hola, Ray. Norman bienvenidos.
—Eso deberíamos de decirlo nosotros.—Dijo Norman.
—Se "suponía".— Zack hizo comilla con los dedos.
—¿Cuando llegaste?.— Preguntó el azabache.
—Hace unas semanas, conseguí trabajo en este hospital. Lamento no haber hablado con ustedes.
—No hay problema, me alegra que hayas regresado.
—Gracias. Hace poco encontré a Emma con otras chicas más, y me sorprende que mi apuesta de hace años se cumpliera.,— Sonrió mostrando complicidad. Ray se sonrojo, al parecer Zack ya estaba bien informado gracias a la antena. Ya luego la mataría.
—Ahora Ray, según Norman tu eres el enfermó. ¿Qué es lo que tienes?— Hizo señas invitando a ambos tomar asiento, a lo cual hicieron caso.
—
Me he estado mareando mucho desde ayer y hoy en la mañana me la pasé vomitando.
Ray comenzó a relatar los síntomas que tenía junto a Norman de testigo, hasta que Zack optó por mejor hacer unos estudios de todo, llegando a la única conclusión lógica y científica de que solo era un malestar comun por el exceso de trabajó y la poca alimentación.
—Los resultados estarán listos para mañana, pueden venir temprano o por la tarde por ellos.
—Gracias.—Agradeció Norman.
La pareja se despidió de su amigo, prometiendo que durante los próximos días se encontrarían e irían a recuperar tiempo perdido.
Por una extraña razón Ray se sentía nervioso y Norma lo noto, revolviendo ligeramente los cabellos y sonriendo le apacible, consiguiendo que Ray se calmara. Antes de que Norman entrara al auto su celular sonó, dejando ver un mensaje de su padre.
—Mañana al medio día, si o si.
Norman maldijo mentalmente.
—¿Ocurre algo?— Preguntó Ray, viendo como el albino entraba al auto y sonreía sereno.
—No es nada importante.
Sin más preguntas o retrasos siguieron con su camino de regreso a su departamento. Sabia que mañana no sería un lindo día.
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