Extra
Quiero dar disculpas públicas por no haber publicado esto en su tiempo jajajaja 😭
Claro que sus instintos lo estaban dominando, es decir, no habían tenido esa clase de encuentros desde hacía literalmente años. Los más cercano que estuvieron apunto de unir sus cuerpos fue hace un año en la fiesta de cumpleaños de Emma —algo tienen esas fiestas que siempre les hace casi caer en la tentación— pero no habían llegado a nada por el hecho de que Ray no estaba seguro de hacerlo ¿Por qué? Bueno, sencillo, el había estado acudiendo al psicólogo después de haber pedido a su bebé, después de un tiempo dejo de asistir pero aún así no se sentía listo. Ahora, cuando lo vio enfrente suyo quitándose el vestido y verlo con la lencería, las medias y una de sus camisas —que por cierto le quedaban grandes—, se dejó llevar por sus instintos y sed de poseer aquel cuerpo de su amado ahora esposo.
Norman ya hacía encima de Ray devorando aquellos labios delgados de un tono rosado, que con cada beso se iban tornando rojos y ligeramente hinchados.
—¿De verdad lo vamos a hacer aquí?—Pese a tener la cara toda roja y jadeando, tuvo voluntad para preguntar aquello, ya que Norman no le había dado la oportunidad para pedir que fueran a la habitación y solo se le haya encimado y tirado al suelo.
—No, adelantate. Yo iré a buscar algo.—Se levanto, no sin antes dejar un beso en los belfos de su ahora esposo.
Ray estaba mudo, así que como buen niño se levantó del piso y subió a la habitación, estaba nervioso y no sabía si ese "buscar algo" tenía que ver con aquella maleta que no le dejo ver.
Cuando llegó se sentó al borde de la cama, pensando hasta que se le ocurrió una idea rara —o más bien vergonzosa—. Últimamente eso de andar de atrevido le estaba pegando mucho. Con toda la vergüenza del mundo busco una posición erótica para recibir a su marido, pero simplemente ninguna le agradaba, es más, hasta se sentía ridículo haciendo eso. Cansado se dejó caer boca abajo, soltando un bufido y repetirse una y otra vez que se veía muy tonto haciendo eso, levantó sus caderas, dispuesto a levantarse y pensar en otra cosa hasta que Norman regresara, pero fue detenido cuando sintió la cama sumirse y darse cuenta que de sus caderas estaba siendo detenido por Norman.
—La mejor posición que pudiste escoger.
—¿Me estabas viendo?—Claro que estaba avergonzado, demasiado, su cara ya estaba ardiendo otra vez.
—Desde hace un buen rato.
—Idiota.
—Ultimamente andas muy grosero, Grace.
—¿Algún problema con eso?— Lo iba a provocar, le estaba gustando de alguna manera para donde iba ese juego de roles.
—Demasiados, joven Grace.—Lo último lo susurro cerca del oído de su amado, pasando su lengua por la nuca de este mientras suspira caluroso.
Las caricias comienzan delineando con sus dedos la esbelta figura de Ray, pasando sus manos por sus hombros, cintura hasta sus piernas. Todo era perfecto, seguía igual de hermoso como el día que lo conoció, con una piel tan tersa y tentando a ser marcada. Siempre hacia eso, admirar cada parte de aquella persona que ama y es suya, no importa cuánto tiempo pasa, siempre lo va a amar sin importar que. Pero hay algo distinto. Detiene toda acción unos segundos, antes de que Ray cheque de reojo porque Norman se había detenido, siente como este le implanta una nalgada, sacándole un jadeo más que nada por la sorpresa.
Oh, con que así van a jugar.
—Norman— Su voz mostrando inocencia hace que al aludido le den luz verde para seguir, y claro que no se iba a detener.
—Mi amado Ray. Haremos algo distinto.— Su voz es tranquila, calmada y sumamente serena, sonriendo como si acto de lo que estaban por hacer fuera de lo más puro, pero claro que lo era, solo eran dos individuos mostrandose afecto.
Ray traga saliva, todo su cuerpo está desprendiendo calor por aquel momento tan caliente que solo Norman sabía darle.
El albino extendió su mano, subiendo y abriendo la maleta para proceder a dejarla a su lado, dónde podrá tomar las cosas que quiere con más facilidad. Ray está estático en su lugar, para que negar que sigue teniendo vergüenza aún después de casi dejarse llevar, por otro lado las manos de Norman por nueva cuenta en sus caderas lo hacen temblar, mucho más cuando siente que la camisa que estaba cubriendo una parte de sus muslos está siendo retirada de su cuerpo seguido de la ropa interior, dejando expuesta su entrada y escuche la risa burlona del albino, provocando que hundiea su cara en la almohada.
—Me facilitas más las cosas.
—Calla.
Se vuelve a encimar en el azabache, besando por encima de la camisa su espalda y haciendo que este se relajé, sabía que no lo habían hecho desde hace un tiempo así que tenía que ser cuidadoso como la primera vez. Lo primero que hace es tomar el líquido que venía en dichoso frasco, esparcirlo en la entrada de su amado que al sentir el frío de este se exalata un poco, pero no protesta, deja que el albino siga con los suyo, llevando acabo los primeros pasos que hizo hace un tiempo. Lubricar. Sería más fácil, ya que con el líquido le ayuda mucho más, ingresa el primer dedo haciendo círculos, provocando que Ray ahogue algunos quejidos y gemidos con la almohada, apretando está misma mientras algunas lágrimas deja salir de sus ojos.
—Calma, solo relájate.—Besa sus hombros, haciendo que estos dejen de tensarse accediendo al tacto.
—Como si a ti no te estuvieran metiendo un dedo en el culo.— Protesta.
—Que grosero.— suelta una risa sin dejar de hacer su trabajo.
Claro que dolía, la sensación de dolor era igual o quizás peor de como lo recordaba, sus gritos simplemente los ahogaba y solo esperaba acostumbrase pronto a la primer irrupción a su persona —Por dios solo eran los dedos—. El segundo dedo ingresa sin aviso, y aún que le sigue doliendo trata de relajarse y dejar de tener rígidos los músculos. Su esposo comienza creando está vez movimientos en tijera, estos dos durante unos cuantos minutos hasta que con eso bastará para estar suficientemente lubricado. Chasquea la lengua pues con todo y dolor se estaba comenzando a sentir bien. Quizás acaba de descubrir que tienen tendencias masoquistas.
—No coma ansias.-Toma de las caderas al azabache, haciendo que está vez quede se frente y Norman pueda apreciar el bello rostro de su esposo.
Se había estado conteniendo demasiado.
El albino acerco la maleta, está vez sacando unas esposas con terciopelo Rojo. Su sonrisa, su jodida sonrisa era una clara advertencia de que por la mañana no se iba a poder levantar. No había necesidad de preguntara qué era lo que iba a hacer Norman, solo dejo que este le colocará las esposas y pusiera sus manos sobre su cabeza.
—¿Si eres bueno te recompensare de lo contrario te castigare?
—¿Hay una gran diferencia por las consecuencias?
—Un poco.
Dejo un casto beso en los labios de su pareja, dejando un camino de besos por su cuello y de paso marcas, pasar por su clavícula y seguir descendiendo hasta llegar a los pezones de su pareja, se llevó uno a la boca. Ray arqueo ligeramente la espalda, dejando que un sonoro gemido se le escapara de los labios.
Tardó solo unos cuantos minutos jugando con sus botones, escuchando la melodiosa voz de su amado gimiendo por más. Volvió a sacar algo más de la maleta, siendo un consolador, al que acercó a la entrada de su pareja. Entre beso y beso introdujo el artefacto en la cavidad del azabache, que soltó un jadeo ante la irrupción en su persona.
Sus hombros estaban rojos al igual que su rostro, la exitacion del momento era tal que podría sentir estar apunto de tener el mejor orgasmo de su jodida vida. Junta la piernas, porque lo que el quiere no es esa cosa que ahora lo está derritiendo, el quiere la presencia del miembro de su esposo, que sabe que es mil veces mejor que lo que tiene ahora. Norman se detienen, observando a Ray que tiene la piernas cerradas y sus pezones erectos, sonrojado y con los ojos aguados precisamente por el placer.
—Te quiero a ti.—Con uno de sus pies hace presión sobre los pantalones de su pareja, sabe perfectamente que el igual quiere entrar en él, pero solo se está conteniendo.
—Lo haré solo si lo pides de la manera correcta.—No lo deja responder, pues otra vez dirige su mano al interior de la maleta, sacando una diadema con orejas de gato y un collar con correa.
Sabe que de esa cama no escapara hasta cumplir todos los fetiches de Norman. Los cuales con gusto va a cumplir y va a disfrutar.
Aquellos artefactos son puestos en su respectivo lugar y proceder a quitarle las esposas. Norman jala de la correa, haciendo que ambos queden cara a cara, Ray sonríe, mordiendo su labio inferior y disfrutar.
—Anda, dilo.
Se intenta mantener sobre sus rodillas, sacando aquel vibrador que ya no necesita más, pues tendrá algo mejor que disfrutar. Rodea más caderas del albino con sus piernas, quedando justamente encima del miembro de su pareja, haciendo ligeras movimientos de arriba y abajo, rodenando con sus brazos el cuello de Norman.
—Te quiero a ti.
Tal vez si estuviese cuerdo y no tan cegado por sus ganas de hacer el amor con su pareja, se hubiera arrepentido de haber provocado a Norman de esa manera. Poco le importo la brusquedad con la que cayó a la cama, pues estaba ansioso, en un abrir y cerrar de ojos ya tenía a Norman dándole embestidas mientras lo sostenian de las caderas para sentirlas más profundas. Su cuerpo estaba ardiendo, y aún que el clima por la noche era frío sentía el calor peor que en verano, el sudor pasaba por su frente y sentía que en cualquier momento la voz se le iba a ir por tanto gemir y gritar el nombre de su esposo, las marcas de sus uñas pasando por la pálida espalda de su marido eran prueba de la deliciosa noche que estaba pasando y de la que probablemente nunca olvidaría.
—Ray—com voz entre cortada aparta los cabellos de su pareja de su rostro—Te amo.
—Yo también te amo.—Contesta entre jadeos, tratando de que su respiración sea normal, pero aquello no le evito sonreír, tomando las mejillas del albino y besarle.
Y pensar que la pequeña de Eira fue producto de aquella noche.
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—¿No saldremos hoy?—Pregunga Norman, llevándole a Ray el desayunó a la cama.
El azabache aparta la almohada de su cara, mirando mal al albino.
—¿Te estás burlando de mí?
—Te amo.
—Yo igual pero será la última vez que cumplo tus fetiches.
—Que cruel~
—Y la última vez que le hago caso a Emma.—Apenas y se dió una vuelta le dolió la espalda, provocando que se tumbara otra vez a la cama.
—Mejor quítate esas orejas y el collar—Se hacerlo al azabache, quedando justo a un lado de su oreja—O me harás comerte otra vez.
Su cara enrojeció, escuchando como Norman salía de la habitación riéndose.
Así lo amaba y no se quejaba.
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Extra 2
La antenita de Emma se mueve de un lado a otro, haciendo que la aludida se levanté de golpe bajo la mirada de todos los presentes.
—¿Emma, que ocurre?—Cuestiona Zack.
El resto de las chicas igual se levantan de golpe. Todos los hombres no entendían nada.
—¿Igual lo sintieron?—Cuestiona la pelirroja al resto.
—Afirmativo.— Confirmaron todas las femeninas.
—¡Le dije a ese baboso que no fuera agresivo!—Menciono Emma horrorizada.
—Ire a comprar la prueba de embarazo.-Menciona Anna.
—Yo iré por la silla de ruedas en caso de que quede inválido de por vida—Dijo Gillian.
—Vamos chicas.
Todas se dispersan ya sabiendo de ante mano lo que deben hacer. —Incluso Isabella y Dina—
—Mujeres—Menciona Yuugo de lo más normal bebiendo de su copa con vino.
No se que hice...
Solo se que me dio harta vergüenza hacerlo
Bueno yo me retiro se les ama muak
Bonus
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