Capítulo 6

Ansiosas por llegar al recinto, el taxista justo se fue por una calle, la que estaba con mucha congestión.

Histérica, vi la hora en mi celular y más me desesperé, ya que solo tenía en mente que perderíamos nuestros asientos, pero todos me decían que eso era imposible, ya que cada asiento estaba enumerado, de modo que otro no podía llegar y tomarlo.

Llegamos al recinto y nerviosas, vimos que no había fila para ingresar y llegamos rápidamente.

Mostramos las entradas y nos hicieron entrar. Aquello fue tan gratificante, ya que era la primera vez que entrabamos sin tener que esperar una larga fila de horas y horas.

Todo estaba bien organizado los encargados nos pidieron nuestras entradas por la ubicación y nos llevaron rápidamente a nuestros respectivos asientos. Eso fue maravilloso.

Sentadas con mi madre, miramos al escenario y sonreímos, ya que este estaba muy cerca de las dos, y yo sonreí con anhelos y grata felicidad.

_ Después de tanto tiempo, al fin estamos aquí mamá

_ Si, es como un sueño hecho realidad y mira que vista vamos a tener

_ Vamos a estar muy cerca de él, mamá. Que emoción

De pronto la vimos a ella, a Claudia, quien estaba, como siempre en la primera fila y frente al micrófono de Joey y yo fruncí el ceño.

_ Esa mujer siempre está frente a Joey, mamá

_ ¿No sé cómo lo hace?

_ Recuerda que mi amiga intento comprar asientos en la primera fila, pero se le hizo imposible. Casi toda esa fila estaba bloqueada por los parientes de este recinto. No es justo y más cuando veo a esa mujer que si pudo comprar ese asiento, frente a Joey

_ Bueno, al menos si pudimos conseguir esta localidad, que, si lo piensas, los veremos más de cerca, en especial a Joey, ya que, desde ahí, donde está esa mujer se ve en altura.

_ Si, es cierto, además recordemos que Joey la ignora cada vez que hace un recital aquí. Debe molestarle que sea ella siempre que esté frente suyo

_ Debe salirle más que repetida

_ ¡Jajaja!

Miré con ansias el escenario, su micrófono blanco y el corazón se me aceleró de felicidad.

Había esperado tanto para volver a estar ahí, frente a él y ahora por fin lo estaba. No podía ser más feliz.

Lo recordé todo, todo lo que había vivido junto a él el día de ayer y hoy y sonreí con emoción.

<< Joey, eres increíble... >>

De pronto, se apagaron las luces y todos expectantes, las ansias nos dominaron. La multitud se descontroló y todos aplaudiendo, ellos aparecieron en el escenario.

Nosotras con mi madre ilusionadas de verlo a él, de pronto, Joey se acercó al micrófono y quedamos atónitas. Estaba guapísimo.

_ Mijito rico – exclamó mi madre y yo me reí de emoción.

Lucía un blazer gris, abierto, con una camisa oscura, jeans y una bufanda, pero lo que le miré con suma atención, fueron sus zapatillas skechers.

<< ¡Se las puso! >>

Joey sin dejar de sonreír, cantó con alegría, entusiasmo. Interactuó con suma carisma con el público, lo que me hacía derretirme aún más por él y sin dejar de mirarlo, veía a menudo como sonreía. Él estaba muy feliz.

Tocaron todos sus grandes éxitos, además de su últimos disco y ya cuando creíamos que no podían haber más sorpresas, tocaron la canción "Wasted this time" del que se me erizó la piel.

Con "Open you heart" me sacaron lágrimas, ya que esa canción guarda un recuerdo muy especial y simbólico para mí. Mi padre. Joey la cantó sosteniendo su guitarra y yo lo miré con mis ojos cubiertos de lágrimas todo ese momento.

"Sign of times" Otra balada que me emociona y eriza la piel. Esa melodía era tan tierna y sublime y Joey cantándola con toda inspiración, yo lo miraba cantarla, con mi amor elevado a los cielos, y se me vino a la mente aquella tierna historia que escribí de él, donde yo tenía una chocolatería y él entraba a comprarme unos chocolates, y yo esperaba un hijo suyo. Una fantasía que anhelaba que se hiciera realidad.

Estaba abducida por su voz y sublimes melodías del piano, bajo, guitarra y batería. Había olvidado todo por todos esos gratos minutos y sin dejar de sonreír con emoción, la alegría y euforia que recorría por mi cuerpo no se comparaba a nada.

Riéndonos con mi madre, vimos de pronto que Claudia, alias Rapunzel, le extendió un botón de rosa a Joey y él bailando con el micrófono, la miró y la ignoró. El rostro de Claudia se desplomó al instante y yo rompí en risas.

_ ¡Qué ridícula eres! – no pude evitar callarme aquello y las dos junto con mi mamá nos reímos.

Joey siguió cantando y Claudia triste, de pronto uno de los guardias se le acerco, por órdenes de él y ella con su sonrisa radiante, de oreja a oreja, le pasó el botón de rosa para Joey. Él se lo recibió y lo dejó sin más en uno de los instrumentos.

Aquello me disgustó, y celosa, entendí muy en el fondo que era lo correcto, puesto que ambas, Claudia y yo éramos fans suyas por igual.

Todos estábamos coreando otro de sus grandes temas y nosotras catando, de pronto él me vio y me señaló con su dedo frente a todo el público. Aquello me hizo derretirme y estremecerme por completo. Mi corazón vibró fuera de control.

<< ¡Me vio! >>

<< ¡Mi Joey acaba de verme entre todo el público! >>

Perdida en él, mi corazón no dejaba de latirme con anhelos y fervor. Aquel sujeto cincuentón estaba muy metido dentro de mí. Era muy especial para mí. Siempre lo había sido.

El recital estaba finalizando y nosotras rehusadas a que terminara, Ian, el baterista, lanzó las baquetas al público y estas cayeron junto a nosotras, pero todos se lanzaron a recogerla. Fue casi un momento incomodo, y la pareja que estaba justo detrás de nosotras la tomaron, después de forcejear y pelear por ellas.

Se las pedí para tocarla y ellos amables me sonrieron y me la prestaron. Yo agradecida, la toqué y me sorprendí, puesto que nunca había tenido una baqueta en mis manos. Le pedí a mi mamá que me fotografiara con ella y luego yo la fotografié a ella.

Norum, el guitarrista también se le ocurrió lanzar algo al público y no tiró nada menos que la toalla con la que se había limpiado la cara y esta cayó delante de nosotras; allí dos tipos casi se rompieron la cara a golpes por tenerla. Eso fue aún más bochornoso.

Miré a al escenario y vi que ellos ya se habían ido, entonces sentí un poco que la nostalgia me invadió.

Nos acercamos al escenario con mis demás compañeras y ahí los encargados, los que estaban desmontando el escenario comenzaron a lanzar los set list y unas cuantas uñetas; Se las pedimos por favor, pero estos nos ignoraron. Volvimos a pedírselas, casi con piedad y uno de ellos nos miró y le indicó a uno que estaba más cerca que nos diera una uñeta. El tipo accedió y a mi compañera le entregó la uñeta que justamente decía Joey Tempest y a mí no me quiso dar ninguna.

Sentí impotencia y tristeza y mi compañera feliz solo me la pasó unos momentos para que yo la viera y luego se la guardó...

Caminamos todas fuera del recinto, fuimos a la salida y ahí nos encontramos un par de pubs abiertos con solo música de ellos. Eso fue fascinante.

Nos tomamos un par de fotos con el grupo y luego mi madre y yo tomamos un taxi para volver al hostal donde nos estamos hospedando.

A la mañana siguiente...

Abrí los ojos y mi primer pensamiento fue él y me levanté rápidamente. Eran las cinco de la mañana y no podía retrasarme, ya que un conocido me había contado anoche que ellos ese día se irían muy temprano, para continuar su gira en Brasil.

Urgida, teníamos que llegar lo antes posible al hotel para despedirlos y verlos antes que se fueran.

Tomamos el metro, corrimos por las solitarias calles por esas horas y con el corazón agitado, de pronto se me vino su rostro a la mente y aceleré los pasos.

Llegamos hasta el hotel y ahí vimos a una pareja con su hijo pequeño. Yo me les acerqué, los saludé y ellos me dijeron que Joey y los demás se habían ido hacia unos veinte minutos.

El corazón se me apretó, los ojos se me llenaron de lágrimas y el mundo se me vino encima.

_ ¿Se fueron?

_ Si. Veníamos justo llegando y los pillamos saliendo de aquí del hotel. Nos tomamos estas fotos con ellos – me dijo la mujer y me mostró las fotos que se habían tomado con ellos y con Joey.

Las miré y me convencí de que si se habían ido y me dieron muchas ganas de llorar.

Mi madre me miró y yo a punto de llorar, vimos salir a Micaela del hotel. Nos acercamos y ella no sonrió. Nos despedimos con un fuerte abrazo y luego ella se fue en una van, que la llevaría hasta el aeropuerto.

No podía hablar; tenía la garganta apretada y con los ojos hundidos de lágrimas, comencé a caminar. Mi madre me siguió.

<< Se fueron >>

<< Mi Joey se fue y nosotras no alcanzamos a llegar para despedirnos>>

<< Tal vez nos estaba esperando y nosotras no pudimos llegar... >>

No pude más y me senté en los peldaños de una escalera, junto a una empresa y rompí en llantos.

Mi madre tan triste como yo, yo no podía dejar de llorar. Tenía mucha tristeza. Mi Joey se había ido. Se había ido...

Mi mamá me abrazó y yo llorando, ella también se entristeció. No era justo...

Un poco más repuesta, ella me acarició el cabello y aún con ganas de llorar, me contuve y fuimos a darnos una vuelta por el Costanera Center, para apaciguar un poco la tristeza. Aquel lugar que había visitado mi Joey.

Aquel lugar por ser aún muy temprano, estaba cerrado. Nos dimos y dimos vueltas por todo el centro comercial y luego decidimos ir a tomarnos un rico desayuno.

Buscamos una cafetería y justo, afuera del centro comercial había una y entramos a ella.

Fuimos a esperar el bus, el que casi no se demoró nada en pasar y lo tomamos, y con pesar volvimos a nuestra realidad...


CONTINUARÁ...

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