La pareja se encontraba en el patio de su casa, observando un hermoso cielo nocturno, el ambiente era tranquilo, pidiendo escucharse tan solo el sonido de algunos grillos y luciérnagas que  decoraban por sí solas el lugar, era sencillamente bonito.

—¡Fred! Una estrella fugaz, ¡Pide un deseo!— Exclamó emocionado el menor, su contrario lo miró por unos segundos y sonrió ampliamente. El castaño ladeó su cabeza, confundido por la expresión del mayor —¿Que pediste?

—Que estés a mi lado para siempre— Respondió soltando una pequeña y tierna risa

El de ojos azules sonrió con ternura, abalanzándose sobre el azabache para besarlo dulcemente —Te amo

—También te amo, Freddy— Respondió mientras miraba aún con su sonrisa al pequeño castaño

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