Te amo

- ¿Qué acabas de hacer?

Oí el eco de la voz de mi tío en mi cabeza, años de preparación y lealtad que se echaron a perder. Sabía que el castigo estaba hecho, y sabía que todo entre nosotros estaba dicho. No necesitabamos palabras más que las tuyas, ¿Para que decir más? Si yo sentía exactamente lo mismo que tú. ¿Qué acabo de hacer? Todo lo que pasamos, cada uno de los principios que rompí, cada ligero desdén en mi camino, cada merecido azote que recibí, todo valió la pena, y entendía a la perfección que no necesitabamos más que a nosotros mismos, pero también sabía lo que era perder, lo que era esperar, lo que era sentirse miserable por años, culpable, aguardando por que me lleve el tiempo y pueda volver a verte. Habíamos andado tanto, y sin embargo jamás lo había pronunciado, y me sentía a gusto de saber que no lo necesitaba porque después de todo me conocías, me entendías, me querías de ese modo, pero en ese momento... Mi corazón pareció revivir todo en un instante.
La tristeza se notaba incluso en el aire, el aura que desprendía su angustia era tal que vi una lágrima asomarse en tus ojos. Con la cara embarrada en llanto Song Lan tomó el cuerpo de aquel que había sido todo en su vida, amigo, compañero, más que aquello. Recorrió con su mano sus largos cabellos negros y besó su frente antes de desplomarse sobre su cuerpo inherte en desconsuelo profundo. La sola idea de no volver a verlo radiante, de no volver a escuchar su voz, el miedo de ir olvidándolo de a poco, la espera, el silencio en el que su mundo giraría ahora, podía sentirlo. De alguna forma entre tanta pena me sentí afortunado de tenerte, ese sentimiento ambiguo me sucumbió por dentro y tuve que entregarme a él, hice dos pasos y tomé tu mano, fue sorpresivo, lo sé, volteaste a mí y aquella lágrima cayó. Nunca tuvimos que decir nada, pero en ese instante más que en cualquier otro te amé demasiado.

- ¿Lan Zhan? -mi nombre que se escapaba de tus labios como siempre, mi corazón latió rápido, deseaba que supieras cuánto te amaba, pero mis labios temblaron y lo notaste - Yo también -terminaste la frase que nunca empecé, pero supuse que así éramos.

Apretaste mi mano con fuerza y tomaste una bocana de aire en lo que me acomañabas a afrontar cada minuto de ese delirio oscuro en el que se convierte el sentimiento más fuerte del ser humano. Te amo Wei Ying.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top

Tags: