Un traje y un cepillo
La semana continuaba, Akutagawa se acostumbraba al albino, habían acordado hacer reglas, verse en citas y sobre todo comunicarse, aunque para Akutagawa era extraño por no decir incomodo cuando veía a su esposo trabajar con la servidumbre, la primera vez le regaño pero esté se quejó de estar aburrido sin hacer nada, Atsushi disfrutaba de hablar con ellos, incluso le llamaban por su nombre de pila, era extraño para el pelinegro pero al mismo tiempo encantador, tenían cocinera, más el albino también ayudaba cuando tenía el tiempo, eso sí, una regla era que por lo menos una vez a la semana Atsushi debía cocinar para Akutagawa algo nuevo, siempre debía ser algo nuevo
El pelinegro salió de su oficina con destino a la universidad de su esposo, tenían una cita pero no romántica si no para un traje para él, la fiesta seria el sábado en la noche y Atsushi aún no terminaba de entender que necesitaba un traje
- No entiendo, tengo el de mi graduación Akutagawa – se quejó Atsushi
- No, ya no, sospeche que podrías llegar a ponértelo – dijo el pelinegro
- ¿Qué hiciste? – pregunto algo nervioso el albino
- Lo queme en cuanto saliste
- Akutagawa ¡no te metas con mi ropa! Como puedes hacer algo así, yo no me meto con la tuya, es tuya
- Estaba viejo Jinko, necesitas un traje nuevo para la fiesta de mañana en la noche ¿Por qué no puedes entenderlo?
- ¿Por qué tengo que ir de traje? ¿No es una fiesta? ¿Por qué todo debe ser elegante? Ni siquiera me dejas tender la cama
- Para eso está la servidumbre
- Akutagawa son personas, y si es su trabajo pero nada cuesta hacer cosas por nosotros mismos
- Vas de nuevo – se quejó el pelinegro
- Akutagawa es que nada te cuesta por lo menos poner una almohada – se quejaba el albino
Akutagawa ya se había acostumbrado, sus peleas eran seguidas por temas así, que si doblar ropa, acomodar la ropa, que tender la cama o incluso la toalla para bañarse, Akutagawa estaba acostumbrado a usar cosas, quitarse cosas, dejar cosas en otros lugares y que cuando las quisiera estuvieran en su lugar, nunca movió un dedo en ese sentido, él se dedicó a crear su fortuna, pero Atsushi había llegado para pelearle aquello, siempre se quejaba de eso y le pedía acomodar sus cosas, esas peleas debían parar ya o el pelinegro explotaría por ello; Akutagawa estaciono el vehículo que conducía frente a una gran tienda de trajes, Atsushi le dieron nauseas solo por el simple lugar
- Ya te lo he dicho, solo hazte a la idea, estas casado ahora y con un multimillonario
- Ya te lo dije, es tu dinero, no mío
- ¿Quién fue el que estaba emocionado con la película donde dicen "lo tuyo es mío y lo mío es tuyo"
- Deja de repetir escenas de mis películas favoritas – se quejó el albino
- Buenas tardes Señor Akutagawa – dijo un hombre de bigotes muy sonriente - ¿en qué puedo ayudarle?
- Hola Makoto, mi esposo necesita un traje nuevo – dijo el pelinegro serio como siempre
- ¿es-esposo? – pregunto aquel sastre y miro al joven albino - ¿eres el esposo? – Atsushi asintió con su cabeza
- ¿Algún problema? – dijo molesto Akutagawa
- Pa-para nada – dijo Mokoto – es una gran sorpresa, lo creía soltero y sin compromisos
- Makoto, dedícate a tu trabajo – dijo Akutagawa, Atsushi se sentía incómodo, realmente aquel chico era serio con las personas
Mokoto se llevó a Atsushi, donde le tomo medidas, salió unos minutos y regreso con un traje negro con corbata morada
- El morado de tus ojos resaltara más con esta corbata
- Gra-gracias – dijo Atsushi
- ¿Qué esperas? Desvístete – dijo Makoto
- N-no estoy seguro de que-querer hacer
- Tranquilo, soy solo un beta y por lo que vi en tu cuello, el señor Akutagawa ya te marco – Atsushi cubrió su cuello mientras se sonrojaba – cuéntame ¿Cómo es estar casado con él? ¿si quiera sonríe?
- A-Akutagawa y yo tenemos poco de ca-casados – decía Atsushi quitándose su ropa – nos conocimos hace tiempo pero si-siendo menor de edad no podíamos formalizar nada
- Por los dioses ¿ya no eres menor de edad? – Atsushi casi terminaba de ponerse el traje - Ciertamente me sorprendí más que nada porque pensé que tendrías unos 13 años
- Te-tengo 18 – dijo Atsushi para ponerse el saco
- Te queda excelente, es por la fiesta de mañana ¿no? Muchos de mis clientes han venido por trajes nuevos por el rumor de una noticia impresionante pero creo que la noticia eres tu – dijo Makoto sonriente y se acercó al albino – déjame arreglar tu cabello
- Gracias, supongo - dijo Atsushi teniendo a Makoto enfrente acomodando su cabello
- Vamos, mostrémosle a tu esposo – dijo Makoto sacando a Atsushi
Makoto saco a Atsushi y en verdad el pelinegro se sorprendio aunque lo disfrazo muy bien, Atsushi llevaba unos zapatos negros, el pantalón del traje como el saco era negro, remarcaba ligeramente sus delgadas piernas, la camisa blanco iba abierta ligeramente en la parte de arriba, la cortaba morado ligeramente suelta y su cabello, le dejaba el flequillo disparejo en frente pero del otro lado lo llevaba hacia atrás, al igual que su demás cabello bien peinado, el albino no podía estar más avergonzado
- Está bien, lo llevamos – dijo Akutagawa serio como siempre
- Oh, en verdad no cambia Señor Akutagawa, creí que al ver a su esposo se emocionaría – dijo Makoto desilusionado
- Makoto, haz tu trabajo – volvió a decir el pelinegro
Atsushi volvió al privado donde se quitó el traje, se sentía extraño con él y en cuanto se puso su ropa habitual se sintió aliviado, Atsushi salió del lugar, Makoto tomo el traje y Akutagawa al albino
- Envíalo a mi casa está tarde – dijo el pelinegro, Atsushi le miro molesto y sonrió a Makoto
- Gracias por todo Makoto-san – Makoto al ver la sonrisa del albino se sonrojo
- Gracias, llegará esta misma tarde – dijo Makoto sonriendo
Nuevamente el pelinegro conducía, se veía molesto, quizás la idea de un traje no era buena, el pelinegro no había pronunciado palabra en todo el recorrido, Atsushi al llegar a la mansión saludo a los trabajadores sonriente y subió a su habitación, quería comprobar lo que había dicho Akutagawa de quemar su antiguo traje, a los minutos llego el pelinegro, aun se veía molesto
- ¿pasa algo? ¿hice algo mal? – pregunto Atsushi mirando al pelinegro
- No, solo... - suspiro profundo – hoy te veías muy bien y no sabía cómo decírtelo
- ¿e-eh? – pregunto nervioso - ¿de qué hablas?
- Eres mi esposo, pero apenas estamos saliendo – dijo el pelinegro – de ser mi esposo solo hubiera dicho algo conforme pero si soy muy atrevido como pareja podrías asustarte ¿entiendes? – Atsushi se sonrojo, Akutagawa realmente pensaba mucho en su comodidad
- En-entiendo – dijo Atsushi y le sonrió – gracias por pensar tanto en mi
- No sonrías tanto Jinko
- ¿eh? ¿Por qué?
- Me apetece besarte – dijo el pelinegro, Atsushi volvio a sonrojarse y tapo sus labios – hasta ahora no nos hemos besado
- N-No lo haremos – dijo el albino acomodando sus cosas de la universidad
- Jinko, la fiesta de mañana... deberíamos besarnos – dijo el pelinegro mirando al albino
- Los besos son importantes Akutagawa, ya me obligaste a tener sexo, por lo menos respeta mis labios – dijo el albino molesto
Akutagawa odiaba que usará lo de "ser obligado" en contra suya, aunque era completa verdad, al hablar con Atsushi entendió que era un niño de sueños de cuentos de hadas, el albino soñaba con un alfa que llegará para amarlo tal cual, trabajar juntos, vivir en un departamento, tomar café caliente en veladas de frio, el albino era todo un romántico pero sobre todo, el contacto, Atsushi había dicho que un beso solo se da a la persona que amas en verdad y que hacer el amor era con esa misma persona, mejor si estaban casados... Aunque Akutagawa solo se sintió mal al escucharlo, también le entendió y le dejo ser, acepto sus términos y continuaron hablando pero el verlo en aquel traje había descompuesto su lado alfa ¿Qué haría el día de la fiesta sin poder tocarlo o si quiera besarlo? Los pensamientos del pelinegro fueron apartados cuando tocaron la puerta
- Señor Akutagawa, disculpe las molestias, su amigo el señor Dazai llego ya – se escuchó una voz
- Voy en un momento – dijo Akutagawa y volvió a ver a Atsushi – seguro que viene con Chuuya
- ¡Chuuya! – grito alegre Atsushi para correr a la sala y cierto, Chuuya llego con Dazai - ¡CHUUYA! – grito Atsushi corriendo al pelinaranja y abrazandolo fuerte
- Atsushi, vaya que estas feliz – dijo Chuuya en aquel abrazo
- Si, porque puedo verte Chuuya
- Hola Atsushi-kun – dijo Dazai
- Hola Dazai-san – dijo Atsushi sonriente
- Dazai-san buenas tardes – dijo Akutagawa apareciendo – buenas tardes Chuuya
- Hola Akutagawa – dijo Chuuya molesto
- Atsushi-kun, ¿Por qué no vas con Chuuya a dar una vuelta? Akutagawa y yo debemos hablar de trabajo
- Chuuya vamos al jardín – dijo Atsushi
- Déjame adivinar, ¿quieres correr? – pregunto Chuuya sonriente
- ¿Correr? – preguntaron ambos millonarios
- Si, quiero correr ¿me ayudarás? – pregunto Atsushi
- Claro, busca un cepillo – dijo Chuuya sonriente
- ¿Qué es eso de correr? – pregunto Akutagawa
- Atsushi ama correr en su forma de tigre, su pelo de enreda fácil por lo que hay que cepillarlo – respondió Chuuya
- Eso no le paso en el orfanato - dijo Dazai
- ¿tu que sabes bastardo? Jamás estuviste para cepillarlo – dijo Chuuya molesto
- ¡Chuuya! – grito Atsushi desde el pasillo – ¡ya lo tengo! ¡sígueme!
Dazai y Akutagawa tenían su junta en el despacho del pelinegro, aunque las risas de ambos omegas los hacían dudar si salir o no, solo necesitaron una frase... solo una que ninguno se atrevia a decir
- Como que se me antoja un café – dijo Dazai
- La servidumbre ya se fue – respondió Akutagawa – vamos nosotros
- Si, tienes toda la razón, vamos
Al salir del despacho vieron algo increíble, Dazai vio la sonrisa sincera y cálida de Chuuya mientras cepillaba al albino y Akutagawa, vio aunque solo era esa parte, vio al albino aun con su cola y orejas de tigre, se veía adorable.
Chuuya cepillaba delicadamente los cabellos de Atsushi mientras este reposaba con sus ojos cerrados en el mueble y piernas del de ojos azules
- Chuuya, Atsushi-kun, prepararemos café ¿gustan? – pregunto Dazai acercándose
- Claro – respondió Chuuya – pero Atsushi ya se quedó dormido – agrego
- ¿Eh? – miro al albino de cerca – woooow~ - canto en silencio – Atsushi-kun está dormido
- A tenido mucho trabajo en la universidad – dijo Akutagawa – puedes dejarlo, lo llevaré a la cama en un momento – agrego
- Está bien, puedo llevarlo – respondió Chuuya
Acto seguido, Chuuya dejo el cepillo a un lado, tomo la nuca y parte de la espalda del albino con su mano izquierda y con la derecha tomo sus piernas, el pelinaranja se levantó sencillamente y se encamino a la habitación que Atsushi le había mostrado horas atrás
- Es fuerte – dijo Akutagawa mirándolos
- Lo es – respondió Dazai
- Hagamos el café
Minutos después Chuuya llego a la cocina con ambos empresarios, se sentía cansado y no planeaba caminar casi 4 kilómetros solo para salir de la mansión
- Dazai, vámonos – se quejó el pelianaranjado
- Aun no termino Chuuya – dijo Dazai – siéntate conmigo a disfrutar del café
- No quiero, quiero irme – se quejo Chuuya
- Pensé que se llevaban mejor – dijo Akutagawa
- Está molesto por que te casaste con Atsushi-kun – dijo Dazai
- No sé casaron, lo obligo – se quejo el pelinaranja
- Ya sé – dijo molesto el pelinegro ¿Cuántas veces tenía que reconocer eso en una semana? – ya hablaste con él ¿no?
- Atsushi es niño bueno, a mi no me harás creer que en 4 días se llevan mejor y lo acepto fácilmente – se quejo Chuuya
- Bueno Chuuya pero no hay más que hacer – decía Dazai – Atsushi-kun acepto sus condiciones y esta bajo contrato, además, tiene la marca en su cuello, si decide separarse dudo que encuentre al amor que tanto había buscado, entonces ¿Por qué no crearlo? – Decía Dazai casi en tono filosófico
- Que bastardo de mierda eres – dijo Chuuya
- A mi me encantaría marcarte, ¿debería usar las técnicas de Akutagawa? – dijo el castaño juguetón, pero solo recibió un puñetazo en la nariz
- Ni siquiera te me acerques bastardo – dijo saliendo de la cocina – me largo a mi departamento
- Es un chico rudo – confeso Akutagawa
- Creo que es lo que me gusta de él – confeso Dazai levantándose – me voy o de verdad se ira solo todo el camino
- Suerte – dijo Akutagawa viendo a su amiga castaño correr tras del bajo pelinaranja
Era cierto... Llevaban 5 días de matrimonio y el primero había sido el peor, se sentía incómodo, Atsushi mostraba completa alegría con Chuuya, sabia cosas que el otro no, bueno tenían 10 años de conocerse ¿eso era obvio no? Akutagawa suspiro después de terminar su café, debía mejorar en su relación, su vida dependía de ello
Akutagawa llego a su habitación, miro al albino dormido, volvió a suspirar, normalmente le miraba así por las noches, dormido, llego hasta él, se monto suavemente en la cama y pudo mirarle mejor, sus orejas de felino eran una ternura, no lo evito, toco sus orejas acariciándolas levemente y vio al albino sonrojarse mientras se movía relajado, Atsushi seguía dormido mientras daba media vuelta y abrazaba al pelinegro; Akutagawa estaba de piedra, ¿Por qué el albino hacia eso? No lo había abrazado en este tiempo de conocerse y menos como esposos, Atsushi se acomodó, dejando su cabeza en el pecho del pelinegro y si era cierto, Akutagawa encontró paz en eso... sus instintos rogaban tocarlo, quería volver a tocarlo, quería sentirlo, después de su platica habían acordado nada de sexo y eso iba para el empresario, si lo hacia con alguien más, lo dejaba, Akutagawa no podía resistirse a tan delicioso aroma pero respetado su acuerdo... decidió dormir
Era sábado por la mañana... En la noche sería la gran fiesta, Akutagawa estaría todo el día en casa y Atsushi también, no tenía que ir a la universidad, está vez, le tocaba a Akutagawa ver al albino todo el dia y verle estudiar
¿Que creen que pase en el próximo Capitulo? ya se acerca la fiesta, Atsushi es un omega de 18 años, donde pronto vera una fila enorme de alfas ¿pasará algo? ¿se lo comerán vivo? ¿Akutagawa lograra tener intimidad nuevamente? o simplemente sera una fiesta normal...
pero... ¿que es normal?
¡GRACIAS POR LEER!
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