Dedicatoria
Atsushi había pasado los días leyendo sin parar, quería encontrar una salida, mientras en casa... No paraba de sonrojarse al ver al pelinegro, su sola cercanía le hacía sentir ansioso, ¿realmente eran destinados? ¿Por qué? ¿Por qué tenía que ser alguien que le había obligado? Aunque el pelinegro le había demostrado en aquella semana que podía ser muy dulce con él, Atsushi no olvidaba fácil.
El albino terminaba de vestirse, llevaba unos jeans negros, playera café y un lindo sweater de color amarillo, unas botas cafés le hacían juego a la playera. Akutagawa entró a la habitación y lo miro colocándose sus lentes
- Jinko, Dazai-san y yo seguimos con la junta ¿te molesta esperar?
- No, puedo esperar – le sonrió a Akutagawa – deberías invitar a Dazai-san
- Claro – dijo el pelinegro – entonces, te avisaré
- Claro
Akutagawa apenas salió el albino logró respirar, el simple olor de Akutagawa lo estaba enloqueciendo
- ¿será por qué nos casamos? – se preguntó susurrante Atsushi
Nos minutos más tarde, Akutagawa conducía el auto, Atsushi iba de copiloto y Dazai iba atrás en su propio auto, la invitación no la desaprovecho en absoluto.
El castaño, el pelinegro y el albino llegaron al departamento de Chuuya, había algo de bulla por afuera y Atsushi suspiro, volteo a ver a ambos millonarios e hizo una mueca
- Tendrán reglas
- ¿Eh? – dijeron ambos millonarios
- No sean estirados, tampoco serios – decía el albino – y por favor nada de hablar de negocios – sonrió el albino – todos vamos a celebrar
- Claro
- Por mi está bien
Atsushi entró al departamento como si fuese su casa, ambos chicos millonarios se miraron entre si
- Chuuya ¡ya llegue! – grito Atsushi
- ¡Atsushi! – gritaron varias personas
- Bienvenido – dijo Chuuya sonriente, la cual se borró al ver al pelinegro y al castaño - Engreído y bastardo ¿Qué hacen aquí? –
- Yo los invite Chuuya - dijo Atsushi en su defensa
- ¿no te obligaron?
- Noup, enserio los invite – dijo el albino sonriente
- Vale, vale –suspiro Chuuya y les sonrió – pasen
- Que cambio – dijo Dazai
- ¡Atsushi! – Grito Robert - ¿Por qué tardaste tanto?
- Pero si estoy a tiempo – decía Atsushi
- No importa Atsushi – dijo Jelus – tenemos una sorpresa esperando y eras el ultimo que faltaba
- ¿Eh? ¿Qué sorpresa?
- Eso tendrán que leerlo – dijeron ambos BS
Nuevamente los millonarios se miraron entre si, era un ambiente que no acostumbraban, los chicos reían, hablaban de escritores, historias, no había calculo o billetes de por medio, solo risas y frases celebres, el gran momento llego, Robert y Jelus se levantaron
- Atención – dijo Robert
- Tenemos nuestro gran anuncio – decía Jelus
- ¡Siii vamos Sensei! – grito Mark
- Tu cállate – respondió Robert a lo que todos rieron – como les decía, mi libro "La isla del Tesoro" sera publicado esté mes y vendido en cientos de tiendas
- Ya llego su lado imbécil – decía Jelus, recibiendo un golpe seco de un libro por parte de Robert
- Continuo de nuevo – dijo Robert retomando su posición. – Es importante, porque es una gran aventura que fue inspirada por los sueños de un pequeño felino – decía Robert a lo que todos habían volteado a ver a Atsushi – Nakajima Atsushi – dijo Robert alegre – quiero entregarte la primera copia
- ¿E-eh? – decía Atsushi – Pero Robert la primera copia es para ti – decía Atsushi avergonzado
- No hay libro sin ti Atsushi – dijo Robert extendiendo el libro
- Gra-Gracias – Atsushi tomo el libro y le sonrió – lo leeré pronto
- De hecho – decía Robert - ¿puedes leer el final?
- ¿El final? – preguntaron casi todos en la sala
- Si, el final, la ultima pagina
Atsushi abrió aquel libro, rebusco al final, el ultimo capitulo, la ultima pagina...
"El lingote de plata y las armas están todavía, que yo sepa, donde Flint los enterró; y ciertamente por mi allá se quedarán. Ni amarrado con gruesas cuerdas y arrastrado por bueyes no se me haría volver a aquella maldita isla; y las peores pesadillas que todavía me inquietan son aquellas que oigo el estruendo de la marejada en sus costas o las que me hacen incorporarme en la cama a la voz aguda del capitán Flint que resuena aun en mis oídos: "¡piezas de a ocho! ¡piezas de a ocho!"
Atsushi miro a Robert, sus lagrimas comenzaba a caer, el pelinegro vio aquella sumamente extraño, pero después Chuuya igual lloraba aun que las escondía con su mano, el albino no lo evito, sonrió ampliamente a Robert y le abrazo fuerte
- Prometo leerlo completo – dijo el albino en aquel abrazo
- Sé que lo harás Atsushi – dijo Robert acariciando al albino – además si lo terminas, iremos a navegar en barco
- Deja que lea el libro y te responderé eso – dijo burlón Atsushi
Todos volvieron a reír, muchos no entendieron aquel suceso, al parecer solo Robert, Jelus, Chuuya y Atsushi habían entendido. La reunión continuaba, Atsushi era rodeado de ambos Alphas y Chuuya mientras Mark, Michizo, Mitchell y Louise están interesados en ambos millonarios
- ¿Entonces como conocieron a Atsushi? – pregunto por fin Mitchell
- El estuvo en el orfanato de mis padres, lo conozco de pequeño – dijo Dazai – presente a este par y pues, el amor se dio – agrego ayudando al pelinegro
- ¿Cómo enamoro a Atsushi tan fácil? – pregunto Mark
- Mark no seas imprudente – dijo Michizo
- Lo siento, es que pensé que Robert y Jelus lo habían intentado por años y nada – decía Mark
- Mark que imprudente – decía Mitchell y Louisa
- Lo lamento, ellos son muy inquietos – decía Mitchell
- Habla por él – se quejó Michizo
- ¡Tachihara! – grito Chuuya y este se levantó de inmediato
- ¿Si Nakahara-san? – dijo Michizo
- Oye ¿sabes cuál fue ese vino que probamos en España? – le pregunto Jelus
- Ah... El vino – dijo pensante Tachihara – Porrera
- ¡Oh! – no lo he probado – dijo Chuuya sonriente - ¿me traerán la próxima?
- Claro – sonrió Jelus – pero a cambio has un poema
- Ok, ok – Chuuya respiro profundo – aquí va: "el vino tiene alma... un alma cálida y amarga, un alma que añoro"
- Buuuu – dijo Jelus – has hecho mejores
- Eso es cierto – dijo Robert y miro a Atsushi – Atsushi ilústranos
- ¿eh? – el albino se sonrojo – mmm... vinos – dijo pensante –
"Roció de pétalos cadentes de labios, buscando la salida en los mares, llegando del viñedo y surcando el gollete que aliviana mi pesar"
- Oooooh – gritaron los BS
- No cabe duda que Atsushi es el mejor – Dijo Robert
- Atsushi eso fue impresionante – dijo Mitchell – has mejorado mucho
- Ya lo creo, no podría ocurrírseme algo así – dijo Mark sonriente
- Atsushi realmente sigues mejorando – dijo Chuuya
- Vale, vale – dijo Jelus – aún sigue mi sorpresa ¿recuerdan?
- ¿eh? – dijeron todos
- Que crueles son a veces ustedes – se quejó Jelus – como sea – se levantó y miro a Chuuya – Chuuya vamos a cocinar
- ¡Claro! – dijo Chuuya entusiasmado
Todos fueron detrás de Chuuya y Jelus, solo Atsushi se quedo en la sala con Akutagawa y Dazai, ambos millonarios no habían hablado mucho más que si surcaban preguntas para ellos, no estaban incómodos pero si interesados y curiosos por el ambiente
- Atsushi-kun – le llamo Dazai – no sabía que hacías poesía
- ¿eh? – se sonrojo el albino – solo lo hago por que Robert y Jelus lo piden – confeso al albino
- ¿No has escrito algo? – pregunto Dazai
- Si, Robert y Jelus tienen mis escritos – dijo Atsushi
- ¿Eh? ¿Por qué?
- Me los pidieron antes de su ultimo viaje – dijo el albino
- Atsushi – le llamo Chuuya abrazandolo - ¿Qué haces hablando con el bastardo?
- Chuuya ¿puedes dejar de ser tan grosero?
- Claro, claro – sonrio Chuuya tomando las mejillas del albino - ¿estás listo?
- ¿listo para que? – pregunto Atsushi con sus mejillas aplastadas
- Oh para nada – dijo Robert – preparamos un almuerzo de tus favoritos
- Si, casi todo es marisco – dijo Michizo asqueado
- Y esto – dijo Chuuya entregando un regalo envuelto al albino
- ¿Qué es?
- Ábrelo bobo – dijo Robert sentándose a su lado
Rapidamente todos habian hecho un circulo en Atsushi, el albino estaba nervioso, que hicieran cosas así le ponían nervioso, se sonrojo mientras abría aquel regalo, el pelinegro de cierta forma estaba feliz, Atsushi tenía buenos amigos aunque... Robert y Jelus los veía más como amenaza, estaba demasiado relajado con la sonrisa del albino
- ¿Eh? – pregunto Atsushi mirando el regalo
- Asi es – dijo Jelus sonriendo – Todos tus escritos están aquí en este libro
- ¿te gusta? – pregunto Mark
- Si le gusto, es obvio – dijo Chuuya
- Atsushi di algo – decía Mitchell
Atsushi estaba verdaderamente el shock, no sabía que decir, ni que hacer pero su cuerpo si; lagrimas comenzaron a caer de sus ojos, estaba muy emociono, tanto que no se movia, todos lo notaron y abrazaron al albino, Atsushi simplemente resonaba su nariz en aquel abrazo
La reunión continuo, aunque para ambos millonarios no era gran cosa, disfrutaron de la comida, sobre todo Dazai al comer algo que Chuuya preparo, Mark y Michizo se fueron junto con Mitchell y Louise, solo quedaban los 4 alphas y los dos omegas
- No puedo moverme – dijo Jelus en el suelo
- Algo más y vomito – decía Robert en medio sofá
- Siempre son así – dijo Chuuya
- Sip – respondió Atsushi mirándolos
- Los conocen de mucho tiempo ¿no? – pregunto Dazai
- Si, trabajaban en la librería – dijo Chuuya – los conocemos desde entonces
- Chicos – les llamo Jelus – reunámonos como antes
- Claro – dijeron ambos omegas
- ¿Qué tal el parque de diversiones? – dijo Robert
- ¿este sábado? – pregunto Jelus
- Si – dijo Atsushi sonriente
- Tengo libre – dijo Chuuya Sonriente
- Jelus, torpe, nos vamos mañana – se quejo Robert
- Ah – suspiro Jelus – cierto... ¡ya se! – les sonrio a ambos omegas – veámonos en cuanto regresemos, traeremos sorpresas como siempre
- Eso no se pregunta – dijo Chuuya
- Siempre los esperaremos – dijo Atsushi sonriente
- Eso quisiéramos – dijeron ambos BS
Los libros que menciono son reales, Nakajima Atsushi el autor tiene una serie de cuentos mientras que Robert Stevenson escribió "la isla del tesoro" el párrafo que escribí es la ultima pagina de su libro.
¡Gracias por leer!
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