¿Como haré?

El albino no espero ni 5 minutos, cambio sus zapatos por sus botas y salió corriendo al departamento de Chuuya, allí por suerte se encontró con el dueño, Chuuya quien lo miro completamente sorprendido pero aliviado

- ¡Chuuya! – grito Atsushi corriendo al pelianajaranado, Chuuya lo recibió con un fuerte abrazo

- ¿Cómo estás? ¿Qué paso? ¿te hizo algo? – pregunto Chuuya preocupado, Atsushi simplemente lo vio y comenzó a llorar a mares

Chuuya al verlo llorar de esa manera suspiro, sabía que había pasado pero solo opto por acariciar al albino y ayudarle a cambiarle, una taza de té, una frazada y varios minutos de llanto fueron necesarios para que Atsushi le contase todo al ojiazul, Chuuya estaba sorprendido de lo que había pasado

- Entonces... ¿ahora estas casado y marcado con él? – pregunto Chuuya

- Si... incluso tengo un registro como su esposo... - dijo el albino desanimado

- Lo siento Atsushi, si no hubiera salido...

- No es tu culpa Chuuya... - el albino sonó su nariz – igualmente hubiera encontrado la forma de chantajearme en otro momento... Simplemente quería encontrar el amor.... Pero yo no lo amo

- Bueno... puedes llegar a amarlo, digo ahora estarán más tiempo juntos además puedes estudiar tranquilo

- Chuuya... me amenazo

- Lo sé, solo intento hacer que no se vea tan mal lo que te pasa

- Gracias Chuuya...

- ¿Regresaras a la escuela?

- Mañana mismo, no quiero pasar tiempo de sobra con Akutagawa

- ¿Dejaras que se enteren en la universidad?

- Seguramente Akutagawa avisará al director pero espero que los compañeros y directores no se enteren

- Sé dónde conseguir perfume y unos collares que no dejarán ver la mordida

- ¿En serio?

- Si, sabes que soy el mejor en esos temas

- Chuuya... Gracias ¿podemos ir?

- Claro, compremos algunos

- Mañana regresaré a la escuela como si nada hubieses pasado... digo ¿Por qué no puedo seguir con mi vida verdad?

- Exacto, nadie tiene que enterarse, no hay fotos ni anillo

- Chuuya, eres el mejor – dijo el albino sonriendo

- Vamos, hay que hacer compras – dijo Chuuya levantándose

Chuuya y Atsushi salieron del departamento del mayor con destino al centro comercial, fue un día largo pero ambos chicos compraron lo que necesitaban para el regreso del albino, estaban de vuelta en el departamento cuando el celular de Atsushi sonó

- Es Akutagawa – dijo molesto Atsushi

- Ah, eso es cierto Atsushi, regresamos al departamento

- ¿Eh?

- Ahora eres un chico casado, debes volver con Akutagawa

- No es justo, me quiero quedar aquí contigo Chuuya

- ¿él te dejara?

- No, incluso me obliga a dormir con él

- Que fastidio... No le contestes – dijo Chuuya sonriente – durmamos juntos como al principio

- ¡Vale!

Desde la llamada ya habían pasado varias horas, Atsushi y Chuuya veían una película juntos cuando la puerta se escuchó tocar

- Debe ser la pizza – dijo Chuuya levantándose

- Pondré pausa – dijo Atsushi tomando el control para pausar la película

Chuuya tomo el dinero que tenía guardado para la pizza y fue a la puerta, abrió y su gran sorpresa fue ver a Akutagawa, frio y serio pero esta vez se le veía molesto

- ¿A-Akutagawa? – pregunto Chuuya

- ¿Eh? – se asomó Atsushi - ¿Qué haces aquí?

- No contestabas – dijo el pelinegro serio

- Dijiste que podía hacer lo que quisiera

- Tienes que volver a casa

- No quiero, quiero quedarme con Chuuya – dijo el albino

- Atsushi – Chuuya suspiro – solo hazle caso, mañana terminamos de ver la película

- Chuuuyaaa – se quejó Atsushi – esta me la debes, le diré a Dazai-san

- No metas al bastardo en esto – se quejó Chuuya

- Jinko, vámonos – dijo molesto el pelinegro

Atsushi suspiro, tomo la bolsa donde tenía guardadas sus compras y fue con el pelinegro, se despidió de Chuuya y lo siguió hasta el auto, el viaje fue silencioso, Atsushi ni lo volteaba a ver, solo miraba el camino, el pelinegro veía eso molesto, no fue hasta que llegaron a la mansión cuando Atsushi fue corriendo al cuarto

- ¿A dónde vas con tanta prisa? – pregunto el pelinegro viéndolo correr

- A guardar mis cosas – dijo el albino entrando en la habitación, Akutagawa suspiro y fue a la cocina. Minutos más tarde Atsushi apareció en la cocina

- ¿Qué haces? – preguntó el albino viendo al pelinegro sacar algo de carne

- Algo de comer, no he comido nada

- ¿necesitas ayuda? – pregunto el albino

- ¿piensas ayudarme?

- Chuuya dijo que debía tomar esto de la mejor manera o solo me enfermare – suspiro – además también tengo hambre – el albino miro dentro del refrigerador – puedo hacer estofado ¿te gusta?

- Nunca lo he comido

- ¿eh? ¿Cómo eso? ¿Qué comes entonces?

- Suelo calentar la carne o comer en restaurantes – dijo el pelinegro

- Por eso te enfermas seguido – dijo el albino suspirando – ve a hacer algo de tu trabajo, haré el estofado

El pelinegro se quedó sorprendido por un momento, el albino mientras cortaba la carne, realmente estaba maravillado de ver esa escena, su corazón nuevamente volvió a latir fuerte, aquello lo abrumaba, no lo entendía, solo sabía que quería seguir viendo al felino a su alrededor. Akutagawa se encerró en su despacho para trabajar mientras Atsushi hacia aquel estofado, tenía hambre no había podido comer pizza con Chuuya, debía hacer que todo lo que sucedía fuera mejor, no le quedaba de otra, ningún Alfa lo querría ahora, estaba marcado por otro y un divorcio solo complicaría las cosas, sin mencionar que Akutagawa lo dejaría sin nada en la vida, ni un trabajo, ni un sueño. Atsushi comenzó a llorar mientras repasaba su vida, solo había sido un desastre, todo el mundo lo manipulaba y todos lo chantajeaban, ¿realmente podía llegar algo peor a su vida?

Atsushi limpio sus lágrimas, sirvió el estofado en platos y los dejo en la mesa, se dirigió al despacho del mayor y toco la puerta

- Pasa – escucho, Atsushi abrió la puerta y se asomo

- Akutagawa, ya está listo el estofado

- ¿puedes traerlo? Aun no termino esto – dijo el pelinegro, Atsushi suspiro

El universitario había vuelto por el plato del mafioso, lo puso en una bandeja y lo llevo al pelinegro, lo dejo a un lado donde trabajaba, no lo volteo a ver, Atsushi no le importo, salió del cuarto, no sin antes decir

- Provecho – dijo el albino saliendo y cerrando la puerta. Akutagawa alzo la mirada y miro aquella puerta cerrada, estaba estrujándole el corazón aquella puerta

Atsushi comía su estofado en la mesa de la cocina, estaba disfrutando de la comida, debía admitir que aunque el mafioso fuese un magnate de las empresas no tenía comida en el refrigerador pero ese estofado era delicioso, no tardo mucho, estaba acostumbrado a comer rápido por el tiempo de ir a ambos trabajos, ahora debía acostumbrarse a comer más lento, Atsushi límpido su plato y los utensilios que ensucio, dejo todo para secar y mientras daba un gran bostezo fue a su habitación. Atsushi cambio sus ropas, se puso su pijama y se acostó, al día siguiente podría ir a la escuela, aquello lo emocionaba pero también lo entristecía, sobre todo lo asustaba, si alguien se enteraba de ello lo molestarían y si se enteraban que su ahora esposo era el multimillonario Akutagawa Ryunosuke todos lo tomarían por un casa fortuna, solo sabía que quería ver de nuevo a sus amigos

Pasadas las horas Akutagawa había llevado su plato vacío a la cocina, el estofado había sido delicioso y espero reconocer al albino de ello, pero solo se encontró con todo apagado y límpido, dejo su plato para lavar y subió a su habitación, mayor fue su sorpresa al ver al albino dormir tranquilamente, miro su reloj 3:42 de la madrugada, eso explicaba muchas cosas, Akutagawa se acercó al albino, miro su rostro, sus ojos se veían hinchados, parecía que aun durmiendo quería llorar, no pudo evitar suspirar y mirarlo fijamente

- ¿Qué puedo hacer para que vuelvas a sonreír? – se preguntó mientras acariciaba la mejilla del menor 

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