Celo descompuesto
Habían pasado dos meses desde que conocía al albino, entre esos meses frecuentaba la biblioteca, a veces se quedaba a leer en alguno de los muebles, otras simplemente llegaba por un libro y se iba, en aquel tiempo, entre libros y platicas con su doctor descubrió que era amor lo que sentía por ese chico, el visitarlo lo llenaba de alegría, no necesitaba más que verlo sonreír o eso creía
Akutagawa había llegado habitualmente a la librería cuando no vio al albino, pensó que estaría inventariando los libros, pero nada, solo había otro chico bastante molesto que mascaba chicle, no era su día de descanso, lo conocía bien, así que probo con sus influencias, investigo en sus tiendas a Atsushi Nakajima para enterarse "permiso por celo" era lo que decía su registro de aquella semana. Esto estrujo el corazón de Akutagawa, imaginar a Atsushi en pleno celo lo volvía loco
No logró evitarlo, tampoco lo detuvo, su lado Alfa salió de él, tomo uno de sus vehículos y condujo al departamento del albino, compró algunas cosas para él, entre ellas chocolates ¿Por qué? No lo sabía solo lo había hecho. Llego al departamento casi sudando, toco la puerta y respiro profundo, aquella puerta con seguro se abrió levemente y vaya sorpresa
- ¿A-Akutagawa-san? – pregunto Atsushi sonrojado
- Lo siento, hoy hubo chequeo y me entere – extendió su mano con la bolsa – traje algo para que lo pases mejor – dijo el pelinegro frio como siempre, la puerta se cerró y después de unos sonidos de cadenas y seguros moviéndose se abrió nuevamente pero ahora completamente
- Pase – dijo el albino sonriendo
- No creo que deba
- Está bien, ya tome algo, está todo bien – dijo sonriente
- Con permiso – dijo el pelinegro entrando
El pelinegro estaba sentado en la sala mientras Atsushi preparaba te, se sentía relajado, el aroma de Atsushi lo relajaba por completo
- Aquí tiene – dijo Atsushi dejando el te
- No debías de molestarte
- Usted trajo cosas para mí, era lo mínimo que podía hacer
- Hay una gran diferencia entre tú y Chuuya
- Si, Chuuya ha llegado molesto por que Dazai-san acostumbra secuestrarlo – dijo Atsushi para reír
- ¿Eso no te molesta?
- No, conozco a Dazai-san, sé que no le hará nada a Chuuya y quizás Chuuya necesita de alguien que le controle ese carácter
- Ya veo, él está en su último año ¿Qué pasará contigo?
- Chuuya quiere conservar el departamento pero como no estamos seguros de que podamos conservarlo, hemos pensado en mudarnos a otro lado juntos
- ¿Qué pasará con el transporte?
- Bueno, tendré que dormir menos y levantarme más temprano solamente
- Atsushi podrías enfermar
- Soy un chico fuerte – dijo el albino
- Solo deberías pedir ayuda
- Está bien, estoy bien, siempre he estado solo en este mundo, me las arreglo solo
- No estás solo – dijo Akutagawa con su voz de alfa, no lo había notado, la había usado sin darse cuenta, miro al albino, este estaba asustado – ah, lo siento no me di cuenta
- Es-está bien – dijo el albino levantándose – te-tengo que ir por algo – Akutagawa lo vio levantarse pero lo detuvo tomándole la muñeca, esto hizo al albino gemir
- ¿Pasa algo? – pregunto el pelinegro
- T-tu voz... tu toque... - oculto su rostro, estaba avergonzado – de-déjame ir A-Akutagawa
- Dime que necesitas – pregunto el pelinegro, el albino se veía pálido
- A-Akutagawa so-solo su-suélteme e-es mi ce-celo... y-yo...
- ¿no puedes controlarlo incluso con medicamentos? – pregunto el pelinegro
- L-lo hago pe-pero al es-escuchar su voz...y-yo...
- Está bien – dijo el pelinegro soltándolo – me retiraré – dijo comenzando su camino, aunque sintió un golpe en la espalda, Atsushi se había aferrado a su espalda o más bien a su gabardina
- L-lo si-siento – dijo el albino sonrojado aunque seguía abrazándolo
El pelinegro suspiro, se quitó su gabardina y se la coloco al albino, beso su frente y le sonrió ligeramente
- Si te hace sentir mejor puedes hacer un nido, llamaré para saber cómo estás – dijo el pelinegro retirándose
Atsushi hundió su nariz en la gabardina de Akutagawa, se sonrojo más y corrió a su habitación donde se encerró y no salió durante todo su celo
- ¿Qué pasa Chuuya? – preguntaba Dazai siguiendo al castaño como era habitual desde hace dos meses
- Atsushi no sale de su habitación
- ¿le paso algo?
- No, no creo, no lo sé, está en celo, normalmente no sale más que por comida pero esta vez no salió para nada
- Debería verlo
- Idiota eres un alfa, si hueles su celo te atraerá
- Oh, eres tan celoso Chuuya, de verdad que te amo – decía el castaño
- Déjame en paz bastardo, lo digo por Atsushi no por ti
Mientras en su oficina, Akutagawa golpeaba sus dedos en la mesa, hablaba con Atsushi tres veces al día para saber cómo estaba, cada que hablaban se escuchaba jadeante ¿Qué pasa? ¿Realmente estaba bien? Estaba harto de ello, realmente harto... tomo su teléfono, marco un número que conocía bien
- Si, hola, te tengo un trabajo serio – dijo el pelinegro para después de decir un par de cosas más como dirección y físico, colgó
Chuuya llego a su departamento, lo que vio lo dejo impactado, corrió a la habitación del albino para no encontrarlo más, Chuuya había entrado en pánico, Atsushi estaba en celo, el departamento destrozado y su albino no estaba en el lugar, solo le quedo un remedio
- ¡DAZAI! – grito en el teléfono
- Chu-chuuya que me llames es tan
- ¡CALLATE, CALLATE, DAZAI, ATSUSHI NO ESTA! – gritaba desesperado - alguien encontró al departamento y el no esta... ¡NO ESTA!
- Cálmate Chuuya, iré a tu departamento ahora mismo – dijo el castaño colgando
- ¿Qué pasa? – pregunto el pelinegro
- Atsushi-kun desapareció – dijo el castaño – debo ir con Chuuya, por favor usa alguno de tus investigadores y mantenme informado
- Claro – respondió Akutagawa
Habían pasado algunas horas, Atsushi despertaba de un profundo sueño, llevaba puesta la gabardina del peliengro, pero esa no era su cama, era una cama enorme, en una habitación aún más enorme, miro a los alrededores, no lograba ver a nadie, cuando escucho los pasos llegar a él
- Al fin despiertas
- ¿A-Akutagawa? – pregunto dudoso
- Sabes... fue difícil decidirme a hacer esto, pero al decir que no te molestaría pensé en que tendría que hacerlo
- ¿d-de que hablas Akutagawa? – pregunto el albino dudoso
- Atsushi – le llamo acercándose tan serio como siempre – conviértete en mi pareja
- ¿E-eh? – pregunto el albino nervioso – A-Akutagawa-san eso no es tan simple como cree, apenas nos conocemos solo hemos hablado por dos meses, casi no hablamos, di-digo es muy amable conmigo y
- Ya veo, pondrás peros, está bien, trataré esta caso como un negocio más – dijo el pelinegro
- ¿negocio? – pregunto algo decepcionado el albino
- Así es, jamás pierdo ante uno – lo miro fijo con aquella mirada fría que siempre llevaba – cásate conmigo, se mi omega, déjame marcarte, a cambio podrás estudiar libremente, libros no te faltarán, enseñarás en la escuela que se te plazca y
- No quiero – respondió rápidamente el albino molesto
- ¿Estás rechazándome?
- Así es, Akutagawa el ser un omega no me convierte en tu blanco fácil, serás un gran magnate pero así como Dazai-san se tratarte a ti, no necesito de tu dinero o que pagues mis estudios – se cruzó de brazos – sinceramente esto es decepcionante, creí que eras un tipo serio ante el amor
- He leído muchos libros sobre eso pero sigo sin entenderlo de todo – miro serio al albino – tu eres la cura de mis malestares
- ¿Perdón?
- Atsushi, cásate conmigo, te conviene
- No
- Está bien, ahora solo te queda el trabajo en la librería
- ¿Perdón? ¿Estas despidiéndome del DeliMarket?
- Son mis tiendas así que puedo hacerlo, así como cualquier otra tienda que te dé tiempo para ir a la universidad, la cual, también patrocino junto con otras personas – el pelinegro puso sus manos en aquella cama mirando fijo a los ojos del albino – te casas o lo pierdes todo, tú decides
¿Qué? Pensaban que Akutagawa iba a ser dulce ¡Ja! ¿quien quiere más? tengo la mitad del siguiente capitulo, podría subirlo más tarde... No lo sé, también tengo otros pedidos; pero espero lo estén disfrutando
¡GRACIAS POR LEER!
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