Estatus

Dedicado a mi amorcito, te irá muy bien en tu examen. Confio en ti, te amo.


Tzuyu no entiende la canción que está sonando tan temprano en el dormitorio, talla sus ojos y trata de acostumbrarse a la luz. Mira su celular y puede ver que son las cinco y media de la mañana. Estira sus extremidades y se dispone a levantarse.

—¡Oh buenos días! —Dahyun saluda con una energía deslumbrante, está secando su cabello con una toalla y ya se encuentra con su falda y su camisa puesta. —Perdón por despertarte, es que tengo que comenzar mi día temprano porque si no, ya me quedé jetona todo el día.

—Está bien. —Tzuyu se pone de pie y va al baño. Después de asearse sale y comienza a cambiarse. Dahyun se da la vuelta para darle privacidad. ¿Será que Dahyun puede decirle cómo funcionan las cosas aquí? —Emmm ¿Dahyun?

—¿Qué pasó? —Dahyun la mira con una sonrisa mientras cambia la canción y comienza a ponerse las calcetas.

Tzuyu rasca su cabeza y suspira —¿Qué me puedes contar de aquí? — hace una mueca cuando no puede pronunciar bien las "r", sin embargo Dahyun no parece tener inconveniente con eso así que solo se encoge de hombros.

—Nada fuera de lo común. Está escuela es la élite de México, muchos de nuestros compañeros se van de intercambio y muchos otros llegan; como tú. —Dahyun sonríe y comienza a aplicarse una cantidad decente de maquillaje.

Tzuyu parece meditar sobre su respuesta, ella sabe que sus padres no la enviaría a un lugar que no estuviera a su nivel económico y reputación, pero ¿por qué en México?

—Ya casi nos toca finanzas, ¿te espero?

—Si tu quieres.

Dahyun se encoge de hombros y se sienta en su cama mientras arregla su uniforme, incluso aunque esté cien por ciento presentable. Tzuyu opta por solo usar el suéter, sin la corbata ni mucho menos el chaleco.

Cuando cruzan las instalaciones para llegar al área donde se imparten clases, Tzuyu puede ver a todos parloteando en los pasillos, apenas son las siete de la mañana y todos parecen tener algo de qué hablar.

—Dahyunnie ¿has cuidado bien de Tzuyu? —La presidenta pregunta, su cabello recogido en un chongo pulcramente peinado.

—Claro que sí. Pero te la dejo, buscaré a Chaeyoung.

Dahyun se va por los pasillos, les toca la misma clase pero Tzuyu supone que ya paso mucho tiempo con ella, así que se encoge de hombros y cuando quiere preguntar algo a Jihyo, ya se ha ido a sentar con una de las chicas que conoció el día de ayer.

Tzuyu suspira y decide sentarse en una mesa libre, saca su ipad y se dispone a revisar los apuntes que Myoui le pasó. Está tan concentrada que no nota cuando el salón se queda en silencio.

—Psss. —Un susurro desde atrás la distrae de los corazones rosas que Mina puso como decoración en sus apuntes. —Ey, mocosa. Vas a tener problemas si no te mueves.

Tzuyu frunce el ceño al escuchar eso, se gira y antes de que pueda decir algo, Im Nayeon habla por ella. —¿Qué te pasa, Bumi? Deja a la niña en paz.

El tal Bumi alza las cejas en sorpresa al escuchar a la infame Im Nayeon defendiendo a alguien. A alguien que está en su mesa de laboratorio.

Tzuyu se da cuenta entonces que frente a ella se encuentra Momo y Chaeyoung también, la última alzando la cabeza en señal de saludo y después sentándose frente a ella junto con Momo, aunque no la deportista no está muy contenta con eso.

—Hola. —Tzuyu saluda en voz baja al ver que el salón ha vuelto a la bulla usual.

Nayeon le devuelve el saludo con una sonrisa sin dientes.

—Ay pobre perra, por qué no saludas como se debe. Tzuyu ven aquí, siéntate con nosotras. —Tzuyu no sabe qué hacer cuando la rubia de la mesa de Sana la llama, debatiéndose entre si ir o no, Nayeon parece indiferente al comentario de Jeongyeon y comienza a repasar sus apuntes también.

La menor está a punto de irse, pero Nayeon la detiene. —Te puedes quedar si quieres, no me molesta tu presencia. Sirve para que no te peguen lo corriente.

Jeongyeon rueda los ojos y vuelve a la conversación que tenía con Sana y Jihyo. Hablando sobre cualquier vanidad. El profesor de finanzas entra y detrás de él vienen Dahyun y Mina.

—Hey, bro. Te estaba buscando. —Dahyun dice mientras se sienta en la primera fila.

—Andaba por ahí.

Tzuyu trata de poner atención, voltea a ver a Nayeon que está muy concentrada apuntando lo que dice el profe, de vez en cuando dibujando garabatos en color rosa. En otra de las mesas al fondo, Sana está riendo de algo que dijo Jeongyeon y Mina tan seria como siempre solo se dedica a escribir.

Terminan las primeras dos horas de finanzas y todos se apresuran a salir. El grupo de Sana ya voló del aula mientras que las chicas de Nayeon están esperando en la puerta. —Vamos Tzuyu, quiero comer.

No espera que Nayeon y Momo la estén esperando, pero se apresura a guardar sus cosas y pronto están camino a una de las cafeterías. —¿No te han asignado casillero? —pregunta Momo mientras observa sus uñas, el esmalte tinto queda muy bien con su tono de piel.

—Emmm no.

Nayeon suspira. —No te preocupes, en un rato te daré uno. ¿Dónde lo quieres? —Nayeon puede ver que Tzuyu está confundida. —Está bien, será cerca del de nosotras.

—Gracias, Nayeon.

—No es nada. ¿Qué quieres desayunar, Momo?

—Chilaquiles.

—Yo necesito mi café.

Tzuyu camina a un lado de ellas, puede ver como son el centro de atención por donde pasan, y comienza a disfrutar un poco de eso. Llegan al área de comida, pequeños locales de cadena se encuentran a lo largo del lugar.

Momo pide sus chilaquiles con dos huevos, necesita estar con energía para el entrenamiento de softbol. Mientras que Nayeon opta por un café. Tzuyu está esperando en una mesa, sin tener mucha hambre aún.

—Ey chica, ¿cómo lograste que las chicas más populares de la prepa fueran tus amigas?

—¿Eh?

—Sí, ahora te sientas con Hirai e Im. Ayer te vi con la presidenta y escuche que incluso Myoui te pasó sus apuntes.

—¿Por qué son tan importantes?

—Bueno, aquí todos son importantes, pero específicamente con quienes te estás juntando tienen mucha influencia en la escuela.

—¿Y tú quien eres? —pregunta Tzuyu con una ceja levantada, no lleva ni tres días aquí y todo el mundo la está cuestionando solo por ser adoptada por unas chicas.

—Dime Lucas. Mira, por ejemplo Im Nayeon —Lucas dirige su mirada a la mencionada y espera que Tzuyu haga lo mismo. —Es hija de dos de los actores más famosos de México, para algunos aquí es como si fuera hija de actores de circo, pero la realidad es que sus padres tienen acciones en empresas muy importantes aquí en México.

—¿Ajá? —Tzuyu está confundida. Pero quiere saber más. —¿Y Momo?

—Ella me da miedo, su papá es un deportista retirado pero su linaje es de mucho dinero. Por eso su padre pudo estar en competencias de Golf a nivel mundial. Su abuelo se casó con una japonesa millonaria. Momo es bateadora del equipo de softbol.

Lucas alza las cejas, esperando que Tzuyu lo deje continuar, porqué si hay algo que mueve al chico es el chisme. No puede continuar con lo que sabe de Jihyo porqué Nayeon y Momo llegan a la mesa.

Con una sola mirada, le dicen al chico que se largue. —¿Te juntas con cualquiera? —pregunta Momo con disgusto. —Ese baboso solo lleva y trae chismes, no le cuentes nada.

—No me junto con cualquiera, y sí me di cuenta de eso. —Tzuyu deja salir una risita. Nayeon le pasa un cartón de leche sabor chocolate y pronto la conversación va dirigida a los proyectos de primer parcial que vienen.

En el proceso Tzuyu se da cuenta que lo de Lucas no son solo chismes, Momo trae consigo una mochila de entrenamiento y el porte de ambas le indica que no son simples estudiantes.

Un golpe duro en la mesa la saca de sus pensamientos, al otro lado del lugar Jeongyeon se encuentra con una sonrisa juguetona. —¿Qué te pasa pendeja? —Momo se dirige a ella, no gritando pero sí con un tono molesto.

—Ay perdón, le puse mucha fuerza a mi tiro. Tal vez deberías tomar notas, tu último partido estuvo lamentable.

Nayeon suspiró con molestia. —Vete a tu rancho, arrastrada.

—Mi "rancho" vale más que todo lo que tienen tus papis, cariño. —Mina que está a su lado, se ríe discretamente del comentario de Jeongyeon. Justo en ese momento Tzuyu se da cuenta de dos hombres gigantes parados cerca de la mesa de ellas. 

—Ni con todo eso se te quita lo corriente.

Y con eso la pequeña discusión termina, Jeongyeon abraza a Mina por los hombros y Momo puede ver que están hablando de ellas. Aprieta la mandíbula y dirige la mirada a su desayuno. —Estas idiotas no se cansan de hacer el rídiculo.

—¿No se llevan bien? —pregunta Tzuyu, pero al ver las expresiones de sus compañeras aprieta los labios.

Nayeon rueda los ojos y justo llega Chayeoung a meterse en la conversación. —¡No! ¿Qué va? son las mejores amigas.

—Antes sepultada que ser amiga de esas.

Tzuyu camina a su dormitorio después de las clases, aún tiene que elegir un taller o actividad extracurricular, pero por lo pronto va a descansar. Cuando entra a su cuarto, no espera ver a Dahyun recostada en su cama mientras escucha música. —Ey ¿tú no tienes talleres? —pregunta la menor mientras se quita los zapatos y se deja caer en la cama.

—Hoy no, aunque mamá me quería obligar a tener dos talleres a la semana.

—¿Es dificil ser la hija de la directora?

—Sí, pero no hablemos de eso. ¿Qué me cuentas tú?

Tzuyu suspira y se acomoda en la cama. —Hoy un tal Lucas vino a preguntarme porqué soy amiga de ustedes.

—Ay, no le hagas caso. Lucas es un chismoso. ¿Qué te dijo?

—Algunas cosas sobre Momo y Nayeon.

—¿Cómo qué? —Dahyun se sienta en la cama un poco más interesada en el tema de conversación.

—Algo sobre que los papás de Nayeon eran actores y que el papá de Momo era deportista, pero ya no supe nada más. ¿Por qué todo el mundo se preocupa por eso?

Dahyun suelta una risilla y saca un paquete de picafresas, le pasa una a Tzuyu que traga el dulce. Hace una mueca por el chile, pero aún así come la otra que le pasa Dahyun. —Mira, conozco a las chicas desde hace años. Algunas estudiaron en esté colegio desde el kinder; Nayeon, Momo, Jihyo, Sana y Mina. Obviamente yo también.

—¿Y por qué no se llevan bien?

—Antes eran muy amigas, pero un trabajo en equipo las separó a tal punto que ya no se dirigen la palabra, bueno a Jeongyeon le gusta molestar mucho. Jihyo y yo nos mantuvimos al margen, total no era pedo de nosotras.

—¿Y las demás?

—Chae es becada y Jeongyeon entró en la prepa, pero supongo que se enteró de todo lo que pasó. Siempre ha existido una rivalidad, pero ni siquiera yo sé bien qué pasó.

Pasa un momento y Tzuyu recuerda lo que vio en la cafetería.

—Oye ¿y quiénes eran los grandotes que siempre siguen a las chicas?

—¿Grandotes?

—Sí, estaban en la hora de la comida con Jeongyeon, Sana y Mina.

—Ahhhh, esos son los guardaespaldas de Mina. Nunca la verás sin ellos.

¿Mina con guardaespaldas? ¿Quiénes son estas chicas?

Al día siguiente, Tzuyu no sabe cómo terminó en los baños más alejados de las instalaciones, solo sabe que quería ayudar a una pobre lagartija. Todo empezó cuando la vió en los pasillos. Las áreas verdes en el campus son gigantes, tanto que es normal diferentes tipos de animales por ahí, ¿pero quién iba a pensar que una lagartija sería la causante de todo un desastre?

Está encerrada en un cubículo de los baños abandonados lejos del último edificio de la escuela. Marca el número que Jihyo le dió y después de los tonos su voz se expande por la bocina. —¿Sí?

—Jihyo, me quedé encerrada en los baños.

Detrás del teléfono se escuchan murmullos —¿En qué edificio estás? —pregunta Jihyo mientras busca con la mirada a Nayeon, están en una junta de consejo y ella no puede salir así como así. Mina también está ahí pero sabe que mandar a las dos chicas sería el fin de sus días.

—No lo sé, no tenía letra cuando llegué aquí.

Jihyo suspira —Quédate ahí, enviaré a alguien. —Cuando cuelga la llamada y pide que le den un momento con Nayeon.

—¿Todo bien?

—Sígueme. —Salen de la sala de juntas y Jihyo acomoda su uniforme. Al salir, se encuentran con Sana en una banca. —¿Sana qué haces aquí?

—Estoy esperando a Mina. —Jihyo suspira y frota su frente con los dedos, mira a Sana y después a Nayeon.

—¿Jihyo?

La mencionada sonríe antes de hablar. —Ustedes me van a hacer un favor.

Nayeon siente calor en las orejas. —¿Nosotras?

Sana aprieta los labios y busca su ruta de escape más rápida, pero Jihyo es más rápida. —Resulta que Tzuyu término en el edificio abandonado.

Nayeon mira directamente a Jihyo, ella no quiere ver a Sana. —Pero está prohibido ir ahí.

—Lo sé, pero la chica es nueva y se puede atontar muy fácil. ¿Podrían ir por ella? Hablaré con ella después.

—Presidenta, pero nos vamos a meter en problemas. —Nayeon trata de razonar con su compañera, sin embargo levanta la mano y la interrumpe. Sana se encuentra en silencio.

Nayeon la mira y le causa un poco de disgusto ver su uniforme tan desarreglado. Incluso la camisa está sin planchar.

—Escuche algunas cosas del porqué está aquí, no quiero que se meta en problemas. ¿Lo harán o no?

Sana es la primera en aceptar y a Nayeon no le queda de otra que pedirle a Jihyo que la ponga al tanto sobre las cosas que ocurrirán en la junta. Jihyo entra de nuevo —¿En qué nos quedamos?

—El presupuesto de la jornada deportiva. —dice la tesorera del consejo.

—Gracias Mina. Sigamos.

La caminata al edificio abandonado es incómoda, Nayeon no dice una sola palabra y el chicle que masca Sana huele a menta. Es lo único que se percibe. Al llegar al último edificio, entran a los baños.

—¿Tzuyu-yah? —grita la castaña, y Nayeon rueda los ojos porque los zapatos de Tzuyu.

—¿Sana?

—¿Cómo te encerraste, tontita?

—Solo estaba tratando de ayudar a la lagartija que estaba en los pasillos y termine aquí. La puerta se cerró y ahora no puedo salir.

—Te vamos a sacar. —¿Nayeon de verdad había ido por ella?

—Ayúdame, por favor.

—Okay, Tzuyu vamos a entrar al cubículo de al lado e intentarás salir por debajo. ¿Está bien?

Tzuyu asiente, con el pequeño animal entre sus manos.

Algo que Nayeon y Sana no tenían en cuenta, es que todas las puertas de los baños estaban abiertas por la misma razón: el seguro se ponía automáticamente al cerrarse, así que cuando cierran la puerta, se quedan encerradas también.

—¡Sana! ¡Mira lo que hiciste! —Nayeon grita con impaciencia, están muy cerca dentro del cubículo.

—¡No me grites! ¿Yo que iba a saber?

—Me pones los pelos de punta, Sana. De verdad.

—¿Chicas? —Tzuyu habla, un poco asustada por la situación.

Nayeon suspira y trata de moverse en el espacio, pero hay tan poco que cualquier movimiento que haga, la hace rozar con el cuerpo de Sana. —Tzuyu trata de salir por debajo, nosotras ya no te podemos ayudar.

—Está bien, está bien. —Tzuyu deja a la iguala en la pared y se acuesta en el suelo, que para acabarla está muy sucio. —No sé si pueda salir, está muy chiquito aquí.

—Tzu, intentalo. —Sana la anima y pueden escuchar que Tzuyu comienza a arrastrarse hasta salir.

—¡Lo hice! —Tzuyu salta de emoción.

—Bien Tzuyu, ahora intenta abrir la puerta. —La menor se pregunta porque no hacen lo mismo, pero pronto se da cuenta que la puerta donde están sus amigas, llega hasta el suelo.

Tzuyu comienza a forcejear con la puerta cuando escucha gritos agudos. —¡Nayeon, Nayeon! ¡La lagartija!

—¿Qué lagar...? ¡Ahhhhh! Quitamela, Sana.

—¡No le hagan daño.

Dentro del cubículo hay movimientos desesperados, Nayeon intenta desesperadamente abrir la puerta, incluso usa la fuerza bruta y empuja con su hombro mientras Sana se adhiere a ella evitando a la lagartija.

—¡Ay Nayeon ya se le cayó la cola! —Tzuyu comienza a forcejear con la puerta también.

Sana parece que está a punto de vomitar, Nayeon voltea hacía atrás y puede ver a la lagartija ya muerta del susto y sin cola. —¡Sana ayudame!

—Vi como se le cayó la maldita cola. —Sana se pone pálida y se sigue aferrando al brazo de Im Nayeon.

En un último esfuerzo, Tzuyu y Nayeon empujan al mismo tiempo. Con tanta fuerza que la puerta se cae y por la inercia, Sana y Nayeon terminan en el suelo. Sana sobre la espalda de Nayeon.

—¡La mataron! —dice Tzuyu con los ojos llenos de lágrimas, recogiendo al pobre animal antes de que a sus pobres salvadoras.

—Sana, muévete.

Sana lo hace y sacude su falda, Nayeon se levanta y puede ver su camisa llena de tierra. Suspira y justo cuando se dispone a salir de ahí, Tzuyu habla. —Tienen que enterrarla, ustedes la mataron con sus gritos.

—Yo no le haré un funeral a una lagartija —dice Nayeon con los brazos cruzados. Tzuyu derrama la primera lagrima y:

Dos minutos después, Sana y Nayeon pelean por quien debe hacer el hoyo de tierra. —Con esto. —dice Tzuyu y les pasa unas cucharas de plástico que encontró en el depósito de reciclaje.

Sana parece querer vomitar otra vez y Nayeon cava más rápido. Una vez que la lagartija está bajo tierra, piensan que se han librado de la adolescente triste. —Digan unas palabras. Empezaré yo. Querida Catalina.

—¡¿Le pusiste nombre?! —pregunta escandalizada Nayeon y quiere callar la risa que sale de Sana.

—Sí. Como decía; querida Catalina. Aunque nuestro primer y último encuentro fue el último, fuiste una gran lagartija. Me hubiera gustado haberte ayudado más. —Cuando Tzuyu termina y mira fijamente a Sana, sabe que es su turno.

Toma aire al comenzar. —Eh... Catalina, perdón por gritar tan fuerte que tuvieras que perder tu cola.

—Te toca, Im. —La mirada de Tzuyu es muy seria.

—Que descanses en paz. —Tzuyu está a punto de quejarse cuando Nayeon le pide algo muy inusual a Sana. —Sana, quítate la camisa y dámela.

Sana se sonroja hasta las orejas. —¿Qué?

—Soy del consejo, no puedo estar llena de tierra por la escuela, quítate la camisa. Cómo caíste encima de mí, no te manchaste.

—No.

—¿Quieres que todo el mundo se entere de lo que pasó? Dame la camisa, te puedes quedar con la mía. Total siempre andas de mugrosa y desaliñada.

Sana ya se estaba desabrochando la camisa blanca cuando abre la boca de sorpresa. —¡Im Nayeon!

—¿Van a pelear otra vez? Sana dale la bendita camisa. —Tzuyu se cruza de brazos y contra todo pronóstico, Sana se da la vuelta y se quita la camisa. Nayeon y Tzuyu se voltean para darle privacidad.

Nayeon ve todo de reojo.

Sana se abrocha el saco hasta el cuello y avienta su camisa a la cara de Nayeon. —Gracias. Pueden irse.

—Te esperamos. —Tzuyu dice y ahora se da la vuelta en dirección de Sana. Quita su saco, su camisa y la reemplaza por la de Sana. No está planchada y le queda más grande, pero huele a ella.

No sabe si es mejor o peor. 

-

Buenooooo, aquí les dejo este cap de nuestras estudiantes favoritas. Puede parecer relleno pero está es la base del fanfic. 

Como referencia, me gustaría que se imaginarán a Tzuyu literalmente de 16 años. En fisico y perosnalidad, una inocente preocupada por los animales y medio despistada. 

Diganme que les parece. Saben que amo leer sus comentarios. 

La próxima historia que actualizo será Unfair life o tal vez comience a escribir la sahyo que tengo en mente.

Les quiero mucho, gracias por llegar hasta acá.

Besos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top