Capítulo Uno: El Torneo Oscuro
Capítulo Uno: El Torneo Oscuro
Tatsumaki despertó en la oscuridad. No el tipo de oscuridad que viene con la ausencia de luz, sino la oscuridad sofocante y palpable que parecía filtrarse en su ser. Trató de moverse, pero se encontró restringida, con las manos y los pies atados por una fuerza invisible.
"¿Dónde estoy?", pensó, con el pánico creciendo en su pecho. Su último recuerdo fue el de una luz cegadora, y luego... nada. Se esforzó contra sus ataduras invisibles, desesperada por obtener respuestas.
Una voz resonó en la oscuridad, escalofriante y siniestra. "Bienvenida, Tatsumaki, al Torneo Oscuro".
El nombre le provocó un escalofrío en la columna vertebral. Había oído susurros sobre un torneo así, un juego retorcido orquestado por un ser malévolo conocido como Darkseid. Guerreros de todo el multiverso eran secuestrados y obligados a luchar, sus universos pendiendo de un hilo.
"¿Torneo?", gruñó Tatsumaki, su voz atravesando la oscuridad como una espada. —¡Destrozaré este lugar antes de jugar a tus juegos!
La risa llenó el aire, fría y burlona. —Cuánta bravuconería —se burló la voz—. Pero no estás sola, Tatsumaki. Hay otra que comparte tu destino.
Como si fuera una señal, un suave resplandor iluminó la oscuridad, revelando otra figura atada a su lado. Los ojos de Tatsumaki se abrieron al reconocerla. Era Starfire, la princesa tamaraneana, su cabello ardiente y su porte regio eran inconfundibles incluso en la penumbra.
—Starfire —gruñó Tatsumaki, su animosidad hacia la princesa alienígena era bien conocida. Ya se habían enfrentado antes, sus poderes y personalidades chocaban como titanes.
Los ojos de Starfire brillaron con desafío. —Tatsumaki —escupió, su voz goteaba desprecio—. Debería haber sabido que estarías involucrada en esto.
A pesar de su mutua enemistad, un entendimiento silencioso pasó entre ellas. Ambas eran prisioneras, peones en un juego que no entendían. Si querían sobrevivir, tendrían que dejar de lado sus diferencias y trabajar juntas.
"Puede que seamos enemigas, Starfire", dijo Tatsumaki, con una voz sorprendentemente tranquila. "Pero si queremos tener alguna esperanza de escapar de este lugar, debemos ser aliadas".
Starfire dudó, su mirada se encontró con la de Tatsumaki. Por un momento, el odio en sus ojos se suavizó, reemplazado por un destello de respeto renuente.
"De acuerdo", dijo con voz firme. "Por ahora, luchamos juntas. Pero no te equivoques, Tatsumaki. Una vez que seamos libres, nuestra rivalidad continuará".
Tatsumaki asintió, el desafío aceptado. Puede que fueran enemigas, pero en ese momento, estaban unidas por un objetivo común: la supervivencia.
Juntas, se enfrentarían a cualquier horror que el Torneo Oscuro les tuviera reservado.
Capítulo dos: El escape
Tatsumaki y Starfire trabajaron en silencio, sus movimientos sincronizados mientras tejían patrones intrincados con sus poderes. La telequinesis de Tatsumaki y las llamaradas estelares de Starfire eran una combinación potente que les permitía superar obstáculos que habrían sido insuperables solas.
A medida que se acercaban al borde de la arena, una oleada de esperanza llenó el pecho de Tatsumaki. Estaban cerca, muy cerca de la libertad. Pero antes de que pudieran alcanzarla, una luz cegadora las envolvió, deteniéndolas en seco.
Darkseid estaba de pie frente a ellas, su imponente figura proyectando una sombra sobre ambas. Sus ojos brillaban con malevolencia y una sonrisa cruel torció sus labios.
"¿De verdad creyeron que podrían escapar tan fácilmente?" se burló, su voz como grava. "Me subestiman, Tatsumaki, Starfire. Olvidan que soy el amo de este dominio, y ustedes no son más que peones en mi juego".
Tatsumaki se erizó ante sus palabras, su desafío inquebrantable. "Nunca seremos tus peones, Darkseid", escupió, su voz goteando desprecio. —Lucharemos hasta nuestro último aliento.
La sonrisa de Darkseid se ensanchó, la oscuridad de su aura se arremolinó a su alrededor como una capa. —Admiro tu espíritu, Tatsumaki —dijo, su tono casi jovial—. Pero el espíritu solo no te salvará. Ahora estás en mi dominio, y aquí, soy un dios.
Con un movimiento de su mano, Darkseid desató una ola de energía que envió a Tatsumaki y Starfire al suelo, sus cuerpos destrozados por el dolor. Mientras yacían indefensas ante él, Darkseid se cernió sobre ellas, su victoria asegurada.
—Ahora —dijo, su voz era un retumbar bajo—. Que comiencen los verdaderos juegos.
***
Comentarios: Aquí no lo muestro, pero antes de comenzar le pregunté a la IA si conocía a los personajes. Es parte del entrenamiento del algoritmo. Me dio una biografía detallada de Tatsumaki y de Starfire, pero no entiende que no pertenecen al mismo universo, por eso asume que ya se conocen y que son rivales.
Por otra parte, hice ajustes mínimos en cuanto a ortografía, especialmente el género, porque tampoco le quedaba claro que Tatsumaki es mujer y muy seguido la trataba con el masculino. No cambié las comillas por el guión largo porque era demasiado trabajo. Los guiones que aparecen los puso la IA en automático, desconozco el por qué.
Por otra parte, ChatGPT raramente escribe más de mil palabras por capítulo, por eso tenía que darle más detalles para completar lo que yo escribía en un solo capítlo y el algoritmo lo interpretaba como un cap nuevo, al que le ponía título y todo.
Prompt:
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