Capítulo 2: Diplomacia y rescate.
Capítulo 2: Reconocimiento y rescate.
Yuuko se preparaba para salir, su pelicano ya estaba listo por lo que solo era cuestión de encenderlo, pero en eso, su IA se materializo apareciendo su avatar holográfico en un lado de los controles del avión. Kizuna podía más o menos detectar los sentimientos y emociones de Yuuko. Yuuko en cierta parte era un Spartan "Especial", no solo sus aumentaciones fueron brutales a nivel físico, si no que toda su anatomía evoluciono demasiado bien.
Físicamente sin la armadura mide 2.23 de alto, mucho más que otros Spartan II o III, luego estaba el tema de que el chip que inhibía sus emociones, nunca funciono en él, nadie entendía porque, ni la Doctora Halsey lo entendia, Yuuko era tan único como el propio John, pero a diferencia de él, Yuuko disfrutaba asesinar brutalmente a los enemigos que se le pusieran en frente.
La ONI solía enviarlo a misiones de asesinato muy seguido, incluso el solo acababa con regimientos enteros de los Insurrectos, dejando un desastre sangriento sin inmutarse. Lo mismo con el covenant cuando iniciaron sus ataques contra la humanidad. Sus víctimas, algunos generales, mariscales y almirantes elites, perecieron por sus manos.
El Covenant lo apodo el "Desguesador" mientras que la ONI "El Carnicero" por terminar sus misiones con un desastre sangriento de extremidades, sangre, tripas e intestinos por todas las paredes. Yuuko mato tanto humanos como aliens por igual, a pesar de conservar sus emociones, era bastante frio y neutro cuando asesinaba.
Kizuna Ai: Se lo que estas pensado y lo que estas recordando, Yuuko. – rompió el silencio su IA la cual tenia los brazos cruzados con una mirada seria. – Trata de controlarte con el tema de la esclavitud en esos dos reinos, se que tu instinto de justicia grita que los ayudes, no digo que no lo hagas, solo contra tu enojo, tal y como lo has estado haciendo. – dijo con tranquilidad, pero manteniendo su tono serio.
Yuuko: No prometo nada. – fue lo único que dijo, para arrancar la nave y salir del hangar de la Dawn con destino al reino de Tristain.
Kizuna solo suspiro a su manera y giro su cuerpo para admirar el planeta, la Dawn seguía orbitando sobre ella, pero en cualquier momento podría entrar a la atmosfera y caer en picada. Yuuko tenía que ser rápido, para que en alguno de los dos Reinos puedan asentar una base y poder seguir investigando las anomalías y esa extraña energía que emana el planeta, la cual sigue siendo desconocidas para ambas IA's
[...]
John por su parte aun tenia varias preguntas sobre el tema del escudo, estaba mas que claro que en Melromarc es odiado, pero no sabe porque, antes de ir al Reino de Tristain, descenderá a la capital de Melromarc, para preguntar alguna persona sobre el Escudo, necesitaba información si quería saber como funcionaba, hasta ahora, solo lo usará para esquivar cualquier cosa que le lancen.
John rápidamente preparo su propio Pelicano, tomo de la armería varias armas y las acomodo en el aérea de pasajeros, municiones y algunos detonadores y explosivos. Igual preparo al pelicano con dos vainas de cohetes de 340 mm y dos cañones de 70 mm en ambas alas por si acaso, Yuuko hizo lo mismo con su propio pelicano. Al menos no estaban desarmados, ya que la Dawn, al ser usada en la batalla de la Instalación 00, se trajo bastante equipamiento y armas. Tenían armamento para mínimo 3 años, en lo que buscaban como fabricarlo o algo así.
Cortana: ¿Cómo planeas convencer a los reyes de esos dos reinos para cooperar con nosotros? –pregunto con curiosidad.
John: Ya seme ocurrirá algo, aparte, les serviría tenernos como aliados. – dijo con seguridad. – Y más cuando mostremos el tipo de armas que tenemos. – agrego.
Cortana: ¿intimidacion? Bueno, viendo qué tipo de mundo es este, no me sorprendería, aparte de seguro querrán tenerte de aliado cuando le muestres lo que un M19SS puede hacer. – agrego.
John: Ya lo veremos. – con eso dicho y luego de terminar de meter otra caja con municiones dentro de pelicano, John fue a la cabina del piloto y con ayuda de su IA rápidamente salió de lo que una vez fue una fragata de guerra pesada. – Iremos primero a Melromarc, necesito conseguir un mapa.
Cortana: Dudo que acepten créditos del UEG aquí. – agrego con diversión.
John: Ya se nos ocurrirá algo. – finalizo.
[...]
Por otra parte, los otros tres héroes aún estaban pensativos, muchas cosas pasaron en solo unas cuantas horas, primero son invocados a este mundo desconocido, luego ese sujeto con enorme armadura que resulto se run soldado real, y luego su compañero que llego volando es un avión enorme de aspecto futurista.
Nada parecía real, pero ese bombeo de la escopeta si lo pareció. Los tres jóvenes aun pensaban que se trataba de un video juego, seguían pensado que, si morían, volvería a revivir, que equivocados estaban. Al reino les convenía que siguieran pensado lo que ellos quisieran, total, mientras mas consentidos los tangan, más fácil serán de manipular.
Ren: Estoy seguro que ese tipo está usando hacks para esto. – rompió el silencio el chico emo.
Itsuki: Puede ser, solo así podría tener un compañero. Y, díganme que no fui el único que vio que nivel es. – dijo algo asustado por el brutal nivel que tiene John.
Kitamura: Si lo vi, eran diez mil y algo, solo pudo a ver usado hacks para volverse así de fuerte. Además, este es un mundo de fantasía, es imposible que hayan armas de fuego o de otro tipo, ese tipo está haciendo trampa.
Ren: No esta demás que lo mantengamos vigilado cuando vuelva a aparecer, dudo que salga del reino y dudo que el combustible de su nave sea infinito, no puedes meter tantos hacks a un juego. – dijo con seriedad.
Kitamura: Como sea, tenemos que hacernos fuerte y evitar que ese idiota nos vea la cara de tontos. – dijo con determinación.
El resto de jóvenes igual sonrieron con malicia, ellos aún eran ignorante de que en este mundo una vez te mueran adiós, no hay reinicio, no hay respawn y eso es algo que ellos no saben. De igual manera en que excusan que John usa hacks, eso solo deja a entender lo inmaduros que son y los tontos que son.
[...]
Más tarde en la noche.
John dejo el pelicano escondido en el bosque, uso varias hierbas para ocultarlo y evitar que fuera visto fácilmente. No le tomo mucho atravesar el bosque y eliminar a algunos monstruos que eran bastante graciosos según Cortana. Los mas frecuentes y que atacan en grandes cantidades, son los que tiene formar de pelota o de globo. Son extremadamente débiles, John solo uso sus puños para matarlos.
Apenas y le daban +5 de EXP.
Al llegar a la ciudad, este solo escalo por los muros que la rodean e ingreso sin ser detectado. Uso la oscuridad de la noche para buscar algún negocio que estuviera abierto para comprar un mapa y luego Cortana lo escaneara para unirlo al escaneado planetario que Kizuna ya había hecho con anterioridad antes de bajas al planeta.
Cortana: Jefe, ¿Qué es eso? –pregunto la IA.
El jefe maestro giro su cabeza y vio una enorme carpa de circo. Sus sensores rápidamente detectaron cientos de objetivos desconocidos dentro, algunos arrinconados y otros algo asilados. John se acerco un poco mas usando la oscuridad de un callejón para analizar mejor la curiosa carpa morada.
Noto como un grupo de hombre sacaron a una mujer, esta tenia un par de orejas y una cola, pero lo que mas destaco, fue la cadena en su cuello y otras mas en sus muñecas, tal y como dijo Yuuko, la esclavitud aquí era legal y en futuro no muy lejano, tendrá que tomar cartas en el asunto.
Cortana: ¿Quieres entrar a ver? –pregunto con curiosidad.
John: Puede que ahí tengan un mapa, usare las monedas que le quite a esos bandidos que elimine en el rio. – dijo sostenido una bolsa grande y para un humano normal pesada, al echar otro vistazo, dentro, había varias monedas de oro. Sin duda, los bandidos que seguramente tuvieron un buen golpe, tuvieron la mala suerte de que John se topara con ellos y que ellos, fueran tan estúpidos como para intentar enfrentarlo.
John se acercó tranquilamente, pero con arma en mano hacia la entrada de la carpa, Cortana se mantenía atenta al sensor de movimiento de la armadura, buscando posibles objetivos que intente emboscarlo, por ahora, no había ninguno y al llegar a la entrada de la carpa, un hombre bajito pero regordete les recibió con una sonrisa de oreja a oreja.
¿???: ¡Oh! Más clientes, sean bienvenidos, soy Beloukas, comerciantes de esclavos y demás cosas de esta ciudad, soy el mejor sinceramente hablando ¿En que puedo ayudarlo? – pregunto con una sonrisa y presentándose con respeto y cordialidad, como todo un comerciante. El adulto de baja estatura y sobre peso, analizo al hombre de armadura verde de 2.18 de alto, asombrándose por su armadura.
John: ¿Tienes mapas de este continente? –preguntó directamente.
Beloukas: Claro, por favor sígame. – dijo invitándolo a ingresar a la carpa. – De igual manera si encuentra algo que le interés, por favor hágamelo saber y llegaremos a un acuerdo que nos beneficie a los dos. – agrego invitándolo a comprar más.
Al ingresar pasaron por varias zonas de la carpa, una sección estaba llenas de jaulas grandes, con criaturas altamente peligrosas y de niveles altos por lo que decía el sistema, luego, llegaron a otra sección de jaulas, están contenían a seres humanoides, los conocidos como semihumanos, John giraba la cabeza viendo todo detenidamente, era obvio que el comerciante les dio un tour apropósito para tentarlo a comprar algo esclavo.
Cortana: John, espera. - dijo solo para él. – Mira ahí. – lA le señalo en su HUD una jaula única.
El espartano se detuvo y aparto la manta que ocultaba un poco la vista del interior. Dentro, un grupo de cinco jóvenes se encontraban ahí. Una niña Mapache, una niña neko, un niño lobo y una niña rata. Los pequeños, algunos tosían, otros se notaban que tenían heridas grabes y necesitaban tratamiento urgente.
Cortana: John, sé que va en contra de las leyes del UNSC y del UEG en comprar esclavos, pero no podemos dejarlos así, van a morir. – dijo con pesar y tristeza su compañera. – No te pido que salves a todos, solo a ellos. – dijo y John volvió a ver a los niños.
Varios recuerdos volvieron a llegar a su mente de John, si bien, el esta consiente que en la guerra mueren muchos niños y es algo entendible hasta cierto punto, esto era diferente. En la guerra contra el Covenant, llego a presenciar la muerte de muchos niños en los campos de batalla, pero también logro salvar a muchos más.
John: ¿Cuánto por ellos? –pregunto seriamente y con un tono de voz grueso al comerciante.
Beloukas: Mmm... se los dejo barato, esos niños están bastante enfermos, tanto física como mentalmente, su antiguo amo era fan de la tortura y no son mas que peso muerto. Una moneda de plata por ellos cuatro y puedo darle gratis a otra semihumana que esta en un estado mas lamentable y que ya no me beneficia tenerla aquí. – dijo sinceramente.
John: Trato, pero igual requiero mapas de la región, si es posible que tenga un mapa del mundo se lo agradecería. – dijo con seriedad, el tono de voz algo frio y monótono del jefe maestro provoco un escalofrío en el esclavista.
Beloukas: C-claro, en seguida se lo traigo ¿Necesitaría algo más? – pregunto nuevamente, tratando de ocultar su temor a este hombre de armadura extraña.
John: No.
John simplemente se agacho para ver con mejor detenimiento a los niños semihumanos. Cortana se encontraba haciendo un diagnostico medico improvisado, percatándose que estos niños no durarían más de 15 días si no recibían alimento y atención medica de manera inmediata. Ante el diagnostico, John solo asintió, teniendo ahora la prioridad de atender a los niños ante de continuar con su plan de ir a Tristain.
Cortana: En el pelican hay algunos botiquines, con ellos podemos atenderlos y debería haber algunas barras energéticas y agua, al menos con eso aguantaran lo suficiente para cuando vallamos a la nave o al resto de ella y podamos tratarlos con nuestra tecnología. – explico con seriedad Cortana a lo que John solo asintió.
Desde la perspectiva de los niños, estos se asustaron al ver al enorme caballero de armadura verde y visor dorado, pero todos casi al mismo tiempo se percataron del escudo y la gema que tiene en el centro, la esperanza que una vez se desvaneció para los niños volvió a nacer como si encendieras el fuego de una fogata. El brillo en sus ojos regreso una vez más, al ver que el Héroe del Escudo, el Legendario héroe de los semihumanos, los rescataba en persona.
Beloukas: Señor, aquí tiene los mapas. – John tomo los mapas, eran cuatro en total enrollados, luego detrás del comerciante, un hombre de piel oscura cargaba a la ultima semihumana, esta apenas podía mover un musculo, estaba demasiado delgada y con dificultad giro su cabeza para ver a su nuevo amo. – Ella es una coneja guerrera, pertenece al continente de Falmart, si usted la logra salvar de su inminente muerte, puede que le sea de utilidad en el futuro. – explico tranquilamente. – Los semihumanos son leales, aparte de ser excelentes combatientes y mas ella que perteneció a una tribu de conejas guerreras del continente de Falmart, por azares del destino termino aquí. – conto resumidamente.
John solo tomo con su brazo libre a la coneja y el esclavista abrió la jaula donde estaban los niños, estos sin pensarlo dos bese corrieron y se colocaron detrás del enrome hombre de armadura verde, antes de que el esclavista y su empelado pudiera agarrarlos.
Beloukas: Por favor, traía a los niños por aquí, debemos ponerle la marca de esclavo. – dijo señalando otra sección.
John: No será necesario, tenga. – dijo y le entrego una moneda de oro al comerciante, el cual abrió grande los ojos al ver la moneda. – Quédate con el cambio. – agrego y seguido por los niños, comenzó a salir de la carpa.
Beloukas no dijo nada, solo guardo la moneda y regreso a sus deberes, al menos, pensaba que este podría ser un cliente único, aparte de que se percató del escudo y la curiosa gema que llevaba en el centro, fue cuando se dio cuenta que se trataba de ese nuevo héroe del escudo y le recordó mucho a una historia de le conto su padre, que igual era comerciante de todo tipo de cosas, incluso de esclavos. Sobre un héroe del escudo que compro todos los esclavos y los regresaba a su aldea o al reino semi-humano.
Beloukas: ¿Podrá ser... que sea igual al héroe del escudo anterior? – se preguntó para sí mismo.
Beloukas decidió seguir con su reflexión otro día, aun tenia trabajo por hacer y esperar un nuevo cargamento de esclavos que le llegaría desde otra ciudad.
[...]
A John le tomo tiempo, y mas porque tubo que proteger a los niños de los monstruos del bosque, pero al fin había llegado al pelicano. Los niños quedaron estupefactos ante la maquina voladora de miles de años más avanzada que los dragones que usan los ejércitos de algunos reinos. John encendió las luces del compartimiento de pasajeros y cerro la escotilla, aparte de que prendió el aire acondicionado.
Los niños vieron curiosos las diferentes cosas que habían dentro, varias varas de metal, unas mas grandes que otras, algunas cajas, algunas grandes y otras pequeñas.
John: Tomen asiento. – les dio una pequeña orden, los niños acataron y tomaron asiento en los cómodos asientos del pelicano. - Tengan, es comida, vendre con ustedes una es termine de atenderla a ella. – dijo viendo a la coneja guerrera adolecente la cual estaba acostada sobre una camilla blanca.
Los niños asintieron y comenzaron a devorar las raciones militares que John rápidamente les preparo, se notaba que tenían hambre, porque devoraban como si fuera el ultimo día de su vida, John giro levemente la cabeza y se aseguro de que los niños estuvieran comiendo, después de todo, presentaban síntomas de desnutrición extrema y algunas heridas abiertas, John seguía sorprendido al igual que Cortana que lograran aguantar la larga caminata de la ciudad hasta el interior de bosque.
John: Cortana, análisis. – dijo y la IA comenzó a hace run rápido diagnostico a la coneja guerrera.
Cortana: Esta demasiado critica, conéctale algunos sueños para proporcionarle vitaminas y minerales. También atiende sus heridas, tiene varios golpes en todo su cuerpo y varias heridas abiertas, límalas y asegúrate de que no se infecten, dale algo de morfina, su cuerpo es diferente al de los humanos, por lo que debería soportarla. – rápidamente respondió y dicto los pasos a seguir. - Cuando termines, trata de acomodarla para que coma algo, su diagnostico indica que no ha comido en mas de dos semanas. – agrego con seriedad.
John rápidamente comenzó a tratar las heridas de la coneja guerra adolecente, que no parecía tener mas de 13 años de edad. La coneja daba ligeros quejidos cando John conecto los sueros a sus brazos para que estos la hidrataran internamente, luego, comenzó a limpiarla como podía, tubo que retirarle toda la ropa para poder limpiarla completamente y luego proceder a cerrar las heridas abiertas.
Usando un bisturí comenzó a cerrar las heridas de mayor gravedad una ves que las limpiaba, gracias a la morfina proporcionada, la coneja no sintió mucho dolor a la hora de que el soldado potenciado genéticamente, cerro la mayoría de sus heridas luego poniendo una gasa y vendas para asegurarse de que no se ensucien, todo con la guía de Cortana que le decía que hacer exactamente.
Los niños miraban sorprendidos todo lo que el Legendario Héroe del Escudo hacía para salvar a su amiga coneja de otro continente. Fue una hora completa y cuando termino, John visito a la coneja con ropa que encontró dentro del pelicano en un cajón, la ropa le quedo algo grande a la adolecente coneja ya que era para adultos, pero al menos, ya estaba limpia, con heridas tratadas y mas tranquila sabiendo que podrá seguir viviendo más tiempo.
¿???: Gra......ci..as...- dijo en voz baja la coneja con una sonrisa y lágrimas en los ojos, aún estaba débil y sus cuerdas bocales seguían ligeramente dañas.
John: Descansa, no forzes tus cuerdas vocales, por ahora descansa, cuando lleguemos a la nave te atenderé con mejor detenimiento. – la coneja sin decir nada solo asintió agradecida y regalándole una sonrisa al héroe del escudo.
John se puso de pie y tomo fue con los niños, agachándose para poder verlos.
John: ¿Cómo se llaman? –pregunto con un tono más amable y tratando de sonar cálido para que los niños son se asustaran con su típico tono de voz.
Magalia: M-Magalia. – respondió la niña mapache.
Federica: Federica. – respondió la Niña gato.
Mailo: Mailo señor. – respondió el niño lobo.
Ruby: R-Ruby. – respondió la niña con orejas y cola de rata. – Ella se llama Dalilah. – dijo e nombre de la coneja guerrera.
Mailo: ¿Cómo se llama usted? –pregunto el joven niño lobo.
John: Me llamo John. – respondió tranquilamente.
Federica: Gracias por salvarnos. – agradeció la niña, esto hizo que los cuatro hicieran una reverencia ligera en forma de agradecimiento. – John-sama, permítame pelear a su lado. – dijo motivada.
Mailo: ¡Yo también quiero pelear! – agrego con un tono alto el niño lobo.
Ruby: Y-yo también. – agrego la niña rata.
John: No puedo hacer eso, son solo niños, no puedo llevarlos a la guerra. – eso hizo que los niños bajaran la cabeza con desilusión.
Mailo: Pero... Pero, podemos entrenar, entrénenos, nosotros los semihumanos evolucionamos con forme subimos de nivel, nos hacemos más fuertes, más rápidos y más inteligentes. – explico con determinación. - Solo tiene que dejarnos apoyarlo, si logramos matar monstruos de los alrededores, para cuando llegue la Ola, tendremos la suficiente fuerza para pelear. – agrego con determinación.
Federica: Son de diferentes razas, tenemos habilidades únicas que le pueden ser de ayuda en su camino, John-sama, se lo pedimos, permítanos pelear a su lado. Queremos ser sus compañeros y ayudarlo a liberar a mas como nosotros. Y también, evitar más muertes por culpa de las Olas. – agrego la chica gato.
Magalia: P-por favor. – agrego con unos ojos rogosos la pequeña mapache.
John en cierta forma quedo algo sorprendido la determinación de estos niños. El fácilmente puede entrenarlos y dentro de la Dawn aún quedan armaduras estándar de marines, aparte, no está demás tener un poco de ayuda adicional. Aun no sabe que otros peligros hay en este mundo y parece que estos niños lo conocen bastante bien.
Cortana: Acéptalos John, además, ellos podrían guiarte por las diferentes partes de este mundo y otra cosa que te recomiendo, es registrarte en el Gremio de Aventureros. Esas monedas de Oro que tomamos de los bandidos no serán infinitas, necesitamos buscar una fuente de ingresos en este mundo. – explico Cortana dentro de su casco con seriedad.
John: De acuerdo, les entrenare. – los niños sonrieron y levantaron la cabeza mostrando una sonrisa llena de determinación. – Pero quiero que me obedezcan en todo, ¿queda claro? –pregunto serio.
Magalia: S-sí. – asintió la Raccon.
Federica: Como usted diga, John-sama. – asintió la chica gato sonriendo y mostrando sus colmillos.
Mailo: Seguiré todas sus órdenes, John-sama. – dijo llevándose su puño al pecho.
Ruby: Como usted diga, John-sama. – agrego con timidez la niña rata.
Dalilah: Y-yo....Ta...bien...- dijo como pudo John se giró a verla y solo asintió, provocando una sornisa de la cojea guerrera la cual se juró a si misma que cuando este recuperar, peleara hasta el final a su lado.
John: Ok, pero por ahora, quiero asegurarme que recuperar fuerzas, regresaremos a orbita donde les podre atender más detenidamente. Necesito que todos sanen y estén al 100% para cuando comience su entrenamiento. – Los niños asistieron ante eso. - Ahora, les abrochare los cinturones, quédense sentados. – dijo y los niños se quedaron quietos mientras John les aseguraba. – Bien, el viaje será ligeramente corto. – los niños volvieron asentir.
John se retiro a la cabina para encender la nave nuevamente. Los niños sintieron un cosquilleo en el estomago cuando la nave comenzó a elevarse, cuando vieron por la pequeña ventana de la escotilla trasera, se percataron que estaban volando. Mailo y Federica estaba asombrados y emocionados, mientras Ruby y Magalia simplemente se sujetaban fuerte para no caerse.
Dalilah estaba bien asegurada por lo que no había riesgos de que se golpeara. Fueron dos horas de viaje hasta notaron como se veía el planeta desde la ventana. Los niños lograron ver a su mundo con estupefacción y emoción. Si bien, ver las estrellas de noche era muy gratificante y divertido, viajar a través de ellas era algo totalmente distinto.
[.....]
Yuuko se encontraba mirando al mar desde uno de los enormes jardines del castillo de la ciudad costera de Yibral, una enorme ciudad fortaleza rodeada de enormes murallas. Las murallas cuentan con varias torres altas donde en el centro de la torra, esta posicionado un cañón de asalto y hasta la sima de la torra, una ametralladora pesada, o eso pudo ver cuando volaba.
Ahora mismo, Yuuko se encontraba esperando al Rey de Yibral, el cual es el joven adulto de 20 años Claudio Yibral XVI, actual rey, el cual tomo el cargo luego de que padre haya muerto de un infarto al corazón a la edad de 70 años cuando estaba comiendo junto a su familia. Por reglas ya escritas de generaciones pasadas, el mandato quedara a cargo del hijo mayor de rey, en este caos, Ernesto.
A Yuuko se le hizo algo complicado solicitar una audiencia con el rey, pero cuando explico que él es compañero del Héroe del Escudo, fue cuando le cedieron el paso y le permitieron aterrizar su pelicano en un jardín en uno de los pisos mas altos del castillo con vista al mar. La ciudad de Yibral esta construida en la costa sobre un pequeño acantilado el cual tiene una hermosa playa.
Yuuko tenia que aceptar que era una fortaleza, rodeada de ametralladoras y cañones y por lo que pudo apreciar, Yibral ya contaba con un arma antiaérea, la cual contaba de cuatro cañones gemelos apuntando hacia arriba, similar a las baterías antiaéreas japonesas de la segunda guerra mundial.
Caballero: Señor Yuuko. – el caballero del castillo, un adulto el cual portaba una armadura azul de cuerpo completo con el único detalle que este portaba un rifle automático que vendría siendo la contraparte de la BAR 1918 de la WW1 y WW2, solo que la diferencia era que esta contaba con un cargador ligeramente mas grande y un cañón recortado para combate dentro de edificaciones.
Por lo que pudo ver en las afueras del castillo cuando llego, igual estaba la variante estándar, la cual tiene un cargador alargado en forma de cuerno y un cañón más largo, siendo el estándar del Ejercito de Yibral.
Caballero: El rey, Ernesto de Yibral acaba de llegar, me piido que le guiara a la sala del trono para una audiencia con usted. – dijo el caballero tranquilamente.
Yuuko: Le sigo. – el caballero asintió y se voltio para guiar al espartano.
[...]
En la sala del trono, había más caballeros con armaduras azules y el mismo tipo de rifle automático que hacían dos filas rectas en los laterales de una gran alfombra roja que llegaba hasta el trono. Yuuko al ingresar a la sala, se percató de un joven Rey. Claudio Yibral XVI, el primer Rey de Yibral más joven de toda la descendencia con 20 años de edad.
Claudio: Saludos, compañero del Héroe del Escudo. Soy Claudio Yibral dieciséis, es un gusto conocerte en persona, parece que lo que dicen mis hombres de ti no es mentira, un hombre de armadura desconocida, alto, más que cualquier otro hombre y luego sus desconocidas armas de fuego. – se presentó con respeto y admiración hacia Yuuko. - ¿A que debo su visita? – pregunto tranquilamente.
Yuuko: Soy Yuuko, solo Yuuko, Spartan de segunda generación. Estoy aquí para hacerle una oferta que no podrá rechazar, aparte de que nos beneficiara tanto a usted como a mí y a mi compañero. – dijo y todos quedaron con la intriga, Claudio asintió dando a entender de que continuara. – Joven Yibral, tanto mi superior, el Héroe del Escudo, el Spartan II John 117, como yo. No somos de este mundo, estamos varados y dudamos poder regresar a nuestro hogar, tenemos un método para contactar con los nuestros, pero necesitamos un lugar donde asentarnos. Si nos permite levantar una base, yo le daré acceso a tecnología avanzada, planos de armas y vehículos blindados para defender a su reino y a su gente, y por supuesto, para defenderse de las Olas de la Calamidad. – explico con seriedad. - Mi superior, John-117, ya debería estar en Ruta al su Reino aliado de Tristain, para hacerle la misma oferta. – agrego.
Claudio: Ya veo, sinceramente puedo notar que posees armas de fuego mucho más avanzadas que las nuestras, aparte de tener esa maquina voladora, nosotros apenas tenemos los globos aerostáticos. Aparte por lo que me explico uno de mis mensajeros, ustedes no quieren tener nada que ver con el reino de Melromarc y el reino de Silvertl, debido al tema del esclavismo.
Yuuko: Así es señor, de donde nosotros venimos, la esclavitud está penada con pena de muerte y ni mi jefe como yo, colaboraremos con esclavistas. Va en contra de nuestros entrenamiento y principios, aparte de que va en contra de las normas y leyes que nosotros seguimos al pie de la letra. Mi superior rescato no hace mucho antes de su llegada para recibirme, a un grupo de niños semihumanos, actualmente los esta atendiendo.
Claudio: Entiendo. – asintió y comenzó a reflexionar. - ¿Tu que opinas Zola? –pregunto a la chica que se encontraba a un lado de él, parada y que hasta el momento se mantenía en silencio.
Zola: Nos vendría bien mejorar nuestra infraestructura militar, así como nuestras armas para la infateria. Al igual que nuestras contramedidas para eliminar bestias aéreas. La ultima Ola fue costosa y muchas criaturas lograron atravesar los muros, aparte, cabe recalcar las altas tenciones que tenemos con Melromarc y Silvert, que pueden mandar a su ejercito que es mas grande en temas de números. – explico con seriedad y pensamiento. - Definitivamente, necesitamos actualizarnos. Yo opino que acepte su propuesta majestad, nos beneficia a ambas partes, nosotros conseguimos nuevas tecnologías a la par que nuestro aliado, el reino de Tristain y ellos, su base de operaciones. – sugirió.
Claudio lo medito nuevamente, tanto Yibral como Tristain son demasiado pequeños en territorio como para una guerra larga contra alguna de las dos potencias de este continente. Lo mejor que puede hacer, es al menos garantizar la muy gran mejora a sus armas para librar una guerra defensiva, aparte para poder proteger a su ciudad capital y aldeas aledañas cercanas al capital.
Claudio: Yuuko. – dijo poniéndose de pie y aminando hacia el espartano. – Acepto tu propuesta. – dijo extendiendo su mano y Yuuko hizo lo mismo, formalizando esta alianza. – El reino de Yibral y yo, el Rey Claudio de Yibral XVI, estaré encantado de colaborar con ustedes para proteger a los indefensos de las Olas de la Calamidad. – Yuuko asintió ante eso.
Yuuko: Señor, no le defraudaremos. – juro.
Claudio: Cuando guste, puede comenzar a traer sus cosas y alzar su base de operaciones en donde le sea más cómodo. – Yuuko asintió agradecido ante eso.
Yuuko: Se lo agradezco. - Claudio asintió con una sonrisa sincera.
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