~•Capitulo 7•~
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Robb Stark vs Loras Tyrell
Aclaración: para el que no sepa, ser Loras Tyrell es el de la izquierda y Robb Stark es el de la derecha.
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23 de abril, 298 DC
El Norte, Invernalia
Robb Stark
Aún no se hacía a la idea de irse de Invernalia pero tenía motivos de peso para hacerlo, ya no solo era ir con Rhaenya Targaryen, su padre le había dicho que necesitaban alianzas para su casa que últimamente estaba en una posición peligrosa gracias a lo que hizo su tía Lyanna y que el príncipe Aegon pronto sería Rey de los Siete Reinos pero ¿Como se suponía que él fuera a Desembarco del Rey si Rhaenya sólo había pedido la compañía de sus hermanas? Pues su padre le dijo que el príncipe Aegon había organizado un baile y un torneo en honor de la llegada de Rhaenya a la Capital, invitando a todos los señores grandes y menores del reino, algunos decían que era para buscarle esposo a la princesa, otros que a los príncipes, Robb realmente prefería la última opción, suficiente tenía con la sombra de Willas Tyrell; el heredero de Altojardín y, según todos los informes que había obtenido se trataba de un joven plácido y cortés, aficionado a leer libros y a contemplar las estrellas y su pasión era la cría de animales, y poseía los mejores sabuesos, halcones y caballos de los Siete Reinos.
«Menos mal que tengo poca competencia y claro, según todas las damas es más guapo que Loras Tyrell ¡Tres veces más guapo que Loras! Y vaya que he de admitir que hasta Sansa le gusta Loras y eso que ella es exigente» Pensó Robb antes de recuperar la concentración.
El patio resonaba con la canción de las espadas. Bajo la lana, el cuero curtido y la cota de malla, el sudor corría helado por el pecho de Robb, que forzó más el ataque. Tenía que vencer a Jon, y aprovechó cuantos el bastardo intentó un ataque lateral, Robb lo desvió y lo golpeó en el pecho con el antebrazo envuelto en malla. A continuación le asestó un golpe en la muñeca que le arrancó un grito de dolor y le hizo soltar la espada.
—¿Estas bien Jon?—El bastardo asintió dubitativo.
Robb soltó su espada y se hecho a un lado para descansar después de un par de felicitaciones por parte de Orys Targaryen; el que le había empezado a caer bien, descubrió que el príncipe veía a Rhaenya sólo como una hermanita y no más.
—Sin duda nuestro futuro señor es un gran espadachín—Apuntó Cley Cerwyn, que tenía su misma edad.
Torrhen Karstark y su hermano Brandon, estaban observando el duelo conjunto con Daryn Hornwood y Cley Cerwyn, desde el balcón donde se veía todo el patio de armas.
Robb fijo su vista en ellos; no creyó que llegarán tan pronto (su padre ya le había advertido de la llegada de sus vasallos), luego pensó que era de vital importancia que hubiese ganado el duelo, algún día, esos hombres serían sus vasallos. Si perdía, lo recordarían, y se reirían de él cuando estuvieran bebiendo. Llegaría un día en que necesitaría que le respeten, incluso que le teman un poco, y la risa es un veneno para el temor, evitó suspirar aliviado y dijo con voz formal:
—Os agradezco y os ofrezco la carne y el hidromiel de Invernalia.
—Buenos días, mis señores, alteza—saludó Cley Cerwyn a aquellos que no estaban en el balcón, siempre había sido amigo de Robb y de sus hermanos—. ¿Participareis en el Torneo de la Princesa?—Preguntó con tono alegre.
—Será mi paladín—Afirmó Rhaenya orgullosa, vestía con sedas rojas y negras, estaba al lado de Arya; al parecer ambas iban llegando, Robb supuso que se habían escapado de sus labores de costura, evito sonreír de oreja a oreja por poco.
Jon había hecho todo lo posible para pasar desapercibido pero le preguntó a Arya si no debería estar cosiendo y Rhaenya le había contestado en valyrio «Daoruni gīmī, Ionos Sōnaro¹» que si bien Robb no entendió Orys si lo hizo y mantuvo una breve conversación en alto valyrio con su hermano.
—A ver cuánto dura en el Torneo Lord Stark—Bromeó Orys Baratheon de un momento a otro, cuando por fin hablo en la Lengua Común—, la competencia es mucha, si dura las primeras rondas será descabalgado cuando los siete que quedemos nos batamos a duelo individual entre nosotros.
—¿Sereís paladín, alteza?—Preguntó Brandon Karstark.
—Conjunto con mi tío Lord Renly Baratheon, mi hermano mayor el príncipe Lucerys, el príncipe Trystane Martell, Lord Artys Arryn y ser Loras Tyrell—Respondió Orys con una sonrisa burlona. Bárbara Baratheon había arreglado cuales serían los paladines conjunto con Rhaenya.
Robb no sabía porque había sido seleccionado pero su padre le había dicho que lo tomará como una oportunidad para traer ventajas y reputación a la casa Stark, es decir, evitar ser descabalgado a la primera y mantenerse como paladín el mayor tiempo posible.
«Sin presiones, Robb, eres el heredero de tu casa, el mayor, el hijo de Brandon Stark; El legendario Lobo Rojo...» Ironizó.
—Por lo que se dice vos y vuestra familia justan bien, tuvisteis una buena actuación en el Torneo de día del nombre del Príncipe Aegon—Ofreció Daryn Hornwood, Orys asintió conforme—, pero el resto no tienen reputación alguna y seguro están tan verde como la hierba y Robb les podrá ganar.
—¡Ser Loras Tyrell sólo ha sido descabalgado dos veces!—Saltó Arya que pareció anticiparse a Rhaenya, Robb alzó ambas cejas y le sonrió divertido.
«Por lo menos esta mas interesada en las habilidades de combate de Loras y no en su belleza» Se dijo a si mismo.
—Sois muy gentil, mi señora—Loras apareció por el balcón discretamente, se acercó a donde estaban Arya y Rhaenya no sin antes saludar al resto, Robb borró inmediatamente su sonrisa.
Rhaenya intercambio murmullos cómplices con Loras Tyrell antes de decir con una sonrisa:
—Disculpen mis señores hemos de retirarnos, Lady Arya y yo tenemos que atender otros pendientes.
Todos dijeron las palabras de cortesía correspondientes y Rhaenya se fue con Arya del brazo.
—¿Quién quiere un duelo? Os demostraré lo que vale un Tyrell de Altojardín—Propuso Loras, sus ojos brillaban con insolencia.
—Cada norteño vale por diez espadas sureñas—Desafió Robb sin detenerse a preguntar porque el Tyrell le desafiaba, lo único que le importó fue demostrar su valía.
Ambos hubiesen empezando el duelo si el mayordomo de Invernalia no hubiese dicho que cada uno de los presentes tenía algo que hacer.
—Será la próxima, Tyrell—Prometió Robb.
—Es un hecho, Stark—Loras asintió antes de presionar sus labios y sonreír.
Robb se juro que vencería a Loras, si vencía al Tyrell podía hacerles ver que los Stark eran tan buenos como cualquier noble sureño si no..., Bueno, tenía que ganar.
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Rhaenya Targaryen
Se pasó las manos por los rubios cabellos mientras observaba con detenimiento a las doncellas que la acompañan, mentalmente agradeció a Loras por avisarle de que la esperaban y a Myriah por su ayuda; ella le había ayudado a organizar la merienda para las hijas de los vasallos de Lord Stark, que serían damas de Sansa y Arya al ir a Desembarco del Rey, Brandon Stark las había seleccionado especialmente y ella tendría cuidado para que Myriah las vigilará además de quién acompañaría a cada Stark. Se suponía que aquello lo debería hacer Lady Catelyn pero su tío Oberyn le había ofrecido ayuda de Rhaenya y no había podido hacer más que aceptar al igual que cuando Renly le dijo a Brandon Stark que sus hijas acompañarían a Rhaenya a la Capital.
«No tenía más opciones, bien veamos a nuestras fieles aliadas, a las bellas damas: Lyanna Mormont y Meera Reed».
Estaban en en los jardines de cristal donde era siempre como en el día más caluroso del verano, por eso se había permitido usar un vestido de seda de escote halter; podía tener más piel expuesta sin congelarse aunque sinceramente en el banquete no le había importado cuando uso ropa hecha para el clima cálido de Dorne, llevaba una corona de laureles hecha con oro rojo a juego con los pendientes y el anillo que tenía, siempre le había gustado aquel sitio que se usa para cultivar frutas, verduras y flores.
Las doncellas estaban entre las rosas blancas se sentaron sobre un tapete terciopelo gris al rededor de una mesa con bocadillos. Arya estaba a su derecha, sonrió al recordar que las hermanas Stark no se mataban entre si como era costumbre gracias a que envió a Sansa a pasear por ahí con Alys Karstark y Eddara Tallhart supervisadas por Myriah.
«A esas me las gané inmediatamente, el problema será Lyanna Mormont y Meera Reed, una me mira raro y la otra es hija del mejor amigo de Ned Stark» Sopesó.
—Estoy muy contenta de que hayáis aceptado la invitación. Sed bienvenidas, mis señoras.
—Me hacéis un gran honor, alteza—dijo Meera, hincando la rodilla en tierra frente a su futura reina—. Alteza, mi señor padre nos ha enviado a recitar de nuevo el juramento de lealtad, en nombre de todo nuestro pueblo.
«Me está mirando a mí», comprendió Rhaenys. Tenía que responder algo pero ¿Qué?
—Mi primo el príncipe heredero; Aegon, está en la Capital y sólo estamos Orys; mi hermano, y yo aquí—dudó—. Pero si quieres, podéis recitar el juramento ante mí.
—A Rocadragón juramos la lealtad de Aguasgrises. Tierra, corazón y cosecha os entregamos, mi princesa. A vuestras órdenes están nuestras espadas, lanzas y flechas. Apiadaos de nuestros enfermos, auxiliad a nuestros indefensos, impartid justicia para todos, y jamás os fallaremos.
»Lo juro por la tierra y por el agua. Lo juro por el bronce y por el hierro. Lo juró por el hielo y por el fuego.
—Que vuestros inviernos sean cortos y vuestros veranos generosos—Dijo solemne, hecho un vistazo a Lyanna Mormont y parecía tan confundida como ella y ni hablar de Arya que se mordisqueaba el labio dudosa.
«¿Hielo y Fuego? Robb y yo..., Sería una buena canción; los bardos le sacarían provecho, sería una canción de hielo y fuego» Llegó a pensar Enya.
—Por favor no te arrodilles, dejemos aún lado las formalidades—Pidió sin saber que más decir mientras la ayudaba a levantar ante la mirada asombrada de Lyanna—, la férrea determinación de la mayoría de los señores de Invernalia no ha permitido mezclar el Norte en las intrigas de la corte sureña y las falsas cortesías son de la corte sureña. Todos en el Sur pagarían un millar de dragones de oro para ver muertos a aquellos que no les agradan o les estorban—añadió con una sonrisa desganada.
Su decisión flaqueó al ver a las doncellas observándola con cortesía fría pero continuó con sus planes de ganarse a las norteñas.
»Quiero, me gustaría y les agradecía que podamos ser sinceras, si pensáis algo me lo decís, si creéis que me equivoco también, si tenéis una idea me la contareis, parte de la amistad que tengo con Lady Arya se debe a estos aspectos—La Stark se irguió orgullosa—, pero como en todo necesitamos discreción, deberemos hacer gala de todas las cortesías reglamentarias para guardar las apariencias.
Y con esas palabras Rhaenya se ganó a la pequeña Lyanna que con sólo 6 años fue criada esperando ser gobernante y comandante, cosa con la que coincidía con sus hermanas; sería buena amiga de Arya mientras que al hablar con Meera de baja estatura y cabello marrón descubrió que Jojen; su hermano, hermano tenía el don de la vista verde, es decir, sueña cosas que
aún no han sucedido, y a veces suceden, en ese momento apareció el chico que no dudo en corregirla:
—No solo a veces, Meera.
Intercambiaron una mirada, triste la del chico, desafiante la de la muchacha.
—Cuéntame qué va a pasar —pidió Rhaenya en un impulso.
—Lo haré—dijo Jojen—. Si tú me hablas de tus sueños.
El pasillo quedó en silencio. Pensó en el cadáver de Robb Stark y en Viento Gris; recordó como moría el primogénito de Brandon Stark.
—No tengo sueños. El maestre Luwin me da pociones para dormir—Era verdad a medias, nunca tomaba posiciones si no había tenido visiones pero desde su última visión Renly había ordenado que le suministrarán sueño dulce todas las noches antes de ir a dormir, aún así, sentía un malestar constante.
«Aquel malestar que no logras quitar nunca, Robb ¡oh, Robb! Si él supiera..., No sé cómo protegerlo».
—¿Y te sirven?
—Sí.
—Todo Invernalia sabe que te despiertas por la noche sudorosa y gritanda, Rhaenya—dijo Meera—. Las mujeres hablan de eso junto al pozo, y los guardias, en
su sala.
Eso sí le preocupaba a Rhaenya aunque habían sido sólo un par de veces y los norteños no le contarían nada a nadie del Sur pero Jeyne Poole podía ser la excepción y no creían que si futura reina era una loca. Debía encargarse de cortar los rumores de raíz.
—Cuéntanos qué te da tanto miedo—dijo Jojen.
—No tengo porque—«El dragón no tiene miedo, el Dragón no suplica»—. Además, no son más que sueños—Mintió Enya, sabía que si llegaba la ocasión suplicaría de rodillas por la vida de Robb por mas que prefiriera matar a todos aquellos que se atrevieran a dañar a Robb, tenía miedo que él muriera.
«¿Pero cómo prevengo su muerte? ¿envenenó a Bolton? Todos sospecharían de Oberyn y sería un problema..., Tampoco se quienes eran el resto de cómplices por lo que no es una garantía».
—Mi hermano sueña igual que los otros niños, y esos sueños pueden significar cualquier cosa —señaló Meera—. Pero los sueños verdes son diferentes.
Jojen tenía los ojos del color del musgo, y a veces, cuando miraba, parecía que veía algo más. Como en aquel momento.
—Soñé con un dragón que no podía volar, estaba atado a la piedra con una cadena—dijo—. Era un sueño verde, así que supe que era verdad. Un cuervo intentaba romperle las cadenas a picotazos, pero la piedra era muy dura y apenas si la desportillaba.
»El dragón luchaba por salvar a los lobos, pero el lobo rojo, y el gris blanquecino ya estaban condenados, en cambio, los otros si tenían esperanza.
—No sé a qué dragón, cuervo, lobo o lo que sea, te refieres—Espetó aireada, Rhaenya no quería hablar en ese momento con Jojen.
—¡Rhaenya, ser Loras y Robb se están batiendo a duelo en el patio!—Chilló Sansa al pasar por un lado de Arya y Lyanna que estaban a unos metros.
—¿Se ha vuelto loco?—Preguntó ella, nadie sabía si se refería a Robb o a Loras.
—¡Vamos!—Pidió Arya y Rhaenya asintió y todas empezaron a avanzar camino al patio donde estaban los jóvenes.
«Siete infiernos, si Robb pierde ante todos sus vasallos...» No lo quería ni pensar, en el Norte eran honorable y leales pero seguían al más fuerte y capaz no a un niño verde como la hierba que perdía ante un sureño.
Rhaenya caminaba a zancadas furiosas, largas y apresuradas. Arya, Lyanna y Meera corrían para estar a su altura mientras que Sansa, Alys Karstark y Eddara Tallhart se quedaban atrás. En el patio todos estaban reunidos observando el duelo, de pie en los adarves del castillo y se apelotonaban en las escaleras de torres y torreones. Observaban desde las puertas de los establos, desde ventanas y puentes, desde tejados y balcones…, no veía ni a Robb ni a Loras pero escuchaba los rumores del combate a quien si vio fue a Oberyn hablando con el Gnomo, Tyron Lannister; a Rhaenya no le caía bien, llevaba sangre Lannister y todos los Lannister eran asesinos, sabía que se apresuraba a jugarle que era como decir que todos los Targaryen estaban locos pero ¿Cómo evitarlo? ¡Tywin Lannister había matado a su prima y a su padre!
—¿Quien a permitido está locura?—Se quejo Rhaenya a nadie en específico.
—Yo y claro, nuestro querido Brandon—Aclaró Oberyn, entre el clamor del metal a penas se escuchaba su voz—. El Lobo Rojo ha decidido lanzar a su cachorro mayor al combate para ganar fama, yo de buena gana le preste a ser Daeron para que le sirviera de escudero y le diera una lanza decente no como las que los norteños usan aquí.
—Una lanza—Repitió Enya ofuscada—. ¡Una lanza! Robb es bueno con la lanza pero Loras sólo ha perdido contra mi al luchar con lanzas y yo la uso desde que tengo 3 años.
—Hay quien dice que ser Loras es mejor de lo que nunca fue Leo Espinalarga—comentó Tyrion mirando fijamente a Rhaenya como si analizará su reacción ante la mención del Tyrell.
«¡Dementes! Loras y yo, o Willas y yo no sé qué sería más extraño…».
—¿La rosita de Renly? Lo dudo mucho—Enya alzó ambas cejas y no entendió el porque del comentario, Loras era escudero de Renly pero aún así era extraño en demasía...
—Dudadlo cuanto queráis —dijo Tyrion—, pero ser Loras ha derrotado a muchos buenos caballeros. Mi hermano entre ellos.
—No los ha derrotado; los ha descabalgado en un torneo. Si queréis meterme miedo, decidme a quién ha matado en combate—Oberyn se volvió hacia Rhaenya:—, ¿Quién crees que gane, la rosita o el lobezno?
—Loras..., Robb—«No lo sé y no lo quiero ni pensar»—. Loras llevaba más años entrenando pero Robb tiene méritos, si Loras cansa a Robb luego le podrá dar el golpe definitivo y listo; pero él es impaciente, no creo que lo haga..., Mientras Robb es más fuerte si ataca sin piedad y con constancia Loras podría morder el polvo. Ambas opciones son válidas y no me inclino por ninguna—Añadió, no creía que Loras pudiera ganar y no creía que Robb fuera el derrotado.
—Abrir los ojos es lo único necesario. El corazón miente y la mente engaña, pero los ojos ven. Mira con los ojos. Escucha con los oídos. Saborea con la boca. Huele con la nariz. Siente con la piel. Y sólo luego piensa, y así sabrás la verdad—Le aconsejo el Lannister, Rhaenya lo miro fríamente, el enano percibió la amenaza silenciosa y se hecho para atrás.
«No quiero respirar su mismo aire, El Dragón Recuerda, todos y cada uno de los Lannister deberían estar muertos. Esto será algo de lo que me encargaré, Aegon podría con un poco de suerte…». Era una idea arriesgada pero si iba a ser reina debía entender que todo riesgo tenía su recompensa.
—Ves mi señor de Lannister sabe hacer algo más que emborracharse, aunque debería llamarlo el borracho exiliado de Lannister—Oberyn se burló.
—No es fácil estar borracho todo el rato. Todo el mundo lo haría si lo fuera—Protestó Tyrion mientras tomaba un pellejo de vino, por el olor Enya supo que era de las islas del Verano.
La Targaryen atino a preguntarse que hacía Tyrion Lannister en Invernalia, por que parecía que Oberyn le conocía y a que venía el comentario «exiliado de Lannister» pero supo que en ese momento no tendría respuestas.
—Menos mal, qué alivio—comentó Oberyn Martell en tono seco.
Rhaenya no supo para que estaba hablando con ellos en vez de detener el combate la Víbora Roja era…En fin, una serpiente y el Lannister parecía un enano malvado, a Enya no le importaba lo de enano pero si su actitud. Se colocó al lado de Oberyn Martell para ver el combate y le abrió un pequeño espacio a Arya.
Robb llevaba una armadura ligera: grebas, avambrazos, gorjal, hombreras y bragadura de acero. Por lo demás, el atuendo de Robb era de cuero flexible y finas sedas pero la protección era poca comparada a la que tenía Loras.
—Bailará a su alrededor hasta que esté tan cansado que no pueda ni levantar el brazo; luego lo derribará—Informó Oberyn sonriendo como un lobo que estuviera viendo un corderito perdido, al explicar la estrategia de Loras.
La lanza larga de Robb se disparó en un aguijonazo, pero Loras recibió la punta con el escudo, la desvió hacia un lado y contraatacó con un tajo relampagueante del mandoble. Robb lo esquivó con un giro. La lanza volvió a atacar. Loras la desvió con la espada y atacó. Se oyó el chirrido del metal contra el metal cuando la punta se deslizó por la coraza de Robb que intentó recoger la lanza pero no lo logró hasta que fue muy tarde. El Tyrell le lanzó una estocada y falló. La lanza larga se abrió camino por encima de la espada. Entró y salió como la lengua de una serpiente, haciendo una finta abajo y entrando por arriba, intentando pinchar el bajo vientre, el escudo, los ojos…, pero Loras tenía la agilidad de la que Robb carecía y lo evitaba dando brincos, saltos y giros gráciles.
Era muy difícil que Loras errara, aunque ninguno de sus golpes había logrado hacerle mucho daño a Robb lo que hacía al Tyrell impacientarse. La rosa seguía dando vueltas a su alrededor, obligando al hombre más corpulento a dar la vuelta una y otra vez pero cuando Robb lograba acertar e interrumpir los pasos gráciles Loras tenía que hacer mucho esfuerzo para recuperarse, rodaba por el suelo y se levantaba en el último instante.
«Loras no sabe que hacer contra una lanza, en cambio los norteños combaten a caballo con lanzas de guerra, pero casi nunca lo hacen por deporte aún así Robb es bastante bueno solo que a pie es más difícil y Loras se escabulle mejor que cualquier gato».
—El Stark es un blanco grande para ser Loras—Comentó Tyron y Rhaenya bufo con desprecio—, quizás debió usar una espada aunque su hermano bastardo siempre le gana…, En fin a Robb Stark le vendría bien una lección de humildad y a su odiosa madre también.
—¿Por Jon?—Interrogó Rhaenya aún molesta—. Si es por él, Jon jamás a recibido un mal trato de Robb y...
—Tengo un punto débil en mi corazón para los lisiados, los bastardos y las cosas rotas pero no es ese el punto, princesita—Le susurro el Lannister y luego se burló:—. Creo que eso vos y yo lo tenemos en común, vuestro amigo bastardo; Jon es un ejemplo, pero me pregunto si Robb Stark es una cosa rota y por eso lo defendéis a capa y espada.
—Eso no os concierne—Gruñó la Targaryen.
Todo siguió igual durante lo que pareció un tiempo infinito. Cruzaban el patio avanzando y retrocediendo, dando vueltas en espiral…
—¡De un golpe Robb! ¡Debes vencerlo de un golpe!—Gritó Rhaenya acercándose más al borde del balcón, ya desesperada por la tardanza pero el lobo no la escucho—. ¡LORAS ES ÁGIL PERO CAERÁ CON UN GOLPE FUERTE!
Las mirados se alternaron entre ella y el combate cuando grito pero no le importó hasta que vio la mirada que le dirigió su tío Renly y Oberyn. Así que decidió aconsejar al Tyrell también:
—¡LORAS BAILA A SU ALREDEDOR, AGOTALO!
Por un segundo los ojos azules de Robb la acusaron por el comentario. Rhaenya decidió que si alguno de los dos ganaba lo hiciera por mérito propio. Loras empezó a atacar en vez de hacer lo que Enya le dijo; se estaba desesperando, Robb defendía bien y Loras perdía agilidad a medida que ganaba rapidez.
El Stark se agachó y atacó con la lanza. El Caballero de las Flores intentó cortarla, pero aquello no había sido más que una finta y Robb aprovechó para dar un giro mientras lo golpeó en el hombro con el antebrazo envuelto en malla. A continuación le asestó un golpe en la muñeca con la lanza que le arrancó un grito de dolor y le hizo soltar la espada.²
Robb había ganado y Loras mordió el polvo. El Stark sonrió de oreja a oreja mientras el Tyrell pronunciaba de mala gana la rendición. El Joven Lobo grito con la voz ronca:
—¡INVERNALIA!—Robb la vio fijamente y Rhaenya comprendió qué había ganado por ella, quería demostrar que él era lo suficientemente bueno para ella. Asintió sutilmente y le sonrió con amor sin importar quien la viese. Robb gritó de nuevo:—, ¡STARK!
Y los norteños respondieron gustosos:
—¡EL GUARDIÁN DEL NORTE! ¡STARK, STARK, STARK!
El patio se llenó de gritos, puños alzados en el aire y pies que golpeaban el suelo. Los del sur no estaban muy contentos, Renly tenía una pequeña sonrisa y Enya supo que Loras estaría peor que un erizo al desatar su furia.
«Robb está feliz, que lo disfrute, lo merece, espero que dure aunque Se Acerca el Invierno».
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¹“Daoruni gīmī, Ionos Sōnaro” se traduce como “No sabes nada, Jon Snow”.
²Para escribir esto tuve que basarme en la pelea de Oberyn Martell y La Montaña, con la dificultad que Loras es el delgado y Robb el corpulento además de que Robb pelea con lanza y Loras con espada, el último fragmento es de un golpe en la muñeca que Jon dice que le hizo Robb alguna vez.
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Seré breve: fueron 4139 palabras. Me encantó el duelo, valió la pena, Robb ganó reputación y Loras una lección de humildad. No sé qué tal Tyrion, si tienen algún comentario sobre él lo tomaré en cuenta, Tyrion es uno de los personajes favoritos de GOT y esperó haya salido bien al igual que Oberyn y su lengua viperina. Este capítulo estará divido en dos porque hay una conversación muy importante entre Rhaenya y Oberyn sobre..., Que se verá en la parte siguiente y luego veremos la caída de Bran, lamento tener que posponerla pero era necesario al igual que añadir aquí la conversación con los Reed.
¿Quieren un momento Robb x Rhaenya o Jon x Rhaenya?
~Isabel~
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