ೋ Capítulo 15: ೋ

⊰᯽⊱┈──╌❊ ♪ ❊╌──┈⊰᯽⊱

"Porque hay trenes que solo pasan una vez.

Que ya no vuelven.

Y te subes sin dudar, aunque sepas que van a estrellarse.

Porque es más fácil seguir viviendo con la certeza de lo que no fue que con la incertidumbre de lo que podía haber sido.

Es así".

~María Martínez/ Cuando no queden más estrellas que contar.

⊰᯽⊱┈──╌❊ ♪ ❊╌──┈⊰᯽⊱

Capítulo 15: Cuando emerge un fantasma, lo hace de nuevo.

Jayden Wrigth:

—¡Eso, nena, muévete! —me gritó June animadamente, que incluso me fue demasiado sencillo escuchar su voz sobre la música.

Ella me había convencido de asistir a la "salida amistosa" con los amigos de Connor. ¿Por qué las comillas? No lo sé, estaba tan bebida que no sabía siquiera en qué parte de la discoteca me encontraba, solo era consciente de unas luces neones que provenían de la barra en donde probablemente se encontraba Bruce bebiendo más tequila.

Así que, como decía: no era una salida de amigos común y corriente, durante la última hora había presenciado como June y Bruce se absorbían el alma del otro entre la multitud de cuerpos moviéndose en un baile lento, cómo Diana y su novio —cuyo nombre no recordaba en ese momento— se habían escapado al baño y tenían media hora sin aparecer, también como la mesa estaba repleta de chicas que yo en mi vida había visto, pero que todas parecían conocer y ligar con Connor y Jordan.

Y yo había intentado seguir el ritmo de Bruce los primeros veinte minutos, ni siquiera recuerdo la cantidad de vodka que bebí, pero fue lo suficiente para dejarme medio atontada y pasar desapercibido el cómo mi mejor amiga se besaba eufóricamente con él.

Terminé bailando inapropiadamente en compañía de June y Daniel. Este último estaba un poco dolido porque Jordan estaba ligando, y ya que su hermana no se veía por ningún lado nos tocó a nosotras consolarlo... o algo así.

—Nada duele más que la indiferencia—le dijo mi amiga a Daniel—. Sigue bailando con nosotras y disfruta, no te centres en una persona que sinceramente, nene; no le interesas.

—Eres la última persona que debería de dar consejos, June—le recordé—. Apenas el viernes llorabas por tu último acostón.

Honestamente, no me interesaba escuchar reclamos por parte de June —o lloriqueos y quejas de Daniel—, había tenido suficiente la vez pasada con ella. Yo siempre tendía esquivar los problemas románticos o los celos.

Pero por otro lado la ebriedad también estaba interfiriendo en ello, estaba demasiado incomoda estando quieta, tenía mucha energía que derrochar. Así que avancé entre la multitud de cuerpos sudorosos. No sé cómo terminé tropezándome y cayendo en los brazos de un chico que reconocí en un segundo. La misma mirada castaña, el mismo cabello negro e incluso la misma altura. La única diferencia se debía a su cuerpo más firme, complexión robusta y la ligera barba que ocupaba su rostro.

Borracha y todo, pero odié volver a caer en sus brazos.

—¿Estás bien, guapa? —Me preguntó al incorporarme.

—No me llames así—le dije a la defensiva.

Él se acercó un poco más a mí y yo retrocedí cada paso.

—Lo hago porque lo eres y porque no sé tu nombre.

No se acordaba de mí, que irónico.

—Que te den—mascullé retomando mi camino a donde sea que me dirigiera antes de toparme con él.

—¡Oye, espera! —lo escuché gritar.

Pero a toda velocidad recorrí otro extremo repleto de personas bailando en la oscuridad, hasta que, gracias a Dios, distinguí las inconfundibles luces color neón de la barra.

—Eh, eh. ¿Qué pasa Grinch? Parece que acabas de ver un fantasma.

Y por segunda vez agradecí la presencia de Connor —quien, por cierto, olía muy bien—. Tomé asiento en el taburete a su lado y lo observé decida a abandonar el sentimiento que me había abordado.

—Acabo de ver exactamente lo mismo—admití, jugando con el borde del vaso de Connor—. Un fantasma que se puso más bueno.

Él sonrió a medias y negó con la cabeza.

—Tu exnovio, ¿no?

Es increíble que hasta bebida tenga la capacidad de omitir algo de lo que no quiero hablar.

—¿Qué es lo que estás bebiendo?

La copa —porque sí, era una copa y no un vaso— tenía un líquido rojizo, era una especie de coctel.

—No tiene alcohol, puedes beberlo si quieres, en realidad ya me hartó.

Arrugué el ceño, pero aun así tomé un sorbo, era dulce y rico.

—¿Qué hay del "tequila y la diversión"? —imité el lema de Bruce.

Connor tenía la vista perdida entre la multitud de personas, seguramente buscando a alguna chica.

—Es temporada de natación y no puedo hacerlo—me recordó, yo le puse cara de no creer una pizca de lo que estaba diciendo—. Lo digo enserio.

—Creo que Bruce ha olvidado seguir esa pequeña regla...

—A él no le gusta especialmente practicar natación, ha intentado abandonarla como el alcohol, la diferencia es que le funcionó más con la primera—murmuró, señalando al susodicho con la cabeza que parecía bastante animado bailando y bebiendo al otro extremo de la barra mientras conversaba con el barman.—. Y Jordan tiene otros intereses, creo que soy el más centrado en ello.

Solté una risa bastante tonta y sentí como mis mejillas se ponían rojas, usualmente solo me sonrojaba cuando me pasaba de copas.

—Hablando de irresponsabilidades, creo que alguien no irá a clases mañana—comentó él burlándose de mi estado.

—Los lunes apestan.

—Te mereces un premio por optimista—observó, socarrón y sarcástico.

—Y por borracha—agregué.

Negó de lado a lado riéndose ladino en el proceso. Fue una risa ronca y sexy. Quise conservar ese pensamiento para mí misma, porque, al fin y al cabo, tomé demasiado personal aquel gesto.

—¿Desde cuándo te burlas de ti misma?

«¿Desde cuando eres tan sexy?».

—Desde que soy insegura, es decir; toda la vida—y me reí como tonta nuevamente. Obviamente a él no le causo gracia, pero no dijo nada al respecto.

Sin saber muy bien por qué, me bajé del taburete abandonando mi bebida y avancé en su dirección. Él parecía confundido al principio, pero dejó de estarlo cuando pedí que bailara conmigo, porque secretamente no quería volver a toparme con aquella persona estando sola.

En la pista encontramos a Laia bailando con un sujeto bastante guapo, que seguramente era mayor que ella. ¿Cómo le hacían las chicas para ligar con chicos tan guapos? ¿Y por qué yo no podía hacerlo? Es decir, hasta June se estaba enrollando con un chico. Sí, la bisexual que al parecer tenía más preferencia por las chicas.

Connor parecía inseguro al inicio, pero Laia lo animó a bailar. Creí que había tomado clases de baile en algún momento de su vida dado a que lo hacía mejor que yo. Y mencionando que yo embriagada y sin freno es difícil de superar.

—¿No has podido conquistar a una chica bailándole?

—No lo sé, ¿lo estoy haciendo contigo?

De repente sentí que hacía demasiada calor, lo atribuí a la cantidad de horas que había pasado bailando como loca.

—Necesitarás hacer más que bailar.

Él solo me dedicó una de sus mejores sonrisas ladeadas y juro que estuve a punto de besarlo. Pero... ¿por qué estaba pensando justo en eso después de haber quedado como amigos? No era muy racional de mi parte.

—Necesitas ser más explícita, Grinch—me dijo sin quitar la mirada de mi rostro y a pocos centímetros de mí—. ¿Cómo podría seducirte?

Me puse de puntillas para decirle algo al oído, pese que él se había agachado para acceder al sonido de mi voz, aún seguía siendo más alto.

—Creo que dejaste a tus acompañantes esperándote—lo evadí.

—Y yo creo que es bastante obvio que ninguna de ellas era de mi interés—tras alejarse un poco, me colocó bien el flequillo.

Me quedé sin palabras, realmente no sabía cómo tomarme aquello. ¿Era una indirecta? ¿Lo decía por mí? Maldita sea, ¿cómo iba a evadir su comentario?

Tenía dos opciones: seguirle el juego o evadirlo. Opté por la primera cuando no encontré una excusa.

—¿Y cuál es tu tipo? ¿Qué necesita para ser de tu interés?

Él se lamió los labios mirando alrededor con un gesto aburrido para después, decirme al oído:

—¿Te refieres al tipo de chica con quien tendría una relación? ¿O con quien pasaría una noche?

Me encogí de hombros y respondí:

—Supongo que ambos. Tienen que ser parecidos, ¿no?

—Digamos que me gusta el tipo de chica que opta por usar jeans de mezclilla y suéter durante una noche antro en lugar de vestidos escotados—me observó sonriendo a medias, casi burlándose y avanzó hasta donde estaban los demás chicos.

Me quedé ensimismada pensando en cómo pillar su comentario. 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top