~ 6

Y te vi sonriendo tan hermoso a otros ojos como lo hacías a los míos...

Entonces fue cuando verdaderamente entendí que te había perdido.

~ Un poeta sin musa.












— Tú Grace...

Después del impacto, tu solo comenzaste a retroceder, llevaste tu mano acariciando tus labios con preocupación. Negabas incrédula y yo también.

— Entonces... — dejaste esa palabra en el aire, sin saber cómo proceder, tenía miedo, miedo como nunca antes, aquel corazón helado comenzó a palpitar con la fuerza de mil tambores.

— Lo siento Grace, debia decírtelo, ya no puedo callarlo más, esto cada día me consume, no espero una respuesta afirmativa. No espero que el sentimiento sea mutuo, solo quería que lo supieras. Eres la mujer más increíble que e conocido. Nadie podrá ser mejor que tú.

— No se cómo sentirme, no se que pensar. Quizá lo sospeche pero no creí que fuera a ser real. Solo diré que... — Las pausas te consumían pero no quería interrumpir tu pensar, era importante la respuesta que viniese de ti, aún que dije que no lo sería. — Sabes, siempre vengo aquí, esperando que nuestro último encuentro realmente no sea la última vez que conversemos y que pueda disfrutar de tu compañia. Eres una parte importante de mi vida. Eres mi compañero de lectura, mi mejor amigo. Me das consejos, gracias a ti pude sobrevivir a aquella ruptura amorosa que para mi edad era algo catastrófico.

— Trato de ser lo que necesitas... Soy consiente de que...

— Aún no termino — mencionaste con alta desición. — Gracias a ti pude mejorar mi relación con mis tíos. Contigo me a dolido menos la partida de mis padres. Eso debes saberlo, y por ello te agradezco infinitamente.

— ¿Pero?

Respirabas indecisa, seguirías hablando, ¿O no?

— Pero aún no se quién eres, de ti solo tengo tus consejos y tu nombre. Tus consejos no son malos pero no se quién eres y eso me duele. Tú sabes todo de mí, sabes incluso de mi operación en el dedo del pie, Sabes que odio que me llamen Gracie, pero yo no sé tu edad, no se dónde vives, no se a que te dedicas, no sé con quién hablo día a día.

No necesitaba más, eso merecía por pensar que algo bueno por fin vendría a mi. Tenías razón, creo que te e lastimado, no se puede confiar en quien no conoces, debatiría después con la idea de salir a la luz delante tuyo o retirarme con un vil perdedor.

— Entiendo todo, entiendo de verdad todo lo que acabas de decir y tienes razón. No merezco tu amistad. Te pido perdón.

Asentiste con la cabeza pero tú cuerpo seguía en pie Serca del árbol, quizá era una señal de que aún esperabas que saliera de mi escondite.

— Si quieres seguir siendo mi amigo, necesito saber más de tí, de verdad, no me importa tu estatus social o si tú rostro tiene alguna deformidad. — Revolviste tus pensamientos y trataste de tomar calma — Disculpa que sea tan brusca con mis palabras pero ya no puedo seguir así. No puedo Slenderman.

Entendí por fin que necesitabas conocer más de mi, ese sería el último paso para saber si esto funcionaría, como amistad o como algo más.

— Dame un par de días y yo mismo te buscaré por la ciudad.

Tú rostro se relajó, tus hombros bajaron la tensión y una vez que persivi mayor tranquilidad en el ambiente seguí con mis palabras.

— Aún que me muero de miedo, te prometo que me conocerás, te prometo que sabrás más de mí aún que esto provoque que ya no quieras verme más.

— Ha, soy una adulta, yo elijo que hacer con mi vida, yo elijo a mis amistades pero sobre todo, yo quiero elegir que sigas aquí... Conmigo. No me dejes ir por favor.

Sonreí en mi interior, me tienes a tu merced, como el perro más fiel. Solo debía arreglar algo, no volver a ser quien soy, dejar libres a los chicos. No volver a derramar ni una gota más de aquel líquido rojo carmesí, no volver a quemar ni un solo hogar más, no volver al llamado de la oscuridad. ¿Estarán bien los chicos sin mi?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top