Aquí yasen todos mis recuerdos sobre ti, aquí están puestas mis memorias para poder saber en un futuro que fuiste tan real como el mismo sol o tan real como mi gran amor, el gran deseo por tener una vida plena a tu lado y terminamos siendo simples partículas sobre la faz del universo que algún día llegaron a conocerse los cuerpos desnudos y las lágrimas brotando por las mejillas. ~ UNA CARTA QUE JAMAS TE ENTREGARE.

Las salidas con tus amigos eran más frecuentes, lamentaba tanto ser yo quien estuviera esperando detrás del árbol todos los días. No tenía el valor para decirte lo mucho que te extrañaba y lo mucho que me dolía que me cambiarás por una vida real.

¿Que podía ofrecerte yo que tus amigos no te dieran ya?

¿Que podía ofrecerte yo, un tipo que se escondía tras de algo por el simple hecho de que es un monstruo?

— Slender, si tanto la amas deberías decírselo.

— Estás loco Toby, ¡Mírame! ¿Acaso soy el tipo de ser del cual se puedan enamorar?

— No lo sabrás si no lo intentas.

Las palabras de mi amigo quedaron muy marcadas en mis pensamientos, ¿será que ella pueda verme como un pretendiente? Ella es tan linda y está llena de futuro, sería muy egoísta de mi parte atarla a mi vida...

Mi vida...

Mi vida podría cambiar, mi vida podría ser diferente, podríamos vivir en lo alto de las montañas en una chosa donde la gran fogata caliente nuestro espacio y nuestros corazones.

Alto, esto es lo que yo quiero. No seré egoísta, no con ella.

Me dirigí al parque dispuesto a todo y ahí estaba, tan linda, tan ojerosa y tan imponente a mi humanidad.

— Traje tu café favorito — Dije haciéndola brincar del susto.

— Vaya, no te esperaba el día de hoy — se levantó de su asiento para recoger el café que deje cerca de un arbusto, café que fue puesto en un termo robado de la mejor tienda de la ciudad.

— Primera vez que te asusto, ¿te pasa algo?

— No nada, es solo que... — Suspiro tan ondo como para llenar sus pulmones del humo aromatizado del café — Conocí a un chico.

No estaba listo para esto, no estaba listo para escuchar, no estaba listo para el rechazo, no era mi oportunidad el día de hoy.

— Vaya y ¿él te gusta o solo es un buen amigo?

— Slender, no puedo enamorarme, Solo lo e visto en dos ocasiones.

— No pregunte si estabas enamorada...

Ella fluyó en silencio, esbozo una sonrisa pícara mientras  desconocía que me mataba por dentro.

— Sabes, estoy abierta a las posibilidades — Sonrió mientras sorbia un poco del termo.

"¡HAZLO!"

Gritaba mi mente. El ruido era tal que lleve mis manos a la cabeza intentando restringir la presión que sentía.

"ES AHORA O NUNCA, IGUAL TODO ESTA PERDIDO"

Quizás deba tomar el riesgo, por mi bien, por el bien de ambos.

— Quisiera confesarte algo. — Trate de sonar lo más seguro que podía.

— Dime, ¡Cuentaselo todo a tu mejor amiga!

— Creo que... Creo que yo...

— ¿Tú?

— Creo que yo también estoy enamorado.

— ¡Vaya! Eso no me lo esperaba, ¡Me alegro por ti! — Esbozo la sonrisa más sincera que yo haya visto — y ¿quién es la afortunada?

Mis manos sudaban, mi mirada solo podía concentrarse en el agarre de sus manos al termo, la piel pálida de sus dedos se enrojecia al toque del calor transmitido por el café.

— Te envidio.

— ¿Ah que viene eso?

— Tú puedes enamorarte y que se enamoren de tí y yo, no sabes lo que es saber que nunca en tu vida puedas ser amado.

La chica frunció el seño, retiro el vaso de su mentón para querer acercarse al árbol que me cubría.

— No me asustes, comienzas a preocuparme, no digas esas cosas, quien sea de quién estés enamorado será afortunada de tenerte.

— No vengas por favor, no quiero que me veas.

— Por favor, quiero ver el rostro de mi mejor amigo, quiero darte un abrazo y asegurarte que todo estará bien. Dime, ¿Quien es el nombre de la chica?

De mi garganta y muy dificultuosamente salieron las vocales más difíciles de pronunciar, dije su nombre, dije su maldito nombre, ¿Por qué dije su nombre?

La chica quedó petrificada su café callo al sesped salpicado todo lo cercano, sabía que lo había arruinado todo, lo he arruinado todo.