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Todo fue mi culpa...
Esa mañana había ido a trabajar como siempre, buscando llenar mi mente con todo el trabajo y evitar pensar en el caos que era mi hogar y en el enamoramiento que tenía por Levi. Solo quería vivir ese día sin problemas, pero nada salió como quería.
Todo inicio con una llamada de emergencia, luego recuerdo solo ruidos sordos, gritos, llanto y la constante mención de mi nombre.
Mikasa había tenido un accidente. Ella tal vez había salido tras de mí, seguramente muy alterada luego de que descurtiéramos esa mañana y yo abandonara la casa dejándola atrás para evitar continuar peleando. Un infeliz ser humano, que no sabe otra cosa que ahogarse en alcohol, impacto su auto contra el de Mikasa. El impacto había sido de gran magnitud, por lo que a pesar de los grandes esfuerzos de los paramédicos de ayudar a la peli negra no pudieron, cuando fue ingresada al hospital solo pudieron salvar a la bebé.
Juro que hice todo lo que podía, lo juro... —y a pesar de que nadie me cuestiono, me sentía en la necesidad de aclarar a todos que hice mi trabajo y más allá, pero soy solo un ser limitado y por más que fuera bueno en lo que hacía jamás podría ganarle a algo tan complejo y completo como la muerte —
Lo siento, hijo...lo siento mucho...— el llanto de mi madre y el fuerte abrazo que me dio, me trajeron de a poco al presente, a la realidad que ahora estaba viviendo —
No supe cuánto tiempo estuve en ese estado de shock, así como tampoco cuanto me tomo volver a respirar y centrarme, solo sabía que había quedado solo en medio de la sala de emergencia.
Doctor, necesita acompañarme... — como un muñeco que solo actúa bajo órdenes de terceros así era como sentía — la bebé necesita ser registrada, ya está siendo atendida y ocupa una incubadora, si desea pasar a verla...—la chica hablaba con tono profesional pero aun así pude ver la tristeza en sus ojos. Asentí en silencio para luego ir tras ella. Debía dejar todo aturdimiento atrás, mi hija me necesitaba —
Todo había sucedido tan rápido que apenas pude asumir que no volvería ver a Mikasa, mi hermana y amiga, nunca más. Fue allí viendo al ataúd siendo cubierto en el que me quebré y llore el no haberla valorado como se debía, fue allí en el que me di cuenta de lo mala persona que había sido con ella. Pues Mikasa nunca tuvo la culpa de amarme y que me obligaran a casarme con ella.
Todo había sido mi culpa, incluso su muerte...porque tal vez si hubiese sido un mejor marido, ella aún estaría aquí y...nuestra hija hubiese nacido naturalmente, y tuviese una madre amorosa y linda como solo Mikasa podía ser...pero mi egoísmo, acabo con todo... ahora aquí frente al cuarto de incubadoras, viendo a mi pequeña me doy cuenta que no podía continuar de esa manera, tenía que cambiar mi forma egoísta de pensar, dejar de pensar como hombre y pasar a pensar como padre, por el bien de su hija.
Es una bebita preciosa — mi silenciosa contemplación fue interrumpida y al girarme me encontré con la persona que tanto me gustaba y por lo cual me sentía tan culpable —
Lo es — mi tono fue frío y no le preste mayor atención a Levi. Sabía que no era su culpa lo que había ocurrido, pero me sentí tan mal por no haber amado a Mikasa como debí por amarla a ella, que de alguna manera me sentía culpable por su muerte y poco merecedor de algún tipo de felicidad y amor —
Tiene una recuperación y desarrollo muy bueno — se puso a mi nivel y miro tras el vidrio protector la incubadora donde reposa mi bebé — en una semana estará lista para ir a casa — me informo como si necesitara saber ese dato que ya era de conocimiento — será complicado al inicio pero tendrá que adecuarse a ella — soltó un suspiro — Doctor Jeager quería decirle que si necesita a alguien que cubra sus turnos, no dude en decírmelo — soltó en un murmullo suave —
Gracias — suspire como si un gran peso estuviese siendo puesto sobre mí y no tenía nada que hacer para evitarlo — pero, daré mi baja... mi hija me necesita y no voy a dejarla sola o al cuidado alguien más, no volveré a cometer el mismo error — y a pesar de que estará abandonado algo que me gustaba, esa no era razón suficiente para olvidar mi responsabilidad de la que una vez hui y por ello perdí a Mikasa ahora no volvería a huir y perder a mi hija —
Entiendo — Levi me miro por unos instantes, no supe si por pena, sorpresa u otro sentimiento — mi prima estaría muy feliz, siento su pérdida tan pronta, pero es bueno saber que seguirá adelante por ella — me dio una suave palmadita en la espalda antes de marcharse —
Nunca estuvo en mis planes ser padre o casarme siquiera. Amaba la libertad de tomar una decisión sin importar las repercusiones porque al final solo me afectaría a mí. Amaba disponer de mi tiempo como quería. Amaba la libertad de no tener que dar explicación alguna. Por eso y por ello, no quería a alguien en mi vida, pero no todo fue como quise y ahora estoy aquí... en plena madrugada con un bebé que llora sin parar y con una leche que demorar en calentar.
...ya Isa, ya...— me removí de un lado a otro buscando mecer al bebé — por favor, calma...cuanto más debe demorar en calentarse la leche?...— murmuré con cierta desesperación — ya Isa, mira ya está...— me apure a preparar todo con una sola mano. Como podía un doctor hábil al hacer intervenciones quirúrgicas de alto riesgo ser tan torpe al momento de preparar un simple biberón de leche — no tiene tan buen aspecto pero lo hice tal cual me dijo Han, así que debe estar bien...lo siento— me sentía tan inútil e incluso sentí ganas terribles de llorar, al no ser capaz de poder atender de manera correcta las necesidades de mi hija —
Por algún milagro Isabel durmió luego de alimentarse. Sabía que no lo estaba haciendo bien, apenas había transcurrido un día desde que me la trajera a casa, siendo una lucha no hacer algo que la lastimara. Y a pesar de que Hange, la pediatra del hospital, me asesoro y explico todo lo que debía saber y hacer, no eh podido solo, debí escuchar a mamá y llevarla con ella...
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