Capítulo 17
La mañana había llegado y con ella, el despertar de los jóvenes aún dolidos.
Taehyung fue el primero en hacerlo y para su sorpresa, su cuerpo no tenía la temperatura tan alta.
Su mano se posó arriba de la frente del pelinegro y tampoco estaba tan frío como la noche anterior.
Se sentó y restregó sus ojos para después ver la habitación.
Estaba todo limpio; el desorden que habían mantenido Jungkook y él cuando se estaban arreglando para ir a la clínica ya no estaba.
—¿Azulito? —preguntó el humano, despertándose.
—Alguien ordenó aquí. ¿Crees que hayan sido nuestros padres?
—¿Mis papás? —dudó bostezando —Ellos están en corea.
El menor negó —No, ellos están aquí. Anoche nos cuidaron.
Jungkook se sentó de golpe —¿Estuvieron aquí? —jadeó —Pensé que no vendrían.
—Al parecer lo hicieron. Qué vergüenza. —suspiró, tapando la cara con sus manos —Recuerdo que tu mamá se la pasó poniendo telas mojadas en mi frente, va a pensar que soy muy débil para ser tu pareja.
Jeon negó, abrazándolo —No eres nada débil. Ayer nos encontrábamos muy mal; le agradeceré por haberte cuidado.
El peliazul pareció aceptarlo y vio al mayor, empezando a odiarse cuando quiso llorar.
—¿Qué sucede? —preguntó —Mi mamá no pensará eso, Azulito. Te lo prometo.
—No es eso. —susurró, sintiendo sus lágrimas bajar para solidificarse a perlas translúcidas —Perdóname, Cucciolo.
—¿Perdonarte? ¿De qué estás hablando?
—Es mi culpa que no tengamos crías.
—¿Por qué sería tu culpa?
Taehyung suspiró y lo vio con una mezcla de tristeza y temor.
—No pensé en crías. Quiero decir. No quise crías mientras lo hacíamos. —confesó, tapando nuevamente su rostro por la vergüenza.
Jungkook estuvo un par de minutos en silencio procesando la información brindada.
—¿Estás molestó? —cuestionó, moviendo sus dedos para poder verlo.
Jeon pareció salir de su trance y negó de inmediato.
—No molesto. Pero... Me siento mal. —espetó —¿Te sentiste obligado? —preguntó y el príncipe rápidamente negó.
—No. No. Nada de eso. —aclaró —Pero tengo miedo.
—¿Miedo?
—En el mar era el tritón más débil. ¿Te imaginas qué tipo de padre sería?
—¿Débil? Kim Taehyung, eres el ser más fuerte que conozco. Le cortaste la garganta a un grifo, saliste del trace de un haien, peleaste contra una arpía, manipulas el mar y cualquier agua con tus manos. Tú de débil no tienes nada.
—Todo eso es gracias a dones heredados. Pero mírame físicamente, ¡de espaldas me confundían con una sirena! —chilló, avergonzado. Jungkook no sabía que decir —Mi cuerpo y mi mente quieren tener crías más que otra cosa en el mundo, pero hay una parte de mí que me dice que no soy suficiente.
El azabache desplazó su mano hasta poder tomar la de su pareja —Siempre serás más que suficiente, Taehyung. Aún somos muy jóvenes, podríamos experimentar cosas nuevas a medida que vayamos descubriendo lo que en realidad queremos.
—¿Tú quieres crías? ¿Te sientes preparado?
—Si las quiero o no, no es obligación tuya cumplirlo. —mencionó —Tenemos suficiente tiempo para pensar bien las cosas.
—Pero ¿si quieres o no? —preguntó, haciendo que el mayor riera.
—Sí, Azulito. —admitió —Yo sí quiero tener crías, pero tampoco me siento 100% preparado; es más como un deseo que una necesidad, ¿entiendes?
—¿Y si nunca me siento listo?
—Pues disfrutaré de tener todo tu amor para mí.
El príncipe sintió sus mejillas enrojecerse. Jungkook es más de lo que él esperaba.
—Oye, Tae... —lo llamó —Lamento haberme sentido mal y hacer que sintieras lo mismo por la tanzanita.
—Yo también me sentía mal. Verte sufrir por mi culpa hizo que sintiera que merecía la muerte.
—La tanzanita es bastante intensa. —comentó, viendo sus manos donde las venas de sus dedos estaban oscuras.
—Sí. Su promesa también lo es. Al parecer puede hacer que dos desconocidos se amen de la noche a la mañana.
—¿Crees que haya influido tanto? Yo siento que, si te hubiera conocido antes, te hubiera amado de igual manera, sólo que me hubiera tardado en aceptarlo.
—¿Por qué soy un tritón? —dudó, alzando una de sus cejas.
Jungkook rió y asintió —No me culpes, yo pensaba que las sirenas eran un mito.
—Ya ves que no. —dijo alzando sus hombros, mientras sonreía —¿Deberíamos bajar a ver a nuestros padres?
Jeon hizo una mueca y se abalanzó a abrazarlo para hacer que cayera acostado en la desordenada cama.
—Más tarde. —pidió, subiendo una pierna por encima del cuerpo contrario.
—¿Más? El sol ya salió.
—Seguro son las 6 de la mañana. —reprochó, escondiéndose en el cuello del menor para refregar su nariz.
Taehyung frunció su ceño y vio el reloj que tenían a un lado.
—Cicciolo, son las 11 a.m. —señaló.
—Pero quiero estar contigo. —murmuró, abrazándolo cada vez más.
—¿Por qué ni quieres verlos? —interrogó, percibiendo temor en su pareja.
El azabache suspiró, pero lo ignoró.
—Jungkook. —llamó, sin embargo, no hubo respuesta.
—No es nada importante.
—Si te causa temor, lo es. —formuló, dándose la vuelta y bajando un poco su cuerpo para tenerlo cara a cara.
El humano tenía sus ojos cerrados, sabiendo que si miraba a su pareja no le podría negar nada.
—Jungkook. —nombró —Si no quieres hablarlo lo entenderé. —aseguró dándole un casto beso en los labios rosados.
—¡Agh! No se vale. —se quejó abriendo sus ojos —Tus besos hacen que te quiera ver.
—¡Lo siento! —admitió —Pero hablo en serio, si no quiere hablarlo lo entenderé. Tú me comprendes, debo hacer lo mismo.
—Es que si te quiero decir. —confesó —No me da temor lo que piensen mis padres.
—¿Entonces?
—Me asusta lo que pienses tú. —aclaró —Te he ocultado cosas antes. —suspiró, refiriéndose al cortejo.
—Pues si no me lo dices, no sabrás mi reacción.
—Mis padres no saben que soy gay. —soltó.
—¿Gay? ¿Qué es eso?
—Que me gustan los hombres.
Hubo un breve silencio, hasta que la fuerte risa del príncipe se hizo presente.
—¡Jungkook! No digas tonterías. ¡Tú no eres gay!
—¿No? —dudó, frunciendo su ceño.
—¡Claro que no! —dijo, sin parar de reír —Eres gay si te gustan los hombres y yo no soy un hombre. ¡Soy un tritón!
Fue turno para el azabache que no pudo contener una carcajada.
—Dios, Azulito, ¿qué haré contigo? —cuestionó, riendo —Eres un tritón, sí, pero también eres hombre.
—¿Qué? —preguntó con una sonrisa.
—Tienes pene, ¿no? —refirió y el mayor asintió —Pues eres un hombre.
—¡Santo mar! —jadeó —¡Cucciolo, soy gay! ¡Mi padre tampoco sabe que soy gay! —chilló preocupado.
—Azulito, tu papá ya lo sabe.
—¿¡Ya!? ¿¡Quién le dijo!?
El estómago de Jungkook empezó a doler de tanto que se reía al ver la expresión contraria.
—Amor, desde el momento que llegue como tú pareja supo que eras gay, pero en el mar parece no tener relevancia. —señaló.
Kim hizo una "o" con su boca, mientras asentía cayendo en razón —Oh, cierto. —admitió, para después reír —En ese caso, ¡genial! —chilló, subiéndose encima del humano para besarlo.
Jungkook paró su reír y lo vio asombrado.
—Somos gays. —mofó, con su rostro muy cerca del mayor.
Jeon se detuvo a ver las encantadoras facciones, donde descubrió que las escamas que salían de sus mejillas cuando era tritón, se notaban de una manera muy leve cuando estaba sonrojado y lo increíbles que se seguían viendo esos orbes inigualables.
—Somos muy gays. —afirmó, para después besarlo.
Al parecer, aceptar su orientación sexual no fue tan difícil como lo imaginaba. Al menos no lo fue porque estaba Taehyung ahí.
—¿Creen que ya se encuentren bien? —dudó Hyunbin, sentado en la mesa pelando una mandarina que había robado de su hermano.
—Ya es tarde, ya hubieran bajado, ¿no? —preguntó Joongki, viendo el reloj que Woozi le había obsequiado.
—Jungkook siempre se levanta tarde, alrededor de la una. —informó Yejin.
—Es cierto. —confirmó Woo —Y le pegó su costumbre Taetae.
—¿Creen que sería imprudente si los vamos a despertar? —cuestionó Hoseok y los demás asintieron.
—Mejor esperemos a que bajen. —sugirió Jimin.
—Ojalá lo hagan. —murmuró Yoongi —¡Dame eso! —gruñó, quitándole la fruta ya pelada a su hermano mayor.
—¡Pareces niño, era mía!
—¿¡Cuánto te costó!?
—¡Eres un hijo de-
—¡Papá! —gritó Jungkook, saludándolo con una gran sonrisa.
—¡Mi bebé! —gritó Yejin, viendo con orgullo a su gran retoño —¡Mira como haz crecido!
—¿¡Qué cosas dices!? ¡Lo viste hace menos de un mes, mujer! —señaló Hyunbin.
—Tú cállate. —exclamó, poniendo sus ojos en blanco, mientras el castaño frunció su ceño sin entender.
Taehyung ni bien había llegado, cuando prácticamente se escondió detrás del más alto.
—¡Oh, Santo cielo! —formuló la fémina, poniéndose de pie para acercarse a la pareja —Jeon Yejin, madre de Jungkook, un placer conocerte. —saludó dando una reverencia —Y aquel de allá es Jeon Hyunbin, mi esposo, padre de Jungkook.
El peliazul sonrió y salió de su escondite —Kim Taehyung, el placer es mío. —dijo, devolviendo el gesto.
La mayor chilló y aplaudió con emoción —¡Eres tan lindo! ¡Mírenlo, parece un príncipe!
—Porque lo es. —bufó Yoongi, ganándose una mala mirada de su cuñada.
—Lamento que tengas que convivir con él. —formuló con pesar y el castaño puso sus ojos en blanco —Pero cuando quieras, puedes venir con nosotros, a Jungkook no le molestará darte su cuarto; pero tendría que esconder todas sus muñecas primero.
—¡Que son figuras de acción!
—¿Desde cuándo Hello Kitty es una figura de acción? —dudó Hyunbin desde su asiento.
—Ya te dije que es de colección limitada.
—Ven, Taehyung, siéntate aquí. —pidió Yejin, llevándolo de la mano a la silla que estaba junto a ella —Cuéntame, ¿cómo se ha portado Jungkook contigo? ¿Es un caballero como le enseñé?
El peliazul asintió —Lo es. Me respeta y cuida mucho.
—¿Qué sentiste cuando te cortejó?
—Primero, sentí dolor; la primera y última piedra me dieron en la frente. —relató y el azabache se hizo el desentendido cuando sintió la mirada Joongki encima de él —Pero después me sentí bien, Jungkook es muy guapo y justo mi tipo.
—¿Estás seguro de que quieres a Jungkook? Pero ¿seguro, seguro? —cuestionó Hyunbin y el peliazul asintió —¿Viste, Jungkook? Más te vale cuidarlo bien. —le dijo a su hijo.
—¿No te es raro estar con un humano?
—Algunas cosas se complican, pero Jungkook siempre trata de explicarme y enseñarme lo que debo entender y desconozco.
—¿Dejarías a Jungkook por alguien más? —preguntó Woo y el mencionado frunció su ceño, viéndolo mal.
Taehyung negó —Jamás lo dejaría.
—Qué bueno. —dijo con una sonrisa forzada —Iré a la piscina con Bambi. —avisó, saliendo del lugar.
Jimin y Yoongi intercambiaron miradas y lo siguieron.
—¿Cómo supo que lo amaba? —preguntó Soobin con curiosidad.
—Cuando supe que no podía vivir más sin él.
—¿Qué te gusta más de él? —cuestionó Hoseok, aprovechando el momento.
—Su semen. —confesó, logrando que los presentes se ahogaran inmediatamente.
—Dios mío. —jadeó el mayor con su cara completamente roja.
Taehyung tardó un segundo en caer en cuenta.
—¡Santo mar! ¡Lo lamento! —dijo abochornado —Aún estamos trabajando en la putencia.
—Prudencia. —corrigió el azabache.
—¡Sí, eso! —admitió el príncipe sonriendo.
—No, no te preocupes, Taehyungie. —formuló Yejin —Es normal, aún te estás acostumbrando.
El peliazul asintió agradeciendo.
—¿Y qué los trae por aquí? —preguntó Jungkook y se arrepintió por la mirada que le dieron sus progenitores.
—Yoongi fue tan amable de darnos tres noticias. —respondió su progenitor —Jungkook se emparejó. Jungkook tuvo una desilusión y Jungkook está a punto de morir. ¿Te suena?
—Se los juro que se los iba a decir.
—¿Por la ouija después de tu muerte?
—No eres quien para venir a querer saber sobre mi vida después de tantos años de tenerme viviendo como un fantasma. Me enviaste aquí, pero era mi decisión decirte o no lo que me pasaba. Y aclaro que no oculté a Taehyung por vergüenza, lo hice porque como no los conozco, no tenia ni idea de cómo reaccionarían con el simple hecho de ser gay.
Hoseok silbó ante la tensión del lugar —Bien, mi cuarto me llama.
—Te sigo. —formuló Soobin.
—Yo iré a hablarle a Jin. —dijo Namjoon, escapando del lugar.
—Si me permiten, iré hablar con mi hijo a solas. —habló el rey poniéndose de pie.
—Permiso. —se despidió el mencionado, sin esperar que su pareja lo tomara de la mano para depositarle un beso en el dorso de esta.
El menor sonrió y se agachó para darle un sonoro beso en los labios como despedida para después seguir a su progenitor.
—Woo, ¿quieres hablar? —preguntó Jimin, sentándose a un lado de su cría que tenía sus pies jugando con el agua de la piscina.
—¿Está mal que me guste Taehyung?
—No está mal que te guste alguien, pero debes saber que Taehyung es...
—La pareja de Jungkook, lo sé. —suspiró.
—Por lo tanto, estaría mal si intentaras o desearas separarlos. Ellos son felices estando con el otro.
—Sin mencionar que tienes 10 años. —agregó Yoongi, tomando lugar al otro lado de su hijo —Eres muy pequeño para alguien como Taehyung.
—Pero es muy lindo.
—Si de lindos hablamos, puedo llevarte a otros lugares para que te enamor-
—Tampoco así, Jeon. Woozi es muy pequeño para enamorarse. No digo que para el amor haya edad, pero preferiría que disfrutaras tus etapas.
—El enamoramiento también es una etapa.
—¿A los 10? —cuestionó el haien —No te digo que el enamorarse es peor que una patada en los huevos, pero en definitiva tampoco es como caminar en una pradera de mandarina para ustedes dos.
Padre e hijo no pudieron evitar sonreír al imaginar la escena.
Park chasqueó sus dedos para devolverlos a la tierra cuando lo notó.
—Woo, piensa bien las cosas, ¿en serio te gusta Taehyung?
—Es que curó a Bambi.
—Entonces no te gusta. —dijo el castaño —Lo que sientes por él es aprecio por haber rescatado a Bambi.
—¿Tú crees? ¿Qué se siente que te guste alguien?
—Es normal sentir una mezcla de emociones y sensaciones.
—Cuando te gusta alguien, es posible que sientas mariposas en el estómago. Esto significa que puedes sentir una sensación de cosquilleo o nerviosismo en tu barriga cuando estás cerca de esa persona o piensas en ella.
—Yo leí que era ansiedad.
—Bien. Ansiedad. —aceptó con una sonrisa forzada.
—También es posible que te sientas emocionado y feliz cuando estás cerca de la persona que te gusta. Puedes sonreír más, reírte de sus chistes y disfrutar pasar tiempo juntos.
—Taehyung cuenta chistes horribles, igual a los de Jin. Pero me río con ambos para no quedar mal.
—A veces, cuando te gusta alguien, puedes sentirte un poco tímido o avergonzado. Puedes ponerte nervioso al hablar con esa persona o sentirte inseguro acerca de cómo actuar o qué decir. —agregó el peligris.
—Todos experimentamos diferentes emociones cuando nos gusta alguien, y no hay una forma correcta o incorrecta de sentir. Cada persona es única y puede tener diferentes reacciones.
—Siento que Taehyung al igual que Jungkook son cómo los hermanos que nunca tuve. Con la diferencia que me gusta más molestar a Jungkook que a Taehyung.
—Entonces, no te sientas mal, Taehyung también te ve como un hermanito; tus sentimientos son correspondidos.
—¿Por qué ustedes no tuvieron más bebés?
Yoongi y Jimin intercambiaron miradas.
—¿Quieres hermanos?
Woozi alzó sus hombros —Quisiera, pero después pienso que tendría que compartirlos y me desagrada la idea.
—¿Te molestarías si te dijéramos que no puedes tener más hermanos?
—¿Por qué ya no pueden tener bebés?
—Tu madre tuvo un embarazo muy riesgoso. Al no tener la anatomía de una mujer, hubo muchas complicaciones.
—Los últimos tres meses los tuve que pasar en cama; pero valieron la pena porque naciste con vida.
—¿Sabías que naciste en el mar? —cuestionó el mayor.
—Pensé que no había tenido contacto con el mar hasta que me convertí en haien.
—Tu primer día en el mundo exterior fue en el mar. —recordó con tristeza —Estaba aterrado de que te convirtieras en un haien y no en humano.
—Por suerte, naciste la mitad de ambos. —aseguró —Pero tu mamá estuvo casi cuatro meses realmente grave. Tuvo que volver al mar para poder sanarse y no sabemos con certeza que correremos con la misma suerte si tu madre vuelve a quedar en cinta.
—¿Mamá no estuvo conmigo los primeros meses? —interrogó —Pero hay fotos dónde estamos juntos.
—Desde el día que naciste, estuvo una semana aquí, pero si salís no mejoraba, así que le aconsejaron volver al mar.
—Yo no podía dejar a mi bebé solo por mucho tiempo, por eso volvía una noche a la semana, aunque fuese a rastras para verte.
—¿Cómo no morí? —cuestionó, al saber que en su especie los vínculos eran sumamente vitales.
—Tu papá te cuidó muy bien. —informó —Y teníamos la ventaja que eras mitad humano.
—Los amo. —declaró, el menor abrazando a ambos.
Los adultos devolvieron el abrazo de inmediato.
—Nosotros también.
—¿Cuándo pensabas decirnos que tenías pareja?
—Mi idea era decirles que tenía pareja e hijo, pero no salió como esperaba.
Yejin y Hyunbin intercambiaron miradas con tristeza.
—Tener bebés cuando se quiere es difícil. Más si se trata de criaturas marinas.
—Entendemos tu molestia con nosotros, pero saber que cortejaste al príncipe de los siete mares es algo realmente importante.
—¿Ustedes sabían del cortejo y de las criaturas? ¿Cómo?
—La biblioteca está repleta de libros que Yoongi envío hace años de uno de nuestros antepasados.
—Al principio creíamos que eran cuentos inventados, pero cuando Yoongi nos soltó que estabas emparejado con un tritón tan de repente y ver la existencia de Jimin, Woozi y Hoseok y los demás nos dimos cuenta de que todo era real.
—¿No se asustaron?
Ambos negaron.
—Desde que naciste algo me decía que tu vida no iba a ser normal. —confesó la pelinegra —Me alegra que haya sido para bien.
—¿Puedo ver tu anillo?
Jungkook asintió elevando su mano.
El castaño silbó viendo la gran tanzanita —Debes tener cuidado. Mucho cuidado.
—¿En los libros también se habla de ella?
—Muy poco. Sólo hay como cuatro párrafos y un dibujo gigante de ella.
—¿Qué dice?
—Espera, yo le tomé una fotografía. —aviso, empezando a revisar su celular.
—Jungkook. Nosotros estaremos felices si tú lo estás; Woozi nos hizo entrar en razón de que no te dimos el tiempo que necesitabas.
—Mocoso, le dije que era secreto. —murmuró.
—Queremos disculparnos por eso. Nos centramos tanto en que crecieras con una buena económica que no nos dimos cuenta de que creciste solo.
—Cada que veo lo grande que eres, no puedo evitar decirte que eres mi bebé. —habló Yejin —Hubiera deseado tanto decírtelo cuando sí lo eras.
—¡Ay, mamá! Harás que llore. —reprochó, sintiendo sus ojos picar.
—Es que es increíble lo rápido qué pasó el tiempo. No podremos recuperar lo perdido, pero permítenos ser parte de tu vida.
—Sólo no seas de esas suegras intensas que espantan yernos.
—¡Claro que no lo seré! —se quejó, dándole una palmada en el hombro —Estoy a nada de robarte a Taehyung, ¡es tan lindo!
—Si, mamá, ya lo has dicho muchas veces.
—Es que lo es.
—Lo sé.
—¡La encontré! —gritó el mayor, mostrando su teléfono.
"Tanzanita: Siendo "mil veces más rara que los diamantes", la Tanzanita se conoce a menudo como la piedra preciosa "de una sola generación", los expertos siguen insistiendo en que solo hay una posibilidad entre un millón de encontrarla.
En el mar, la Tanzanita tiene un valor único por su belleza y significado: "Amor Eterno". Lo curioso de esto es el porqué. Si una de las personas muere, la otra lo hará en cuestión de segundos por la tristeza.
Intensifica los sentimientos al grado de poder matar a las parejas por lo más mínimo.
Ceanne quedó en hablarme más sobre ella en la tarde.
—JJ"
—Sana nos dijo lo mismo. ¿Saben la fecha de los libros?
—Sólo hay una fila de números con letras y puntos. No pudimos descifrar si eran cordeladas, iniciales o fechas.
—Pero sea lo que sea, por favor, Jungkook. Cuida a Taehyung. Cuida de ambos. —rogó.
El azabache asintió con seguridad —Creo que empezaré a buscar más informacion en el estudio del primer jeon.
—¿Cómo te sientes? —preguntó el rey a su hijo.
—Bien y mal. —confesó —Bien porque pude conocer a los papás de Jungkook, porque estás aquí y porque al fin pudimos salir de la cama. Y mal porque siento que decepcioné a Jungkook por no poder tener crías.
—Mi niño. —llamó el mayor al ver a la luz de sus ojos empezar a sollozar —No lo decepcionaste. Ya habrá tiempo para que tengan bebés.
—Es que no me siento listo. —se quejó —Tengo muchos cambios de escamas y no me siento listo para tener crías, ¿más defectuoso no podría ser?
—No eres defectuoso. —detuvo —Cada uno tiene su tiempo.
—¿Y si mi tiempo nunca llega? Tu dijiste que debía asegurar mi descendencia.
—Lo dije porque no tenías ni indicios de querer emparejarte. Me preocupaba que vivieras una vida sin experimentar que era el amor.
—¿Extrañas a mamá?
—Todos los días, a todas horas en cada segundo que pasa la extraño cada vez más. —confesó.
—¿Crees que ella se sienta bien conmigo? Ya sabes, por haberme emparejado con un humano.
—Tu mamá, al igual que yo, te ama más que todo en este mundo. Sea donde sea que esté, sé que está feliz de ver a su pequeño Tete al lado de la persona que ama.
—Aún recuerdas el apodo.
—¿Cómo no recordarlo si yo lo cree? —cuestionó con una sonrisa —Lo único es que tu mamá se apropió de él.
Taehyung sonrió y lo abrazó con cariño.
—Eres el mejor papá que pude haber deseado. —declaró —Te amo.
—Yo te amo más. —le recordó, abrazándolo más fuerte.
Sin saber, las familias que estaban en la mansión lograron que la tanzanita que adornaba los dedos de la pareja más joven se recuperara en un tiempo récord.
Con ello, la magia que la gema portaba se intensificó más.
Había algo que todos desconocían, pero que pronto se verían en la necesidad de obtenerlo para asegurar la seguridad del príncipe, pareja y sus seres queridos.
La 13 piedra del cortejo, la última, la más bella, la única y sin duda alguna; La más poderosa.
—¡Odio esta familia! —declaró Jungkook, tirando sus cartas en la mesa.
La familia completa se encontraba jugando UNO como si su vida dependiera de ello, en la mesa ya habían distintas joyas, dinero y hasta papeles de propiedades en juego.
—No te preocupes, sólo haz perdido tres de tus tarjetas. —consoló su madre.
—Tarjetas que ni siquiera te había devuelto. —aclaró Hyunbin.
—¡Ustedes son unos tramposos! —se quejó —Tú más que todos. —señaló a Woozi quien le brindó una sonrisa burlona.
—Agradece que no apostaste tu alma. —molestó, tomando todo lo que había en el centro como premio.
—Woozi tiene más cosas que yo en toda mi vida. —comentó Hoseok, chasqueando su lengua.
El azabache bufó y se fue con pasos marcados a su habitación, donde no tardó en dar un fuerte portazo.
Últimamente Jungkook estaba más que irritante; se la pasaba gritando, quejándose, dando portazos, golpes y maldiciendo a todo lo que pudiera.
—Estoy a nada de ir a traer a Taehyung. —mencionó Yoongi.
—Ya se le pasará. —dijo Soobin y todos lo vieron, alzando una ceja.
—Taehyung se fue hace, ¿qué? ¿Cuatro horas? —dudó el castaño —Y estoy seguro que ese mocoso me dejará sin casa.
—Ni tanto así. —dijo Jimin y nuevamente escucharon otro portazo y como el azabache bajaba con cara de pocos amigos y se tiraba sobre el sofá.
—Me estresa estar aquí. —escupió —Digo, ¿por qué todas tus paredes son blancas? ¡Parece clínica!
—Si no te gusta, la puerta está abierta. —respondió Yoongi, barajando las cartas.
—¿Me estás diciendo que vaya a buscar a Taehyung? ¿Eso me estás diciendo?
—No.
—Jungkook ya lo hemos hablado. —regañó Hyunbin —Taehyung tiene un cargo que cumplir y en definitiva después de saber que estás en la mira de los whaleman es imposible que puedas ir con él al palacio.
El menor gruñó y puso sus ojos en blanco —¿Sacarme las costillas? ¿Quebrarme los huesos? ¿Dejarme sin órganos? ¡Pues que lo hagan! —escupió —No es para tanto. Los whaleman me la pueden chupar si quieren.
—Taehyung dijo que no salieras de la mansión.
—¡Pero lo haré! —declaró —No porque Taehyung me diga que no haga algo, significa que no lo haré.
—Oh, ¿en serio? —cuestionó su madre despreocupada, viendo las cartas que le tocaban.
—¡Sí!
—¿Cómo creen que reaccione Taehyung si lo ve en el mar?
—Se decepcionaría.
—Se molestaría.
—Se pondría triste.
—De ninguna manera, ¿por qué se sentiría así? —bufó, cruzándose de brazos.
—Prácticamente te rogó que no fueras, le prometiste no hacerlo y que te vea ahí seguramente hará que se sienta mal. —comentó Woozi, alzando sus hombros.
—Probablemente llore. —agregó Jimin.
—¿Llorar?
—Claro, cuando te vea ya estarás muerto.
—No creo que los whaleman sean como los pintan. Estuve en el mar hace poco, cuando Tae me presentó a un cardumen de tiburones. ¡Y no me sucedió nada!
—Porque estuviste ahí menos de 10 minutos. —le recordó Hoseok —Además, papá dijo que, si hubieras estado 5 minutos más, te hubieran encontrado.
—Ni que tuviera un gps en el culo.
—Lo tienes en todo tu ser. Las branquias que te salen fueron gracias a Soobin, es obvio que sienten las partes de un tritón en un cuerpo de un humano.
Jungkook chilló rendido y volvió a irse a su habitación.
Nuevamente cerró la puerta con fuerza y se tiró boca abajo en la cama.
Su Azulito llevaba horas fuera y lo extrañaba como si hubieran pasado décadas.
Recordó su despedida de la mañana y sintió su corazón doler; obviamente el peliazul tampoco quería dejarlo y las perlas translúcidas chocando contra el suelo lo confirmaron.
Entendía que Taehyung no podía desobligarse de muchas situaciones al ser el príncipe, pero tenerlo lejos hacía que maldijera el día que nació como humano.
El tema de que su Azulito se iría por un muy largo día estaba siendo tocado al menos una semana antes, así que Jungkook llevaba exactamente una semana sin poder dormir bien.
Sus ojeras y ojos cansados mostraban las horas de desvelo, no podía conciliar el sueño de solo pensar estar separado de su pareja, sobrepensando en múltiples eventos desafortunados dónde su Azulito no volvía a tierra firme.
Claramente el contrario se había encargado de decirle que eso no pasaría ni en un millón de años y que le traería una maravillosa sorpresa al regresar.
Su mano apretó la sábana oscura y vio el anillo que brillaba en su dedo anular.
Nadie podía negar la belleza de la tanzanita, ni tampoco la dependencia que había creado en quienes la portaban.
Dependencia que Jungkook sabía que no era sana, al principio su cuerpo se tranquilizaba con solo ver a Taehyung aunque estuviese lejos, pero en la actualidad eso no era suficiente.
Jungkook debía tener a Taehyung entre sus brazos para estar tranquilo de que nada le pudiera pasar.
Los presentes en la mansión también lo habían notado, pero ninguno tenía el valor de poder hablar con ellos, suponiendo que era así por la desilusión de no haber tenido un bebé.
El tema del bebé no fue olvidado. Había noches dónde ambos lloraban por distintas razones.
Taehyung por anhelar una cría y a la vez no sentirse listo para concebirla y Jungkook de tristeza al verlo así.
Su cara se removió en la sábana, inhalando el aroma que el príncipe había impregnado.
En serio deseaba tenerlo ahí.
Agregando el hecho de que la intimidad entre ellos llevaba semanas siendo nula, la frustración carcomía cada vez al humano.
Antes de la noticia del embarazo fallido, ambos eran casi adictos a encuentros sexuales. Pero ahora la inseguridad de volverse a ilusionar los detenía de manera bruta.
Por otro lado, a miles de kilómetros de distancia se encontraba Taehyung con su mejilla reposando en sus nudillos mientras escuchaba aburrido como conversaban los líderes de las zonas sobre algo que ni siquiera recordaba.
Joongki, Seojoon y Namjoon no perdían ningún movimiento que hacía y lo reprendían cuando su desinterés era demasiado notorio.
Sus ojos estaban rojos de tanto llorar, cada tanto se disculpaba para retirarse unos minutos dónde se dedicaba a sorber su nariz y poner su mano en su pecho sintiendo el dolor de estar lejos de su humano.
Kim también sabía que la dependencia no era normal, pero no sabía cómo deshacerse de ella sin morir en el intento.
Por su mente pasaba escenarios dónde Jungkook no lo quería más o encontraba a alguien que no fuera tan ignorante como él y entendiera las cosas humanas sin necesidad que le estuviera explicando todo.
De igual manera, frunció su ceño disgustado al imaginar a su Jungkook con alguien más, sin darse cuenta cuando un golpe fuerte se escuchó y todos los presentes lo miraron, indicando que él había sido el culpable.
Su mano había golpeado la mesa hecha de piedras con firmeza.
—¿Todo bien? —cuestionó el líder de los kelpies, viéndolo confuso.
Taehyung carraspeó su garganta y le sonrió —Todo bien, líder Bae. Me dió curiosidad la textura de la mesa y quise saber que se sentía golpearla. —dijo y los mayores no tardaron en soltar fuertes carcajadas.
—Tu muchacho es fuerte. —señaló el líder de los haien, apuntando el lugar donde el puño del mencionado había quebrado de un solo golpe.
—Si así es sin emparejarse, imagínate cuando lo esté. —comentó el líder de los nix con una sonrisa.
La familia real y el sanador intercambiaron miradas.
El rey carraspeó su garganta —De hecho, ya lo está. —informó y todos jadearon en unísono.
—¡Esto es una magnífica noticia! —exclamó uno aplaudiendo mientras miraba al príncipe.
—¿Por eso era la reunión? —cuestionó otro, mientras sonreía y ambos pelizules asintieron.
—Wow, estoy impresionada. —confesó la líder de las manyas —Sin duda los habitantes de tu zona se lo tenían muy guardado, les gusta cuidar de los suyos, seguramente.
—No es de esta zona. —dijo el rey y los líderes alzaron sus cejas intercambiando miradas.
—Debe ser de la tuya, Kwan. —supuso, señalando al líder de los cilophytes que negó de inmediato —No me mire a mí. Choi se ve sospechoso. —anunció, apuntando al líder de los selkies.
El mayor de todos negó —Les aseguro que no.
—No es del mar. —detuvo el rey y los mayores casi quiebran su cuello para ver al líder de los Nix, la única criatura que era de río.
El mayor empezó a negar rápidamente.
—No es del agua. —confesó Taehyung y todos lo vieron frunciendo su ceño sin entender —Es un humano.
—¿¡UN HUMANO!? —jadearon al unísono.
—Sí. ¿Algún problema? —exclamó con un semblante serio.
—No, ninguno, príncipe. Es sólo que es inesperado. Joongki no lo dejaba salir ni siquiera en la misma zona sin guardias detrás suyo.
—¿Cómo harán para que la relación funcione?
—¿Cuándo será la ceremonia de presentación a sociedad?
—¿Dónde será?
Pregunta tras pregunta bombardearon a la familia real y el príncipe no se inmutó y respondió con paciencia y seriedad cada una de ellas.
Pero hubo un momento, dónde se sintió agotado cuando empezaron a preguntar sobre futuros herederos y tuvo que retirarse sin decir mucho.
El líder de los kelpies había quedado preocupado pensando que había dicho algo fuera de lugar, pero él no lo sentía así, únicamente había preguntado si el humano daría herederos, ocasionando que los otros comenzaran a rondear en las cuestionantes sobre futuras crías.
Por desgracia, en la mente de Tae se repetía con una sonrisa amarga que el humano no era el problema por el que se debían preocupar.
Era él.
Si él no se sentía listo, no habrían bebés.
El peliazul suspiró ingresando a su habitación y elevó su mano para ver cómo la tanzanita brillaba.
Su Cucciolo lo extrañaba.
Él lo sabía porque lo sentía.
Su vista recorrió el lugar, sonriendo al pensar que el azabache ya estuvo ahí y sus mejillas se sonrojaron cuando recordó lo que había cometido.
Fugazmente vio su reflejo en una de las decoraciones de cristal.
Su piel estaba más oscura, Jungkook le había explicado que se había bronceado por pasar mucho tiempo en el jardín o en el balcón de su cuarto.
Su cuerpo estaba decorado con aquella joyería que él mismo diseñaba, pero se sentía vacío.
No había ninguna marca visible del humano.
Y como marca se refería a las mordidas o zonas rojizas y violetas que quedaban al culminar su intimidad.
No había ese tipo de contacto desde un día antes de que fueran a la clínica a qué sus esperanzas fueron cruelmente destruidas.
Su mano recorrió su pecho con pesar, ¿y si ya no era suficiente ni para Jungkook?
Quizá no era lo que esperaba, quizá el no querer crías hizo que lo viera distinto o sus sentimientos cambiaran.
Taehyung batió su cabeza de un lado a otro, queriendo borrar los malos pensamientos.
Jungkook siempre le decía que era lo mejor que le había pasado y que era lo más bonito del universo.
Es imposible que no lo quiera.
¿No?
—¿Taehyung? —llamó una voz conocida.
—Nana. —saludó, desplazándose para abrazarla.
La mayor sonrió y devolvió el gesto con cariño —¿Cómo estás?
—Si te soy sincero, estoy mal. —confesó separándose para verla.
Minyoung sintió que se derretiría ante la imagen del menor a punto de llorar.
—¿Quieres estar solo? —cuestionó en un murmullo.
El peliazul pareció pensarlo unos segundos, siempre que se sentía mal exigía espacio y se guardaba todo lo que sucedía.
Tal vez era momento de cambiar esas costumbres que no le hacían bien; así que negó.
—Quiero hablarlo. —aseguró.
La sirena impresionada aceptó y juntos se sentaron a un lado del otro.
—Quiero decirte que todo lo que me digas, sin importar qué sea te daré mi sincera opinión si la deseas y prometo no decirle a nadie sobre lo que me cuentes. —aclaró, para brindarle más comodidad.
El príncipe le brindó una sonrisa amable y suspiró.
—Jungkook y yo hemos estado mal. —confesó —Y no hablo de que hemos estado mal como pareja, sino individualmente.
—¿Desde cuándo?
—Casi un mes. No sé si papá te lo comentó, pero tuvimos una fuerte decaída porque nos habíamos ilusionado con tener un bebé y los resultados dieron negativo.
—Bueno, según lo que sé, en el caso de ser una pareja con una especie distinta puede ser que no funcione la gestación a la primera.
El menor negó —No es sólo eso, Nana. Algo me dice que soy insuficiente para tener una cría. –a sirena frunció su ceño.
—¿Por qué no serías suficiente, pequeño? ¿Qué te hizo pensar eso?
La primera perla abandonó los ojos azules.
—Yo. —susurró.
Minyoung lo vio con tristeza y lo atrajo a un abrazo.
—Mi niño, ¿por qué dices eso?
—Eso es lo peor; ni siquiera lo sé. Sólo lo siento. Lo cual es contradictorio porque los de nuestra especie suelen ser muy seguros en prohijar. —se quejó sin detener su llanto.
—¿Jungkook lo sabe? —el menor negó.
—Él tiene sus propios problemas. No me concierne decirte, pero lleva un tiempo teniendo pesadillas, la desilusión sólo hizo que se apagara más aunque él trate de disimularlo.
—¿Ninguno ha hablado de cómo se sienten? —Kim volvió a negar —Deberían hacerlo, Taehyung. Me preocupa esos pensamientos que te atormentan, ¿estás seguro que no sabes el porqué te sientes así?
—En parte. —balbuceó —Son varias cosas, tú sabes que lo único destacable que tenía era mi puesto de príncipe, no soy el más fuerte, ni el más rápido, ni el más hermoso. Y en la tierra no soy un príncipe. Sólo soy una criatura ignorante. —formuló, comenzando a sentirse cada vez peor.
La mayor se preocupó al sentir como el cuerpo del peliazul empezaba a temblar sin poder detener su martirio.
El desorden de emociones que creaba la tanzanita era inimaginable.
Las lágrimas descendían una tras otra sobre las mejillas rojas de Jungkook sin saber el porqué; sólo sentía que Taehyung estaba triste.
Rápidamente salió de su habitación para dirigirse al mar, pero Jimin lo detuvo.
Al verlo, el menor no fue capaz de más y señaló su mano derecha.
El haien lo entendió de inmediato y lo abrazó sin decir una sola palabra.
Solo bastaron unos segundos para que los demás habitantes llegaran, viendo confundidos la escena.
—¿Jungkook? —murmuró Yejin, sin esperar que su hijo la viera con sus ojos destrozados.
—Mamá. —balbuceó para dirigirse hasta ella y así poder abrazarla.
El joven adulto parecía y lloraba como un niño desoladamente aferrándose al cuerpo de su progenitora.
Los que presenciaban la escena no hicieron más que preocuparse.
Woozi intercambio miradas con su madre y este asintió, para salir por la puerta trasera seguido de su cría.
—¿Iremos por Taehyung? —dudó y Jimin asintió.
—El corazón de Jungkook latía demasiado lento a pesar de tener un llanto descontrolado. —informó preocupado, subiendo a uno de sus autos.
El infante lo siguió de cerca y se subió en el asiento del copiloto.
Ambos sabían que no podían llevar a Jungkook; Seojoon les había explicado que con que Jungkook pusiera un pie en el agua por más de 5 minutos los whaleman lo encontrarían.
Porque al parecer, todos habían despertado y ni uno de ellos había dejado de merodear todas zonas esperando que el humano haga ese insignificante movimiento.
Ni siquiera Taehyung sabía todo aquello, ya que habían decidido no decirles por su estado inestable.
Una preocupación los acercaba más a otra decaída.
El rey supo que las cosas no iban bien cuando escuchó el grito de Minyoung por todo el palacio.
Cuando llegó a la habitación de su hijo jadeó al verlo casi inconsciente con aquella marca que adornaba toda su espalda emanando una calor insoportable.
—Ni siquiera recordaba que la tenía.
—No sé mucho sobre ellas, pero al parecer la ceremonia de Taehyung y Jungkook aún no ha culminado. La marca de emparejamiento tiene que estar o desaparecer, no puede hacer ambas. —informó Seojoon desconcertado —Y su temperatura. Debe estar frío o hirviendo, no ambos.
—¿Qué sucedió? —cuestionó Namjoon preocupado.
—Sólo estábamos hablando, se puso triste y después colapsó. —relató, sin perder su vista del peliazul.
—Hay que llevarlo a la superficie.
—Per rey, los lider-
—A la mierda los líderes. ¡Mi hijo está agonizando! —declaró, tomando el casi inconsciente cuerpo, para sacarlo de ahí.
En la mansión Jeon, las cosas iban de mal en peor. Jungkook lloraba y ni siquiera articulaba una sola palabra.
Se encontraba echado en la cama que compartía con Taehyung mientras parecía agonizar y la pocas fuerzas que tenía, eran para golpearse el pecho por el dolor interno que sentía.
—¿Eso es normal? —preguntó Soobin a los mayores.
—No sé qué le habrá sucedido a Taehyung, pero sin duda la tanzanita tiene mucho que ver con esto.
—Sabía que intensificaba lo que sentían pero no sabía que tanto.
—Es como algo que sube, sube y no se detiene hasta que se destruye. —jadeó Hoseok impresionado.
—No entiendo.
—Si Taehyung se siente mal, Jungkook se sentirá mal y cuando eso sucede, Taehyung se siente peor, entonces el dolor de Jungkook aumentará y continuará así hasta que las cosas cambien.
—Tal vez si traemos al príncipe, las cosas cambien.
—Jimin y Woozi fueron por él. —comentó Yoongi.
El estado de Jungkook era más que pésimo.
Nunca, en toda su vida había visto a alguien sufrir tanto hasta el punto de parecer un niño sin habla, sin poder decir lo que sucede.
A Yejin le dolía ver a su hijo así, pero no había manera de ayudarlo. Ya lo habían intentado todo. Fotos, ropa, objetos todo lo perteneciente de su yerno había sido ofrecido al azabache quien negaba y los tiraba lejos con furia.
Jungkook no quería algo de Taehyung.
Lo quería a él.
Afortunadamente, cuando el rey se desplazó velozmente junto a Taehyung hacía la orilla desierta donde no llegaban los humanos, el auto de Jimin recién iba llegando.
—¿Jungkook? —cuestionó el Rey al ver los rostros contrarios
—Igual de mal o peor. —informó, tomando al peliazul para llevarlo al auto con dificultad, dado a que el pterúgiou no había sido cambiado a piernas.
Las cosas para bien o para mal sucedían demasiado rápido, Woozi miraba con tristeza el rostro de Taehyung y en cómo era incapaz de acostarse boca arriba, su espalda humeaba sin detenerse.
Cuándo Jimin llegó a la mansión, no tardó en gritar para que ayudarán a llevar al príncipe que parecía no reaccionar a nada más que el dolor.
Hyunbin y Yoongi llegaron y tomaron el cuerpo del menor para subirlo lo antes posible.
Los demás jadearon al ver como el príncipe venía con su pterúgiou.
Los hermanos Jeon les hicieron señas para que saliera a medida depositaban el cuerpo del peliazul en la cama donde Jungkook no había dejado de llorar.
Rápidamente ambos dejaron a la pareja sola.
El humano fue el primero en alzar su cabeza para ver al recién llegado.
Taehyung ni siquiera pudo abrir sus ojos pero débilmente le sonrió.
Jungkook tomó el cuerpo del menor con todo el cuidado del mundo y lo acostó, colocándolo en su pecho.
Nadie había notado como los ojos negros del azabache estaban grises, completamente nublados.
Comenzó a parpadear con dificultad sintiendo su llanto cesar y ahora cobrando conciencia. Apretó el fino cuerpo contra el suyo y suspiró de alivio.
Taehyung elevó su mano para posarla con delicadeza en la mejilla contraria.
—Lo siento. —susurró.
Jungkook negó y besó la desordenada y húmeda cabellera, sin saber qué decir.
Su vista se dirigió a la espalda contraria donde vio como lentamente la herida de aquella gigantesca marca se iba cerrando hasta desaparecer.
Frunció su ceño al darse cuenta que la marca en su espalda nunca fue visible.
Quería preguntarle si sabía algo, pero su Azulito parecía agotado. Sus orbes estaban cerrados, su respiración era lenta y su boca estaba semiabierta indicando que le había ganado el sueño.
Una carcajada burlona se escuchó por toda la cueva.
—Debes estar bromeando. ¿¡Hechizaste al príncipe!? ¿¡A Kim Taehyung!? —cuestionó la criatura alada a la pelirroja.
—Así como lo oyes. A este punto ya debería tener tiempo sin descansar por el atormento de su mente, ya pasó creo un mes.
—Y ese niño, el humano, Jeon, ¿no se dio ni se ha dado cuenta?
—Ninguno de los que estaban ahí. Ni siquiera el tritón pelirrosa que Anne convirtió en humano. —informó con un bufido —Esa niña tonta. Lo único que hizo fue desperdiciar tiempo.
—Hablando de Anne, ¿no ha intentado tomar el mando?
La bruja negó frunciendo su ceño —Lleva inactiva como una década. No dejaré ni que lo intente.
—Esa familia ahora es un chiste. Si Jeon estuviera vivo ya tendría tu cabeza adornando su sala al enterarse que hechizaste a su pareja.
La pelirroja hizo una mueca, poniendo sus ojos en blanco.
—Ni me recuerdes a ese pedazo de mierda. Cuando veo a ese escuálido humano me dan ganas de arrancarle la cara con mis manos. Es estúpidamente idéntico a él.
—¿Qué te detiene? Tienes todas las oportunidades para hacerlo sin problema.
La mayor negó despreocupada —La tanzanita lo matará. A ambos.
Mientras la pareja más joven estaba encerrada en el cuarto del menor de ellos, la familia restante se encontraba en la sala buscando solución o al menos una respuesta de lo que sucedía.
—Estábamos pensando y creemos que es mejor que volvamos a corea. —comentó Yejin.
—Se habían tardado. —murmuró Yoongi, ganándose un golpe en el brazo por su pareja.
—No le hagan caso, ustedes siempre son bienvenidos.
—Aquí es cuando me preguntan el porqué nos vamos. —dijo Hyunbin.
—A nadie le importa.
—¡Yoongi! —regañó Jimin —Cuéntennos, ¿por qué se van?
—Dado a que allá están todos los libros que había en la biblioteca de aquí, creemos que podemos encontrar algo más de la tanzanita, el estado de Jungkook y Taehyung nos preocupa demasiado.
—¿Hay libros sobre la tanzanita? —cuestionó Hoseok, impresionado.
—No de ella como tal, pero sí del cortejo. Pero esperamos encontrar algo más.
El timbre de la mansión sonó y Woozi se levantó para abrir.
Cuando el infante vio la cabellera rosa, no dudó en abrazar a la persona recién llegada.
—Jin, las cosas están feas. —dijo, y el mayor vio confuso el rostro de los demás, mientras sentía como Bambi también tomaba la parte inferior de su pantalón en una especie de abrazo.
—Jungkook y Taehyung están encerrados. —informó Soobin.
—¿Otra decaída? —dudó y todos asintieron.
—Una vez lo entiendo, pero no me gustaría que esto fuera constante. —dijo Yejin con voz apagada.
—Esa piedra los está consumiendo. —murmuró Hyunbin.
Y es que con el pasar de los días, los papás de Jungkook y el padre de Taehyung iban a cuidarlos por las noches. Las pesadillas del azabache eran más que frecuentes, no sabían si el príncipe se daba cuenta, pero el estado nocturno del menor era preocupante.
El juez suspiró mientras negaba —Si Anne estuviera viva sabría solucionarlo.
—¿Anne?
—La bruja que me convirtió en humano. —contestó —Ella sabía mucho de temas extraños, es una lástima no poder hablar con ella.
—Espera, ¿Anne? —preguntó Hyunbin frunciendo su ceño, sacando su teléfono para buscar aquella imagen.
Los demás lo vieron confusos, hasta que en un par de minutos el mayor comenzó a leer.
"Seanne, Así se llama la criatura del mar. No me dijo su especie, pero sí su nombre; ella dijo que llegaríamos a ser amigos, y que cuando lo fuéramos podría decirle "Anne"
—JJ.1.721"
—Es uno de los párrafos a los que le tomé foto porque me recordó a la serie. —dijo y los demás no lo entendieron —¡Ay, por favor! ¿Anne with an e? ¿en serio? ¿nadie? —jadeó y negaron —¿Creen que sea la misma?
—Es imposible que sea la misma. —destacó Yoongi —Esos libros estaban aquí en la época de tatara tatara abuelo de nuestro tatara tatara abuelo.
—Además de que la Anne que conozco no era una criatura del mar. Era humana y bruja. —hizo saber, haciendo que Hyunbin suspirara.
—De igual manera, si es bruja, podría saber más. —sugirió Hoseok —¿Cómo sabes que está muerta?
—Bueno, no sé si muerta como tal, pero dijo que si algún día desaparecía era porque atentaron contra su vida.
—¿Por qué no le preguntamos al sanador?
El cilophyte negó —Papá no sabe mucho de la tanzanita, lleva 300 años prohibida, todo registro de su información fue borrado.
—¿La situación entre Jungkook y Taehyung es demasiado grave?
—No grave como tal, pero su dependencia es... extrema.
Los ojos azules del tritón veían con pesar el rostro dormido de su pareja.
Había marcas oscuras bajo sus ojos y unas rojizas rodeandolos, su rostro se veía fatigado y sus labios estaban sin color.
Con cuidado delineó desde la frente hasta la barbilla.
A pesar de su estado, Jungkook era precioso.
Su corazón dolió y el humano se removió, apretandolo más contra sí.
—¿Cucciolo?
—¿Estás bien? —preguntó sin abrir sus ojos, pero disfrutando el peso que hacía su pareja sobre él.
Taehyung asintió a pesar de que sabía que no lo veía —¿Tú estás bien?
Jungkook de igual manera, asintió.
Ambos sabían que mentían.
El tritón elevó y bajó su pterúgiou, pegándole con suavidad a las piernas del contrario, haciendo que ambos rieran
—¿Qué sucedió allá abajo? —susurró mayor.
—Estuve hablando con mi nana y me sentí mal. —relató —Lamento haberte hecho daño.
—¿Por qué te sentiste mal? —curioseó, pero no obtuvo respuesta.
Jeon abrió sus ojos y se sentó, moviendo al mayor para posicionarlo en su regazo.
—Taehyung, ¿qué pasó? —interrogó y el príncipe abultó sus labios de manera inconsciente.
—¿Ya no soy Azulito? —se quejó por lo bajo.
Jungkook le sonrió y besó castamente el tentable puchero.
—Azulito, ¿qué pasó? —repitió.
Kim pareció pensarlo, pero en definitiva tenía que decirle. Entre más comunicación haya, menos decaídas sucederán.
Jungkook lo quiere, no lo reprendería ni lo dejaría por inseguro, ¿no?
El humano pareció entender el debate que había en su cabeza y lo volvió a besar.
—Te amo y siempre lo haré. —le recordó, sacándolo de sus pensamientos.
—¿Soy suficiente? —susurró —Y no sólo para poder tener crías, sino para ti. ¿Soy suficiente?
—Eres más que eso. —aseguró con honestidad —Me siento afortunado al saber que eres parte de mi vida, aunque desde que llegaste creo que te pertenece.
Taehyung sonrió y lo abrazó con más fuerza —Siento que no te merezco.
—Ambos nos merecemos, aunque no lo creas. Estoy empezando a pensar que debí salvar el universo en mi vida pasada para tener el privilegio de tenerte.
—Me gusta que me digas cosas bonitas.
—A mí me gustas tú.
Las mejillas del menor se tornaron rojas y salió de su escondite para besarlo.
Si Taehyung se siente bien, Jungkook se sentirá bien y cuando eso sucede, Taehyung se siente mejor, entonces el sentimiento de Jungkook aumentará y continuará así hasta que las cosas cambien.
La muestra de afecto continuó hasta que el humano se separó lentamente.
—Siento que somos un desastre.
—Lo seamos o no, es algo que no es tan relevante ahora.
Kim sonrió y elevó su mano para acariciar el brazo que lo rodeaba. Sus dedos viajaron y se posaron hasta la pálida mano, donde el color de las venas era más notoria. No era normal.
Jungkook pudo sentir los músculos contrarios contraerse y carraspeo su garganta.
—No me gusta tener pensamientos negativos. Pero no puedo evitarlo. Debe ser molesto tener que soportarme. —comentó el menor.
—No te siento como una carga, ¿sabes? Pero me preocupa lo de tus pensamientos.
—¿Crees que ya deberíamos bajar? Tal vez los demás nos ayuden a encontrar una solución.
El príncipe se estiró y pasó una mano por el costado de su cadera, haciendo que su pterúgiou cambiara al par de piernas.
Jeon silbó encantado al ver la desnudez de su pareja cuando éste se puso de pie para vestirse.
—Ir a terapia puede ser una.
—¿Con Seojoon? No lo tomes a mal, pero no creo que un humano entienda la situación de ser una pareja tritón-humano.
—¿Qué prefieres tú?
—Lo que tu quieras.
Taehyung le regalo una sonrisa un tanto forzada. Aunque Jungkook dijera que no era una carga, se preocupaba más por él que por sí mismo.
Eso no le gustaba.
—Pensé que habían muerto. —comentó Yoongi viendo a la pareja bajar por las escaleras.
—Para tu desgracia, aún no.
—Queremos hablar con ustedes. —señaló el padre de Jeon con tono neutro.
—¿Es una de esas charlas donde los amigos se reúnen para hacer entrar en razón a alguien?
—Yo no soy amigo de ninguno de ustedes. —aclaró el castaño.
La pareja bufó, poniendo sus ojos en blanco.
Jungkook tomó asiento en el sillón más cercano y el príncipe como de costumbre, tomó lugar en sus piernas.
—Es como un déjà vu. —señaló Jimin.
—Y bien, ¿sobre qué charlaremos? —preguntó el peliazul.
—Hyunbin y yo nos iremos a Corea a buscar información sobre la tanzanita y estábamos comentando con los demás si podrían ir con nosotros.
—¿Con qué fin? —dudó el mayor frunciendo su ceño.
—Yo no podría ir, tengo asuntos que atender. La junta con los líderes no salió como esperaba. Además, si voy a otras tierras no podría ir al mar.
La vista de Jungkook pareció iluminarse por una milésima de segundo.
—Sólo es si quieren hacerlo. Podrían pensarlo si gustan e ir cuando crean necesario.
—Tenemos que hablarlo. —vaciló Kim —Disculpen, ¿qué hora es?
—Son las 10 de la mañana.
—Debería volver al mar, los líderes se irán en unas pocas horas. —avisó intentando ponerse de pie, pero fallando cuando las manos ajenas lo retuvieron.
—¿No puedes solo enviar una nota o algo?
—No creo que se pueda si el destinatario está en el mar. —comentó Yoongi.
—Nuestras notas casi siempre están talladas en rocas o cristales. —informó el príncipe —Pero me gustaría ir personalmente.
Jungkook negó aferrándose más a él.
—No me dejes. No ahora.
—Yo tampoco quisiera irme, pero tengo que aclarar asuntos hasta de nosotros.
—¿De nosotros?
—Hay una ceremonia de presentación que no hemos realizado.
—Te recuerdo que Jungkook no puede ingresar al mar. —agregó Jimin.
Kim asintió —Por eso es importante volver.
—Quiero ir contigo. —insistió el mayor.
—Me voy antes de que se pongan incómodos o cursis. —avisó Hoseok poniéndose de pie, siendo seguido por los demás y así dejando a la pareja sola.
—Cucciolo... —llamó Taehyung.
—No me dejes. —pidió, apretandolo a tal punto donde su mejilla estaba totalmente presionada en el pecho del menor.
El principe suspiró sintiendo un nudo en su garganta, deslizando sus uñas en la cabellera azabache.
—No lo estoy haciendo.
—Ayer dijiste que solo sería un día, si vas ahora, serian dos.
—Ayer solo fui unas horas y necesitaba como mínimo el día completo.
—¿Y si te pasa algo? ¿Y si te vuelves a sentir mal? ¿Y si no regresas?
—No me pasará nada. No volveré a sentirme mal y si regresaré.
—Eso lo dijiste antes y casi mueres.
—Pero no lo hice.
—Taehyung, no vayas. Por favor. —rogó elevando su rostro para verlo.
El menor hizo un inconsciente y leve puchero al ver los grandes ojos contrarios cristalizados a punto de llorar.
—Tengo que ir y no puedes ir conmigo aunque quiera.
—Diles que vengan ellos a la superficie.
—No pueden hacerlo, son líderes.
—Tú padre es el rey y viene de vez en cuando, ¿por qué ellos no?
—Porque son un grupo de ancianos que le doblan la edad a mi papá, no aceptarán que les pongan piernas aunque su vida dependa de ello.
—Pero no quiero que vayas. —se quejó.
—Yo tampoco quiero ir, pero tengo qué.
Ambos se mantuvieron en silencio por un breve momento. Lo cierto era que ninguno queria separarse.
—¿De cuánto tiempo estamos hablando?
—Un par de horas serán suficientes.
—Esta bien. Pero me quedaré en la arena.
Jeon contaba con un auto propio, así que no necesito de nadie los llevara a la playa.
Pero como nadie confiaba en él, Yoongi y Hoseok fueron obligados a seguirlo muy de cerca.
Una vez en la orilla la pareja se tomó su tiempo para despedirse, mientras los cuidadores miraban cansados la escena, hasta que el príncipe ingresó al agua y tuvieron que dirigirse hacia el mayor evitando su impulso de seguirlo.
—Ya vendrá. —le dijo Hoseok, alejandolo del agua para tomar asiento lejos del alcance del mar.
—Pensé que la charla que tuvimos con Jimin los había hecho reflexionar sobre la dependencia. —comentó el castaño.
—No es porque yo quiera, ¿sabes? Simplemente siento que si me faltara el aire seria menos doloroso a que me falte Taehyung.
—¿Será porque son una pareja de triton y humano?
—Eso no es normal. Jimin se iba por meses y yo sigo vivo.
—Tal vez no se querían lo suficiente.
—Lo hacemos, pero a diferencia tuya, yo si respeto espacios.
Jungkook suspiró cansado y decidió ignorarlo.
Él también respetaba espacios. Hace dos días Taehyung se duchó sin él.
Claro que después el azabache lo secó, vistió, acobijó y durmió. Pero se ducho sin él, que ese era el punto.
Los minutos pasaban y Jeon no apartaba su vista del mar, esperando una señal de su pareja.
Yoongi se había dormido hace tanto y Hoseok miraba vacilante a Jungkook, esperando algún movimiento.
—¿No haz pensado que tal vez, solo tal vez lo que sientes por Taehyung no sea amor?
—Yo lo amo.
—¿Por qué?
—Porque sí. No necesito razón para amarlo. Sólo lo siento.
—¿Si él fuera un humano lo amarías igual?
—Lo amaría incluso si fuera un gusano.
—¿Y si él no te ama?
Jeon frunció su ceño —¿A qué quieres llegar?
El brujo alzó sus hombros —A nada concreto. Sólo se me hace extraña su dependencia. Porque la tienen, ¿sabes?
—No me molesta ser dependiente de Taehyung.
—No es porque te moleste o no. Simplemente es enfermiza.
—No lo es.
—Claro que lo es.
—Taehyung lleva 75 minutos y 28 segundos en el mar y no he ido corriendo tras él. —bufó.
—Porque estás amarrado. —le recordó, señalando las cadenas que lo mantenían unido a una palmera.
—Aún si no lo estuviera, no me movería.
—Apuesto que no puedes estar ni 5 minutos.
—¿Qué quieres perder? —molestó.
—Lo que quieras.
—Realmente no quiero nada de ti. Sólo demostrar que te equivocas.
Hoseok lo vio de pies a cabeza, averiguando si no sería algun tipo de juego psicológico.
—¿Y si corres hacia el mar apenas te suelte?
—No soy tan infantil. —bufó.
El cilophyte pareció pensarlo unos breves segundos hasta que se puso de pie para buscar el candado que unía las cadenas.
Lastima que no pudo notar la sonrisa del menor mientras giraba la llave para liberarlo.
—No dur-
Sus palabras quedaron en el aire al sentir el fuerte tirón que dio el humano antes de correr hacia el mar.
—¡MIERDA! ¡YOONGI! —gritó lanzándole el candado al mencionado que se despertó de inmediato.
Apenas abrió los ojos, se quejó viendo la escena y levantándose para correr hacia el maniático de su sobrino.
Jungkook ingresó al agua y con un intento de nado se alejó de la orilla.
Yoongi chasqueo su lengua y se lanzó tras él, que para su fortuna lo atrapó rápidamente.
—¿¡Qué mierda te pasa!? ¡Sueltame! —gritó el menor intentando salir de aquel agarre.
—¿¡Qué te pasa a ti!? ¡Taehyung me matará si te mueres!
—¡Déjame! —gritó y se removió más al sentir un segundo agarre.
Hoseok con pánico golpeó la nuca del humano, haciendo que cayera inconsciente.
—¿¡Lo mataste!?
—Espero que no. —admitió, ayudando a Yoomgi a jalarlo lejos del mar.
Taehyung yacía sentado en su trono escuchando las felicitaciones de los líderes y el personal del palacio.
—En serio agradezco que aceptaran sin problema mi decisión. Pero como les mencioné al ser humano no veo conveniente que la presentación sea en el mar.
—Al ser la pareja del príncipe de los 7 mares, sabe que los invitados no serán menos de miles de criaturas, ¿qué propone? —cuestionó uno de los mayores con curiosidad.
—Una isla sería lo mejor. Obviamente alejada de los demás humanos para evitar conflictos.
—Podrían colocar una especie de rampa o un barco para que no estén completamente en la orilla y evitar que el humano toque el agua para que los whaleman no lo perciban. —propuso otro líder y los demás asintieron.
—La hora no es problema, en el horario que gusten estaremos ahí.
—Tendría que hablarlo con él. —contestó el peliazul ganando sonrisas comprensivas de los mayores.
—No puedo creer que el joven príncipe ya esté emparejado. ¡Es magnífico! —chilló otro adulto.
Cuando la charla dio su fin, Taehyung suspiró aliviado, retirándose, dejando que su padre, tío y sanador despidieran a los demás líderes.
Recordó el regalo que le prometió a Jungkook y se dirigió al cuarto que estaba repleto de cosas brillantes y bonitas.
Un sin fin de piedras preciosas, cristales y demás posaban tranquilamente en las altas paredes.
Con delicadeza empezó a buscar las piezas más pequeñas del color que necesitaba y las colocó en la gran mesa blanca. Con un martillo logró disminuir más su tamaño y tomó las pinzas dispuesto a hacer el arreglo.
Como pasatiempo, al príncipe le fascinaba hacer sus propias prendas de joyería, pensó que un collar de azabache y una corona de lo mismo quedaría bien en Jungkook para la presentación.
Vio fugazmente su dedo anular, extrañándose al no sentir nada de parte del humano, pero supuso que dormía plácidamente.
—Creo que deberíamos despertarlo.
—No, ¿para qué? Es más fácil cuidarlos así. —señaló el cuerpo inconsciente del menor encadenado nuevamente en la palmera.
El brujo aceptó sin problema, viendo detenidamente al castaño.
—¿Tú conociste a la bruja?
—¿Cuál bruja?
—Anne. La que ayudó a Jin. ¿La conociste? En la época que lo ayudó, creo que es la misma donde conociste a Jimin.
El mayor negó —Ni siquiera recuerdo a Jin. Y hasta ahora escucho sobre ella. ¿Crees que habrá alguna manera de contactarla? Digo, no la conozco, pero podría ayudar en el asunto de ese par.
Hoseok empezó a tararear mientras pensaba en algo.
—Creo que leí sobre un ritual, pero es muy tonto para ser cierto.
—¿Tonto?
—Simple. —aclaró —Sólo se necesita agua de mar, tierra y un tritón o sirena capaz de hacer una burbuja inquebrantable donde adentro integre el fuego y el aire.
—¿Y lo simple?
—Cualquiera puede hacerlo. —informó —Después solo dicen el nombre y especie de la bruja y la burbuja mostrará si sigue con vida.
—¿Pero no da su ubicación?
Jung negó —Sólo si está viva o muerta.
—Podría funcionar. Deberíamos decirle a Taehy-
—No metan a Taehyung en sus mierdas. —escupió Jungkook, viéndolos mal.
—Sólo tendría que hacer una burbuja. —obvió Yoongi.
—¿Y no es muy sencillo para ser cierto? Debe tener algo malo oculto.
—De hecho, sí. No malo como tal, pero si la bruja está con vida podrá ver quien consultó por ella y ella si sabría la ubicación exacta de Taehyung.
—¿¡Ven!? Nada asegura que esa tal Anne sea buena.
—Ayudó a Jin.
—Y eso no quiere decir que nos ayudará a nosotros.
—¿Por qué eres tan negativo?
—No lo soy. Simplemente me encantaría estar unos días en completa paz con mi pareja, sin esas cosas de magia o de su mundo.
—Pues te recuerdo que tu pareja no es cualquiera. —espetó Hoseok —Decidiste emparejarte con el príncipe de los 7 mares, las cosas de nuestro mundo y magia siempre te rodearan, te guste o no.
Jungkook suspiró y se limitó a ignorarlos, mientras esperaba.
A unos cientos de kilómetros, él tritón esperado realizaba con paciencia y esmero los obsequios para su pareja.
Los picos altos y los detalles finos, colocando cada pieza con el cuidado debido adornando aquella prenda, lograron que el rey lo halagara cuando lo vio casi terminado.
—A Jungkook le encantará. —comentó seguro el mayor.
—Espero que sí. —espetó —¿Cómo crees que reaccionen los demás al ver que es un humano?
—Más les vale tomarlo bien, mi mano no temblará para castigarlos si dicen o hacen algo indebido.
Taehyung sonrió al saber que su padre los apoyaba.
—¿Sabías que los humanos tienen una palabra para las parejas del mismo género? Los llaman homosexuales. También hay para describir a quienes les atraen ambos géneros o se identifican distinto.
—Qué complejo. Aún así sería buena idea usarlas aquí también.
—Pero aquí están prohibidas. —le recordó —¿Por qué?
—Un antepasado de tu madre murió por culpa de su pareja que también era macho. Desde ahí su padre puso la regla, pero ahora que lo mencionas, sería mejor quitarla.
—¿Cómo murió?
—Lo asesinó. Sólo eso está en el libro que registra los acontecimientos.
Kim hizo un gesto asombrado y después soltó un suspiro al recordar ese libro con mas de tres mil piezas de cristales donde estaba toda la historia desde el inicio de los tiempos.
—¿Cuándo sea rey tengo que leer ese libro?
El mayor frunció su ceño y negó —Yo lo leí porque quería saber el trasfondo de esa regla en específico cuando me enteré del noviazgo que tenía Namjoon y Jin. Como sabes, para quitar una regla hay que justificarlo.
—Pero no la quitaste, ¿o sí?
—Estaba en el proceso antes de que Jin desapareciera. El padre de Bogum me había ayudado a hacer un informe para presentarlo antes de que nombraran a Namjoon como rey.
Taehyung entendió de inmediato. Era su abuelo el que podía quitar la regla, porque para que su tío tomará el trono tenía que emparejarse antes.
—Claro, que antes de que hagas tu presentación debo hacer un informe actual y así no tengas problemas con el mar.
El menor sonrió y agradeció el gesto.
Ni siquiera el rey podía hacer lo que quisiera cuando quisiera.
Todo tenía que ser aceptado o rechazado por el extenso y sabio mar.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top