Capítulo 16

—No puedo creer que Rosé y Momo se hayan ido. —suspiró Taehyung, cayendo recostado encima de Jungkook quien estaba tumbado en el sillón.

—Fue por petición de la marca en la que trabajan, amor. No podíamos hacer nada. —respondió, acomodándose para poder abrazar a su pareja.

Habían pasado aproximadamente 8 días desde que el rey, Wooshik, Tzuyu y Bogum habían dejado tierra firme.

—¿Sabes qué hará Jin para cenar hoy? —cuestionó el azabache, disfrutando tanto del olor del cabello azulado que le fue inevitable no restregar su nariz como un cachorro.

Taehyung rió ante las cosquillas que le ocasionaba —Dijo que haría pizza.

El juez visitaba casi todas las noches la mansión Jeon con la excusa de que Woozi lo invitaba. Y en sí, era cierto; aunque a Jimin no le agradaba la relación que tenía con su cría, no se podía negar al sazón del pelirrosa.

—Ya va más de una semana que viene y casi no habla con Jimin o Namjoon, ¿crees que deberíamos intervenir?

—Azulito, sería imprudente si lo hacemos. —dijo y el menor se giró para verlo por escasos segundos —Bien, me convenciste, pero deberíamos hacer que dos de ellos hablen primero.

—Creo que Jimin y Jin tienen más posibilidades de arreglarse.

—¿Jimin y Jin? Pero Jin durmió con Namjoon, ¿no sería un progreso?

Taehyung negó —Hice otra teoría en la que Jin tuvo que ver con la depresión que tuvo Nam. Creo que su charla sería más larga, ¿entiendes?

—¿Intentamos juntarlos esta noche? —propuso y el contrario asintió.

—Solo faltan 6 días para saber si tendremos una cría, ¡no puedo esperar más!

—Dímelo a mí. Estoy tan emocionado por ser padre.

—Hablando de padres, ¿cuándo me presentaras a los tuyos? —cuestionó, alzando una de sus cejas y tomando asiento en las piernas del mayor.

Jungkook rodeo con facilidad la cintura que tanto le fascinaba y depositó un suave beso en el hombro ajeno —Estaba pensando en hacerlo cuando confirmemos que estás en cinta. Ya sabes, una videollamada donde les diga "¡Hola, perdidos! ¿Qué creen? Maduré tanto que me casé y serán abuelos. ¡Sorpresa!".

Taehyung soltó una carcajada —Será mucha información para procesar a través de una pantalla, Kook.

El menor alzó sus hombros —Sería su problema, no el mío. ¿O tú qué piensas? ¿Debería ser antes?

—No me molestaría si fuera antes. —confesó con una sonrisa que el contrario no pudo negarse a besar.

—¡JIN, JIN, JIN, JIN! —pasó gritando Woozi corriendo hacia la puerta principal donde un pelirrosa era bien recibido con un fuerte abrazo.

—Hola, Woo. ¿Te gustaron las donas que te envié en la mañana?

—Estuvieron deliciosas. Bambi se emocionó bastante cuando vio que habías hecho unas especiales para él.

—Me alegra que les hayan gustado. —exclamó, ingresando a la casa —Hola, ¿cómo están?

—Bastante bien, hace rato Jungkook me hizo un oral.

—¡Azulito!

El príncipe jadeó recordando la charla —¡Lo siento! Yo no dije nada, Woo. ¡No escuchaste nada!

Jin rió ante la escena —Los dejaremos solos. —anunció, dirigiéndose a la cocina, llevándose al infante confundido con él.

—No entiendo, ¿por qué se preocupan por un oral? ¿No es normal hablar? —preguntó el peligris.

—¿De qué quieres tu pizza? —interrogó el juez cambiando de plática.

El príncipe tapó su cara con vergüenza —Perdón, en serio no lo recordé.

—No hay problema, bonito. —consoló, tomando las manos que lo escondían para poder besarlas —Ahora que lo recuerdo, Yoongi dijo que quería hablar conmigo. —avisó, depositando un beso en los pomposos labios.

Taehyung aceptó el gesto gustoso y se dio el lujo de intensificarlo.

El humano apretó la cintura, haciendo que su pareja soltara un gemido bajo, aprovechando para ingresar su lengua, mientras el otro acariciaba con deseo la parte trasera del cuello del pelinegro.

—En serio tengo que irme. —dijo, separándose; Kim sonrío asintiendo y dando un casto beso.

—Iré a ayudar a Jin y a Woo. —comentó, poniéndose de pie.

Jeon no pudo evitar que una sonrisa boba y su vista no se despegara del mayor hasta ya no poder verlo más.

Rápidamente se levantó y se dirigió al estudio del mayor.

Ni siquiera se tomó la molestia de tocar e ingresó, arrepintiéndose cuando vio a Jimin de rodillas frente a su tío.

Merda! ¡Pongan seguro! —gritó, tapándose los ojos, horrorizado, dando un portazo.

—¿¡Por qué mierda no tocaste!? —exclamó el castaño.

—¡No pensé que hicieras eso aquí!

—Bueno, ni te quejes, no creas que no te vi muy prendido con Taehyung en la lavandería. —dijo Park, abriendo la puerta.

—Puedo volver después.

—Ya terminó. —contestó alzando sus cejas para después irse.

Jungkook ingresó, sonriéndole al mayor que tenía una expresión asesina en su rostro.

—Iba a subir de base, ¿sabes? —se quejó el mayor.

—Otro día lo haces, esto no puede esperar. —declaró, tomando asiento en el sillón más cercano.

Yoongi bufó y extendió su mano, indicándole que siguiera.

—Taehyung quiere que le presente a mis padres. —soltó con un suspiro.

—¿Y el problema es?

—¡Hyung! ¿No escuchas? ¡Quiere que le presente a mis papás! Yo no puedo hacer eso.

—Mira, entiendo que tu compromiso fue inesperado, pero probablemente estén esperando un bebé, es lógico que quiera conocerlos.

—Eso lo entiendo, pero ¿te imaginas la reacción de mis papás al saberlo? Estoy seguro de que en unos días mamá logrará que me devuelvan mis tarjetas, sólo estoy esperando que lo haga para vaciarlas y poder vivir con eso un tiempo mientras consigo trabajo. ¡Ellos ni siquiera saben que soy gay!

—Okay, empiezo a entender tu punto. Pero te regreso a la realidad, aunque suene cruel, no sabes hacer nada.

—¡Pero estoy cambiando! —replicó —He aprendido muchas cosas para enseñarselas a Taehyung.

Yoongi frunció su ceño —¿Qué aprendiste y cómo? Porque yo ni cuenta me di.

—Cosas básicas que tendría que haber sabido desde hace mucho; como lavar ropa, la loza, cocinar lo básico, ordenar la habitación, entre otras cosas. Y todo lo aprendí por tutoriales valiosos de YouTube.

—Lo bueno es que Taehyung te está enseñando a ser humano. ¿Pero haz pensado en qué trabajarías?

—Estuve pensando en seguir con mi carrera de modelo, mi cara y cuerpo siguen perfectos. Aunque le tendría que decir a Tae que cure los rasguños de mi espalda.

—¿Crees que Hyunbin y Yejin reaccionen mal?

—Tomando en cuenta que me enviaron aquí para madurar y ahora tengo pareja, un posible bebé, sin techo, ni trabajo.... No creo que reaccionen bien, ¿sabes?

—Techo tienes. La mansión es Jeon y tiene suficiente espacio, podrías quedarte sin problemas.

—La mansión es grandiosa, pero quiero tener mi lugar con Taehyung. Le tengo que dar lo mejor de lo mejor y no sé si el modelaje me dará abasto.

—¿Y no has hablado sobre el trabajo con Taehyung?

—Tengo miedo de que me diga que quiere trabajar. —dijo y el castaño —Los humanos somos una mierda, hyung. ¿Te imaginas que alguien lo acose o lo trate mal? Recuerda que Azulito no sabe muchas cosas de la tierra, apenas sabe tomarse selfies.

El mayor asintió comprendiendo —Estas en una situación muy difícil. Pero creo que deberías hablarlo con Taehyung, si él quisiera Jimin podría ayudarle con la situación del trabajo; él también podría trabajar en el modelaje contigo.

—¿Crees que quiera?

—Por Dios, Jungkook, Taehyung no sabe de modas, pero ¿haz visto sus accesorios? Los confecciona mejor que cualquier joyista. Y con respecto a tus padres, podrías presentarlos cuando confirmen lo de su bebé, ya sabes, dos pájaros de un tiro.

—Tienes razón. —exclamó —Hyung, ¿qué sentiste cuando te enteraste de que Woozi venía? ¿Cómo fue tu paternidad primeriza?

Una sonrisa se escapó de los labios del mayor al recordarlo.

—Jimin y yo ya sabíamos que queríamos ser padres a pesar de la edad. Él tenía 19 y yo 20; estábamos juntos cuando se hizo una prueba de sangre para estar más seguros y ambos lloramos de felicidad. Disfrute cada momento de su embarazo, así mismo del nacimiento de Woo. Aunque fue sumamente tenebroso cargarlo por primera vez. Jimin se iba por meses por cuestiones de su especie, volvía un par de horas a la semana, pero yo tenía que lidiar con un bebé que no había dejado de amamantarse, así que Jimin se vio en la obligación de usar un incómodo extractor para sacar toda la leche que poseía, así yo poder congelarla y dársela a Woo sin problemas cuando la necesitara.

—¿Te sentías triste estando aquí solo?

Yoongi asintió —Te diré algo, pero no quiero que llores. —pidió y el azabache asintió.

—¿Por quién me tomas? —bufó.

—Viví solo aquí desde los 11, pero Hyunbin, Yejin y tú me visitaron esa navidad y las siguientes dos; a la tercera empezaste a venir solo con apenas 6 años, hasta que cumpliste 9. Te alejé por varias razones, no sólo por Jimin como te lo había dicho.

—¿Qué razones?

—Sentía que te estaba alejando de tu familia, que perdías el tiempo viniendo hasta aquí solo a verme. En ese momento, Jimin se enteró que le mentí. Cuando empecé a relacionarme con él, me explico que lo estaban buscando y que sería peligroso para mí y mi familia; yo le dije que no tenía familia y que no había porqué preocuparse porque pensé que era exageración. Pero por desgracia la herida que tenía y que sigo guardando en cicatriz fue hecha por unos de los tipos que lo buscaban; cuándo Jimin te vio supo que le mentí sobre no tener familiares y que no sólo mi vida estaba en riesgo. Fue por todo eso que decidí que debía cortar la conexión contigo.

—¿Alejarme de mi familia? ¡Tú eres mi familia! Además, ¿¡te importó más un desconocido!?

—No era un extraño, Jungkook. Entendía el sacrificio que hacías, créemelo que lo hacía, pero en serio pensaba que te estaba alejando de tus padres. El mismo día que conocí a Jimin, él y su amigo vinieron a vivir aquí porque no tenían dónde quedarse; estuvieron aquí día y noche y no sabes lo comprendido que me sentía, creí que así era como se sentía tener una familia; no podía con la culpa de sentir que te estaba quitando ese sentimiento.

—Yo me sentía así contigo.

—Pero yo no entendía, ¿bien? No quiero forzarte a que me perdones, sólo quiero darte mi versión.

—¿Y por qué me ignoraste por 5 años? ¡5 años!

—Todo ese tiempo no tuve nada para poder comunicarme. Tú sabes cómo mis tíos intentaban matarme, cuando Jimin y su amigo vinieron aquí, no sabíamos si habría un mañana para nosotros. Estuvimos todo ese tiempo viajando de pueblo en pueblo, escapando de esos tipos. Pero... pero después no recuerdo qué pasó. —relató, bajando la mirada —Sólo recuerdo que estaba nuevamente en la mansión con un teléfono último modelo en la mesa con el contacto de Hyunbin agendado. Fue hasta entonces que les dije que vinieran. Él también pensó que lo estaba ignorando, me dio una paliza por eso.

—¿Y Woozi? Tenías 21 cuando vinimos. ¿No lo habías tenido a los 20?

—Embaracé a Jimin cuando yo tenía 20; Woozi tenía meses de nacido cuando ustedes llegaron y la razón por la que no vieron a ninguno es porque los haien son muy sobreprotectores con sus crías. Hay una cabaña a unos cuantos kilómetros que es de Jimin, ahí es donde se quedaban mientras ustedes estaban aquí.

—¿Por qué no nos hablaste de ellos? Y no hablo sólo de ese entonces, sino de todo este tiempo, apuesto que ni papá sabe de la existencia de ambos.

—Jimin venía unas cuantas semanas al año, tenía miedo de que pensaran que era un irresponsable que dejaba a un bebé conmigo o que me quitaran a Woozi por lo peligroso de vivir aquí.

—¿Cómo es que nadie se ha enterado?

—Siempre me pregunto lo mismo, pero es mejor así. No quiero que Woozi sufra toda la mierda que conlleva ser un Jeon en Italia para los demás Jeon.

—Papá te adora. —confesó —Creo que deberías decirle que tiene un sobrino.

—Tú también deberías decirle que tiene yerno.

Ambos hombres asintieron al mismo tiempo.

—¿Y dónde están los demás? —preguntó el juez, viendo a su alrededor.

—Nam está en su habitación. —respondió Taehyung.

—Y-yo no pregunte únicamente por él. —dijo el mayor con nerviosismo.

—Él me dijo que te lo dijera. —mintió —Mira, ahí viene Jungkook, puedes preguntarle si no me crees.

Jin tragó grueso y vio al azabache que caminaba hacia ellos con inmensas ganas de hacer la interrogante.

Cucciolo. —llamó el peliazul, haciendo que el humano tropezara por el apodo —¿Estás bien? —dudó, viéndolo con una sonrisa.

—Sí, Azulito. —afirmó, poniéndose derecho nuevamente.

—¿Verdad que Nam dijo que si Jin preguntaba dónde estaban los demás le dijéramos que él estaba en su habitación? —cuestionó, guiñando y el mayor se limitó a asentir embobado.

—¿Les crees? —curioseó Jin hacia Woozi, quien no dudó en asentir.

—Tomando en cuenta que las últimas 7 noches hacías la misma pregunta cuando sólo Namjoon faltaba, lo creo capaz. —confirmó el infante, colocando los ingredientes a una de las masas para las pizzas.

Las mejillas del mayor rápidamente se coloraron —Bueno, que bueno. —dijo, intentando sonar desinteresado.

—Puedes ir si quieres. Jungkook nos ayudará a colocar los ingredientes. —comentó, al mismo tiempo que el último nombrado tomaba lugar detrás de él para poder abrazarlo y besarle un hombro.

—Dime "Cucciolo". —pidió el humano en susurro.

—¿Debería ir? —preguntó el pelirrosa viendo a los demás para tener su aprobación y todos asintieron.

—Si tienes miedo, Bambi podría acompañarte. —propuso Woo —Estuvimos toda la tarde viendo Karate kid, estoy seguro de que puede defenderte. —agregó y el crustáceo que estaba en la mesa, hizo sonar sus pinzas para confirmar.

Jin rió —Estaré bien, Woo; volveré enseguida, sólo le diré que baje a cenar y eso.

El juez se fue casi corriendo de la cocina.

—¿Nuestro plan no era que hablara primero con Jimin? —cuestionó Jungkook, abriendo su boca cuando Tae le ofreció un trozo de queso.

—Vi la oportunidad y la aproveché. —exclamó, dándose la vuelta para verlo —Ahora sé buen chico y empieza a poner los ingredientes de aquella pizza. —señaló la masa que estaba extendida a un lado.

El azabache aceptó y le robó un beso, para después movilizarse hacia lo indicado.

—¡Lávate las manos, cerdo! —gritó Woozi antes de que pudiera tocar algo.

Las manos le sudaban como nunca, seguramente era mala idea estar ahí.

Jin se dio la vuelta para volver a la cocina, pero en eso, Namjoon abrió la puerta.

—¿Buscas algo? —preguntó, alzando una de sus cejas.

El juez rápidamente volvió a su posición inicial —Sí. Bueno, no. Creo que sí. Es que, quiero hablar contigo.

—¿Conmigo? —dudó impresionado —¿Ahora si quieres hablar? —el contrario asintió —Bien, pasa.

Jin ingresó a la habitación y jadeó ante lo grande que era.

La única vez que entró estaba bastante oscura y él estaba medio dormido. Sólo recuerda que quería sentir la frescura que el cuerpo de Namjoon le otorgaba y se desplazó hasta ahí. Casi chilló de felicidad cuando no fue rechazado y el peliverde lo abrazó de manera inconsciente cuando entró en un sueño profundo.

Decidió sentarse en la cama y se arrepintió cuando vio a Namjoon arrastrar un sillón personal para colocarlo frente a él.

Su vista divagó a todo el cuerpo contrario. Namjoon ya había crecido. Antes era más delgado y pálido. Ahora tenía músculos marcados y un bronceado notable que se apreciaba a la perfección por la camisa sin mangas que portaba. Ni parecía que tenía 41 años.

—¿Por dónde empezarás? —interrogó el menor —¿Por cómo me abandonaste, fingiste tu muerte, apareciste de la nada o por cómo me utilizaste?

—No te utilicé. —reprochó, frunciendo su ceño.

—¿O en serio? —replicó burlesco —Hacer que robara un cofre que tenían resguardado en el reino y buscar las gemas que le faltaban para poder entregarte un cortejo que dejaste a medias, ¿no fue utilizarme?

—No lo robaste, ese cobre técnicamente era mío y me obligaron a dárselo a tu hermana.

—Siempre pensé que me veías como el reemplazo de Hyekyo.

—No fue así.

—¿Entonces?

Jin suspiró —Te explicaré por partes, desde el inicio. Te diré todo lo que debí decirte incluso cuando empezamos a salir.

—Adelante.

—Fui obligado a cortejar a Hyekyo. Cuando nos dejaron solos en una habitación para poder cortejarla, ella me habló de Joongki, así que le dije que tomara las gemas que le faltaban para que pudiera emparejarse con él sin problemas. Cuando mi papá y tu papá se enteraron, me arrebataron el baúl, pero ya estaba incompleto. Como éramos de una zona lejana, tus padres nos dieron posada y fue ahí cuando te conocí. Me gustaste, Namjoon. Me gustaste desde el primer día; pero ambos sabíamos que una relación entre tritones no iba a ser bien vista de ninguna manera. Tú sabes nuestro acuerdo. Fingiríamos ser amigos.

—Lo hicimos. Fuimos amigos por mucho tiempo.

Jin negó —Los amigos no se besan. —destacó, con las mejillas rojas —Recuerdo que cuando Taehyung nació fue cuando descubrimos que queríamos ser padres.

—Pero después me abandonaste como si nada.

—No lo hice porque quería, Namjoon. Nuestros padres se enteraron de lo nuestro y acordaron matarme. —confesó con voz quebradiza —Fue entonces cuando sólo podía verte un par de minutos por semana. Estaba escapando de mi propio padre.

—¿Por qué no me lo dijiste?

—Ibas a ser el Rey. —destacó —Tu querías tanto eso, Nam. No hubiera soportado el hecho de que tu sueño se fuera en picada por mi culpa; Si yo moría, tu tendrías el trono seguro, pero por desgracia parece que tu papá no cumplió las palabras que le dijo al mío. Ese era el trato.

—¿Qué trato? —preguntó desconcertado.

—Mi vida por tu corona.

Namjoon bajó su mirada.

—Pero al parecer no lo cumplieron. Joongki es el Rey.

—Joongki fue obligado a ser el rey porque yo deserté.

Jin hizo una expresión confusa.

—Cuando te fuiste, caí en depresión. Ni siquiera podía levantarme de la cama y cuando lo hice, me inscribí en el ejército. El palacio era gigante, era demasiado para mí solo. Nos besamos en tantos rincones que yo sabía que si volvía a verlos caería nuevamente y no estaba seguro si podría volver a levantarme. —relató con una sonrisa amarga.

Las lágrimas empezaron a bajar como cascadas sobre las mejillas del mayor.

—No me fui porque quería, ¡podían matarte! —exclamó con sus ojos cristalizados.

—¡Tú también lo ibas a hacer! —escupió con enojo —¿¡Siquiera viste el interior del baúl que aceptaste en mi cortejo!? ¡Había una puta tanzanita dentro, Seokjin!

El mundo se detuvo para el juez.

¿Una tanzanita?

Eso explicaba todo.

—Yo no quise volverme humano. —soltó el mayor —Pero tenía un plan.

—¿Un plan?

—Un soldado de mi papá escuchó que en tierra firme había una bruja que buscaba un baúl con las características del que me arrebataron, a cambio de cualquier deseo. Mi plan era pedirle que, de alguna manera, me cambiara físicamente, de especie, de género, de lo que fuera con tal de que sólo tú me reconocieras y así poder estar contigo.

Fue entonces cuando los ojos del capitán comenzaron a cristalizarse.

—Cuando me diste el baúl, sólo pude besarte y nadar lejos con la esperanza de que el cambio fuera inmediato y poder volver a ti. Ni siquiera lo abrí porque sabía que si miraba las gemas me iba a querer quedar contigo de una manera muy egoísta.

—¿Cómo fue que te convertiste en humano?

—Para ver a la bruja tenía que salir a la superficie, por desgracia unos hombres me vieron e intentaron cazarme. Intenté escapar, pero sentí un pinchazo en mi cuello y supe que todo se había ido a la mierda. Pero entonces desperté y estaba en una bañera vieja con agua algo sucia en una casa de bambú. Era la casa de la bruja.

—¿Cómo llegaste ahí?

—Estuve meses ahí y le preguntaba lo mismo, pero nunca quiso decirme. Le ofrecí el baúl por el deseo, pero no lo aceptó, pero me explicó breves cosas de su historia y del porqué lo quería y ya no servía. Lastimosamente con el pasar de esos días yo estaba muriendo por el cortejo que teníamos. La pobre mujer cambiaba mi agua mínimo 38 veces al día, ya que se calentaba al punto de que podía matarme. Con el tiempo, ella se las ingenió para hacer una laguna donde viví por un año y medio. El cambio de agua no era tan frecuente, pero me tenía tomando un sin fin de pociones para poder vivir.

—¿No te dejó volver al mar?

—Yo me negué a hacerlo. —susurró —Sabía que pensarían que estaba muerto, y según yo, eso era lo mejor para ti. Lloraba todos los días y suplicaba por verte.

—¿Cómo fue que te convertiste en humano?

—Los hombres que intentaron cazarme dieron con su ubicación, yo le dije que escapara lo más rápido posible, pero ella no quiso dejarme, le insistí tanto que le dije que iría con ella; aún recuerdo su mirada llena de tristeza y cuando me dijo "No puedes correr sin piernas" con la voz quebradiza.

Namjoon se sentía cada vez peor con la historia y las lágrimas no dejaban de aparecer.

—Fue entonces cuando le pedí que me las diera, pero ella me explicó que sólo sabía convertir las criaturas en humanos y que le tomaría tiempo aprender a convertir en cambiaformas o devolverlos a lo que eran antes. Yo le dije que lo hiciera de todas formas; guardamos todo lo esencial, pero aun así nos capturaron. Sentí otra vez el pinchado en mi cuello y desperté cuando fui tirado a un tanque de agua, donde estaba Jimin.

—¿Y la bruja?

—Cuando logramos escapar con Jimin la buscamos en todas las habitaciones, pero no había rastros de ella. Sólo el baúl que obviamente llevamos con nosotros. Dormíamos debajo de puentes o basureros para que no nos encontraran. Pasamos días sin poder dormir o comer con el miedo de que dieran con nosotros. Un día encontramos dinero en la calle y fuimos a lo que llamaban "súper mercado". Había tanta comida que no podíamos pagar. —recordó con tristeza.

—¿Qué compraron entonces?

—Unas mandarinas. —respondió, riendo —Esas mismas las había tomado Yoongi y Jimin le pasó el carrito que teníamos por encima. Aún malhumorado él fue quien las pagó y cuando le dije a Jimin que lo tenía que llevar a un doctor con el dinero que habíamos encontrado, aceptó a regañadientes. Yo los espere abajo y resulta que congeniaron muy bien. Yoongi vivía solo así que nos dio asilo sin nada a cambio; Al menos, no de mi parte, no sé Jimin que le daba. —bromeó y el capitán rio.

—¿Y por qué Yoongi no te recuerda?

Jin carraspeó su garganta —Eso es un tema aparte.

El peliverde asintió —Lamento todo lo que pasaste. No tenía idea.

—Era tiempo de decirte la verdad.

—Dijiste que te gustaba. —indagó —¿Aún te gusto?

El juez asintió —Como el primer día. —declaró, viéndolo directamente a los ojos.

Sin esperar que Namjoon se levantara de su asiento y lo tomara del mentón para besarlo con desespero.

Seokjin aceptó sin problema, poniendo sus manos en las mejillas aún húmedas de Nam.

Rápidamente el capitán se separó, dejando al juez con la boca semiabierta, las mejillas más rojas y la respiración irregular.

—Como el primer día. —le recordó con una sonrisa cálida, mostrando sus peculiares hoyuelos.

—¿¡Qué hacen aquí!? ¡Se supone que ustedes sacarían las pizzas! —grito Woozi atrás de la puerta, haciendo que los adultos fruncieran su ceño.

—¡Cállate, mocoso del demonio! —respondió Jungkook.

—¡Es un niño! —le siguió Taehyung.

Y se escucharon unos pasos y quejas de Jungkook alejándose.

Jin y Namjoon intercambiaron miradas antes de soltar una carcajada ante la escena, hasta que escucharon que unos pasos volvían a acercarse rápidamente.

—¡YA ESTÁ LA CENA! —gritó Woozi, para después volver a irse corriendo.

—¿Lograron encontrar la piel de Yeonjun?

Hoseok, Soobin y el recién nombrado negaron.

—Yo les digo que no existe tal cosa, por eso no podemos encontrarla. —dijo el policía.

—Estoy seguro de que eres un haien, sólo es de buscar bien. ¿Verdad, Soobin?

El rubio asintió —Podría estar enterrada en cualquier parte.

—No pueden ir por ahí haciendo hoyos en la tierra. —opinó el Juez —Deberían buscar la manera de que Yeonjun la encuentre, porque puede hacerlo por sí solo, ¿no, Jimin?

Park asintió sin dirigirle la palabra.

—¿Los de su especie son capaces? —preguntó Jungkook a Taehyung, quien lo afirmó.

—Los Haien tienen un vínculo con su piel de tiburón porque es parte de ellos; cuando se extravía es fácil encontrarla para ellos.

—Pero Yeonjun no tiene un vínculo, eso lo dificulta.

—¿No hay alguna manera de despertar su instinto?

—Podrían lanzarlo a tiburones. —propuso Woozi.

—¿¡Qué!? —gritó el oficial —De ninguna manera, podría morir.

—Si eres un haien no le harán nada.

—¿Y si no lo soy?

—Te comerán vivo. —respondió el príncipe, mordiendo su pizza.

La piel de Yeonjun se crispó por completo sólo de pensarlo.

—Estoy seguro de que eres un haien. —agregó Jimin —Tu cabello, ojos, piel y carácter son de uno.

—Mamá conoce un lugar donde se reúnen muchos tipos de peces, lo llaman Oceanum capulus o "Café del océano".

—¡Yo quiero ir! —exclamó Taehyung rápidamente.

—¿Conoces? —preguntó el azabache y el menor asintió efusivamente.

—Iba a jugar seguido con los peces que me encontraba ahí.

—¿Ustedes pueden hablar con los peces?

Todas las criaturas negaron.

—No hablamos como tal, pero podemos entenderlos. —explicó Hoseok.

—Pasa lo mismo con nuestras crías. —comentó Park —Al menos, con quien que porta el bebé, pueden entenderse mutuamente con facilidad desde el tercer mes; mientras que, con el otro, cuesta un poco más, pasa alrededor del quinto.

Jungkook y Taehyung intercambiaron miradas llenas de ilusión.

—Será increíble cuando podamos entenderle.

—Quiero que los días pasen lo más rápido posible. —concordó el peliazul.

Todos los habitantes de la mansión Jeon se encontraban en el barco de Yoongi dirigiéndose hacia el lugar donde se probaría si Yeonjun era un haien o no.

Este último mencionado no había parado de quejarse por lo mareado que se sentía.

Soobin intentaba animarlo para distraerlo, pero le terminó vomitando los zapatos.

Jin y Namjoon platicaban animadamente en una esquina del barco, mientras Woozi, Bambi y Hoseok jugaban "veo, veo" que no tenía mucho sentido porque solo podían ver el mar.

Jimin acompañaba a Yoongi al mismo tiempo que lo dirigía a la zona correcta.

Taehyung y Jungkook, estaban sentados tranquilamente viendo el horizonte.

—No puedo creer como tú tío y el juez pudieron congeniar tan rápido; pensé que tardarían días.

—Nam se ve rudo, aunque no lo es. Es como tú. —indicó.

—¿Me veo rudo? —indagó, sonriendo.

—Más por los dibujos que portas. Pero en el fondo eres como mo pequeño cucciolo. —señaló, acariciando lo largo del antebrazo y el mayor sintió su pulso acelerarse —En el mar, estos dibujos son exageradamente dolorosos; como nuestra piel se cura rápidamente, los hacen con un pico de grifo y sangre de cilophyte conservada que te quema tanto que la sientes hasta en los huesos.

El humano hizo una mueca —No vuelvo a quejarme de las agujas que hicieron los míos.

—Namjoon tiene uno. —mencionó —También puede hacerlos; no todas las criaturas pueden porque el pico de grifo es ridículamente difícil de manejar.

—¿En serio? ¿Qué dibujo tiene?

—Unas iniciales detrás de su oreja. Casi no se ven por el largo de su cabello, pero ahí están y se enoja cuando se la mencionas. "KSJ"

—¿Kim Seok-Jin?

El príncipe jadeó —¡Santo mar! No lo había pensado. Si pueden ser las de Jin. Lo debió querer bastante para plasmarse algo de él. —exclamó animado.

—Yo podría hacerme algo para ti.

—¿Para mí? —cuestionó, dándose la vuelta para verlo.

—Lo que tú quieras, dónde quieras y del tamaño que quieras.

—Pero es tu cuerpo. Debería ser algo que tú desees.

—Yo deseo un tatuaje tuyo; una marca que siempre me acompañe.

—¿Además de la tanzanita?

—Nunca es suficiente.

—Es una desdicha que la marca que tenemos en la espalda no sea visible.

—Dímelo a mí. Me encantaría verla mientras muerdes la almohada. —molestó, hablando cerca de su oído.

—Santo mar. —jadeó, sintiendo su sonrojo, viendo alrededor —Estabas sentado aquí cuando viste las piedras, ¿no?

Jungkook vio la zona y asintió —Justo aquí. De hecho, el baúl sigue abajo, lo traeré para mostrarte algo.

El humano se levantó y fue por el objeto dicho, rápidamente regresó y lo puso enfrente de su pareja.

—Sus acabados son increíbles. —suspiró, pasando su mano por el acabo de los dibujos de madera. —el azabache frunció su ceño porque no les encontraba forma de nada —Fueron hechos con el pico de grifo que te mencioné.

—Parece que quien lo tuvo no era tan ágil para usarlo.

—Nada de eso, lo sabía usar a la perfección. Fíjate bien. —señaló y el humano entrecerró sus ojos para concentrarse más.

—No veo nada.

—Acércate. —pidió y fue entonces cuando todo cobró sentido.

Habían dibujos extremadamente pequeños que su ojo humano de lejos los veía como garabatos sin sentido.

—Fascinante.

Taehyung abrió el objeto y Jungkook despejo la parte del techo para mostrarle los dibujos que contenía.

Eran bocetos hechos sin mucho esfuerzo de diferentes criaturas que el príncipe reconocía y otras que no. Cada uno de los dibujos tenía en la parte trasera un nombre, un número y unas iniciales.

—Mira estos. —pidió el azabache, pasándole unas páginas que estaban más cuidadas.

Eran intentos de dibujo de alguien muy parecido a Jungkook.

En la primera página se veía al pelinegro sentado en una roca, en la segunda se encontraba en una especie de cueva y en la tercera parecía estar en un muelle de noche.

Taehyung giró las páginas para ver el patrón de datos, pero estos eran distintos.

—Cuando Jimin supo que te había dado la tanzanita dijo que era más mía que de él; ¿este baúl era de un Jeon?

—Lo era. —confirmó Jin, acercándose —¿Cómo lo abrieron?

—Me costó una uña. —respondió Jungkook despreocupado mostrando su dedo anular, haciendo que Taehyung riera y tomara el falange para besarlo.

—¿Con solo una uña? —cuestionó asombrado —La bruja y yo intentamos abrirlo de una y mil formas, pero jamás lo logramos.

—¿Esté baúl era tuyo?

El juez asintió —Mi papá pagó una fortuna a una cecalea para que se lo vendiera y así poder cortejar a Hyekyo. Tu madre.

Los ojos del príncipe se abrieron con impresión —¿Conociste a mi madre?

—Se convirtió en mi amiga junto con tu padre. El baúl si fue pertenencia preciada de un Jeon.

—¿Del que tenía mi nombre?

El pelirrosa alzó sus hombros —Sólo sé que era de un humano Jeon. Algo curioso de ese baúl era que a mi papá se lo vendieron abierto con las 12 gemas y le dijeron que, si lo cerraba, jamás podría abrirlo; así se mantuvo hasta el momento en que escapé y lo cerré por error. —relató.

—¡Llegamos! —señaló Jimin cuando el bote se detuvo.

Rápidamente todos a excepción del oficial se acercaron a la barandilla.

—Atraeremos a los tiburones hacia aquí porque si Yeonjun resulta ser humano así será más fácil sacarlo. —explicó Park, seguido de su pareja quien sostenía una pesada cubeta con cortes de carne.

Los trozos fueron lanzados uno a uno y no tardaron en visualizarse las aletas dorsales de aquellos esperados animales.

Woozi jadeó y se tiró al mar sin ningún cuidado para verlos mejor.

Ninguno de los presentes se asustó por él, ya que en cuestión de segundos el peligris ya poseía su pequeña pterúgiou de tiburón.

Bajó del agua la escena era más que impresionante. Había muchos tiburones desplazándose para tomar la carne que seguía siendo tirada en distancias distintas.

No bastó mucho para que Park se uniera a la ceremonia y sonriera al ver tantos seres ahí.

—¿Ya irás? —preguntó Jungkook al peliazul que miraba fascinado el mar.

—¿No te pasará nada si te quedas sólo? —cuestionó en susurro —Ya sabes, por aquello.

Jeon bajó su vista al saber a lo que se refería y es que desde aquel sueño pasaban todo el tiempo juntos.

—Azulito, yo estaré bien. Estarás cerca. —le recordó con una sonrisa.

Kim asintió y también sonrió al sentir como el azabache le daba la vuelta, haciendo que intercambiaran miradas.

Las manos del mayor se posicionaron en la fina cintura para alzarlo con facilidad y sentarlo sobre la barandilla.

Taehyung abrió sus piernas para que el azabache tomara lugar.

—¿No quieres venir? —preguntó, colocando sus manos atrás del cuello contrario.

—No puedo nadar, Azulito. Y aunque pueda hablar y respirar bajo el agua, no me apetece la idea de estar rodeado de tiburones. Yo si soy 100% humano.

—Yo te protegeré. Soy el príncipe, quiero que veas cómo algunos tiernos peces le hacen reverencias.

—¿Te hacen reverencia? —cuestionó asombrado y el menor asintió.

—Y como mi pareja, estoy más que seguro que no te harán nada.

Jungkook bajó su vista y aunque se veía inimaginable también se veía tenebrosa. Eran al menos 60 aletas dorsales rondando tranquilamente.

Volvió a ver al príncipe y se arrepintió al observar una de sus mayores adoraciones.

Sus orbes azules.

—Iré. —aceptó, ocasionando que Kim chillara y se abalanzara para besarlo.

—¡Te encantará! —declaró alegremente.

—Dominado. —molestó Yoongi, mientras tiraba más trozos de carne.

—¡Yoonie! —gritó Jimin —¿Podrías lanzarme mi celular?

—¡Voy, cielo! —contestó, para después salir corriendo hacia el camarote.

Las carcajadas de los presentes no tardaron en llegar.

—¿Y te lanzarás desde aquí? —preguntó Jungkook, viendo la distancia entre la barandilla y el mar.

Taehyung asintió —Woozi y Jimin lo hicieron. ¿Te asusta? —dudó en voz baja para que los demás no lo escucharan.

—No por mí. —aclaró —Pero Woozi y Jimin no tienen un probable bebé formándose. —mencionó, colocando su mano en el plano abdomen.

Kim sintió sus mejillas enrojecerse.

El hecho de que su pareja lo cuidara tanto, lo hacía sentirse especial.

—Podríamos bajar por las escaleras, sólo si tú lo quieres. —propuso y el peliazul aceptó.

—¿Y tú? —cuestionó Hoseok a Yeonjun —¿A qué hora te metes o qué?

—Déjame reponerme. —pidió. Y es que su aspecto si parecía de muerte.

—¿Extrañas el mar? —interrogó el capitán hacia el juez, quien sonrió ante la pregunta.

—Si te soy sincero, no. —contestó —Nunca lo sentí como un hogar. De hecho, ni siquiera tierra firme la siento así. —Namjoon hizo un gesto al no entender —Pero si extraño a las personas que me hacían sentir como si estuviera en uno.

—Tú también me hiciste sentir así. —comentó y Jin lo vio de inmediato con sus ojos desbordando una emoción indescriptible —Me haces sentir así. —corrigió, tomando el atrevimiento de posar su mano arriba de la contraria.

El primero en ingresar al agua fue Jungkook, que se mantuvo flotando mientras se sostenía de la escalera para esperar que Taehyung cambiará sus piernas a pterúgiou.

El cambio fue rápido, y cuando la aleta del pterúgiou hizo contacto con el agua, ninguno de los dos notó cómo las aletas dorsales habían bajado.

Woozi y Jimin intercambiaron miradas confusas al notar el cambio y en cómo todos se dirigían hacia un lado del barco.

El peliazul se deslizó con facilidad y se sumergió tomando la mano de su pareja.

Y fue entonces cuando a Jungkook casi le da un infarto cuando vio que estaba en la mira de esa cantidad exagerada de tiburones.

—No te harán nada. —prometió Taehyung, nadando un poco lejos del barco, sabiendo lo que los seres harían.

Apenas hubo un poco de espacio, los animales no tardaron en rodearlos completamente, manteniendo su vista fija y distancia entre ellos.

—Lamento haberlos interrumpido. —exclamó, oyéndose fuerte y claro —Soy Kim Taehyung, príncipe de los siete mares. Y él es Jeon Jungkook, mi pareja. —presentó.

El mencionado sintió que se desmayaría al tener tantas miradas sobre él.

Sin esperarse que los seres empezaran a inclinarse al mismo tiempo, demostrando su respeto hacia ellos.

—Serás alguien sin modales para ellos si no los saludas. —le susurró, aparentando más su mano.

Jeon parpadeo y carraspeó su garganta —Es un placer conocerlos y que nos dejen estar en su área. También lamentó haberlos interrumpido. —dijo y los animales parecieron entender, volviendo a su postura inicial.

Todos y cada uno empezaron a movilizarse de manera rápida de un lado hacia otro, unos los rodeaban y otros daban vuelta en su mismo sitio.

Uno de los más grandes se acercó decididamente a la pareja y aunque el humano pensó que vomitaría del terror, por alguna razón no sentía miedo.

El príncipe elevó su mano y el gran pez puso su nariz bajo ella.

—Están contentos. —informó.

—Lo que están haciendo ahora es una Velkomstfest o fiesta de bienvenida. —agregó Jimin, nadando hacia ellos junto con Woozi.

Ambos Haien dieron una reverencia al gran ser que también les devolvió el gesto antes de irse.

—Ella se llama Nala. Es la mayor de todos los que están. —dijo el infante.

—Cuando hay un cardumen de una sola especie, el mayor de todos es el que tiene la obligación de transmitir lo que los demás sienten. —explicó el príncipe.

—Esto es genial. —exclamó el humano sin poder creer todo lo que veía.

—¿Y Yeonjun? ¿Ya ingresó?

Los haien negaron.

—Veníamos a buscarlos para irnos. —dijo Park.

—Yeonjun se desmayó y dicen que lo tenemos que llevar al hospital porque es una emergencia y eso. —informó el menor.

La pareja jadeó y siguió a los peligrises hasta el barco donde velozmente regresaron a tierra firme.

Había pasado alrededor de una hora y media desde que volvieron del hospital donde recibieron al oficial. Dado a que todos estaban acompañándolo, se vieron en la obligación de cenar en la cafetería, que por suerte había comida realmente buena.

Hoseok, Soobin, Jin y Namjoon decidieron queue darse hasta qué dieran de alta a peligris, mientras los Jeon y sus familias regresaron a la mansión.

—¿Me repites qué fue lo que le pasó a Yeonjun? —pidió el peliazul, tomando lugar en la cama que compartía con Jungkook.

—Síncope vasovagal. —contestó —Eso fue porque tenía demasiado miedo, su sistema se sobre estimuló tanto que lo hizo desmayarse.

—Me siento mal por él. No creo que sepa pronto si es un haien. Debe ser horrible vivir sin saber quién eres.

Jungkook concordó —Aunque por los momentos es mejor esperar a que él le nazca querer ir al mar.

—Hablando de nacer. ¿Te imaginas cuando nuestro bebé nazca? Será uno de los mejores días de mi vida.

—El mío igual. —opinó —¿Cuáles han sido tus otros días?

El peliazul pensó pensarlo, al mismo tiempo que se desplazaba para poder abrazar al menor cómodamente.

—Tengo muchos. —explicó —Cuando mamá y papá me llevaron por primera vez a la cueva, cuando papá me dio piernas, una vez que papá me llevó a un campo de arrecifes, cuando hice un viaje con Rosé y cuando Namjoon pasó una tarde conmigo, cuando te conocí, el día de nuestra ceremonia, cuando fuimos al centro comercial y cuando me enseñaste a cocinar. ¿Y tú?

—Desde que te conocí, todos los días son los mejores días para mí.

—¿En todos estoy yo? ¿Qué hay de tus papás y Yoongi? ¿No hay nada sobre ellos?

—No mentí cuando dije que eras lo mejor que me había pasado, Azulito.

Taehyung lo abrazó fuerte, sintiendo como sus ojos se cristalizaron listos para llorar.

—Estoy seguro de que tendrás mejores días y no sólo conmigo, cucciolo.

—Sólo serán "mejores" si estás ahí.

Ambos jóvenes coincidieron en acercarse al otro para fundirse en un beso suave, lleno de sentimientos.

Las manos del humano bajaron con lentitud hasta colocarse en la espalda baja del peliazul, mientras este disfrutaba del tacto otorgado.

Ninguno tenía la necesidad de separarse, hasta que unos toques fuertes en la puerta se hicieron presentes.

—¿¡ESTÁN DORMIDOS!? —gritó Woozi desde el otro lado.

—Si nos quedamos calla-

—¡No! ¡Puedes pasar! —respondió el tritón.

Rápidamente la puerta fue abierta y el niño entró corriendo para lanzarse casi encima de ellos en la cama, mientras cargaba a Bambi.

—¿Dirás que tienes pesadillas para dormir con nosotros porque tienes miedo? —preguntó Jungkook.

—Yo no tengo pesadillas. —aclaró —Vengo a hacer una pijamada con ustedes.

—¿Qué es una pijamada? —curioseó el mayor.

—Es cuando un grupo de amigos se reúnen para pasar la noche juntos en la casa de uno de ellos. —informó el azabache.

—En las pijamadas se pueden hacer muchas cosas; como jugar, comer, ver películas y todo lo que tenga diversión. —agregó Woo.

—Ver una película no suena tan mal. —comentó Jungkook.

—Podríamos ver Iron man. —propuso el infante, haciendo que el humano diera un dar jadeo.

—¡Woozi! Definitivamente eres mi familia. —exclamó, abrazando al menor que tenía una cara confusa.

—¿Se volvió a caer de las escaleras? —dudó, viendo al príncipe y éste negó.

—Jungkook dice que es el fan número uno de Iron man. No sé qué es eso, pero él dice que le gusta mucho.

—Es que sus películas son una joyita. —admitió —Iré a buscar mi computadora, dejaré a Bambi. ¡No se duerman!

El peligris salió corriendo de la habitación.

—Son las 20:00, ni mi abuela se duerme a esta hora. —dijo Jeon.

—Me emociona esto. —confesó —Deberíamos ir a buscar comida.

—Tendríamos que llevar a Bambi y me niego a cargarlo.

—Yo puedo hacerlo. Vamos. —formuló, poniéndose de pie para tomar el crustáceo entre sus manos.

Jungkook sonrió y lo siguió hasta la cocina.

—¿Qué comen en las pijamadas?

—Mayormente snacks. —informó, caminando hasta el cuarto donde se encontraba la despensa.

El príncipe lo siguió de cerca, viendo cómo su pareja empezaba a tomar bolsas con distintos colores.

—¿Eso no es lo que dijo Jimin que era malo comer en exceso?

Jeon asintió —Pero una vez al año, no hace daño.

—¿También llevaremos dulces?

—Todo lo que quieras.

Taehyung sonrió y bajo a Bambi de sus brazos para dirigirse a la alacena donde empezó a sacar los botes que contenían caramelo y miel.

—Podrías traer también leche condensada. —sugirió y el peliazul lo vio confuso.

—¿Leche condensada? —dudó sin entender.

El pelinegro se acercó y todo un frasco con una sustancia blanquecina.

—Esto es. También es dulce. —refirió, tomando la mano del mayor para dejar caer un poco sobre el dedo índice.

Taehyung llevó su dedo a la boca y sus ojos parecieron brillar ante el sabor —¡Sabe bien! —exclamó.

—Bastante bien. —admitió, poniendo un poco en su dedo para probarla.

Sin esperarse que Kim ladeara su cabeza para tomar el falange con su boca.

—¡Azulito! —jadeó.

El príncipe frunció su ceño y sacó la extremidad impropia de su boca.

—¿Qué? ¿No era para mí? —dudó, haciendo un leve puchero inconsistente.

—¡Hey! ¿Qué creen que hacen? —interrogó Jimin acercándose a ellos.

Ambos jóvenes dieron un brinco del susto al ver el aspecto del haien.

—¿Qué? —exclamó cruzándose de brazos.

—Tu cara. —señaló el príncipe asustando.

—¿Qué tiene mi cara? —interrogó alzando una de sus cejas —La belleza requiere cuidado, ¿saben? —señaló su máscara led —Además, no respondieron ni pregunta, ¿qué hacen robando los snacks?

—Haremos una pijama con Woozi. Bambi está aquí. —señaló al crustáceo que movió sus pinzas acercándose.

Jimin pareció creerlo al ver a Bambi —Que Woozi duerma en medio de los dos, se podría caer si lo dejan en la orilla. Y su pijamada durará por mucho dos horas antes de que él se duerma.

—¿Tan poco?

El peligris asintió —Mi bebé es un dormilón de primera como su padre. —informó para después tomar un vaso con agua e irse a su habitación.

—Deberíamos irnos, Woozi ya debe estar ahí. —dijo el príncipe, tomando al crustáceo en sus manos, al mismo tiempo que su pareja tomaba todo lo antes elegido.

Cuando los jóvenes entraron al cuarto no esperaron encontrarse con que Woo ya estaba dormido con la computadora en su estómago.

—¿Tanto nos tardamos?

Jungkook vio su reloj —15 minutos.

—¿Lo despertamos para que veamos la película?

El azabache negó —La podemos ver otro día. —sugirió.

Cuidadosamente Taehyung quitó la computadora y movió al infante para centrarlo en la cama para después colocar a Bambi, quien se desplazó hasta quedar en el estómago de su dueño, mientras Jungkook regresaba todo a la cocina.

Kim apagó las luces, dejando únicamente la lámpara que adornaba su lado encendido y se acostó junto al pequeño haien.

Rápidamente regresó, entrando de puntillas para acomodarse en el otro extremo de la cama.

—¿Acomodaste todo? —susurró y el contrario negó.

—Sólo las tiré en la mesa. —respondió en voz baja —Mañana las iré a ordenar.

El peliazul entendió y apagó la lámpara.

La mano del humano se movilizó para encontrarse con la de Taehyung, haciendo que ambos encerraran al niño quien dormía plácidamente.

—Descansa, Cucciolo.

—Tú también, Azulito. —deseó, tomándole la mano para poder besarla.

Los cinco días habían pasado con rapidez.

En ellos, la relación con Jungkook, Woozi y Bambi había mejorado al descubrir su fascinación por las películas de Marvel.

Jin siguió yendo a hacer la cena para todos.

Yeonjun no quiso hablar más sobre el tema de ser un haien; cosa que Hoseok y Soobin entendieron de inmediato.

Taehyung y Jungkook se la pasaron mayormente holgazaneando, hablando del esperado día y en cómo le darían la noticia a los papás del último mencionado.

Jeon estaba más que feliz, se la pasaba comprando pequeñas cosas para el futuro probable bebé.

Él tuvo padres presentes ausentes, a excepción de las navidades qué pasó con Yoongi. Su mamá lo consentía, pero no por eso sabía si quiera cuando cumplía años.

La idea de tener una familia con Taehyung era algo que lo mantenía sonriente cada hora del día.

Tener un lugar donde llegar y ser esperado, siempre fue su sueño frustrado.

Y estaba a nada de tenerlo.

Todas cosas pequeñas las mantenía guardadas en un cajón sin que Taehyung supiera, dado a que su plan era mostrárselas cuando confirmaran su estado.

En el pequeño sitio habían zapatos tejidos color blanco, una diminuta diadema con adornos de estrellas de mar y caracolas, dos suéteres también tejidos y una pequeña pulsera color gris junto a dos pulseras más grandes color negro y blanco.

Y después de todo, hoy finalmente sabrían si el príncipe estaba en cinta.

Jungkook se levantó temprano para ir a la farmacia y comprar una prueba casera, mientras Taehyung dormía.

Afortunadamente cuando el humano llegó, se encontró la perfecta vista de su pareja tallando su ojo con su mano hecha puño, recién despierto.

—¿Dónde estabas? —cuestionó, finalizando con un bostezo.

—Fui a comprar una prueba, amor. —contestó, acercándose a la cama —No pude dormir pensando en este momento; también agendé una cita para hacer una prueba de sangre en la tarde.

Taehyung sonrió y se lanzó al humano para abrazarlo.

—Eres el mejor.

—Es lo mínimo que tendrías que esperar de mí, bonito. —dijo sonriendo —Mira, según leí las instrucciones, tienes que orinar directamente en la prueba. Si te sientes cómodo, puedo estar contigo.

—Mejor espérame aquí. —pidió, tomando la prueba para encerrarse en el baño.

Solo bastaron unos minutos para que el peliazul saliera.

—Ahora esperemos. —dijo, colocando el objeto en la mesa cercana —¿Cuánto tiempo es?

—10 minutos.

—Serán los 10 minutos más largos de mi vida.

—Los míos igual. No puedo esperar a tener un mini Azulito entre mis brazos. —confesó tomando una almohada para arrullarla, ocasionando que su pareja riera.

—Yo no puedo esperar a tener un mini Cucciolo en los míos. —le siguió, tomando otra almohada para imitarlo.

Ajeno agradeció infinitas veces a su imaginación por otorgarle una escena donde esa almohada era un pequeño bebé pelinegro. Las mejillas del menor se encontraban levemente sonrojadas mientras mecía el objeto con cuidado.

—Taehyung. —lo llamó y el contrario lo vio de inmediato —Te amo.

—Yo también te amo. —declaró, sonriéndole y acercándose para besarlo castamente.

—Lo estuve pensando y quiero que nos casemos.

—¿Casarnos? Pero ya lo estamos. —le recordó, mostrándole el anillo que adornaba su dedo anular.

—Lo sé. —admitió, tomando la mano para besar su dorso —Pero me refiero aquí. En tierra firme. Donde firmemos papeles para poder llamarte mi esposo legalmente.

El rostro del peliazul pareció decaer —Pero yo no soy de aquí. No tengo ningún papel que diga que existo.

—Podríamos decirle a Jin que nos ayude. Él obtuvo papeles y pudo hasta conseguir un título sin problemas.

—Entonces s-

—¡Espera! —detuvo —No me des el "Sí" aún. Tengo que hacerte una bella propuesta antes.

Kim rió y aceptó sin pensarlo.

El sonido del cronómetro de Jungkook sonó.

Ya era hora.

Ambos se levantaron rápidamente a tomar la prueba.

El primero en verla fue Taehyung pero ladeó su cabeza al no entender.

—¿Qué significa? —preguntó, pasándosela a su pareja.

El azabache la tomó sonriente y sintió como todo su alrededor se paralizara en milésimas de segundo.

—¿Cucciolo? —llamó —Cucciolo, ¿qué dice? ¿Qué significa? —interrogó, preocupándose al ver el rostro del menor.

Los orbes negro azabache de Jeon se cristalizaron a medida sentía los latidos de su corazón irregulares al igual que su respiración.

—Jungkook me estás asustando, ¿qué dice? —exclamó, con voz un tanto quebradiza sintiendo que lloraría.

La primera lágrima rodó por la mejilla del humano y fue suficiente para que el príncipe también comenzara a llorar.

El azabache lo abrazó y lloró con más fuerza, teniendo la prueba en su mano.

Kim, sin aún comprender, devolvió el gesto y su llanto también se intensificó.

—Negativo. —susurró, incapaz de decir más.

—P-pero no te preocupes. Aun falta la de sangre. Tu dijiste que las pruebas caseras eran engañosas y que la otra tenia que ver con hormonas y esas cosas.

El mayor no pudo responder, no podía confesar que la prueba que había comprado era de las mejores y la más recomendada. Había un poco de esperanza, pero su corazón dolía, sus emociones eran extremas y cuando sintió que Taehyung se sentía igual, no pudo evitar sentirse peor.

En silencio, los dos esperaron hasta que la hora de la cita se acercó.

Los jóvenes cabizbajos salieron, sus pies se sentían pesados incluso para caminar, pero la esperanza de que la prueba diera un falso negativo los motivó a levantarse.

Ambos bajaron y obtuvieron las miradas de los habitantes de la mansión.

Ninguno fue capaz de preguntar lo que pasaba, porque por sus rostros se notaba a leguas la respuesta que obtuvieron.

El azabache pasó a un lado de su tío y tomó las llaves del auto que había usado anteriormente.

Woozi vio a su madre y éste negó, sabiendo que su cría quería preguntar si podía ir con ellos.

—Jungkook. —lo llamó Yoongi —Podría llevarlos. —sugirió, pensando en que su sobrino sería incapaz de manejar sintiéndose así.

El mayor negó, saliendo de la mansión mientras tomaba a Taehyung de la mano.

Cuando los jóvenes salieron de la mansión, Soobin no se limitó a quedarse callado.

—Pudo ser un falso negativo, ¿no? —cuestionó y los demás asintieron.

—Esperemos que eso sea. —habló Jimin —Porque si no, las cosas se pondrán feas.

—¿Es peligroso? —dudó Woo y el cilophyte asintió.

—La tanzanita intensifica sus sentimientos. —explicó —Una simple desilusión podría dejarlos realmente mal.

—Los seguiré por cualquier cosa. —avisó Yoongi.

—Yo iré contigo. —exclamó Jimin —Woo, quédate aquí, ¿sí? —pidió y el infante accedió

Era la primera vez para ambos en una clínica de maternidad, afortunadamente ofrecía más servicios, así que no eran los únicos hombres ahí, pero si la única pareja.

Una sonrisa se le escapó al menor al ver a las mujeres cargando sus bebés de distintas edades.

Los dos tomaron asiento en las sillas del pasillo.

Desde que llegaron, algunas féminas miraban confusas el porqué dos hombres de ese tipo estaban ahí.

Pero las que estaban frente a ellos, los miraban horrorizadas como si tuvieran un virus.

El humano decidió ignorarlas, mientras que el príncipe estaba lejos de darse cuenta de las miradas que le otorgaban, ya que estaba concentrado viendo a un bebé gordito que estaba en las piernas de una de las mujeres.

La niña lo vio y Taehyung alzó su mano pasando su pulgar por la yema de sus dedos, ocasionando que salieran burbujas que hicieron reír a la infante.

El príncipe sonrió cuando la menor empezó a aplaudir encantada.

La mamá de la niña, que estaba viendo su celular, sintió que una de sus amigas le había dado un sutil golpe para que se diera cuenta de que su hija se estaba riendo con él recién llegado.

La castaña frunció su ceño y tomó a su bebé para darle la vuelta y que le diera la espalda a esos jóvenes.

Taehyung no entendió el motivo, pero Jungkook sí.

El peliazul sintió el cambio de emociones que tuvo cuando sintió el agarre de su mano más fuerte.

Rápidamente empezó a buscar lo que le ocasionaba molestia a su pareja y dio con el gesto de las mujeres cercanas.

—¿Por qué nos ven así? —les preguntó, frunciendo su ceño y Jungkook lo vio de inmediato.

—¿Vienen acompañando a alguien? —respondió una de la mamá de la niña, viéndolos de pies a cabeza —¿A la novia de alguno de los dos, quizá?

—Él es mi pareja. —aclaró, señalando a Jeon.

—¡Oh! ¿En serio? —curioseo otra con una sonrisa falsa —No se preocupen, yo apoyo a su comunidad. —dijo —Pero sus muestras de afecto podrían confundir a los niños de aquí. —señaló al niño de al menos 5 años que la acompañaba.

—Sólo le sostengo la mano a mi esposo, ¿en qué podría confundirlos? —escupió el azabache, perdiendo la poca paciencia que tenía.

—¿Esposo? ¿Quién en su sano juicio aceptaría la unión de dos hombres?

—El mar. —respondió el peliazul, haciendo que las mujeres soltaran carcajadas, haciendo que la bebé empezara a llorar por el ruido.

Taehyung vio preocupado a la menor y Jungkook sintió su corazón empezar a doler.

—¿Podrían dejar de reírse? Por si no se han dado cuenta la niña está llorando. —dijo el humano.

Las mujeres no cambiaron su semblante y no pararon de burlarse.

—Señorita Myeong-suk, le recuerdo que su hija está aquí por problemas de audición. —habló una fémina, sonriendo mientras se acercaba —Debería ser considerada y bajar el volumen de su risa por ella y por nosotros.

—Dra. Minatozaki. —reconoció —Disculpe, es qu-

—¿Jeon Jungkook y Kim Taehyung? —cuestionó la recién llegada, ignorándola; los mencionados asintieron —Síganme, por favor. —pidió.

Ambos jóvenes hicieron lo pedido, hasta que dieron con una puerta donde estaba una placa dorada con las letras "Dra. Minatozaki" indicando que era su consultorio.

—Pasen, por favor. —solicitó, abriendo la puerta para darles espacio.

Taehyung quedó boquiabierto al ver el área.

Había cuadros de mar, adornos colgantes de caracolas y una figura de una foca pía decorando el escritorio.

La mujer tomó asiento e indicó que ellos hicieran lo mismo.

—¿Es una Selkie? —preguntó el peliazul y la rubia asintió.

—Sana Minatozaki, un placer al fin conocerlo príncipe Kim. —saludó, dando una reverencia —¿Él es su pareja? —cuestionó y el mayor asintió.

—Jeon Jungkook. —informó el azabache.

—Según dice aquí, vienen por un análisis de sangre para detectar embarazo, ¿no? —interrogó y ambos asintieron —¿Cuándo fue la última vez que tuvieron relaciones sexuales?

—Ayer. —contestó el tritón.

—¿Desde cuándo no usan ningún método anticonceptivo?

—Nunca hemos usado. —informó Jeon.

—¿Iniciaron su vida sexual desde que se emparejaron?

—Unos tres días después.

La rubia no había dejado de anotar cosas en una libreta.

—¿Han hecho pruebas caseras?

—Está mañana.

—¿El resultado fue?

—Negativo. —dijeron al unísono, en voz baja.

La doctora subió su vista y comprendió.

—Los análisis sanguíneos son más seguros. —informó —Con esto sabremos si la respuesta es correcta. Para esto necesitaré que se siente en la camilla y suba la manga de su camiseta, por favor.

El tritón asintió e hizo las órdenes indicadas.

Cuando la doctora se acercó con un objeto filoso, fue inevitable no asustarse y ver al humano.

—Tranquilo. Sentirás como una picadura de medusa. —informó, antes de colocarla con cuidado y así sacar la sangre —Esto lo enviaré al laboratorio con una nota especial para que les den los resultados en unos minutos. —dijo, saliendo del consultorio.

—¿Te dolió? —preguntó Jungkook y su pareja negó.

—No tanto como esperaba.

—Jungkook. ¿Por qué esas mujeres se rieron de mí?

—Son ignorantes que no saben lo que hacen. Espero que sus hijos no crezcan con la misma mentalidad.

Taehyung asintió —¿Viste a la bebé? Era demasiado linda.

—Desafortunadamente tiene una pésima madre.

Sana volvió a ingresar al lugar.

—Listo, dado a que eres un tritón la prueba tardará unos minutos solamente.

—¿Aquí tratan criaturas marinas?

La doctora asintió —Lo hacemos de una manera más discreta. Los tratamientos no son iguales y el riesgo es más alto. Tú eres familia de Jeon Yoongi, ¿no? Yo estuve en el control del embarazo de Jimin.

—¿O sea que conociste a Woozi desde antes de nacer? —curioseó Kim, asombrado.

—Así es. —admitió sonriendo —Woozi era muy tranquilo, pero cuando Jimin le hablaba se volvía un caos total. De hecho, actualmente soy su pediatra.

—¿Usted tiene hijos?

—Oh, no. Yo no quiero ser madre. Disfruto ver crecer a mis pequeños pacientes, nada más.

—¿Cree que Tae esté en cinta? —cuestionó, con los ojos repletos de ilusión.

—Eso lo dirán los resultados. —Sana les dio una pequeña sonrisa —Es difícil conseguir un embarazo a la primera. —explicó —Veo que tienen la Tanzanita y deberían tomarlo con la mayor calma posible independiente de la respuesta que obtengan.

—¿Ha tenido pacientes que también la tengan?

—Son los primeros. Pero he oído mucho sobre ella. —confesó —Tuve una amiga que estaba obsesionada con ella.

Ambos jóvenes se impresionaron.

—¿Podría decirnos lo que sabe?

—Es una pieza muy delicada. Más de lo que creen. —aclaró —Mi amiga decía que el rey la prohibió por lo peligrosa que era.

—¿Peligrosa?

La mayor asintió —Antes de que fuera prohibida, las pocas parejas que la tenían morían a una edad temprana.

—¿Morir? —suspiró el príncipe preocupado.

—Por eso es mejor que tomen con calma cada situación y de no ser así, que se comuniquen cuando alguno se siente mal. —sugirió.

—¿Su amiga también es una criatura marina?

—Era una bruja.

—¿Era?

—No supe más de ella desde hace años y me dijo que si algún día desaparecía era porque probablemente habían atentado contra su vida. —relató con voz triste.

—Lo lamento. —dijo el humano.

—Está bien, aprendí a vivir con eso. —comentó y un mensaje cayó en su teléfono —Sus resultados ya están. Iré por ellos. —avisó, volviéndolos a dejar solos.

—¿Crees que sea la misma bruja con la que estuvo Jin? —dudó Kim.

Jungkook hizo una mueca —No creo que el mundo sea tan pequeño, pero de ser así, Jin estuvo dos años con ella, se hubiera dado cuenta de la obsesión que la doctora menciona; además ella parece de nuestra edad.

—¿Tú crees? Los selkies no aparentan la edad que tienen, son las criaturas que más tiempo pueden vivir en todo el mar.

—¿Los selkies son los cambiaformas de focas?

Taehyung asintió —Hay muy pocos de ellos.

—Aquí tengo sus resultados. —exclamó la rubia ingresando —No sé si quieren que lo diga, los leen en su casa o aquí.

—Dígalo aquí. —pidieron ambos.

—Les repito, por el bien de ambos, sea lo que sea que esté aquí, deben tomárselo con calma. —rogó, mientras abría el sobre.

Jeon tomó con fuerza la mano de su pareja, sintiendo como sus latidos comenzaban a acelerarse.

La fémina leyó cuidadosamente y no hizo ninguna expresión.

—Negativo. —informó.

—¿Hola? —preguntó Park detrás de la puerta —¿Jungkook? ¿Taehyung? Es hora de almorzar. —avisó, pero no obtuvo respuesta.

El haien intercambio miradas preocupadas con su pareja.

Hace dos días los más jóvenes habían ido a la clínica donde Yoongi y Jimin los esperaron afuera del consultorio y fueron los primeros en ver cómo ambos salían decaídos.

La tristeza no parecía tan notoria, pero cuando Jungkook ingresó al auto en el asiento trasero se dieron cuenta que nada rondaba para bien.

El viaje fue demasiado silencioso; los mayores miraban hacia atrás cada que podían para ver el estado que tenían, pero ninguno reflejaba otra cosa que no fuera tristeza.

El corazón de Jimin se rompió cuando llegaron a la mansión y vio la cantidad de perlas que habían en el suelo del auto.

Al parecer la pareja más joven podía disimular bien.

Jimin y Yoongi se mantuvieron despiertos las dos noches vigilando el cuarto para ver la hora en que salieran.

Pero las horas pasaron y ninguno salió.

El pie de la puerta tenía intacta la bandeja donde les habían ofrecido el desayuno de ese día, ya que la bandeja que contenía la cena, almuerza o desayuno del día anterior ya había sido retirada, al igual que la que contenía la cena del día anterior a ese.

—Chicos. —llamó Yoongi —Recuerden que pueden contar con nosotros por si quieren hablar.

Los más jóvenes lograron escuchar, pero ninguno quería moverse de dónde estaban.

Dado a que la tanzanita intensificaba en demasía sus sentimientos, la desilusión que tuvieron los afectó más de lo que esperaban.

No habían vuelto a articular palabra después del "negativo" que los incitó a fundirse en un doloroso abrazo repleto de lágrimas e hipidos.

El tacto que tenían se sentía más que necesario, sus cuerpos estaban trabajando de manera irregular, sintiendo golpes en su pecho imparables.

Era exagerado el tiempo que habían estado llorando por el dolor físico y emocional.

Las manos del humano se volvieron frías y las del tritón calientes. Las lágrimas de ambos no paraban de salir de sus ojos.

Una situación que ameritaba tristeza fue la causante de su trágico estado.

El anillo que estaba incrustado en sus dedos llevaba horas doliendo. Ninguno se dio cuenta cuando sus venas empezaron a tornarse negras, dándoles un aspecto anormal.

Jimin dio un suspiro y se dio la vuelta, encontrándose con su cría parado en medio del pasillo con sus ojos cristalizados mientras abrazaba a Bambi.

—¿Aún no quieren salir?

Yoongi negó.

—Hay que darles su tiempo, Woo. —explicó y el infante sorbió su nariz entendiendo.

La mansión estaba apagada, nadie había logrado comunicarse con ellos, pero el hecho de saber que estaban en el cuarto y juntos era lo único que los mantenía un poco bien.

—Creo que deberíamos intervenir. —opinó Namjoon —Cuando yo tuve mi decaída, lo que me ayudó a levantarme fue el apoyo que Joongki y Taehyung me dieron.

—El detalle es que no sabríamos cómo reaccionarían si entramos.

—¿Y si contactamos al rey y a los papás de Jungkook? —propuso Hoseok —Sus palabras podrían tener más peso.

—Jungkook no tiene una buena relación con sus papás. —informó.

—Podría ser un buen momento para que intervengan. —sugirió Soobin.

—Pero él ni siquiera les ha mencionado la existencia de Taehyung. —dijo Jimin.

—Hyunbin y Yejin no harán más que adorarlo. —aseguró Yoongi.

—¿Tú crees? —dudó el capitán y el humano asintió —En ese caso, podría ir a buscar a Joongki.

—¿Puedo ir? —preguntó Woozi y el peliverde aceptó sin problemas.

—Les hablaré a los padres de Jungkook. —avisó el castaño poniéndose de pie para dirigirse a su estudio.

Yoongi sin pensarlo mucho empezó a marcar el teléfono de su hermano, que como era de esperarse, contestó a la octava llamas.

—¿Qué? —contestó Hyunbin desde el otro lado de la línea.

—Es para algo importante. —bufó, virando sus ojos.

—Eso dijiste aquella vez y fue para reírte de mí porque recordaste cuando me caí de un árbol de mandarinas.

El castaño aguantó una carcajada al recordarlo —Es que fue muy inesperado.

—¿¡Inesperado!? ¡Me lanzaste piedras para hacerme caer!

—Ese no es el punto ahora. Necesito decirte algo verdaderamente importante que involucra a Jungkook.

—Suéltalo.

—No puede ser por teléfono, idiota. Tienes que venir.

—¿Me estás diciendo que deje el trabajado pendiente que tengo para viajar 13 horas y así poder verte para que me digas algo?

—Es exactamente lo que te dije. ¿Te volviste a caer de otro árbol o por qué no entiendes?

Hyunbin puso sus ojos en blanco —No todos tenemos tu tiempo.

—Por cierto, si vienes, debe venir Yejin contigo.

—¿Así de la nada? ¿No quieres que te lleve pollo también?

—Si puedes. —molestó y el mayor bufó.

—Para tu suerte, Yejin y yo acabamos de aterrizar, llegaremos en 1 hora y media máximo a la mansión.

Yoongi soltó una fuerte carcajada, pero se calló al no escuchar a su hermano reír.

—Espera, ¿¡qué!? ¿¡A qué mierda vienes!?

—¿Por qué te enojas? Tu dijiste que fuera.

—Sí, pero no hoy. ¿Quién te invitó?

—Jungkook. —informó —Nos llamó hace tres días pidiendo que fuéramos porque curiosamente también nos dijo que nos diría algo importante, pero nuestro vuelo se retrasó y tuvimos que hacer cuatro escalas, hasta hoy llegamos a Italia.

—Debes estar bromeando.

Hyunbin cambio la llamada a una videollamada y cuando el menor la aceptó, no espero con ver a su hermano posando junto con su esposa haciendo una ridícula mueca de beso.

—¿Si me ves? —cuestionó el que se suponía ser mayor sin cambiar su gesto —Ahí arriba dice Italia, ¿si puedes leer?

Yoongi puso sus ojos en blanco —Sí, sí puedo, pero gracias por tu inútil información. —dijo con una sonrisa falsa.

El mayor estaba a punto de reír hasta que su expresión cambió a una asustada junto con la de su esposa.

—¡Yoongi atrás de ti hay un fantasma! —chilló la mujer horrorizada y el castaño hizo una mueca confusa y se giró para encontrarse con su hijo parado mientras lo veía fijamente.

—Ah, no. No es un fantasma. Es mi hijo. —explicó despreocupado —Woo, ven a saludar.

El infante se acercó casi a regañadientes —¿Ellos son los papás de Jungkook? —cuestionó y el castaño asintió.

—¿¡Tienes un hijo!? —gritaron ambos al unísono.

Yoongi negó —No, es mi perro, ¿qué no ves?

—Deja de bromear, ¡el niño parece de diez años! —exclamó Hyunbin y Woozi sonrió asintiendo.

—Si, bueno, aquí los espero. —dijo, antes de cortar.

—Venía a decirte que con Nam ya tenemos que ir al mar por si nos querías llevar en el auto. —comentó Woo.

—¿Por qué no van por el patio? Llegarían más rápido.

—Es que Namjoon dijo que no me iba a llevar cargado y a mí me da sueño cuando camino mucho.

—¿Qué dijo tu madre?

—Que te dijera a ti.

El castaño suspiró y aceptó.

Como era de esperarse, el camino fue algo corto; Namjoon se sentía algo nervioso porque no podía decir las cosas de manera que dolieran menos, pero al ser el tío de Taehyung, creyó que él era quien debía avisarle a Joongki lo que había pasado.

Namjoon no podía hacer lo mismo que Taehyung en dónde volviera su pterúgiou, pero podía ingresar al mar e intentar nadar lo más lejos posible.

Woozi como gran ayuda, si transformó su pterúgiou y llegó un poco más lejos para poder buscar una caracola como la había descrito Namjoon.

Una verde y pequeña.

Fue algo difícil pero cuando dio con ella se la brindó al mayor quien la encerró entre sus palmas para después susurrar algo y empezara a brillar.

Pasaron alrededor de 30 minutos cuando el rey apareció.

—¿Vienes solo? —cuestionó, extrañado que Seojoon no estuviera con él.

El peliazul asintió —Sabía que eras tú quien me llamaba porque es un hechizo que no sé usa hace años. —admitió.

—¿Qué hechizo fue ese? —curioseó Woo.

—Es como una llamada telefónica, pero en vez de que se escuchen las voces, el rey siente una vibración en su oído donde le indica en código la ubicación de donde se le llama.

—Increíble. —opinó y los mayores concordaron.

—¿Cómo está Taehyung? Quedé esperando su visita con los Haien.

—La verdad; Taehyung se encuentra muy mal. Él y Jungkook no están esperando un bebé y los desilusionó demasiado.

—¿La tanzanita? —dudó y el mayor asintió.

—Yoongi ya le habló a los padres de Jungkook. —informó —Desde hace dos días no han comido nada, no salen de la habitación de Jeon y se niegan a comunicarse con alguien.

El rey entendió de inmediato —¿Podrían esperarme en la orilla? Yo llegaré después, tengo que avisarle a Seojoon que no estaré el día de mañana.

Namjoon y Woozi asintieron desplazándose hasta la playa, donde el padre del último mencionado los esperaba.

Cuando los chicos y el rey de los siete mares llegaron a la mansión, los padres de Jungkook ya estaban sentados en la sala.

—Buenas noches. —saludaron, tomando asiento.

—¡Hasta que llegas! —mofó Hyunbin —¿Cuándo pensabas contarme que tenías esposo e hijo?

—¿Tan mal te caemos? —cuestionó Yejin sonriendo y su vista se dirigió al pequeño que se escondió detrás del castaño —¡Oh, por Dios! ¿¡Él es tu bebé!? —le preguntó a Park quien asintió.

—Woo, preséntate con tus tíos. —pidió Jimin.

El infante salió de su escondite y les hizo una reverencia —Me llamo Jeon Woozi.

La fémina chilló de la emoción —¡Es tan lindo! ¿Recuerdas cuando Jungkook tenía su edad? Era tan amargado. —recordó con nostalgia —Se enojaba por todo, se los juro; una le reclamó a Hyunbin porqué según él, respiraba muy fuerte.

—Era un malcriado. —se quejó el mayor —Mira, no sabía lo que te gustaba y cómo gracias a CIERTAS PERSONAS nos enteramos de tu existencia recién, te compramos esto cuando veníamos. Espero te guste. —dijo, ofreciéndole una caja con envoltura color azul marino.

Woozi tomó el obsequio confundido y lo abrió.

—¡Santo Mar! —gritó —¡Eres el mejor tío! —declaró sacando su regalo.

—¿Un arma? —jadeó Jin.

—¡Es una Benjamin Sheridan, Remington 1875 BB/Pellet Revolver alimentado por CO2! —chilló Woo emocionado.

Los adultos intercambiaron miradas confusas mientras Hyunbin miraba con orgullo la felicidad de su sobrino, quien se fue corriendo con su regalo, seguido de Bambi.

—¿Ustedes son los padres de Jungkook? —preguntó el rey a la pareja.

Ambos se pusieron de pie para hacer una reverencia —Lo somos. Disculpe, pero ¿usted quién es?

—Song Joongki. Padre de Taehyung. —se presentó devolviendo el gesto.

El señor Jeon vio a su esposa disimuladamente y esta negó sin conocer el nombre que le habían mencionado.

—Un gusto. Jeon Yejin y Jeon Hyunbin. —dijo la fémina.

Los tres adultos tomaron asiento por petición del marinero.

—Bueno, no sé cómo decirlo. —comenzó Yoongi —Pero Jungkook se emparejó con el príncipe tritón.

Los padres del azabache se atragantaron ante la impresión.

—¿¡El qué!?

—¿¡Cómo que mi bebé se emparejó!?

—Y lo quiso preñar, pero como que no funcionó y ahora están muriendo de tristeza. —dijo El capitan —Hola, un gusto. Kim Namjoon, tío de Taehyung. —se presentó.

—Dios santo. —jadearon ambos sin poder procesar todo.

Hyunbin suspiro viendo al peliazul —¿Entonces tú eres el Rey? —cuestionó y Song asintió —Dios, le dije a Jungkook que madurara, no que se casara y buscara hijos. —reprochó —Nada en contra de tu hijo, aclaro. Debe ser un joven encantador.

—Sí, sí, después lloras Hyunbin. —dijo Yoongi —Ahora les sugiero que los tres intenten hablar con ellos. Estaban muy ilusionados con tener un bebé y cuando supieron que no estaba en camino, la Tanzanita los hizo derrumbarse.

—WOW, ESPERA. —detuvo Yejin —¿¡Jungkook encontró una Tanzanita!?

—En teoría, sí. —respondió Jimin.

—Esto es increíble. —admitió feliz e impresionado.

Jungkook y Taehyung se habían dormido por primera vez en dos días.

Por fortuna era el único momento para ambos en donde sus cuerpos y mentes descansaban y la tanzanita disminuía su poder.

Aun entre sueños profundos ninguno aflojaba el agarre que tenía en el otro.

Jeon sintió más frío y apretó más a Taehyung, quien tenía las mejillas rojas por la fiebre imparable.

Ambos suspiraron satisfechos al sentir la temperatura contraria.

Los padres de los jóvenes que habían entrado al cuarto sin que ninguno supiera, al verlos así no pudieron hacer más que cuidarlos.

Joongki le colocó una frazada a Jungkook, mientras Yejin colocaba un paño en la frente de Taehyung para bajar su temperatura, al mismo tiempo que Hyunbin se encargaba de cambiar el agua cuando se necesitaba.

—Taehyung es precioso. —susurró Yejin para rey.

—Jungkook es muy valiente. —mencionó igual en voz baja.

—Su estado parece estar mejorando. —destacó Hyunbin.

Los tres adultos estuvieron toda la noche cuidando y charlando sobre sus hijos, mientras estos descansaban plácidamente.

Al parecer tener a sus padres cerca hacía que de alguna manera los tranquilizara y los motivara a dormir con seguridad.

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