Nimra
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Mentiría al decir que no estaba preocupado, que aquellos accidentes eran normales incluso en misiones de reconocimiento, pero, esta vez era todo lo contrario, aunque su rostro no lo demostrara por dentro estaba totalmente preocupado por la situación de sus compañeros de misión, cuando sus cuerpos tocaron accidentalmente el portal, ocurrió una extraña explosión de luz que por unos instantes lo había dejado ciego, para cuando recupero la visión, Nevra y Erika estaban tendidos en el suelo; lo primero que pensó apenas los vio tirados fue en revisar que no estuvieran heridos de gravedad, más antes de poder ponerles una mano encima, una súcubo había aparecido frente a él para evitar que los tocara.
-No debes tocarlos. - dijo la súcubo. - esto ya ha pasado antes, si los tocas ahora definitivamente perderás a tus amigos.
-¿Perderlos?- cuestiono él un tanto aturdido.- ¿Qué quieres decir con eso y quién eres?
Evidentemente por su figura que no dejaba nada fuera a la imaginación, y sus rasgos característicos como las alas en su espalda similares alas de un demonio, cola, y una belleza incomparable, esa mujer era una súcubo. Aunque ella no respondió a sus preguntas dio un par de pasos hasta quedar de píe frente a las cabezas de sus compañeros.
-Yo puedo ayudarlos, sus almas están del otro lado, aun no es tarde para hacerlos regresar.
De aquel incidente ya habían pasado dos días.
Cerro con fuerza una de sus manos haciendo que le exceso de agua en el paño saliera, y poder pasarlos por la frente de la súcubo, quien desde hace dos días se encontraba sentada frente a Nevra y Erika para hacerlos regresar.
-¿Te encuentras bien? – pregunto Lance, la súcubo apenas asintió ligeramente mientras soltaba un pesado suspiro.- Nimra, confié ciegamente en ti por el calor del momento, pero ya han pasado dos días y ellos siguen sin siquiera moverse.
-Si avisas a la guardia de Eel, tampoco podrán hacer mucho por ellos más que darlos por muertos. - contesto, ella tenía los ojos cerrados y Lance podía darse cuenta del esfuerzo que hacía por ayudar a dos personas totalmente desconocidas para ella. – además ya estoy corriendo el riesgo a que me quiten mi principal fuente de alimento.
En un principio Lance se había negado a la ayuda de aquella criatura, las súcubo eran conocidas por ser criaturas oscuras y demás estaba saber cuál era una de sus principales fuentes para absorber la energía; los humanos por ejemplo eran las presas más fáciles y por ende las favoritas de esas criaturas, aunque a diferencia de los íncubos, las súcubo podían manipular la mente de sus presas, le preocupaba el hecho de que ahora mismo lo hiciera con esos dos.
-¿Estas segura de que puedes traerlos de regreso?
-No gano nada con mentirte, sabes claramente que con este favor saco provecho de ustedes, yo los ayudo y ustedes no me privan de mi fuente de alimento primario.
-Lo sé. - defendió el dragón, estaba acostumbrado a que le respondieran de aquella forma tajante, pero esa mujer lo estaba desesperando. - más me está preocupando el hecho de que no puedas hacerlos despertar, hace un día me dijiste que habías logrado atrapar sus almas.
-Tengo sus almas, líder de Obsidiana, pero uno de ellos se niega a regresar, su corazón esta tan dañado que quiere sanarlo de alguna forma. - respondió, Lance enarco una ceja por el comentario. "El corazón de uno de ellos está dañado"
Ahora nuevas preguntas se agolpaban en su cabeza ¿Quién? ¿Por qué?
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Revisar habitación tras habitación no fue una tarea demasiado pesada, a decir verdad para Nevra sentía que habría la misma puerta varias veces hasta que logro encontrar lo que buscaban, una habitación con pequeños estantes repletos de libros, llamando a Erika esta no había tardado nada en llegar donde él, ahora solo les restaba buscar información sobre Nimra, para mayor seguridad de ambos y no ser sorprendidos en ese lugar cerraron la puerta atorándola desde adentro, en caso de que alguien quisiera entrar podrían escapar por la ventana. Un plan simple, pero que podría funcionar.
Tomando uno de los libros el vampiro enarco una ceja, sus páginas estaban totalmente en blanco, lo primero que pensó era que tal vez tomo un cuaderno en blanco que alguien dejo en ese lugar, no era de extrañarse Ezarel hacia muchas veces eso en el laboratorio de alquimia cuando saca un libro sin permiso, eso en sus años de recluta. Dejando el libro en su lugar tomo otro encontrándose con el mismo resultado.
-Que...- dijo para sí, sin regresar el libro tomo otro e igualmente se encontraba en blanco. - no puede... - desviando su mirada hacia donde Erika debía de encontrarse lo único que vio fue un estante con más libros, la habitación no era demasiado grande y estaba seguro de que ese mueble había aparecido de la nada, rodeando el estante se encontró tres estantes más.
Por un momento el vampiro sintió un pinchazo en el corazón, Erika no estaba había desaparecido ¡¿Cómo?! Cuando entraron eso no era más que una habitación de cuatro paredes con libros y ahora donde fuera que mirara aparecían pasillos nuevos, era como estar atrapado en un laberinto; recobrando la compostura Nevra afino su oído, entrar en pánico y gritar su nombre no le haría aparecer mágicamente frente a él. Captando todos los sonidos pronto escucho los tacones de Erika resonar, estaba lejos, pero seguía en la habitación.
Caminando entre los estantes que cada vez hacían la habitación más grande termino por encontrarla, ella se encontraba arriba de una escalera revisando distraídamente los libros y regresándolos en su lugar. Nevra estaba por lo menos a dos metros de distancia y sin embargo su perfume le había llegado hasta el punto de tener que admirarla otra vez, el vestido ceñido a su figura, su cabello castaño peinado y acomodado de cierta forma que dejaba sus hombros y cuello al descubierto.
El ruido que hizo uno de los libros al caer al suelo lo saco de su embeleso sintiéndose como un adolecente descubierto por fisgonear a través de una ventana y ver lo que no debía de ver.
- ¡Cuidado! - exclamo Nevra. Erika al mirar en dirección al libro en el suelo la pequeña escalera se tambaleo haciéndola caer, justo a tiempo Nevra había reaccionado para poder sostenerla entre sus brazos. Las miradas de ambos se cruzaron nuevamente y el aroma dulce se hizo más fuerte hasta el punto de provocarles calor. – ¿Estas...?
-S-si...-respondió ella. - fue un accidente, lo siento gracias por atraparme. - silencio, tras su agradecimiento se formó un pesado silencio entre ambos mientras él seguía sosteniéndola en brazos. - Nevra...
-Disculpa. - con cuidado la regreso al suelo, aclarando su garganta Nevra desvió su mirada a los libros. - ¿Has encontrado algo?
-No, nada, todos los libros están en blanco, es como si solo estuvieran aquí como mero adorno, ¿Has tenido mejor suerte? - Nevra miro el libro en su mano, hasta ahora que no lo había soltado, Erika lo observo hacer una mueca con la boca, de una silenciosa manera le confirmaba que si había tenido suerte.
-Tienes que ver esto. - respondió sin más, la Aengel tomo el libro entre sus manos las primeras páginas estaban en blanco como todos los demás, pero, al dar vuelta a una de las paginas encontró algo escrito. la caligrafía era buena, pero no era la de Nevra, ella conocía sus trazos, elegantes y perfectos, así llego a describirlos en su tiempo, al levantar la mirada hacia el vampiro incrédula. - este es...
-Lo que yo había escrito para tí. - alejándose un poco su atención se fijó en el lomo de un libro con bordes dorados, como si este fuera más interesante a la vez que sus dedos tocaban ese borde con sumo cuidado.
Diosa, hermosa y perfecta.
de mirada humilde y sonrisa angelical. Perderme en tus ojos es un placer
un abrazo, un sueño.
Tenerte entre mis brazos es un placer, besarte una tentación.
Hacerte mía es la perdición.
Eres mi diosa, a ti doy mi corazón, mis sueños, mis esperanzas.
la razón de mis alegrías, la fuerza que me motiva.
La luz de mi alegría...
-La motivación que necesitaba en mi vida...- termino ella, no era necesario ver el libro, él se encargó de recordarle aquellas palabras con su voz y de igual forma le hizo recordar todas esas sensaciones que le produjo escucharlo.
En algún momento el libro había desaparecido de sus manos, dando un par de pasos hacia adelante acortando la pequeña distancia entre los dos, Nevra no se movió de su lugar al verla avanzar, tampoco se apartó cuando su mano toco su mejilla y sus labios tocaron los suyos. El vampiro correspondió a aquel beso de una manera suave y dulce, sus brazos se cerraron alrededor de Erika apretándola más a él, los sentimientos que aun guardaba por ella florecieron en ese instante, provocando que el beso toara mayor intensidad.
-Y-yo...-sus bocas apenas se separaron para recuperar el aliento, Erika intento objetar algo, la distancia entre ambos no era mucha por lo que pudo rosar los labios del vampiro. – Nevra...
- ¿Quieres parar? - pregunto, su cálido aliento choco contra sus labios, haciéndole temblar ligeramente.
-Nosotros...- era imposible para ella decir algo coherente, la forma en que sus ojos se fijaban en ella y el como una de sus manos se deslizaba por su cuerpo provocándole un agradable escalofrió. No, realmente no quería parar, aunque su mente se dividiera en dos, estaban en un lugar desconocido, buscaban información el modo de como regresar y a la vez quería seguir con aquello.
- ¿Quieres parar? - pregunto otra vez, más esta vez no fue contra sus labios, sino contra su cuello, maldita sea, odiaba que conociera sus puntos débiles con los que no podría siquiera negarse. - Erika.
-No.- respondió con un suspiro. - no quiero.
Nevra sonrió ligeramente mientras depositaba pequeños besos húmedos entre su hombro y cuello, su brazo derecho rodeo su cintura para poder así tenerla presa a él, su otra mano descendió lentamente por su pierna, donde el vestido era más corto hasta rozar su suave piel, sujetando su muslo con algo de fuerza para hacerle subir la pierna y que esta se instalara en su cadera. ¿Cuándo fue la última vez que se dejó abrazar por esas sensaciones? La respuesta correcta seria, hace ocho años. Antes de que ella terminara dentro del cristal y desde entonces, desde entonces jamás pudo volver a sentirse de esa forma, jamás pudo hacer que tomar a alguien fuera de esa forma lenta, tortuosa y pasional para ambos; porque Nevra sabia cuanto la desesperaba y al mismo tiempo amaba que la hiciera desear ir más lejos.
Uno, dos, tres pasos apenas fueron suficientes para para que ambos llegaran hasta una de las ventanas cerradas, Erika al sentir el frio cristal en la piel de su espalda por instinto se encorvo un poco provocando que su fuego interno incrementara, hacer aquello le trajo a la cabeza imágenes de cuando la piel desnuda de sus senos se pegaba a la de él. Ambicionaba revivir esos recuerdos en ese momento, y el vampiro al parecer pensaba lo mismo cuando la mano que se aferraba a su muslo la soltó para ir hasta su nuca y tirar de los listones que sujetaban el vestido a su cuerpo. El aire comenzaba a volverse más dulce, más caliente y excitante haciéndoles olvidar por completo la situación en la que se encontraban, haciendo de esa extraña habitación un confidente silencioso de lo que estaba por pasar.
Las pequeñas manos de la Aengel se enredaron en la cabellera azabache del vampiro, ladeando un poco la cabeza para darle más acceso a su cuello el cual seguramente ahora se encontraba lleno de marcas rojas y posiblemente pronto de dos pequeños puntos sangrantes, algo que por cierto no le importaba en lo absoluto, solo poder sentirlo.
-¡Mierda!- exclamo, a la vez que empujaba a Nevra lejos de ella. Nevra quedó totalmente desconcertado, el calor del momento había desaparecido de golpe y el enfado se apodero de él ¿Por qué ahora se arrepentía? - hay alguien más aquí. - susurro agitada.
En ese momento, cuando Erika le daba más acceso a su cuello, pudo ver a penas a una joven de cabello blanco mirar en su misma dirección. El enfado del vampiro no se había desvanecido por completo, pero ahora entendía su brisca reacción al separarlo de ella, él agudizo su sentido auditivo para poder escuchar algo, lo que fuera, pasos, una débil respiración, pero todo lo que podía escuchar era el agitado respirar de Erika mientras ella trataba de acomodarse el vestido correctamente; poco a poco y al no captar más nada fue asomándose por uno de los estantes en dirección a donde Erika miro.
-Ya lo he visto. - dijo en voz baja. - ese chico podría darnos algo de información.
-¿Chico?- cuestión ella en voz baja.- Yo vi a una chica.- él se sorprendió, bueno, a decir verdad por los raros cambios de esa habitación, no le sorprendería que una pareja se ocultara aquí para poder tener algo de intimidad.
-Vamos directos entonces, este lugar ha cambiado tanto que nos tomara un buen tiempo encontrar una salida.
***~~~***~~~
Para nadie en la guardia era nuevo que Chrome comiera demasiado, por su naturaleza de hombre lobo, tampoco era raro verlo muy seguido en el comedor, el mismo Karuto llegaba a quejarse que el chico sería capaz de acabar con las raciones de un año en menos de una semana si se lo proponía.
-¡Esto esta delicioso!- exclamo el lobo.- Karuto, esta vez te has lucido con la comida.
-Me ofendería por ese comentario, pero no lo he preparado yo, y debo admitirlo jamás se me hubiera ocurrido tener que poner flores a la comida, eso le da un mejor sabor.
-¿No?- pregunto incrédulo mientras terminaba de limpiar la cuchara.- ¿Quién lo hizo entonces? Creí que habías jurado que nadie entraría nuevamente a tu cocina a menos que estuvieras realmente muy ocupado.
-Convencerlo no fue una tarea fácil, pero lo logre. - Chrome tuvo que hacer un esfuerzo para no terminar por tragarse la cuchara, Ninielle había aparecido tras de él que ni siquiera pudo escuchar sus pasos. - ya sabias que cocinaba bien, pero esta vez me he superado.
-N-Ninielle ¿Qué haces aquí?
-La chica ha estado algo preocupada por Nevra y para distraerse se ha puesto a hornear como loca, así que me trajo algunos postres para darlos y me propuso ayudarme en la cocina, al principio no estaba seguro, pero después de probar este guiso ha logrado convencerme. - explico Karuto.
Ciertamente no había mejor forma para poder acercarse al lobo que no fuera por medio de la cocina, aunque había un gran impedimento para hacerlo ir hasta su casa y hacerle comer todas las veces que quisiera: Karenn. Sin ella en medio tal vez lograr su objetivo sería más fácil, más sabia que si lograba ganarse al lobo, deshacerse de la vampiresa seria cosa de él.
-¿Qué te parecería un rico postre y una refrescante bebida ahora? Karuto No te preocupes, eso corre por mi cuenta, adoro tanto cocinar, no puedo esperar a que Nevra regrese y pruebe mi nueva comida. -a diferencia de ellos, era la única que sabía que él ya no regresaría, incluso era aún mejor, Karenn estaba tan apegada a su hermano a pesar de tener pareja que sufriría mucho por su perdía, tener a Chrome distante con su comida ocasionaría una gran pelea y una inminente separación.
-De verdad ambos parecen muy enamorados. - dijo Karuto con pesar.- sabes no le he dicho a nadie sobre esto, pero pensar en esos dos me hace sentir un poco mal por Erika, Karenn y Alajea hablaban tanto de la relación que tenía con Nevra, que seguramente verlo con otra no le ha de sentar bien a la pobre.
-Hasta donde se Erika jamás ha tenido contacto alguno con Ninielle, ni siquiera sabe su nombre, Nevra siempre se ha referido a ella como "una civil"- comento Chrome.- Erika sabe que Nevra tiene una relación, y ciertamente nadie pensó que la veríamos nuevamente.
-Me preocupa cuando ellos formalicen en serio, Erika ya tuvo un ataque de pánico.-el silencio se hizo entre ambos, claramente Erika era querida por los dos, más bien querida por todos y la alseide no podía entender, si, tal vez el principal motivo de que todos la quisieran era porque es la última Aengel y salvadora de Eldarya, pero ¿Qué métodos había usado para ganarse a todos?
Regresando con un postre y una bebida que dejo frente al lobo, la pelirroja no pudo evitar preguntar.
-Se...se que no me importa esto, pero últimamente he escuchado hablar mucho de Erika, nunca la he visto ¿Cómo es ella, porque todos la quieren tanto? – ambos guardaron silencio, Chrome torció los labios ligeramente.
-No hace más de dos años que estas aquí. - comenzó Karuto.- se puede decir que ella llego aquí hace un poco más de ocho años, mucho antes del sacrificio blanco, Erika llego como una humana bastante torpe.- dijo, Chrome no puedo evitar comenzar a reír ligeramente, seguramente por un recuerdo que llego a su cabeza.- siempre se metía en problemas y en ese entonces cuando Nevra era jefe de la guardia sombra junto a otros dos líderes siempre estaban traban tras de ella, honestamente no recuerdo una vez que no se metiera en problemas.
-Ya veo, era conocida por meterse en problemas.
-Si, un poco, además la mayoría de veces, su ayuda nos sacó de muchos aprietos, sus ideas de la tierra nos ayudaron, por ejemplo una vez organizo toda una misión para salvar a las miconidas en Balenvia.
-Nevra iba con ella. - dijo Chrome haciendo de lado su plato limpio. - en esa ocasión Huang Hua tuvo que sacarlo pro que se enveneno, todos entraron con máscaras especiales para evitar el veneno, la máscara de Erika se rompió y Nevra se "sacrifico" dándole la suya quedando unos días en coma. ¡Oh! Y antes de eso en su primera misión conmigo en las costas de Jade "perdimos" un barco y regresamos nadando transformados en sirenas, Erika casi muere y Nevra apareció en su ayuda.
-Nevra y Erika eran muy unidos. - Ninielle fingió algo de pesar en su voz, los otros dos no se habían medido en hablar sobre Erika, y es que, aunque ya habían pasado los años, los buenos recuerdos siempre quedaban. - él me dijo que sostuvo una relación con ella.
-Pero eso fue hace años niña. - se apresuró Karuto.- Nevra no se estancó en recuerdos y ahora está contigo...yo...iré a revisar que todo esté listo para la comida.- la verdad la situación era demasiado incomoda, Karuto prefirió marcharse de la mesa dejando solo a Chrome, de cieta forma él sabría mejor como salir del asunto.
-Ninielle...bueno...
-Descuida, se que es pasado y yo confió en Nevra, entonces ¿Te a gustado el postre?
-¡Claro!- exclamo el lobo.- estaba delicioso, no se lo digas a Karuto, pero tal vez tu deberías ser la jefa de cocineros.
Ninielle soltó una risa, al final no pudo sacar más información, solo lo que Nevra le había contado, al final, su plan B tardaría más de lo planeado.
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Los que ambos veían no podía ser verdad, Nevra observaba al hombre humano rubio de ojos azules vestido idéntico a él, con la misma estatura, la misma expresión, él y el otro se giraron a ver en dirección a Erika, ella estaba frente a una chica de la misma estaría, mismo vestido rojo, de tez blanca, cabello blanco y ojos verdes.
-Ellos. - murmuro Erika, la mujer frente a ella había movidos los labios al mismo tiempo. - de verdad esto es...
-Tengo varias teorías al respecto, pero esto no puede ser un truco, es simplemente un espejo, y creo que estos son los verdaderos Caleb y Alexandra.- respondió tocando el frio espejo.
-Pero, pero no veo sentido...tu y yo, es decir yo te veo a como te recuerdo, no a como esta en este reflejo.
-Se que es difícil de comprender, y se que quieres decir, solo que es difícil de expresar, Erika, estamos en otros cuerpos, en otro mundo que No es Eldarya, seguramente es la consecuencia de a ver cruzado ese portal.
-Eso me queda claro. - la Aengel suspiro, si, sabía desde que despertó en el salón que no estaban en Eldarya.- Nimra es un mundo que une a Eldarya y la tierra, es como una tercera dimensión. La verdadera pregunta es ¿Cómo regresar?
¿Quieren regresar?
La pregunta resonó haciendo vibrar los cristales, ambos miraron a todos lados para encontrar la fuente de la voz, pero en lugar de eso los estantes con libros comenzaron a moverse.
¿Por qué regresar? Ambos están bien en este lugar ¡Pueden hacerlo su hogar!
-¡Pero no es nuestro hogar!- exclamo Erika, y tampoco nuestros cuerpos, no podemos obligarnos a vivir una vida que no nos corresponde.
-Tampoco podemos robarla.- el vampiro se giró a ver a Erika, una parte de él quería aceptar la oferta, es decir, era un mundo nuevo, y no existía nada que pudiera separarlo de ella nuevamente, solo serían ellos dos, pero también conocía a Erika, y hacer aquello no era propio de ella.- nosotros tenemos nuestra vida.
¿Y quieren volver? ¿Están listos para volver? Pero ¿Lo quieren realmente? Lo que sus corazones desean más que regresar a sus vidas anteriores lo tienen a su lado ¿Seguros?
Lo que su corazón quería, para Erika olvidar el amor que aun tenia por el vampiro era imposible, y tenerlo a su lado, compartir una vida que no le pertenecía a su lado, vivir enamorados.
-Es injusto para Alexandra y Caleb, queremos regresar.
Si están tan seguros de regresar la salida se encuentra tras de ustedes.
Nevra miro tras de ellos, solo estaba el espejo, a su alrededor los libros habían desaparecido, las paredes, las ventanas, ahora solo era un espacio en negro con los espejos mostrando su reflejo, no estaba convencido del todo si era o no seguro, pero esa su única salida, pero, ¿Qué pasaría si decidía quedarse? Si lo hacía tendría una vida con Erika, serían esos "falsos" esposo vivir juntos, envejecer juntos, ese era su deseo, un deseo egoísta por su parte.
Poco a poco ambos comenzaron a avanzar en dirección al espejo.
Notas finales:
Uff sentía que no terminaba este capítulo... ahora sabemos que Nimra no es un mundo, sino una súcubo y Nevra y Erika están en peligro de cierta manera, además Ninielle ahora quiere separar a Chrome de Karenn
Ahora ¿Exactamente por que un mundo así? Bueno eso se revelara en el siguiente cap, lo que me lleva a la siguiente pregunta ¿Quieren lemon? xD
Espero que les gustara el capitulo.
Dudas, preguntas aclaraciones lo que sea todo es bienvenido
Hasta la próxima actualización.
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