05

:・* Miedo *・:

Yoongi era un niño que sentía muchas cosas y que era consciente de lo que podía llegar a experimentar dependiendo a las situaciones que se presentaran, pero también era consciente de que odiaba muchas emociones.

No le gustaba sentir asco, porque sentía su panza revolverse sin remedio y luego vómito salía de su cuerpo, cosa que odiaba realmente.

Tampoco le gustaba sentirse triste, porque el estar triste hacía que no pudiera realizar muchas cosas divertidas que amaba hacer. Además de que cuando se sentía triste, sus padres se ponían tristes también y Yoongi odiaba el ver a sus padres tristes.

Yoongi amaba mucho a sus padres y por eso había aprendido a sentirse bien con ellos y llorar solo. Especialmente cuando estaba con su madre.

― ¿Todo en orden? ―preguntó el hombre mientras colocaba las fresas en la canasta, viendo a su hijo de reojo.

― ¿Mh? ―preguntó con un sonido Yoongi, porque no lo había escuchado, su mirada demasiada concentrada en las fresas que su padre estaba recolectando.

― ¿Todo en orden? Te noto algo distraído―repitió, haciendo que Yoongi asintiera con una sonrisa pequeña, no encontrándose mal en ese momento.

―Sí, es solo que me da miedo―confesó en voz baja, haciendo que el adulto apretara los labios y colocara nuevamente su vista sobre las fresas que estaba recolectando del arbusto, ya que tenían uno con fresas en el patio trasero.

― ¿Qué es lo que te da miedo, cariño? ―preguntó, aunque podía imaginar a lo que su hijo le tenía miedo.

―Me da miedo cuando mamá grita así―se quejó mientras se acercaba a la canasta con las fresas y tomaba una de ellas, siendo grande y roja, dándole muchas ganas de morderla.

El hombre asintió con los labios apretados, quitando la última fresa que podía tomar y dejándola sobre la canasta, para después levantarse, estirando su mano libre para que Yoongi pudiera tomarla y ambos entraran a la casa de nuevo.

―Lo lamento, cariño. Sabes que a veces mamá necesita el gritar un poco, para poder sacar la molestia de su cuerpo―suspiró, ambos encaminándose a la cocina, en donde el adulto lavaría las fresas.

Yoongi no comprendía a quién le gritaba su madre, porque ella jamás lo hacía cuando él estaba en la habitación, tampoco cuando su padre estaba en ella, sino que gritaba cuando estaba sola y eso lo ponía nervioso y asustado. Su padre le decía que debían darle su espacio en esos momentos, por lo que él intentaba distraerlo, pero Yoongi no podía dejar de pensar en los gritos, además de que los gritos de su madre le llevaban a malos recuerdos.

―Dame la fresa para lavarla, así podrás comerla rápido―el hombre extendió la mano y Yoongi colocó la fresa en la palma de la mano contraria, viendo atentamente cómo su padre colocaba la mencionada con las demás, para poder comenzar a lavarla.

― ¿A mamá le duele aún el cuerpo? ¿Mi hermano la dejó con dolor? ―preguntó mientras sus ojos se mantenían en la gran y roja fresa, viendo que el color se resaltaba con el agua.

―No es eso, cariño. Es solo que tu madre se siente molesta de momentos y grita para intentar sacar ese enojo de su cuerpo. Es como cuando lloramos para sacar la tristeza, pues para mamá gritar la ayuda a sacar el enojo―explicó y lavó con mayor cuidado la fresa que Yoongi había elegido, para después sacarla del colador y tendérsela al menor, quien la tomó ansioso.

―Pero me da miedo cuando grita―se quejó, quitándole las hojitas a la fresa para después dejarla en la bolsa para basura, dándole un mordisco a la fresa.

―Lo lamentamos, seremos más cuidadosos―intentó consolarlo con una sonrisa, agachándose para poder tomar a Yoongi por debajo de las axilas y sentarlo sobre la mesada de la cocina, el pálido masticando su fresa tranquilamente― ¿Estás emocionado por mañana?

Al día siguiente sería la fiesta de pijamas en el jardín y Yoongi estaba genuinamente emocionado, especialmente porque finalmente Taehyung regresaría al jardín y todos estaban emocionados por poder recibirlo para el festejo, especialmente el grupito cercano del castaño.

Yoongi también estaba contento, porque Taehyung le había caído muy bien, a pesar de que era más unido a Jimin.

―Sí, pero tengo miedo―dijo sinceramente, haciendo que el adulto asintiera, viéndolo atentamente.

― ¿Sobre qué tienes miedo? ―indagó, Yoongi dándole otra mordida a su fresa antes de contestar, tragando lo que tenía en su boca.

―Solo me gusta Kumamon y algunos niños le tienen miedo, van a destruir mi Kumamon―se quejó, haciendo que el adulto negara rápidamente, porque sabía que la maestra no permitiría algo así.

―No pasará, no pienses en eso, Yoonie―intentó animarlo, colocando su propio rostro frente a su hijo, para que lo viera―Si lo que te preocupa es que se asusten por su ojos saltones, puedes llevar al peluche que tiene los ojos cerrados ¿No crees?

Yoongi lo analizó, porque aunque tenía muchos peluches de Kumamon, de distintos tamaños y temáticas, el Kumamon original era su favorito, con sus ojos abiertos y una gran sonrisa en su rostro.

―Es que quiero llevar a mi favorito―habló más bajo, para después comerse la fresa completamente, desviando su mirada―Y llevo mi pijama con Kumamon mandarina, así que no puedo llevar con sus ojos cerrados.

Aquello hizo reír al mayor, sabiendo que su hijo era quisquilloso en ese tipo de cosas.

―Entonces lleva a tu Kumamon favorito, ya verás que nadie se va a reír y si alguien lo hace, debes acercarte a tu maestra y comentarle, también puedes mantenerte solo con tus amiguitos―estiró una mano para acariciarle el cabello, haciendo que el pálido suspirara, pero asintiera en afirmación.

―Ok, papá.

Al ser su primera fiesta en un jardín, Yoongi comenzó a arreglar las cosas que llevaría al día siguiente antes de dormir, colocando su pijama listo y con colonia para niños, que su papá le había colocado, sobre la silla que tenía cerca de su cama. Como les habían dicho que podían llevar pantuflas, Yoongi colocó sus chanclas de goma de mandarinas al lado de la silla, no importándole el andar descalzo en ese momento con tal de ver el atuendo completo en la silla.

No iba a dejar a su Kumamon en la silla, porque no podía dormir sin él, por lo que lo acomodaría ahí al despertar.

―Vaya, tienes todo listo―dijo el padre con una sonrisa cuando entró a la habitación, viendo con atención el atuendo, para después sentarse a la orilla de la cama ajena―Muy responsable, cariño.

―No quiero que nada se me olvide―comentó orgulloso mientras se acomodaba sobre la cama― ¿Mami no vendrá a dar las buenas noches?

El adulto apretó los labios y se inclinó para poder tomar las mantas, para colocarlas sobre Yoongi.

―Mamá estaba muy cansada, así que se durmió hace unos minutos―aquello hizo que Yoongi se desanimara, desviando la vista por unos segundos, comenzando a palpar el brazo de Kumamon―Pero ella estará despierta antes de que te vayas al jardín, para desearte un gran día.

El menor no estaba seguro de eso.

―Ella siempre duerme mucho cuando grita por las noches, no va a decir adiós―fue serio, porque no era la primera vez que algo como eso pasaba y si era completamente sincero, ya se había acostumbrado a que su madre no lo saludara por las mañanas cuando tenía una mala noche.

Yoongi se sentía triste cuando su madre no le hablaba en todo el día, pero comprendía que estaba enfermita e intentaba no quejarse, pero seguía doliendo.

No era su culpa que su hermano tuviera que irse al cielo y en algunas ocasiones sentía rencor a su hermano, por haberle quitado a su enérgica madre y por haberle dejado a una que pasa en cama todo el día y que no le prestaba mucha atención.

Después se le olvidaba, cuando su madre lo abrazaba o le prestaba mucha atención.

―Lo intentaremos, así que no te sientas triste, que si nos dormimos tristes nos duele la barriga al día siguiente―intentó hacerlo sentir mejor, colocando una mano en la barriga de Yoongi, quien sonrió ante eso, porque le gustaba rascarse la panza―Ahora a descansar, porque mañana será un día muy emocionante y debes ir con las baterías cargadas.

―Sí, voy a descansar ―asintió con una sonrisa, colocando una mano sobre la de su padre, quien sonrió enternecido― ¿Quieres dormir conmigo hoy, papá?

El adulto tragó al escuchar aquello, sabiendo que Yoongi lo había visto dormir en la sala, eso pasando cuando su madre tenía algún ataque y no quería tenerlo con ella en la cama, por lo que Yoongi se había sentido mal.

A él no le parecía cómodo el sofá para dormir, así que no quería que su papá durmiera ahí.

―No es necesario, Yoonie. No descansarás bien conmigo aquí―intentó negarse, acariciándole la mejilla al menor, quien lo veía con seriedad.

―Duermo bien con papá aquí, duerme aquí―exigió, ya no siendo una pregunta si se quedaría con él, sino que se había vuelto una orden.

El adulto lo pensó por un momento, la cama de su hijo siendo grande, por lo que podían quedar ambos.

No quería que Yoongi se despertara por la madrugada para ir a verlo, porque así no descansaría correctamente, por lo que se rindió.

Además, cuando Yoongi se ponía "serio" su sonrosada nariz se arrugaba ligeramente y sus ojos se volvían un poco más pequeños. Él no podía negarle nada cuando hacía caritas así, solamente obedeciendo a lo que su hijo le pedía.

―Bien, solo me pondré mi pijama y vendré ¿Sí? ―consultó, el menor encontrándose cómodo con esa decisión, por lo que asintió―Ok, vengo en un momento, no te levantes de la cama.

Yoongi estuvo al pendiente de su reloj digital, viendo que los números de los minutos cambiaban lentamente. Si su papá se tardaba cinco cambios, se levantaría de la cama para ir a buscarlo.

Yoongi era responsable y respetuoso, pero era exigente.

Cuando fue el cambio número cuatro, su padre llegó con su pijama puesta y un cable que caía de sus manos, siendo con lo que cargaba su celular durante la noche.

―Bien, ahora sí a descansar.

Yoongi sentía mucho miedo en ocasiones, pero podía garantizar que su padre era la persona que podía hacerle perder el miedo rápidamente, por lo que amaba tenerlo a su lado siempre que pudiera.

Por eso mismo, acomodó a Kumamon al medio de su cuerpo y el de su padre, dejando que el adulto lo abrazara y pudieran dormir juntos cómodamente, ambos dándose el confort que el otro necesitaba, sin ser realmente conscientes de lo que hacían.

Yoongi sonrió sinceramente emocionado cuando, al entrar al salón de clases decorado, vio a los chicos en la mesa de juegos, todos prestando mayor atención al chico con pijama de tigre, quien había regresado.

Se veía contento, a pesar de que el morado de su rostro seguía notándose, pero se veía que estaba curándose.

―Taehyung―saludó con una sonrisa y timidez al acercarse a la mesa, haciendo que el castaño lo viera, sonriéndole inmediatamente―Qué bueno que regresaste.

― ¡Yoongi hyung de las madalinas! ―lo saludó de vuelta con emoción, incluso bajándose de la silla para poder abrazar al pálido, quien no se resistió al cariño, porque Taehyung había regresado― ¿Me extrañaste tú también?

Todos se mantenían al pendiente de la interacción, dejando los juguetes de lado como si no tuvieran importancia, haciendo que Yoongi se pusiera un poco nervioso por la sobre atención.

―Sí, te extrañé, extrañamos todos―le contestó con una sonrisa, haciendo que Taehyung sonriera en grande, emocionado por esa respuesta.

― ¡Les dije que hyung también me extrañó! ¡Yo los extrañé! ―expresó hacia los demás, quienes habían dicho que quizá dijera que no, porque Yoongi era tímido.

Yoongi prestó atención a las pijamas y peluches de sus amigos, repasando a cada uno con una sonrisa. Sin embargo, Jimin lo tomó de la mano en medio de su escaneo, haciendo que se sentara a su lado en la silla.

―Vamos a presentar los peluches y que se conozcan―dijo Namjoon mientras abrazaba a un peluche celeste, uno que Yoongi no lograba identificar qué era―Con sus nombres.

―Empieza Jungkookie―dijo de repente Hoseok, haciendo que el menor se encogiera de hombros, tomando su peluche rosa mientras se bajaba de la silla, para quedar parado al lado de la mesa.

―Ahí no te ves, eres pequeño―se quejó Jin mientras intentaba ver a su amigo, la mesa siendo un estorbo―Sobre la silla.

Jungkook se subió sobre la silla, quedando a la vista de todos.

―Mi peluche es Cooky, un conejo fuerte―dijo mientras lo mostraba, todos viendo atentamente al peluche.

― ¡Hola, Cooky! ―saludaron.

―Mi pijama es de Iron Man, el mejor superhéroe―mostró su camiseta, todos contentos, aunque varios no conocían el superhéroe.

Le dieron aplausos a Jungkook, quien después se volvió a sentar en su silla.

―Ahora TaeTae, pero cuidado con la silla, no debes caer―dijo con preocupación Jin, los demás asintieron.

Aunque Taehyung estaba mejor y notablemente contento, sus amigos lo veían como alguien vulnerable en ese momento, el más vulnerable del grupo. Por lo que habían comenzado a tratarlo con más detalle, cuidándolo de cosas como esa.

Taehyung se paró sobre la silla, sintiendo la mano de Jungkook en su pierna, quien aferraba para poder sostenerlo si se tambaleaba sobre la silla y poder ayudarlo.

―Mi peluche es un corazón rojo con pijama, pero no tiene nombre aún, porque es nuevo―lo mostró, todos viéndolo con una sonrisa―Pueden llamarle Tata mientras tanto.

― ¡Hola, Tata! ―saludaron todos.

―Mi pijama es de tigre, un tigre bonito―todos vieron la pijama de tigres animados, donde se mantenían varias caritas con diferentes muecas.

― ¡Una pijama muy bonita! ―chilló Jimin emocionado, haciendo que los demás asintieran, Taehyung sentándose en su silla nuevamente.

Las presentaciones siguieron, Namjoon mostrando su pijama de cangrejos rojos mientras mostraba a su peluche Koya. Jin con su pijama de comida animada y mostrando a RJ, nombre demasiado complicado de pronunciar para los niños. Hoseok mostró su pijama de flores de colores y su peluche Mang. Jimin mostró su pijama de pollitos y al señor Chimmy.

Al final quedó Yoongi, quien claramente iba totalmente combinado.

―Es turno de Yoongi hyung―dijo Namjoon, haciendo que el pálido se pusiera nervioso, subiéndose a la silla lentamente.

―Bueno...Mi pijama es de Kumamon comiendo mandarinas―señaló, haciendo que todos vieran con curiosidad.

―Es madilina―corrigió Jungkook.

Yoongi rio ante aquello.

―Con madilinas y mi peluche es también Kumamon―lo mostró, todos curiosos ante el personaje.

―Me da un poco de miedo―dijo Hoseok, abrazando a su peluche con ojos atentos al de Yoongi.

―A mí me gusta―dijo Jimin, estirando sus brazos para poder tomar el peluche, haciendo que Yoongi se lo entregara sin dudarlo ni un momento―Es lindo, como para abrazar y es suave.

Yoongi sonrió ante aquello, porque la opinión de Jimin le importaba mucho como para sentirse mal si a él no le gustaba.

― ¿En serio te gusta? ―preguntó con timidez, dejando de prestarle atención a la conversación de los demás.

―Sí, es suave, bonito y huele bien―asintió Jimin, abrazando a Kumamon con su mano libre― ¿Quieres sostener al señor Chimmy? Podemos cambiar un rato antes de la fiesta.

Yoongi hubiera contestado un rápido "No" Si otra persona se lo hubiera pedido, porque a él no le gustaba prestar a su Kumamon, especialmente porque otros niños podían hacerle daño y él no quería eso. Pero con Jimin, no dudó nada en asentir y estirar sus manos para poder recibir el peluche del perro con capucha amarilla, abrazándolo y sonriendo al sentir el olor a perfume de bebé en él.

Así olía Jimin, así que le gustó eso.

― ¿Estás bien? Te ves un poco triste―dijo Jimin de repente, inclinando su cabeza para poder ver el rostro de Yoongi, quien retomó su mirada en el rubio cuando este le habló.

―Mh, es solo que mamá no me dijo adiós hoy―explicó un poco, haciendo que Jimin se sorprendiera, porque Yoongi le había dicho antes que su mamá tenía mucho tiempo para jugar.

― ¿Por qué no te dijo adiós?

―Porque estaba dormida y no quería despertar, así que no dijo adiós ni buenas noches―explicó, haciendo que Jimin puchereara, porque a él le gustaba que sus padres se despidieran de él.

―Oh, quizá estaba muy cansada, si está enfermita se cansa más―intentó comprender Jimin, haciendo que Yoongi se encogiera de hombros, comenzando a acariciarle las orejas a Chimmy.

―Creo que sí―le restó importancia.

Jimin apretó el peluche ajeno entre sus manos, sintiéndose mal porque se notaba que Yoongi estaba triste, por lo que colocó su vista en los demás chicos, quienes estaban demasiado ocupados jugando como para darse cuenta de otra cosa.

― ¡Hagamos un castillo todos! ―ofreció Jimin, haciendo que los demás lo vieran y asintiendo rápidamente, comenzando a destruir las pequeñas construcciones que habían hecho antes, para comenzar con el castillo.

Yoongi se unió a la construcción un poco más animado, haciendo que Jimin se sintiera tranquilo.

Las maestras entraron al salón cuando terminaron de llegar los niños y fue la hora de comer. Todos habían llevado algo de comida para compartir con los demás, por lo que los niños se sentaron para poder comer, disfrutando de variedad y dejando aquello que no les gustaba del todo.

Vieron unos vídeos entretenidos y después les colocaron música para que pudieran bailar, los niños saltando y chillando emocionados por todo el salón, excepto Yoongi, a quien la idea de bailar no le encantaba del todo.

― ¡Hyung, saltemos! ―pidió Jimin mientras dejaba los peluches sobre la zona que les correspondía en la alfombra, para después tomar ambas manos de Yoongi.

― ¿P-Para qué saltamos? ―preguntó confundido, viendo a sus amigos saltando y lanzándose al suelo emocionados, sin importarles que los movimientos no tuvieran sentido.

― ¡Porque es divertido! ―dijo Jimin como su fuera lo más obvio del mundo, alejándose un poco de los demás para poder saltar tranquilamente con Yoongi, quien había comenzado a dar pequeños brincos―A divertir, no debes sentirte triste en la fiesta de pijamas.

Yoongi apretó las manos del rubio y sonrió pequeño, pensando en que quizá no era tan malo, por lo que comenzó a saltar más alto, haciendo que Jimin comenzara a reír emocionado.

La fiesta había sido muy divertida, haciendo que Yoongi sintiera muchas ganas de que se repitiera al día siguiente, pero sabía que era un deseo complicado de cumplir, pero disfrutando de la celebración totalmente.

Por eso, cuando fue hora de hacer el tren para ir a la entrada y esperar a los padres, se sintió un poco triste.

―Kumamon fue un gran compañero de fiesta―dijo Jimin mientras se sentaba en el banquito que estaba al lado de Yoongi, tendiéndoselo―Un gusto conocerlo Kumamon y hasta pronto.

Yoongi asintió y le dio su peluche a Jimin, tomando el suyo.

―El señor Chimmy también fue gran compañero, nos vemos pronto―abrazó a su Kumamon, sintiéndose cansado, pero más contento.

Jimin se mantuvo callado y con la mirada sobre la entrada, haciendo que Yoongi se confundiera un poco, porque Jimin jamás se quedaba callado tanto tiempo.

―Min Yoongi, ya vino tu padre―escuchó la voz de una de las maestras, haciendo que ambos vieran a la entrada directamente, en donde el hombre se encontraba esperándolo con una sonrisa.

―Hyung, quiero hablar con tu papi―dijo Jimin de repente, haciendo que el pálido se sorprendiera, no comprendiendo para qué quería hablar con él.

― ¿Uh? ¿Por qué? ―preguntó confundido.

―Vamos.

Jimin se levantó del banquito y esperó a que Yoongi tomara sus cosas, para así ambos poder acercarse al padre de Yoongi, quien estaba algo confundido al ver dos niños acercarse y uno de ellos no siendo su hijo.

La maestra iba a detener a Jimin, pero se mantuvo solamente al pendiente cuando vio que no llevaba sus cosas.

―Buenas tardes, padre hyung de Yoongi hyung―dijo Jimin mientras daba una reverencia, haciendo que el adulto soltara una risita, agachándose para poder quedar a la altura de los menores.

―Buenas tardes ¿Cuál es tu nombre? ―le dio una mirada a Yoongi, quien le sonrió tímido.

―Soy Park Jimin, el amigo de madilinas de Yoongi hyung―explicó, haciendo que el adulto comprendiera y sonriera en grande.

―Oh, un gusto conocerte, Jimin. Yoongi me ha comentado sobre su amiguito de madilinas―aquello hizo que Jimin se sintiera muy feliz.

―Sí, soy yo y quería pedirle un favor, hyung―llegó directo al punto.

―Claro, dime qué es lo que necesitas.

―Yo quisiera que mis padres y usted se hagan amigos, así yo puedo tener su celular y llamar a Yoongi hyung antes de dormir, para dar las buenas noches―explicó lo mejor que pudo, haciendo que el adulto se sorprendiera, al igual que Yoongi.

― ¿Vas a llamar? ―preguntó interesado, porque no solía hablar por teléfono, pero lo haría por Jimin sin dudarlo.

―Sí, así no te irás a dormir sin buenas noches, porque yo te diré buenas noches y a dormir―explicó, haciendo que el adulto suspirara enternecido, porque seguramente Yoongi le había contado lo de su madre―Así no estarás triste.

Yoongi sintió sus mejillas colorearse ante las palabras de Jimin, porque le parecía lindo que tuviera ese detalle y le gustaba mucho la idea.

El padre estaba a nada de soltarse a llorar ahí, pero se controló y simplemente le acarició el cabello a Jimin.

―Le pediré a tu maestra si puede darme el número de tu padre ¿Sí? Y yo hablaré con ellos para que puedan llamarse antes de dormir―aceptó el adulto con el corazón en la mano, haciendo que Jimin aplaudiera.

―Muchas gracias, hyung.

Cuando el adulto se alejó para poder hablar con la maestra, Jimin se abrazó a Yoongi, quien le correspondió con algo de dificultad al tener sus cosas y peluche en brazos.

―Nos hablaremos por la noche, Yoongi hyung. No estés triste porque tu mami te ama, solo está cansadita―dijo antes de separarse, sonriendo cuando Yoongi asintió.

―Voy a esperar tu llamada, gracias Jiminie.

El padre logró conseguir el número del padre de Jimin, prometiéndole al pequeño rubio que le llamaría después del almuerzo, por lo que Jimin regresó a su puesto después de decirle adiós a Yoongi, quien le correspondió la despedida.

En el camino Yoongi le comentó lo que habían hecho en la fiesta y lo que habían comido, el mayor encontrándose emocionado por escuchar a su hijo tan contento, además de que seguía emocionado por las palabras del pequeño Jimin.

Sabía que la situación era complicada y no quería que Yoongi lo experimentara de esa forma, por lo que estaba feliz de que tuviera un amigo tan bueno como Jimin y claramente haría todo lo posible para que su amistad pudiera continuar.

mxyoongx

(No saben lo sensible que me deja este Jiminie chiquito😭)

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