04

:・* Perdono también*・:

Taehyung no llegó al jardín durante tres días.

Jimin había estado preocupado por la situación, porque su mejor amigo no solía faltar a clases nunca y de la nada había desaparecido. Le había preguntado a Jungkook y este le había comentado que solo había estado en su casa un día, para después irse con su padre y no sabía mucho sobre el tema.

Por eso, Jimin le había preguntado a sus padres qué había pasado con Taehyung y estos le llamaron al padre del mismo para saber, porque también se habían preocupado.

Después le explicaron a Jimin que Taehyung estaba bien, solamente que debía quedarse en casa de sus abuelos unos días, para poder quedarse con su padre y alejarse de su madre malvada.

Eso había hecho que Jimin se calmara un poco, pero no podía dejar de preocuparse por Taehyung, porque era su mejor amigo de toda su corta vida y quería que fuera al jardín para poder verlo.

Yoongi se había sentido un poco estresado en ese tiempo, especialmente porque, al ser el amigo de madilina de Jimin, había tenido que apoyarlo en medio de su miedo, además de que Jungkook era un niño demasiado llorón para su gusto y llegaba a abrumarse un poco.

― ¿Todo en orden, Yoongi? ―le preguntó la maestra al pálido, quien se había alejado de Jungkook, ya que al llegar al jardín y no ver a Taehyung de nuevo, había comenzado a llorar.

―Es que llora mucho―se quejó mientras veía de reojo a Jungkook, quien mantenía sus brazos sobre la mesa mientras lloraba bajito―Jimin dijo que Taehyung está bien, no debe llorar.

La maestra suspiró, porque claramente sabía del proceso que se estaba llevando a cabo y del motivo de las faltas de Taehyung, lo supo desde el día que había llegado con el morete en su ojo, porque el padre del mismo le había explicado cómo sería desde ese momento en adelante.

Sabía que Taehyung regresaría en poco tiempo, pero no sabía cómo comentarle las cosas a los chicos más allá de que estaba siendo cuidado mientras su padre preparaba todo para mudarse con él, por lo que no tenía mucho tiempo para llegar por él al jardín.

Las cosas claramente no eran del todo así, pero ella no podía explicarles mucho más.

―Intentemos comprender a Jungkookie ¿Sí? ―le pidió, arrastrando hacia atrás una de las sillas, para poder sentarse al lado del pálido―Si yo tampoco viera a mi mejor amigo durante mucho tiempo, me sentiría muy triste ¿Tú lo estarías también?

Yoongi comenzó a pensar, para después encogerse de hombros.

―No lo sé, yo no tengo mejor amigo―dejó el lego de lado, para ver a su maestra.

La mujer frunció el ceño confundida, porque claramente había visto a Jimin pegado como chicle a Yoongi y este estando totalmente cómodo con la cercanía.

― ¿Jiminie no es tu mejor amigo? ―preguntó curioso, viendo cómo Jungkook levantaba su rostro de la mesa, para comenzar a limpiar su rostro.

―No, es mi amigo de madilina―explicó, su vista atenta en Jungkook.

―Bueno, si de pronto Jiminie no viniera al jardín ¿Cómo te sentirías? ―preguntó mientras extendía los brazos hacia Jungkook, para que el menor se acercara a ellos.

Yoongi no lo sabía, pero podía imaginar.

―Creo que triste―se encogió de hombros, viendo a Jungkook abrazarse a la maestra, quien comenzó a limpiarle el rostro colorado.

―Así es como se siente Jungkook ¿No es cierto? ―le preguntó al menor, quien asintió.

Yoongi comprendía eso, pero no se sentía capaz de cuidar a Jungkook y Jimin al mismo tiempo, era mucho para él.

―Bueno, entiendo...

Jimin entró al salón corriendo con sus manos aferradas a las cintas de su mochila, observando el salón rápidamente y suspirando cuando no vio a Taehyung.

―Hoy son malos días, no buenos―se quejó Jimin mientras se adentraba más al salón, acercándose a su mesa para dejar la mochila.

―Podemos convertirlo en un buen día, Jiminie. No te preocupes―sonrió con los labios sellados la maestra, viendo cómo el pequeño rubio se acercaba a ellos―Hoy haremos una actividad muy divertida de pintura, para animarnos un poco.

Jimin amaba mucho las clases de pintura, por lo que una gran sonrisa se colocó en su rostro, espantando la tristeza de golpe.

― ¡Sí, quiero pintar! ―aplaudió mientras se acercaba a Yoongi, quien se sentía un poco más contento al ver a Jimin sonreír.

―Bien, solo esperaremos que vengan los demás, vamos a comer y luego a pintar―asintió la mujer mientras se levantaba―No se angustien más, Taehyung vendrá pronto y podrán jugar juntos, así que por ahora jueguen y diviértanse.

Los niños asintieron y la maestra se fue a la entrada del salón, porque ahí esperaba a los niños que llegaban.

Jimin vio a Yoongi con una sonrisa, alejándose un poco de la silla contraria.

― ¿Cómo estás? ―preguntó Yoongi, dejando de lado los legos.

―Triste, pero feliz porque vamos a pintar―dijo mientras colocaba una mano en la cabeza de Jungkook, quien se recuperaba del llanto mientras tomaba legos.

― ¿No vas a llorar hoy? ―preguntó preocupado.

Jimin no había llorado mucho el día anterior, solamente un poco, porque estaba enojado con sus demás amigos y porque lo ponía triste ver a Jungkook llorar, por lo que Jimin se puso a llorar también.

Yoongi entró en pánico cuando tuvo a dos llorones a su cuidado durante el recreo, intentando limpiarles las lágrimas rápidamente para que se calmaran, para después escapar a los columpios un rato por lo abrumado que se sentía.

Después regresó e intentó jugar con ellos a la pelota para que se calmaran, logrando que dejaran de llorar lo que restó del día en el jardín.

―Creo que no, pero si Jungkookie llora, lloraré también―se sentó junto a Yoongi, para poder tomar los legos.

Yoongi bufó, colocando su vista sobre Jungkook.

―No llores más, te vas a secar―le pidió con ligero enfado, haciendo que Jungkook frunciera el ceño.

―No me mandas, lloro cuando quiero porque mamá dice que puedo llorar y tú no me mandas―le respondió con molestia, para después regresar su vista a los legos.

Yoongi apretó los labios, retomando su juego con los legos.

Jimin y Jungkook no habían hablado mucho con sus compañeros de mesa, especialmente porque ellos seguían necios con la idea de jugar con Yoongi, por lo que solamente hablaban cuando debían o cuando el tema era Taehyung.

Después de eso, ambos les hacían la ley del hielo en la hora de baile y en el recreo, escapando con Yoongi para poder jugar.

A Jungkook le divertía el escapar de sus mayores, por lo que solamente le seguía el juego a Jimin, porque él no estaba enfadado con sus amigos más.

―Yoongi hyung ¿Has pintado antes? ―preguntó Jimin de repente, haciendo que el pálido le prestara atención.

―Sí, a mamá le gusta pintar, pinto con ella―explicó mientras le extendía el lego amarillo a Jimin, quien lo había estado deseando con sus ojos anteriormente.

―Es divertido, mis papás no tienen mucho tiempo, pero juegan conmigo antes de dormir―se encogió de hombros.

―Mamá no trabaja, tiene tiempo para jugar―dijo Yoongi, alejando el pequeño castillo de legos que había hecho, para armar otro.

― ¿No trabaja? ―preguntó curioso Jungkook, adentrándose en la conversación.

―No, ella descansa porque está enfermita―explicó, haciendo que los niños se sorprendieran, prestando completa atención en Yoongi.

― ¿Estornuda? ¿Tiene moquitos? ―preguntó Jimin interesado.

―No, descansa del hospital―dijo mientras intercalaba la mirada entre Jimin y Jungkook, quienes lo miraban con atención.

―No me gusta el hospital, da miedo―se quejó Jungkook, removiéndose en su asiento ante el recuerdo.

― ¡A mí también! El doctor pincha y duele―se quejó Jimin mientras señalaba a Jungkook, quien asintió rápidamente― ¿Pincharon a tu mami?

Yoongi no recordaba mucho sobre la estancia de su madre en el hospital hace tiempo, pero sabía los motivos, porque claramente los había vivido.

―Sí, mi hermano se fue al cielo, entonces mamá tiene que descansar.

Aquello tomó por sorpresa a los dos niños, ninguno logrando comprender a qué se refería con ir al cielo, por lo que se vieron entre ellos con confusión.

― ¿Voló con un globo? ―preguntó Jungkook interesado, porque claramente él había soñado con tomar un globo y volar por los cielos, pensando en que sería muy divertido.

―No―negó sin más, siguiendo con sus legos.

Dejaron el tema ahí y siguieron jugando con los legos, sus compañeros comenzando a llegar, entre ellos los amigos que habían comenzado a ser ignorados.

Los chicos estaban bastante resentidos con Jimin y Jungkook por no hablarles, especialmente los mayores del grupo, quienes eran Namjoon y Jin. Hoseok solamente estaba triste, pero no enojado.

―Yo quiero jugar con ellos, pero ustedes se enojan mucho―se quejó Hoseok mientras aplastaba la arcilla moldeable.

―Ellos no quieren jugar con nosotros―se encogió de hombros Namjoon―Y Jungkook nos muestra la lengua.

―Porque ustedes son malos con el niño de las madalinas―se quejó, viéndolos con el ceño fruncido.

―Tú también dijiste que era malo, así que tú también―se quejó Jin mientras lo veía con los ojos entrecerrados.

―No querrán jugar con nosotros en la fiesta―se quejó Namjoon, quien ahora también estaba disgustado con la idea de mantenerse alejados.

―Bueno, podemos hacer un dibujo de perdón en la clase de arte―ofreció Jin, quien se rendía ante su molestia―Un corazón o muchos, a ellos les gusta eso.

― ¿Y al otro niño una madalina? ―preguntó Namjoon.

―Sí.

La clase de artes ya estaba siendo esperada por muchos de los niños, por lo que la hora de comer se pasó demasiado pronto para ellos, siendo una comida un poco silenciosa, especialmente porque Jimin y Jungkook hablaban entre ellos y solamente reían cuando los demás querían hablarles.

Les parecía divertido, como un juego que querían ganar.

―Voy a llamarlos por orden de la lista para colocarles su camiseta para pintura, así que los demás, por favor esperen con paciencia para que podamos comenzar rápidamente con la actividad―habló alto la maestra para que la escucharan, la asistente de la misma comenzando a colocar las grandes hojas de papel en las paredes, para que los niños pudieran pintar.

―Vamos a pintar en parejas, así que cuando todos tengan sus camisetas para pintura, les pediré que me digan sus parejas, pero por ahora solamente piensen en quién podrá ser.

Aquello hizo que Jimin suspirara, porque Jungkook no se hablaba con nadie más, pero él no quería dejar solito a Yoongi.

― ¿Te irás conmigo o con Yoongi hyung? ―preguntó Jungkook, triste porque siempre hacía pareja con Taehyung―Le preguntaré a la maestra si podemos ir los tres o lloraré―dijo Jungkook mientras reía, haciendo que Jimin riera también mientras asentía.

Fueron llamados para colocarse sus camisetas, las cuales en realidad eran camisetas viejas de sus padres que habían llevado, para que los niños no se mancharan la ropa mientras pintaban.

Jimin amaba esa camiseta, le encantaba ponerse la ropa de su papá, porque le quedaba muy grande y eso le gustaba.

―Maestra, si no pinto con Jiminie y Yoongi hyung creo que lloraré, así que pintaré con ellos―dijo Jungkook mientras se encaminaba a la página que le habían asignado a los otros dos chicos, la maestra riendo ante aquellas palabras.

―Bien, solamente te dejaré porque somos impares, pero no amenaces con llorar―le dijo mientras lo veía con algo de reproche, el menor asintiendo rápidamente.

Yoongi sonrió ante eso, porque Jungkook casi siempre obtenía lo que quería y eso le daba gracia.

―Bueno niños, pueden pintar lo que deseen, con los colores que quieran. Solamente les recuerdo que deben pintar sobre las páginas, no en el suelo, en las paredes ni en los rostros de sus compañeros.

―Pintarse el rostro es divertido―dijo Jimin mientras reía, agachándose para poder tomar uno de los pinceles y la paleta con pintura que le dieron a él.

― ¿Quieres que te pinte el rostro? ―preguntó Yoongi, porque si a Jimin le parecía divertido pintarse el rostro, él podía ayudarlo.

―Si quieres, pero la maestra hará que me limpie la cara―dijo Jimin, acercándose a Yoongi con una sonrisa―Algo pequeño.

Yoongi asintió, agachándose para poder tomar los materiales de pintura que le habían dado a él y viendo los colores con atención.

Eligió el color rojo y mojó la punta del pincel, para después acercarlo con cuidado a una de las mejillas de Jimin y comenzando a pintar una forma en específico, sabiendo que no le quedaría tan bien, pero que sería bonito.

Lo hizo lo mejor posible, su mano temblando ligeramente ante aquello, pero sonriendo satisfecho cuando hizo la primera mejilla, para después hacer lo mismo con la otra.

―Oh, Jiminie tiene corazones en sus mejillas―destacó Jungkook encantado cuando lo vio, dejando la paleta en el suelo para poder aplaudir―Te ves bonito.

―Muchas gracias, Yoongi hyung―celebró Jimin, no logrando verse, porque no había un espejo en el salón, pero pensando en que se veía bonito― Yo también te haré corazones.

Jungkook comenzó a pintar en el papel mientras Jimin le pintaba los corazones en las mejillas a Yoongi, quien solamente se dejó, viendo atentamente a Jimin, quien mantenía su boca ligeramente abierta en modo de concentración.

― ¿Por qué tus labios son más grandes? ―preguntó realmente curioso, levantando su dedo índice y pinchando suavemente el labio inferior.

―Porque mami los tiene así―explicó lo poco que sabía, haciendo que Yoongi comprendiera.

―Oh, entiendo.

Cuando los corazones de Yoongi estuvieron listos, Jimin aplaudió emocionado por el resultado, Jungkook uniéndose a los aplausos después.

Comenzaron a pintar la gran página y a reír, ya que no estaban haciendo demasiadas cosas con buena forma, sino que en su mayoría manchaban con distintos colores y se pintaban las palmas de la mano para dejar sus huellas en la página.

La maestra vio con sorpresa a Yoongi y a Jimin, quienes tenían corazones un poco deformes en sus mejillas, pensando en que se veían adorables, pero que no podía dejarlos así o todos los niños querrían hacerlo también.

―Chicos, tienen que limpiarse las mejillas―dijo mientras sacaba una toallita húmeda para cada uno.

Jimin se entristeció, negando mientras se acercaba a Yoongi, para abrazarlo.

Yoongi se sorprendió, quedándose muy quieto y con las mejillas rosas.

―No queremos, nos gusta como nos quedó―se quejó Jimin, no soltando a Yoongi, quien simplemente asintió.

―Bueno, lo que puedo hacer es tomarles una fotografía juntos y mandárselas a sus madres, para que tengan ese recuerdo―Jimin asintió rápidamente ante la idea, emocionado.

― ¡Sí, sí!

―Bien, pero después tienen que limpiarse las mejillas ¿Sí?

Ambos asintieron emocionados.

La maestra sacó el celular y entró al chat con la madre de Jimin, para tomar dos fotografías y que no quedaran guardadas en su celular.

―A posar―les pidió, Jimin regresando junto a Yoongi para abrazarlo por los hombros, el pálido sonriendo tímido mientras colocaba sus brazos sobre el de Jimin― ¡Eso!

La siguiente fotografía que le mandó a la madre de Yoongi, fue similar, solamente que en esa ocasión Jungkook se coló por detrás, colocando su dedo en forma de V sobre uno de sus ojos y mostrando la lengua.

Los niños vieron la fotografía, quedando completamente encantados con ella.

Cuando terminaron la actividad de artes, tuvieron que quitarse sus camisetas y lavar con cuidado los pinceles que habían usado y las paletas, para después sentarse nuevamente sobre sus mesas.

Sin embargo; Namjoon, Jin y Hobi tenían algo que darles a los demás.

―Jimin ¿Puedes llamar al chico madilina? Queremos decir perdón―dijo Jin mientras veía a Jimin con ojos redondos, quien se sorprendió ante aquello, pero rápidamente se levantó de su silla para llevarlo.

Yoongi se sintió algo confundido, pero solamente siguió a Jimin cuando se lo pidió.

―Queremos decir perdón, fuimos malvados y no queremos ser malvados―inició Hoseok, quien tenía el dibujo para Yoongi―Hicimos una madalina, perdón y seamos amigos.

Yoongi recibió el dibujo y sonrió ante la mandarina ligeramente aplastada por todas partes, siendo el segundo regalo que recibía de alguien que no fuera su familia.

―Y decimos perdón ustedes también, tomen―dijo Jin hacia Jungkook y Jimin, dándoles unas páginas con corazones, similares a los que se habían hecho en las mejillas con Yoongi.

― ¡Me gusta, es bonito! ―exclamó Jungkook ante el dibujo, levantando la página―Era divertido escapar, pero no lo haremos más.

―Sí perdonamos, gracias―dijo Jimin contento, abrazando el dibujo.

Yoongi suspiró y abrazó el dibujo también.

―Perdono también―dijo convencido, haciendo que los demás chicos sonrieran aliviados―Gracias por la pintura.

― ¡Ahora todos somos amigos! 

Se bajó del auto con cuidado y tomó la mano de su padre para poder entrar a la casa, encontrándose bastante contento por poder mostrarle a sus padres la nueva pintura, además de que quería preguntarle a su madre si había visto la fotografía con sus amigos.

― ¿La pasaste muy bien, Yoonie? ―preguntó el hombre mientras cerraba la puerta, su hijo quitándose sus zapatos y colocándolas en la zapatera.

―Sí, papá. Mis amigos son buenos y tengo más amigos―explicó con una sonrisa, colocándose sus chanclas de goma.

―Eso es excelente. Ve a saludar a tu mamá, que se puso muy contenta cuando la maestra le envió la fotografía con tus amigos―le sonrió mientras tomaba la mochila de Yoongi, quien se detuvo un momento.

―El dibujo, quiero mostrárselo―pidió, por lo que el padre abrió la mochila y dejó que sacara las páginas―Vamos, también papá.

El adulto se quitó los zapatos y se colocó las chanclas, para poder tomar la mano de su hijo e ir a la habitación de los padres, en donde la mujer se encontraba.

― ¡Mamá! ―habló emocionado, haciendo que la mujer despegara su mirada de su celular y viera al menor con una gran sonrisa.

Se notaba cansada, con ojeras marcadas y el cuerpo débil, por lo que Yoongi se subió sobre la cama con cuidado para abrazarla, siendo recibido con cariño.

―Hola, mi vida ¿Cómo te fue? Vi la hermosa foto con tus amiguitos―comentó emocionada, quien le había pedido a su esposo que le imprimiera la foto, porque era demasiado hermosa para ella.

―Muy bien, ahora tengo...―comenzó a recordar―Tres amigos más y me hicieron este dibujo―Le mostró a su madre, quien sonrió encantada, olvidando la fatiga del día.

―Oh, cariño. Eso es hermoso, me alegra mucho que tengas más amigos y que te hagan detalles así de lindos―le acarició el cabello con cuidado.

Yoongi había visto cosas complicadas, cosas que los niños no debería ver y que claramente le habían causado problemas en sus relaciones personales, por lo que siempre se preocupaba de que tuviera problemas con los niños en el jardín, por lo que saber que tenía buenos amigos era algo que la aliviaba realmente.

― ¿Puedo dormir contigo? ―preguntó tímido, la mujer sonriendo mientras veía a su pareja de reojo, quien sonreía también.

―Claro que sí, mi amor. 

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